El autor Matías Augusto Voynes, conocido por su trabajo técnico en la música y su pasión por el heavy metal, presenta su libro «MetaLiteratura: Haikus y Sonetos de Metal». Tras su participación en la nueva Feria del Libro de la avenida Costanera de Posadas, Voynes reflexiona sobre su trayectoria, la conexión entre metal y literatura, y la vibrante escena cultural que lo inspira.

Por Santiago Morales

Sábado 29 de junio de 2024. El escritor Matías Augusto Voynes estuvo presente en la nueva Feria del Libro de la avenida Costanera de Posadas, con su libro MetaLiteratura Haikus y sonetos de metal, después que lo presentó en el espacio cultural Flora, en 2023, y en la 1décima Feria del Libro Heavy en Buenos Aires.
El autor lleva muchos años junto a la cultura, fundamentalmente en la música, trabajando como técnico artístico, sonidista e iluminador en experiencias tan heterogéneas como La mancha de Rolando o la Peña Itapúa, Fausto Rizzani, Metalúrgica, el Festival del Litoral o el Ballet del Parque del Conocimiento.
Así como Rodrigo Fresán, otro melómano, dijo que toda literatura es metaliteratura, nos preguntamos, a través de este diálogo, si todo Metal es literatura, y buscamos respuestas a través del libro.

-¿Cómo fue la experiencia en la Feria del Libro de Posadas? Qué opinás de este nuevo evento?
-Me entusiasmo mucho poder presentar aunque sea de manera breve el libro, porque en el marco de mi presentación que estaba destinado a escuelas secundarias es muy importante poder dirigirse a la gurisada. Yo deseo que la feria crezca con el tiempo y se torne una cita obligada de lectores y escritores. Es un espacio increíble para la comunidad librera, desde la producción, difusión y consumo.

-¿Cómo fue la experiencia de presentar el libro en Buenos Aires?
-Presentarlo en la Novena Feria del Libro Heavy fue un desafío, ya que todos éramos del mismo palo y encaré la presentación desde el lado más natural, la de ser un metalero del interior y como más allá de la poesía o literatura en común que tenemos todos los metaleros, hay un factor importante al ser del interior del país. De la periferia de la capital. Ramón Ayala decía “Dios está en todos lados, pero atiende en capital”. La presentación fue muy amena y muy bien recibida por toda la comunidad metalera… y porteña.

-¿Qué significa para vos la distancia, en términos de representación, identidad, teniendo en cuenta que naciste en Buenos aires y viviste mucho tan lejos en Tierra del Fuego y ahora en Posadas?
-Empecé a escuchar heavy metal en Tierra del Fuego, que al ser una isla, es esporádica la llegada de bandas y de material (hablando de aquellos años finales del 80s y principios de los 90). Pero acá en Misiones existe la misma problemática y estamos a 2000 mil kilómetros menos. La distancia para el metalero no es un impedimento para desarrollar esa identidad metalera, esa cultura metálica. A veces somos tercer mundo o periferia de bandas internacionales, a veces somos sede y exportadores a nivel sudamericano o hispano hablante; a veces Buenos Aires está más cerca y otras somos la periferia de la capital. El heavy metal se las arregla para fluir de un lado al otro y mucho más con estas nuevas conectividades que plantean las redes. El heavy y el rockero siempre usó la tecnología como herramienta de difusión y acercamiento a lo que le gusta.

-¿Qué experiencias viviste en la instancia de promoción de tu libro?
-El libro es una celebración a todo aquel que le gusta la música, el rock o el metal pero es una invitación para todos los paganos del heavy metal, y me sorprendió la aceptación, curiosidad, sorpresa y predisposición que hay hacia el heavy cuando se lo encara y se lo presenta desde un lugar de conocimiento e invitación al ajeno de esta música. Estar hablando de heavy metal en lugares que no son comunes a esta música e identidad es algo muy fuerte y muy importante. A veces estoy cansado pero digo, hay que hacerlo por el metal y me mando otra vez a charlar, citar bandas y contar todo.

-¿Qué estás escribiendo?
-Estoy trabajando en dos proyectos. Uno que son crónicas metaleras en un tono bastante humorístico que es una característica del metálico de tener buen humor y hasta reírse de los estereotipos de sí mismo. Y otro proyecto que son unas crónicas bien misioneras pero desde un lado más rockero y borgeano si se me permite la palabra. Anduve compartiendo “La Trilogía Misionera” como una forma de adelanto.

-¿Qué estás leyendo actualmente?
-Leo mucho y todo el tiempo. Hace poco me leí las biografías de Bruce Dikinson, cantante de Iron Maiden; la de Rob Halford, cantante de Judaspriest y la de Duff Mckagan bajista de Guns and Roses; tres libros que los fui leyendo al mismo tiempo y me divirtieron mucho, me hicieron reflexionar y conocer mucho más de la escena y de donde vienen sus obras. Pero también voy leyendo libros al azar, algo de Saborido leía estos días; Adam Buenosayres y también la ficción de El problema de los tres cuerpos, Liu Cixin. Y a Borges, siempre leo a Borges.

-¿Cuál fue el libro más divertido que leíste últimamente?
-Leer es entretenido, pero sin dudas leí “Una historia del Peronismo”, de Pedro Saborido, y solo me detenía cuando me tentaba mucho. Saborido es un escritor increíble de una mente muy aguda.

-¿Cómo te contactaste con la editorial?
-Clara Beter es una editorial comandada por Gito Minore que es un referente de la literatura metálica Argentina, apenas me contacté con él, puso todo a disposición para publicar el libro, a pesar de la distancia editarlo junto a él fue un proceso muy enriquecedor y entretenido.

-¿Cuáles son algunas de tus preferencias metaleras misioneras?
-Trabajé y disfruté de la mayoría de las bandas Metaleras, al ser técnico de sonido e iluminador, siempre estoy metido en el medio. De las actuales tengo que nombrar a Fortaleza, Atila, Metalúrgica y Astralmemory. Pero la escena misionera goza de buena salud recreativa.

-¿Quién es el Ozzy misionero?
-Tenemos buenos referentes en la provincia, mejor digamos que tenemos muchos Ramones Ayalas y Vicentes Cidades y a veces no necesariamente son músicos, sino son parte de la escena, colaboradores, amigos de la movida o solo público recurrente.

-¿Qué opinas de la lucha de los antros y espacios culturales para resistir y hacer recitales? ¿Cómo sería un lugar ideal para vos?
-Tengo la suerte de haber sufrido todos los antros de Posadas y gran parte de la provincia. La música en Misiones goza de buena salud, pero no hay lugares para tocar; la pandemia solventó un poco el tema de difundir, grabar y cosas así, pero nosotros necesitamos el recital para juntarnos. Tocar y escuchar. Un lugar con un escenario, sonido e iluminación decente sería lo ideal que nunca hemos tenido. Y siempre fuimos migrando por los que se jugaban a recibir a las bandas de Rock y Metal. También debemos hacer una autocrítica, a veces como público no sabemos generar la demanda o apoyar la oferta existente. Bandas tenemos, música tenemos, los antros y boliches que se juegan necesitan el apoyo nuestro, asistir y pagar la entrada del evento fundamentalmente. A veces no vamos a ver a nuestros amigos a tocar y eso no ayuda a la escena. La gente y vecinos también no tienen que tener miedo, ven un recital de rock, gente en la vereda y llaman a la policía.

-¿Cómo es tu relación con la poesía y otros géneros?
-El heavy me enseñó y compartió mucha historia, literatura y poesía, así que consumo de todo, desde los clásicos hasta lo más nuevo, desde poesía y terror, a ficción fantasía o humor. Trato de ser ese mejor lector que dijo Borges, más que enorgullecerme de lo que leo, me tranquilizo cuando leo algo y aprendo y me desespero porque me faltan muchas cosas por leer.

-¿Cómo resiste el mundo de los libros ante la tirantez de lo digital y de las dificultades políticas?
-Yo creo que el libro no va a morir, además es el único soporte que no necesita más nada que ser leído, cuando todo se acabe en un apocalipsis, uno puede agarrar un libro y leerlo. Lo que leo en digital a veces es porque no lo consigo en físico. No reniego de lo digital, porque sé que un libro en la mano es un ritual incomparable. Pero es preocupante las políticas que se están dando frente a las publicaciones editoriales, se hace cada vez más difícil publicar o reeditar. Pero igual que los metaleros nos arreglamos para escuchar alguna banda de otra parte del mundo, los lectores también nos arreglamos para adquirir libros.

-¿Cómo crees que afectan en el ámbito literario y editorial las medidas económicas? ¿Cómo ves la perspectiva argentina?
-A veces es más fácil buscar un libro digital que comprarlo a precios exorbitantes.
La cadena de creación, edición, distribución y difusión se complejizó mucho, impuestos, permisos, monopolios, precios que termina teniendo el producto final, el mismo libro, gastos hasta para ir a una feria del libro. Todo se hizo una pelota donde la literatura está sufriendo mucho, aunque va a sobrevivir. Uno empieza a elegir entre “sí, este tengo que comprarlo y tenerlo en físico” y “veo si lo bajo de internet.” Y eso es terrible, empezamos a elegir dejar de comprar libros para comprar artículos de primera necesidad, un libro tiende a ser un lujo, que de hecho siempre lo fue.

-¿Dónde se consigue tu libro?
-Por el momento en el Instagram @crestomatiasmetal.