“No hay que caer en el juego de enredarse en discutir el pasado y dejar de denunciar el plan de miseria planificada y de desintegración nacional”, enfatizó hoy Carlos Valenzuela en un quincho debate que los lunes reúne a todo el arco de representación peronista, radicales en la diáspora, desarrollistas, empresarios y sindicalistas. “No discutamos desde las emociones ni desde el dolor de cada historia personal porque es la trampa de un debate sin reconciliación posible, mientras se aplica un plan diseñado geopolíticamente y para saquear a la Argentina”.

Lunes, 25 de marzo de 2024. “No hay que caer en el juego de enredarse en discutir el pasado y dejar de denunciar el plan de miseria planificada y de desintegración nacional”, enfatizó hoy Carlos Valenzuela en un quincho debate que los lunes reúne a todo el arco de representación peronista, radicales en la diáspora, desarrollistas, empresarios y sindicalistas.
Ante la indignación que exponían los setentistas, kirchneristas y radicales alfonsinistas por la ofensiva de la Casa Rosada en contra de la memoria histórica, que consideran está dirigida a romper el pacto democrático, Valenzuela redobló la apuesta y sin negar la gravedad de la reivindicación del terrorismo de Estado, y con respaldo del único midista del grupo, sostuvo que el plan económico es la contradicción principal del momento político. “No hay que caer en la trampa”, repetía con palabras calmas y bajando la voz para disimular su enojo.
“¿Pero no viste hoy la provocación del jefe de la Brigada que mandó a pintar escarapelas sobre los pañuelos que se instalaron ayer en los sitios de la Memoria y diciendo que expresan una minoría de la sociedad? “¿No lo escuchaste reivindicar el genocidio en Tucumán?”, insistían acaloradamente viejos setentistas, pero fundamentalmente los alfonsinistas, algunos de los cuales todavía están en JxC.
Sin dejarlo hablar afirmaban que la ofensiva es del “villarruelismo”, que consideran es la base orgánica de la Libertad Avanza. Este sector, digamos progresista, está convencido de que las Fuerzas Armadas y de Seguridad, tienen proyectado consagrar presidenta a “Victoria”, porque los mandos le dicen Victoria y no Villarruel a la vicepresidenta.
“Muchachos”, insistió Carlitos, que es el único que autorizó a este cronista a divulgar su nombre ya que el espíritu de los quinchos debates que se realizan los lunes después de grandes acontecimientos es el intercambio de información y de opiniones, con el propósito de crear camaradería entre actores sociales con diferentes cosmovisiones.
“Muchachos –dijo llamando a la reflexión- miremos las tapas de los diarios del poder hegemónico hoy para darnos cuenta del juego estratégico de estos canallas”
Hizo circular sobre la mesa la impresión de la primera plana de Clarín: “El Gobierno negó los 30.000 desparecidos y reavivó la polémica”. La Nación: “En el aniversario del golpe el Gobierno reclamó una mirada completa”. Y subrayó que en los dos diarios le dan la misma envergadura a un tuit de la Vice que a la magnitud de la multitudinaria marcha.
“Son transparentes –agregó- quieren meter a la sociedad a discutir el pasado mientras aumenta la pobreza, generan inflación para destruir los salarios, niegan medicamentos a los enfermos terminales, saquean el Fondo de los jubilados y muchos etcéteras y el poder agita las emociones populares”. Y cómo si hubiese descubierto el nudo de la ofensiva alzó por primera vez la voz para enfatizar que “es a través de las emociones que fomentan la grieta, y dicen que los derechos humanos son K, los derechos laborales del sindicalismo ortodoxo, la defensa del mercado interno curro de las pymes que terminan subsidiadas. Nos enfrentan por las emociones, nos enfrentan enardeciendo las diferencias como un Boca – River. Pasamos del Negacionismo a la Reivindicación. El criterio del coronel de pintar con signos patrios es empoderamiento de lo simbólico”, agregó en tono de denuncia.
Aprovechó el alfonsinista para facturarle a los kirchneristas el fracaso de las políticas de sus gobiernos en seducir y no disciplinar a las Fuerzas.
Se reconoció que es cierto, que la doctrina dominante en los cuarteles sigue influenciada por las corrientes liberales de la historia argentina que nada tienen que ver con la impronta del general San Martín, ni la industrialista de Savio y Mosconi.
Cuando la discusión era ganada otra vez por las emociones encontradas con referencias al mitrismo, la guerra con el Paraguay a la que se opuso Sarmiento, la actuación del general Balza y si Milani estuvo o no en la represión, Valenzuela volvió a insistir en que hay que salir de las discusiones de las emociones.
“Es la fragmentación planificada”, subrayó para argumentar que es la trampa de la guerra cultural.
“Es cierto –reflexionó el empresario que está al borde del colapso por la inflación en dólares que genera asimetría de precios en la frontera- y mientas nos destruyen el mercado interno por eso no entiendo a mi9s colegas de la Cámara que votaron a Milei”.
“Es cierto –agregó el setentista, ex preso político- mientras discutimos la escarapela, el 31 de marzo quedarán sin trabajo 70 mil compañeros empleados del Estado, a los que no se les renovará el contrato”.

Mercado interno
Después de un silencio incómodo, el desarrollista intentó asociar la crisis del mercado interno con cuestiones geopolíticas. “¿Leyeron a Rovelli el domingo?”, preguntó mientras abría el celular para leer.
Otra vez silencio. Y caras.
“No se preocupen –tranquilizó- sólo les leo lo que rescató de Belgrano que en el Correo de Comercio del 6 de abril de 1811, escribió: “La nación China está dando a todas las del mundo conocido un ejemplo constante de lo que es el comercio interior auxiliado; no hay país más poblado que el que habita, ni nación más poderosa en el orbe: todas las que se llaman cultas van en busca de sus efectos. Llevándole la plata acuñada, principalmente la nuestra, para aumentar su grandeza, ostentación y lujo, su comercio interno es inmenso y el externo es insignificante respecto de la extensión del Imperio y el número de sus habitantes”.