Carlos Valenzuela, dirigente político, analizó con Ariel Sayas en una entrevista por Canal 4 Posadas, las complejidades y contradicciones que enfrenta la provincia de Misiones, al tiempo que llamó a la racionalidad, la empatía y la responsabilidad institucional como una necesidad urgente en el actual contexto económico y político. La actualización de los mecanismos de comunicación y la revisión del rol de las fuerzas de seguridad en la democracia emergen como temas cruciales para el futuro de la provincia, entiende.

Lunes 20 de mayo de 2024. El dirigente político Carlos Valenzuela destacó la necesidad de recuperar la racionalidad en tiempos de desorganización social, subrayando que los reclamos salariales en Argentina, y específicamente en Misiones, son justificados debido a la devaluación y la inflación en dólares que afectan el consumo y, por ende, la coparticipación provincial, dijo en una entrevista con Ariel Sayas en Canal 4 Posadas, donde insistió con la necesidad de replantear las estrategias para mejorar las condiciones económicas, sobre todo en este contexto, enfatizó.
El dirigente también criticó a algunos actores políticos que buscan beneficios personales en medio de la crisis. Mencionó el caso de un excandidato a gobernador que participó en una manifestación prometiendo eliminar lo que llama la aduana paralela y a la vez, aumentar los salarios docentes, comparando sus propuestas con «quemar billetes y pagar con ellos». Valenzuela hizo hincapié en la importancia de centrar el diálogo en la racionalidad y la empatía, destacando que el Estado debe administrar equitativamente los distintos sectores de la sociedad.

Diálogo político y representatividad
Respecto al diálogo político, Valenzuela coincide con que hay una falta de representatividad de algunos diputados que, pese a tener poca popularidad, intentan ganar protagonismo en medio de las movilizaciones. Criticó que ciertos sectores opositores carecen de una representatividad significativa y buscan aumentar su influencia aprovechando los conflictos. Sin embargo, reconoció que los participantes de estos conflictos también buscan consensos, aunque el camino sea complicado.
La crisis de representatividad es evidente en las protestas actuales, donde ningún espacio político con representación parlamentaria logra canalizar efectivamente las demandas. Valenzuela sugirió que los mecanismos de comunicación deben actualizarse, especialmente después de 40 años de democracia, para adaptarse a las nuevas realidades y necesidades de la sociedad.
Valenzuela expresó su preocupación por la falta de responsabilidad institucional del gobierno nacional hacia las provincias, especialmente Misiones. Criticó las decisiones macroeconómicas que, según él, perjudican gravemente a la economía provincial. Valenzuela mencionó la reducción del consumo, la disminución de las transferencias y el impacto negativo en sectores clave como la producción yerbatera, tabacalera, y la forestoindustria, así como en el turismo y el comercio fronterizo.
Destacó la disparidad entre los recursos que las provincias aportan a la Nación y lo que reciben a cambio, calificando de «despropósito» las afirmaciones de que las provincias son costosas para el gobierno nacional. Insistió en la necesidad de una mayor responsabilidad institucional por parte de la Nación hacia las provincias para poder enfrentar los desafíos económicos actuales.
En la entrevista, Valenzuela también abordó el papel de las fuerzas de seguridad en el sistema democrático, sugiriendo que se deben actualizar los parámetros con los que se manejan estas fuerzas, en un contexto de derechos humanos. Propuso que una parte del salario de las fuerzas de seguridad debe ser intangible para evitar situaciones donde el personal con armas tenga sus sueldos embargados. Además, planteó la necesidad de regular la manifestación pública de las fuerzas de seguridad para evitar situaciones de crisis, sugiriendo que el derecho debe ser justo y equitativo para todos los ciudadanos, incluyendo a los policías.

Carlos Valenzuela en Canal 4 Posadas

-¿Qué viste en estos últimos días y en qué instancia estamos hoy?
-Por mi formación filosófica soy de los que abonan en la construcción de una comunidad organizada. Hay momentos en que la comunidad se desorganiza, como ahora. Entonces, lo más importante y lo principal es, cuando la comunidad está desorganizada o sectores de la comunidad están desorganizados, recuperar la racionalidad. Y la racionalidad se recupera a partir de reconocer que aquellos que reclaman tienen justa razón en reclamar. Los salarios hoy están destruidos en la Argentina -no solo acá en Misiones- producto de la alta devaluación que hubo, de la inflación en dólares que tenemos, y eso deriva en una baja del consumo, que afecta a la coparticipación que reciben las provincias, lo que afecta las recaudaciones de todas las provincias, no solo de Misiones. Estamos todos afectados. En este contexto es donde debemos recuperar la racionalidad para conversar y ver dónde estamos parados y qué es lo que podemos recomponer a partir de esa racionalidad. Por supuesto que van a haber actores que atienden a la racionalidad y actores que van a tirar más para beneficiarse en mayor medida. También van a haber actores externos, internos, fuerzas exógenas, fuerzas endógenas que, en el plato, van a tratar de sacar mayores ganancias. Es decir, vemos, por ejemplo, que quien fue candidato a gobernador de la provincia el año pasado estuvo ayer en la manifestación, y cuando era candidato proponía eliminar la aduana paralela y aumentar el salario a los docentes. Esto es como proponer quemar billetes y pagar a alguien con ese billete quemado. Por eso es importante centrar la conversación en tiempos de crisis en la racionalidad y en la empatía con el que está enfrente para comprender que la verdad se compone por un poquito de la verdad de cada uno, y el Estado tiene la responsabilidad de administrar cada uno de esos sectores.

-¿Está roto el diálogo político?
-Ayer vi un diputado provincial que hace poquito sacó 459 votos tratando de pescar un poquito de popularidad en la movilización que hay en la Unidad Regional, que igualmente no fue bien tratado. Entonces, hoy por hoy, esos sectores de la oposición tienen vigencia en la política, pero no tienen una representatividad mayor y están intentando buscar mayor penetración a partir de los conflictos. Pero también los que participan de los conflictos saben que tienen que caminar en la búsqueda de consenso. Por eso es importante comprender el contexto que, desde mi óptica, tiene que ver con cómo se componen los ingresos de las provincias: los ingresos por coparticipación, que se redujo en un 30 por ciento producto de la baja del consumo, eso se compone del IVA, de ganancias, y que al no haber consumo se redujo un 30 por ciento; también se compone de las transferencias, entonces el tema de los docentes, de la salud, todo eso está reducido a cero. Ahora vino poquita plata, 4000 millones, eso es plata de gurí chipero para una provincia, para ser claro, porque en tu bolsillo, en el mío, en el de cualquier vecino es mucha plata, pero para un Estado provincial es plata de gurí chipero. Es solamente para el impacto hacia afuera, en lo comunicacional, que es solamente para hacerte daño, porque al que mira enfrente y está ganando 400 mil o 250 mil pesos de bolsillo como decía ayer una enfermera, recibir 4000 millones le resuelve la vida entera de ella, de su hijo y de su nieto. Eso genera un impacto negativo, en lugar de ayudarte, la Nación te está perjudicando mandándote eso, y es para quedar bien claro con quién está sentado. La Provincia, en este caso, trabaja con responsabilidad institucional hacia el gobierno nacional, pero no está recibiendo la misma responsabilidad. No hay responsabilidad enfrente. Te mandan e intentan mandar a la Provincia la imposición de un protocolo de seguridad que ha fracasado en toda línea. Tenemos una Ministra de Seguridad de la Nación que ha fracasado con su protocolo de seguridad en dos oportunidades: con la huelga de la CGT y con la movilización de las universidades. Ella fracasó en lo político interno cuando Macri le ganó la interna del partido PRO y quiere recuperar vigencia en Misiones o en cualquier otra provincia metiendo palos a los provincianos.

-En la marcha hubo gente que cantó “viva la libertad carajo” y luego le reprocharon a Arjol, que se acercó con los diputados radicales, haber votado a favor de la Ley Bases. ¿Cómo puede ser que por un lado están a favor de Milei y por el otro lado en contra de la Ley Bases y, sobre todas las cosas, en un modelo económico que en la provincia de Misiones está haciendo estragos?
-En el mismo concepto de contradicción, yo ayer escuché a varios de los protagonistas decir que están en contra de la aduana paralela y a su vez están pidiendo aumento de salario. Entonces hay una ensalada muy importante. Por eso es importante recuperar la racionalidad, porque eso es irracional.

-Acá también tenés una crisis de representatividad. Hoy a esta protesta no la canaliza absolutamente ningún espacio político con representación parlamentaria en la provincia de Misiones. ¿Qué diputado de la oposición puede ir hoy a esa manifestación y ser un vocero, un representante de los que están ahí protestando?
-A su vez también, en este proceso de 40 años de democracia hay que actualizar los mecanismos de comunicación con las fuerzas en la Argentina. Los mecanismos de comunicación que había en tiempos totalitarios no son los mismos que deben haber ahora. Esto es un mecanismo que hay que trabajar con mucha firmeza. Nosotros no podemos tener fuerzas de seguridad en la calle con prácticamente la totalidad de sus salarios diversificados en diversos frentes familiares, debemos tener una intangibilidad en uno solo de los temas. Una parte del salario de la fuerza de seguridad debe ser intangible, no puede ser embargable de ninguna manera, porque no podemos tener a alguien con una pistola en la cintura con la totalidad de su sueldo embargado. Son cosas que hay que ir revisando para adelante, este no es el momento. En este momento, insisto en contar que la Provincia también recibió el impacto de las decisiones nacionales del Presidente que eligieron tres veces los misioneros. No es un detalle menor. El año pasado eligieron tres veces a este señor que es Presidente sin haber pisado Misiones. Las decisiones macroeconómicas no son decisiones que se toman en la Provincia, sino que las toman en Buenos Aires y son los recortes que están afectando. Los ingresos de la Provincia están absolutamente afectados por las decisiones nacionales. Con lo que le queda debe atender todas las realidades. La Nación no tiene docentes, que es una gran parte de la masa salarial; no tiene hospitales, más que, creo, tres a nivel nacional; no tiene fuerzas de seguridad más que Gendarmería, Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que son mínimas. El resto es responsabilidad de las provincias. Lo que aportan las provincias a la Nación es mucho más de lo que reciben de la Nación. Entonces, decir que las provincias salen caras, como están diciendo en la Nación, es un despropósito. Han votado este modelo. Yo creo que la Provincia tiene que empezar a mirar de otra manera. La Nación no tiene la misma responsabilidad institucional que tiene la Provincia, es unilateral, es una responsabilidad institucional de la Provincia hacia la Nación, pero no hay responsabilidad institucional de la Nación hacia la Provincia; no se traduce en una responsabilidad institucional concreta hacia la Provincia. Tenemos todas las transferencias de obras públicas paradas, tenemos destrozada la producción yerbatera, la producción tabacalera y la forestoindustria producto de decisiones de la Nación; tenemos destrozado el turismo. El único turismo que subsiste es el internacional en Iguazú, un turismo de alto nivel, pero tenemos destrozado el turismo interno. Tenemos destrozado el comercio fronterizo y el consumo interno. Son todas decisiones de la Nación experimentando sobre nuestra provincia. Han destrozado nuestra economía, en consecuencia, han destrozado la recaudación de la Provincia y las transferencias a las provincias, por lo que tenemos lo que tenemos. Sobre eso tenemos que sentarnos a conversar. Esta es la torta que tenemos y cómo repartimos esta torta que es cada vez más chica. Hay un viejo dicho que dice: “en política no se fía”. No fiemos el voto…

-Y además me da la sensación de que no hay escuelas de dirigentes políticos, hay escuelas de liderazgo político y demás, pero se hace política en el barro. Me da la sensación de que en esta instancia estamos ante aficionados y eso es muy peligroso.
-Así es, hay muchos funcionarios, pocos políticos…

-No solamente funcionarios desde el gobierno provincial, sino también nacional…
Personas calificadas, muchas bien intencionadas, pero sin la expertise necesaria.

-Y también me parece que, superado esto, hay que sentarse a discutir sobre el nuevo actor político que son las fuerzas de seguridad en el sistema democrático.
-Así es. Necesitamos otro contexto para eso.

-Acá hay que rediscutir. Es decir, esto de que están en estado policial, no pueden manifestarse públicamente, no pueden hacer esto y aquello, hasta que un día se juntan todos, te toman la provincia y chau…
-Hay que regular. Es como la represa, si no tenés una esclusa por la que fluye el agua va a reventar la represa.

-Me pregunto: ¿Los policías deberían tener un sindicato? ¿A los gobiernos no les conviene tener a un sindicato de policías formados? porque hoy lo que estamos viendo es la desidia total. Vemos gente arriba de un patrullero quemando neumáticos. ¿Esto no debería tener un tratamiento en un Ministerio de Trabajo con conciliación obligatoria?
-Son cosas que hay que conversar, descargadas de emociones, fuera de las crisis. Después de 40 años de democracia los parámetros con los que nos movemos con las fuerzas de seguridad deben ser en un contexto de derechos humanos que, en esta etapa, están siendo descalificados. Pero el contexto de derechos humanos es la prevención y el ejercicio del derecho para todos. El derecho para el ciudadano y el policía que también es ciudadano. El derecho para todos, el derecho incluye a todos. Y siempre se habla de “mano dura” o “mano blanda”, lo que debe haber es una “mano justa”.