Aunque el Gobierno de Misiones anunció aumentos salariales para toda la administración pública y acuerdos con sectores como educación, policía y salud pública, grupos de trabajadores rechazan las propuestas y mantienen acampes, marchas y protestas. El Gobierno asegura que el aumento salarial es significativo y que este, el tercer incremento en cuatro meses, en algunos casos triplica la inflación. También advierten que se resentirá la obra pública: los fondos que llegan de Nación son solo los que están establecidos por ley ya que el Gobierno de Milei recortó todos los fondos no automáticos que venían a compensar parte de los recursos que pierde Misiones en la injusta distribución vigente. Estos reclamos muestran la inviabilidad social de las políticas del gobierno nacional. Las partes en conflicto, acá en Misiones, deberían revisar así su responsabilidad por votar a Milei como lo hizo el 90% de los policías y por apoyar sus políticas en el Congreso. Y reclamarle todos juntos a Milei lo que le corresponde a Misiones.

Jueves 23 de mayo de 2024. Entre propuestas y reclamos transcurren los días en Misiones. Si bien el gobernador de Misiones, Hugo Passalacqua, informó que el próximo jueves 30 acreditarán los haberes de los empleados públicos en actividad y jubilados de Misiones, con los aumentos correspondientes, siguen los reclamos y protestas por una mejor recomposición salarial. El gobierno anunció también que el 19 de junio pagará el aguinaldo (con los porcentajes de los aumentos otorgados a partir de este mes) y el Fondo Provincial de Incentivo Docente, este monto también con fondos provinciales.
Aún así, la administración pública misionera sigue reclamando mejoras en sus ingresos. Este miércoles, trabajadores de Salud Pública manifestaron su descontento por el aumento salarial de 28 por ciento que acordaron, el martes, algunos gremios con el Estado provincial. Los trabajadores que acamparon durante la noche, cerca del mediodía ingresaron al edificio del Ministerio con fuertes manifestaciones, para reclamar que nadie cobre menos de lo que estipula la canasta básica familiar.
Mientras tanto, el ministro de Salud Pública, Héctor González, a través de los medios provinciales consideró que el acuerdo salarial “del 28 por ciento era muy bueno para el sector”.
“Tomamos el Ministerio (de Salud Pública) porque los que firmaron el acuerdo de 28% ayer, vendiendo nuestra lucha por monedas, no nos representan”, enfatizaron los manifestantes, a viva voz. Los empleados de salud buscan un aumento del cien por ciento de los ingresos, aunque admitieron que en lo que va del año, recibieron aumentos del 22 por ciento en febrero, 16 en marzo y 28 por ciento ayer, lo que totaliza un 66 por ciento este año.

Sueldos, con aumentos y encrucijada
El Gobierno de Misiones informó que pagarán los sueldos públicos antes de fin de mes, como sucede con regularidad, con aumentos que superan entre dos y tres veces a la inflación mensual.
El propio ministro de Gobierno de Misiones, Marcelo Pérez, anunció un significativo aumento salarial para los empleados públicos de la provincia, el tercer incremento en cuatro meses, que en algunos casos triplica la inflación, aseguró. Pérez enfatizó el desafío económico que implica este aumento, pero aseguró que los salarios se pagarán en tiempo y forma. Al día siguiente, el gobernador Hugo Passalacqua informó la fecha de pago de los salarios con los incrementos y el pago del aguinaldo, también con los incrementos proporcionales a ese beneficio.
En este contexto económico, la provincia de Misiones, es decir, trabajadores y Estado, atraviesan una encrucijada crítica que tiene su correlato en las demás provincias: los efectos devastadores de la inflación pulverizaron los ingresos de los trabajadores en todo el país, erosionando su poder adquisitivo y dejando a muchos en una situación de precariedad. Los reclamos salariales, legítimos y urgentes, son una demanda justa en un contexto económico asfixiante, pero enfrente, el Gobierno provincial, en este caso, enfrenta sus propias limitaciones y las expone: argumenta que los fondos que recibe del Gobierno nacional como coparticipación, que a los hechos son fondos de las provincias porque se generan en las provincias, fueron recortados tal como prometió Javier Milei, tanto en discursos moderados (“voy a eliminar el déficit fiscal”) o provocativos (“los voy a dejar sin plata –a los gobernadores, a las provincias–, los voy a fundir a todos”).
A cada recorte, Misiones respondió con fondos propios (el mejor ejemplo es el Fondo Provincial de Incentivo Docente -Fopid- que vino a suplantar el Fonid, hasta tanto la Nación lo restablezca –¿lo reestablecerá?–), pero los recursos provinciales son limitados y —aseguran desde el misionerismo—, alcanzaron su techo para los incrementos salariales. Aseguran que otorgaron los máximos montos posibles dentro de una administración responsable, aunque igual advirtieron que esta medida implicará recortes en obras esenciales que también son necesarias para el desarrollo y bienestar de la provincia.
La Nación recortó los fondos discrecionales que pretenden reparar la desigualdad y corregir los índices de Coparticipación, injustos, que le otorgan a Misiones.
Además, la crisis económica impacta sobre todos los sectores y con la licuación de los salarios –y la Coparticipación que cae- porque a la vez baja el consumo y por lo tanto cae la recaudación por Iva que es el que nutre a los fondos, la espiral se acentúa hacia abajo.
En este contexto, los funcionarios destacan la importancia que tiene Misiones de ser una provincia desendeudada y con una administración ordenada que le permite hacer frente a esta situación, pagar los sueldos en el último día del mes, sin fraccionamientos.
En este contexto, la situación se vuelve compleja, básicamente porque parece que ambas partes (trabajadores y Gobierno) tienen razón en sus argumentos. Nadie duda que los sueldos no alcanzan y que la inflación aunque disminuya en el imaginario abstracto, la realidad dice que sigue subiendo y mes a mes impacta en la calidad de vida de todos los argentinos. Los trabajadores tienen (“tenemos”, claro) razones fundamentadas para exigir mejoras salariales porque -sabemos-, la inflación afecta la capacidad de compra y por ende, la calidad de vida.
Al margen de los oportunismos –manejados siempre por todos los sectores, a veces de un lado y otras veces, desde el otro-, las reclamos surgen como un llamado urgente a reconocer y valorar el trabajo y a atender a las demandas, sobre todo porque en la Argentina informal nuestra de cada día, los aumentos en el Estado se convierten en referencias para los aumentos en el privado, aunque nunca apliquen en la misma proporción , salvo para aquellos gremios de la actividad privada más fuertes que logran ingresos dignos para sus sectores (minoritarios, casi siempre).
El Gobierno provincial, por otro lado, se mueve entre la realidad de un presupuesto acotado y las restricciones impuestas por la reducción de fondos nacionales y aseguran, lo dicen cada que salen a hablar, que gestionan los recursos de manera responsable para mantener la estabilidad y el desarrollo a largo plazo, a la que sumó el compromiso de acompañar las medidas que impulsa el Gobierno nacional que le recorta fondos, con la contrapromesa de que la Nación no desatenderá las necesidades urgentes de la provincia: promesa no muy cumplida, desde allá hacia acá.
Nación dejó de mandar fondos: recortó los que provienen de Anses, las regalías de Yacyretá, las transferencias no automáticas que son legales porque están enmarcadas por la ley o pactos fiscales. Son fondos que le corresponde a la provincia y si esos fondos no llegan, acá se cubren con fondos propios. Esos fondos propios surgen de los impuestos provinciales y de los cobros que Rentas hace en los ingresos a Misiones a todo aquel que viene a vender a Misiones, a lucrar en Misiones. Entonces, salvo el oficialismo misionero, los otros sectores partidarios corean, reclaman, exigen, piden, eliminar lo que llaman la Aduana paralela pero un joven estudiante de primer año de una facultad pública, de Posadas, preguntó, con incisiva inocencia: «¿Pero por qué no están los radicales, los del PRO, los kirchneristas, con los productores yerbateros, los docentes, los policías, la salud, los de Emsa, los periodistas.. y la propia renovación, es decir, por qué no están todos, pero todos todos, pidiéndole a Milei que mande los fondos que le corresponde a Misiones? Y listo».
Y si, hay que exigir que manden todos los fondos adeudados.
Si bien las protestas, que se suceden día tras día, son una manifestación del descontento y la desesperación de los trabajadores que van escalando, como una muestra de que esta situación no puede prolongarse sin caer en mayores tensiones y potenciales conflictos, aparece el reclamo de los dos polos de encontrarse en el diálogo y la negociación, como únicas vías viables para encontrar una salida justa y equilibrada. Todos piden diálogos, y ambos lo cortan, con mayor o menor provocación.
¿Y qué hacé la Nación, aparte de preparar a las fuerzas para meter palo y represión? Solo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en el modo patotero que más le gusta, advierte sobre lo actuado sin proponer, ni sugerir acuerdos, soluciones o propuestas viables de solución. La única voz nacional que aparece es la de “La Piba”, prometiendo represión “si la provincia lo pide”, sugirió.
En conclusión, los reclamos salariales en Misiones son un reflejo de una problemática más amplia que requiere una respuesta integral, que provendrá de la política, indefectiblemente.
Como observamos en este conflicto, las dos partes tienen razón. ¿Entonces? Lo que está sucediendo explica la inviabilidad social de las políticas del gobierno nacional. Las dos partes deberían revisar así su responsabilidad, por votar a Milei como lo hizo el 90% de los policías y por apoyar sus políticas en el Congreso.

Mientras tanto, múltiples reclamos
A los reclamos por mejoras salariales se sumaron los trabajadores de la empresa Energía de Misiones que permanecen en Asamblea permanente, con la promesa de desactivar los reclamos si obtienen respuestas a sus demandas.
En forma paralela a los acampes del personal de seguridad y de educación que continúan en la avenida Uruguay, frente al edificio del Comando Radioeléctrico, llamó la atención del reclamo del Sindicato de Prensa de Misiones (Siprem), un gremio totalmente inactivo y sin defensa alguna de los trabajadores del sector, que desconoce incluso la cantidad de medios y de trabajadores de prensa que tiene Misiones. Primero una silla vacía con un precario cartel y después, una camioneta con papeles afiches pegados reclamaba (¿?) actualización salarial exclusivamente para los empleados de los medios públicos.
Este jueves, la policía cumple su séptimo día de acampe y reclamos salariales acampando en la avenida Uruguay, frente al Comando Radioeléctrico, en demanda de mejores salarios que los que finalmente ofreció el Gobierno, y que rechazaron en dos oportunidades.
Por su parte, los comerciantes de Posadas emitieron un comunicado donde exigen el cese de la modalidad de protesta que los afecta o, la intervención del Estado ante el corte de tránsito que afecta su actividad, a través de una nota firmada por más de veinte propietarios de comercios ya que el cierre de la circulación y la modalidad de toma y acampe impacta en su actividad económica, indicaron.
Piden, de manera específica, que los manifestantes sean trasladados a otra ubicación, permitiendo la libre circulación de peatones y el normal funcionamiento de las actividades comerciales, al tiempo que insistieron con la liberación de las veredas ocupadas en las inmediaciones de la avenida Uruguay y las calles Félix Aguirre y Félix Bogado, permitiendo el acceso y egreso de mercadería y el tránsito vehicular. También proponen establecer un carril libre central para emergencias y para el flujo de mercancías.