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María Losada y Hugo Escalada, diputados de Misiones.

En un comunicado deslizan que no hubo acuerdo sino extorsión a las provincias desde la Presidencia para conseguir los votos. Consideran que “si un arreglo no es bueno, ni justo, claramente no es legítimo y la política es básicamente legitimidad”.

 

Los diputados alfonsinistas María Losada y Hugo Escalada se pronunciaron críticamente por la derogación de las leyes llamadas Cerrojo y Pago Soberano aprobada por las dos cámaras del Congreso de la Nación. En un comunicado deslizan que no hubo acuerdo sino extorsión a las provincias desde la Presidencia para conseguir los votos.
Consideran que “si un arreglo no es bueno, ni justo, claramente no es legítimo y la política es básicamente legitimidad”.
Afirman asimismo que “la nueva etapa de la acumulación en base al endeudamiento que se abre en el país, demandará el ajuste que ya se está aplicando sobre los trabajadores argentinos, con despidos, inflación y desregulaciones que dejan las manos libres a los poderosos”.
Recuerdan el ciclo iniciado por Videla y Martínez de Hoz, completado por Menem con Cavallo y no auguran inversiones en infraestructura en las provincias.

Comunicado de Vanguardia Radicalismo Popular
El bloque de diputados Vanguardia Radicalismo Popular, integrantes del Movimiento Nacional Alfonsinista, entiende que la derogación de las leyes Cerrojo y de Pago Soberano y la autorización de cerrar trato con los fondos buitre constituyen la antesala de un nuevo ciclo de endeudamiento externo que, producirá una severa limitación de la autonomía de la política económica.
Es lo que enseña la historia reciente del ciclo de sometimiento a la globalización financiera iniciada en el país con la dictadura de Videla y Martínez de Hoz y llevado a un extremo de entrega en los años de Menem y Cavallo. La estatización de la deuda privada por más de 15 mil millones de dólares es paradigmática. Explica claramente que la subordinación a las condicionalidades externas -Fondo Monetario, Bancos y fondos especulativos- tiene en el país como único ganadores a grupos con posiciones dominantes en el mercado interno.
No hace falta abundar en esta historia para entender como falsa la opción bajada por el gobierno de Macri, resumida en la falacia “acuerdo o hiperinflación”. Estas encerronas discursivas ya las conocemos. Todos recordamos la misma construcción dilemática cuando se sancionaron las leyes que permitieron las privatizaciones, las desregulaciones, los acuerdos fiscales en favor del derrame, los ajustes y la flexibilización de las relaciones laborales.
El caos, recordemos, se produjo precisamente por razones inversas, fue consecuencia del fundamentalismo en la aplicación del ajuste y las políticas neoliberales, que llevaron el desempleo y la pobreza a límites deshumanizantes, es lo que entonces, casi en soledad, combatía Raúl Alfonsín, que por su insistencia en distinguir la deuda genuina de la ilegítima fue derrocado por un golpe de mercado.
Entonces, “todos los argentinos que necesitamos gas, agua potable, cloacas, viviendas, empleos dignos y luz a un precio razonable”, razones esgrimidas por un representante misionero en Diputados para justificar lo injustificable, lo que debemos esperar son tiempos difíciles y presiones sobre los recursos que son de las provincias.
Como señaló el maestro Aldo Ferrer, “la suposición de que después del arreglo con los buitres van a llegar las inversiones es una ficción. Ningún inversor, argentino o extranjero, que tenga un buen proyecto, deja de realizarlo por el conflicto con los buitres. El pago a los buitres no es suficiente para que las agencias evaluadoras de riesgo mejoren la calificación de la deuda argentina, con la consecuente baja de la tasa de interés. Por otro lado, los aplausos de Davos y la complacencia del FMI y del Tesoro de los Estados Unidos son un espejismo. Son los mismos aplausos que en su momento festejaron a los ministros responsables de las políticas de la dictadura y de la década del 90.”

Globalización del dinero o globalización humanista

El comunicado firmado por María Losada y Hugo Escalada, considera que “el debate en las dos cámaras del Congreso nacional fue esclarecedor en el posicionamiento frente a los desafíos de la Argentina para posicionarse en un Mundo globalizado tensionado por dos polos opuestos bien claros. Por un lado la fuerza fáctica del sector financiero que se ha convertido en un fenómeno en gran medida autónomo de la globalización real que refleja en el comercio los cambios en la tecnología y la acumulación del capital productivo. Del otro lado de la fuerza del Dinero están las aspiraciones de los pueblos y sus expresiones en los Estados nacionales. De un lado el poder financiero, concentrado en cada vez menos manos, del otro la soberanía popular.
Repasando los términos de ese debate, vale la pena remarcar que aún entre los mismos diputados y senadores que levantaron la mano, y así lo observó una legisladora en el recinto, se escucharon afirmaciones tales como: “seguramente no es el mejor momento”, “no va a venir la panacea a partir de esta ley”, “estamos tomando una deuda para pagar otra deuda”, “los fondos buitre son la peor carroña”, “tenemos una deuda interna mucho más urgente”, “sabemos perfectamente que no hay arreglos buenos con los usureros”, “no hay nada que festejar”, “estamos perdiendo soberanía”, “esto es un mal necesario”, “no nos gusta la ganancia espuria que va a tener Singer”, “los fondos buitre son la peor lacra del sistema financiero mundial”, “nos gustaría mucho más invertir este dinero en erradicar la pobreza que en pagar deuda”, “esto no nos gusta”. Y otra de las afirmaciones de los diputados que van a acompañar este acuerdo fue: “el arreglo promovido por el gobierno no es bueno, no es justo y encima es caro”. Todas estas expresiones vertidas por los legisladores denuncian al menos 2 cosas: 1) no solo no escuchan, ya ni siquiera se oyen a sí mismos. Sus propios discursos transmiten la mentira y la indignidad que implica este mal denominado acuerdo, porque para acordar debería haber libertad y con ello discernimiento. La mayoría de los legisladores entiende poco pero temen sanciones a sus distritos que redunden en sanciones a ellos; 2) si un arreglo no es bueno, ni justo, claramente NO ES LEGÍTIMO y la política es básicamente legitimidad.
Por eso no acompañamos el camino elegido para salir de la encerrona buitres – Griesa. Vanguardia Radical no baja las banderas, jamás puede estar en esa trinchera renunciando a las convicciones. Recordamos y seguimos sosteniendo nuestra posición cuando en soledad estuvimos en la Plaza San Martín de Posadas repartiendo folletaría explicando las consecuencias de rendirse a los buitres. La nueva etapa de la acumulación en base al endeudamiento demandará el ajuste que ya se está aplicando sobre los trabajadores argentinos, con despidos, inflación y desregulaciones que dejan las manos libres a los poderosos.