El libro La Estancia Grande Itapúa, de Julio Cantero, trae temas para el debate y la polémica: asegura que el nombre originario de la que ho se conoce como Posadas es Itapúa. Se sabe que Encarnación se fundó acá, en la margen izquierda del río Paraná en 1615 y que cinco o seis años después, se trasladó a su emplazamiento actual, donde está desde hace más de cuatro siglos. Además, Cantero asegura que los corrales ganaderos se quedaron de este lado, con poblaciones y, a diferencia de lo que sostiene la historia, nunca fue despoblada. Con ese dato es posible sostener que Posadas tiene, como poblado, también unos 408 años, desde que Roque González la convirtió en la primera misión de las misiones, bajo el nombre de Encarnación, en la entonces Itapúa. Los detalles en la entrevista de Julio Cantero, en Plural TV.
Viernes 8 de septiembre de 2023. Julio Cantero, autor de La Estancia Grande de Itapúa, propone un viaje por el pasado poco conocido de Posadas, explorando acontecimientos y realidades que permanecen en la sombra de la historia. En esta entrevista de Plural TV, Cantero rescata los aspectos más destacados de su publicación y desentraña la historia que se encuentra detrás de la fundación de Posadas y su evolución a lo largo de los siglos. De mantener su nombre originario se llamaría Itapúa y su fecha de fundación sería la misma de Encarnación: el 25 de marzo de 1615.
En el corazón de su obra, Cantero resalta un hecho ya conocido: la ciudad paraguaya de Encarnación, que conocemos hoy, fue originalmente fundada en la zona que ahora ocupa Posadas, en las orillas de la laguna San José. Este acontecimiento histórico se remonta al siglo XVII, cuando Roque González de Santa Cruz, bajo la orden del Gobernador del Río de la Plata y el rey de España, Felipe III, estableció la primera misión de Misiones en este territorio, en 1615. Sin embargo, pocos años después, en 1621 o, posiblemente, en 1620, la misión se trasladó a su ubicación actual.
Al hurgar en la historia, Julio Cantero desafía la creencia común de que, después del traslado de la misión, la región quedó desierta y desocupada. En cambio, su investigación revela la existencia de un próspero puesto ganadero en la zona de la hoy ciudad de Posadas que abarca desde 1621 hasta 1800, un período de unos 180 años, por lo menos. Durante este tiempo, miles de cabezas de ganado vacuno, caballos, ovejas, mulas y burros prosperaron en la margen izquierda del río Paraná, llamada, por entonces, Itapúa (sí, donde está hoy Posadas se llamaba Itapúa). Incluso durante acontecimientos históricos cruciales, como la expulsión de los jesuitas en 1768 y la ocupación paraguaya en 1866, se mencionan grandes cantidades de ganado en esta área.
El nombre original de esta región no era Trincheras, como se conoce comúnmente, sino Itapúa. Cantero proporciona evidencia sólida que respalda esta afirmación, citando numerosas fuentes históricas que se refieren al lugar como el «Puesto de Itapúa.» También se mencionan los nombres de los líderes guaraníes nativos que jugaron un papel crucial en las interacciones con los primeros colonizadores.
La entrevista en Plural TV también toca el tema de las piedras que se conocen como parte de las trincheras de defensa de la actual Posadas, que están señaladas en el centro de la ciudad actual. Cantero sugiere que estas estructuras podrían haber servido como bases para las futuras trincheras paraguayas, aunque se encontraban más alejadas del río. Esto plantea la posibilidad de que las fuerzas paraguayas utilizaran muros de piedra existentes de los antiguos puestos como parte de su fortificación. ¿Pero eran parte de las trincheras o eran los corrales de ganado, las vaquerías?
Para aquellos interesados en explorar más a fondo la historia reveladora de Posadas, el libro de Julio Cantero, La Estancia Grande de Itapúa, está disponible en el portal web misioneshistoria.com.ar, a través de su tienda en línea, o en la librería La Palma de Posadas, ubicada en la calle Buenos Aires casi Bolívar. Este libro es una contribución esencial a la historiografía de la región, arrojando nueva luz sobre el pasado poco conocido de Posadas y su rica historia cultural y social.
Sin dudas, tanto el libro como esta entrevista abren un debate pendiente.
Julio Cantero en Plural TV

-¿Qué es lo más destacable de tu libro, de la publicación?
-El libro trata de comenzar un debate historiográfico que, en mi humilde opinión, hace falta en la comunidad posadeña acerca de lo que sucedió en el actual territorio de Posadas después del traslado de la primera misión de Misiones. Son tópicos muy poco conocidos, por ejemplo, nuestra provincia se llama Misiones por la abundancia de misiones jesuíticas y, la primera de ellas, fue en Posadas que después devino en la capital de la provincia de Misiones. Pero esta misión se trasladó a los pocos años de haberse fundado. Se funda en 1615 de manos de Roque González de Santa Cruz por orden del Gobernador del Río de la Plata y el rey de España, Felipe III, pero después se traslada. La misión fue fundada bajo el nombre de Encarnación de Itapúa, después el concepto religioso de encarnación, que era algo propio de la época, cambió a Anunciación de Itapúa. Esto es muy común, por ejemplo, en aquella época ni siquiera estaban definidos los tópicos canónicos de la teología de la Iglesia Católica. Por ejemplo, asunción hoy en día no es una festividad que se festeje porque no está en la Biblia, la asunción de la virgen María. San Joaquín y Santa Ana tampoco figuran en la Biblia, pero en aquel entonces todavía formaba parte de las creencias de la fe católica a comienzos del siglo XVII, esos nombres se instauraron y no se pudo cambiarlos, porque los jesuitas trataron de cambiar el nombre de Encarnación a Anunciación pero sin éxito. Encarnación se fundó acá (en Posadas) y con población de acá, que era preexistente, no sabemos desde cuándo aunque presumimos que hacía mucho tiempo. Roque González sale en 1614 y emprende su misión desde San Ignacio Guazú del Paraguay, avanza hasta los esteros del Ñeembucú, cruza más o menos por la isla Apipé, la Isla Yacyretá, allí intenta varias fundaciones para las cuales tuvo una respuesta bastante hostil, entonces decidió avanzar. También cerca de lo que hoy es Ituzaingó se encontró con un indio moribundo que le dijo en confesión en su lecho de muerte, que el lugar ya había sido visitado por otro religioso, que Roque González dedujo que era de los franciscanos de Corrientes, y para evitar un conflicto interjurisdisccional decidió alejarse más de la zona en la que ya habían misionado los franciscanos, y desde este punto, río arriba tiene varios intentos. La carta anua que él mismo escribió informando de esto deja claro que no fue bien recibido y que todos se mostraron hostiles hacia su persona y hacia su misión; entonces llega acá y si bien en un principio tuvo una mala respuesta, le permitieron permanecer y al poco tiempo ya estaban compartiendo el fogón y la choza; después le dieron una choza, él les propuso levantar una cruz –muy simbólica de la fe católica– y ellos mismos, aun siendo infieles, le ayudaron. Entonces se va a Asunción, consigue un permiso y vuelve, porque para hacer una fundación necesitaba una autorización legal. Justo en ese momento, por la muerte del gobernador Martínez Negrón, había quedado vacante ese cargo que lo ocupa en calidad de interino Francisco González de Santa Cruz –hermano de Roque González de Santa Cruz—y como gobernador interino y en funciones de todo el Río de la Plata -no estamos hablando solo del Paraguay o de Misiones- emite una licencia para él o cualquiera de la compañía de Jesús para que estos hagan varias fundaciones en la orilla del Paraná, en especial en el Itapúa o en la laguna de Sana Ana, que vendría a ser la laguna del Iberá. Este documento es la primera documentación oficial, legal, impartida por una autoridad, de parte del gobernador de entonces, en nombre del Rey, que le otorga licencia y permiso, y pone multas a quien le obstaculice a fundar una fundación en el Itapúa; es muy claro con esto, que era una zona, una altura a lo largo del río que era conocida pero que todavía no habían podido llegar las autoridades de Asunción.
-¿Ese Itapúa estaba de este lado del río, en el margen izquierdo, o sea Posadas?
-Los historiadores que vivieron a mediados y fines del siglo XVII, como Del Techo (Nicolás Du Toict), que vivió muchos años en Encarnación y que compartió con las personas que protagonizaron esos acontecimientos, deja bien en claro que el puesto llamado Itapúa era un lugar, también lo dice Miguel de Ávila –lazarillo o ayudante de Roque González, que lo acompañó en su primer viaje—y también lo dice Diego de Boroa, Ruiz de Montoya en su famosa Conquista Espiritual, dice “la reducción de Encarnación en el puesto que llaman de Itapúa”. Del Techo dice “su puerto es una laguna” y deja claro también la distancia que hay hasta la desembocadura del Paraná y del Guairá –que es la extinta laguna San José-, y esos números coinciden con esta ubicación. Además, todos los testimonios posteriores hablan del traslado de Encarnación, y dicen que se trasladó a la costa de enfrente, o a la orilla de enfrente, o a la otra banda; queda claro que es acá.
-¿Qué otros puntos importantes rescatás del libro?
-El núcleo principal del libro, que si bien me paso mucho tiempo tratando de contextualizar y haciendo la previa para dar a entender cuál es la situación de la llegada de Roque González, el lugar, la toponimia, dejar bien en claro que era este lugar y esta costa del río, lo novedoso -porque todo esto que te dije es sabido, hay trabajos previos que lo abordan y nadie historiográficamente va a discutir esto- es que se suele postular que después del traslado de la reducción, esto quedó vacío, que no hubo actividad, ocupación ni explotación del territorio, y entonces se suele decir que esta fundación de la primera reducción de Misiones en el territorio de Posadas es algo significativo pero efímero, que no tuvo mayor trascendencia porque a los pocos años se trasladó -se fundó en 1615 y en 1621 se trasladó-. Lo que yo hago es fundamentar que acá hubo un puesto ganadero y enumero las fuentes que así lo avalan entre 1621 y 1800, que es un periodo muy largo de tiempo, y sugiero que se continúe las investigaciones de archivos y documentales en ese sentido, ya sea para avalar la hipótesis o para descartar, pero enumero las fuentes para esta hipótesis.
-Hago un resumen periodístico y vos me decís si es correcto o no. La ciudad que hoy es Encarnación se funda donde hoy estamos asentados, acá, en Posadas, en la zona de la laguna San José…
-Hay un documento que dice que el puesto tiene muchos puertos, lo que me hace pensar que era una ocupación dilatada a lo largo del río. El puesto de Itapúa tiene muchos puertos, es decir que había muchas llegadas de canoas, porque la presencia y el tránsito de canoas era muy abundante, estamos hablando de miles de canoas.
-Hablamos entonces, de la fundación de Encarnación en el margen izquierdo, donde estamos hoy, y se traslada 6 años después de esa fundación a donde permanece hoy, ahí donde sigue estando Encarnación…
-Guillermo Furlan deslizó que fue en 1621 porque figura en la carta de ese año, pero si uno analiza los acontecimientos que va relatando esa carta, y sobre todo los periodos climáticos de las estaciones, y por lo largo de la cantidad de meses que menciona, uno concluye que esa carta hace referencia a algo que aconteció el año pasado, entonces lo más probable es que sea en 1620. De ser así la ciudad de Posadas tendría 408 años porque nunca se despobló. Permaneció una explotación ganadera muy grande; estamos hablando de 40 mil cabezas de ganado vacuno, más decenas de miles de ganado caballar, de cinco mil ovejas, mulas, burros. De hecho, el inventario de 1768 cuando sucede la expulsión de los jesuitas, se refiere a esta estancia como “La Estancia Grande de Itapúa”, “la Estancia Grande en la otra banda” dice, estando el cura en Encarnación, y también se refiere a la estanzuela del pueblo (la estancia chiquita) y si uno compara el número de ganado entre la estanzuela y la estancia grande es muy significativa la diferencia. Cuando Nicomedes Castro viene, a principios de 1866, a desalojar a las fuerzas paraguayas que estaban alojando las trincheras de los paraguayos –como se conocía en ese entonces- entre Ituzaingó y Candelaria, toma 40 mil cabezas de ganado. Es decir que la actividad ganadera seguía hasta pasado el siglo IXX con números tan significativos como 40 mil. Me llamó la atención que sean la misma cantidad de cabeza de ganados cuando la expulsión de los jesuitas, cuando la expulsión de la ocupación paraguaya en 1866, es un siglo después.
-Nuestro nombre original no sería ni siquiera Trincheras, sino Itapúa…
-Así es; no queda lugar a dudas; todas las fuentes se refieren a este sitio como el Puesto de Itapúa, y los primeros habitantes –que es una pena que se desconozca–, originarios guaraníes, nadie conoce los nombres, pero la fuente los nombra, dice el cacique Terapuá, el cacique Añapece y el cacique Ñamandú. El principal de la zona era el cacique Terapuá. De hecho, ese cacique va a ser muy útil y los va a ayudar en las negociaciones, en las tratativas y acercamientos de las otras tribus de aguas arriba, muy belicosas y muy adversas a la llegada de los criollos, de los jesuitas, a los que consideraban espías de los españoles; la ayuda de Terapuá les va a ser muy útil a Roque González y a Diego de Boroa, que fueron los primeros sacerdotes.
-Las piedras que creemos que eran de las trincheras de defensa en Posadas, ¿eran de esas trincheras o de corrales ganaderos?
-Aníbal Cambas dice que muy probablemente este cercado haya sido la base de las futuras trincheras; cuando nosotros pensamos en las trincheras que construyeron los paraguayos debemos pensar en trincheras más cerca del río, y los datos que tenemos de la trinchera de piedra de los historiadores del siglo XIX, marcan muros en lugares tan alejados del río en las intersecciones de Corrientes, y donde comienza la avenida Roca; en esa manzana que está dividida, en el Tajamar, en el Brete, son lugares muy alejados, entonces los más probable es que las fuerzas paraguayas hayan hecho su fortificación y a su vez haya estado el antiguo muro de piedra de uno de los puestos, o de varios puestos. El inventario también habla del ganado “en tres puestos”. Lo que está en el libro es solo la segunda parte de la investigación porque era lo más novedoso, pero la primera parte de la investigación comienza en 1614 hasta el traslado en 1621, la segunda desde 1621 hasta 1800, y la tercera es la etapa de la trinchera, de 1800 a 1870.
-¿Dónde se consigue el libro?
-Lo pueden conseguir en el portal web misioneshistoria.com.ar, en una suerte de tiendita online que armamos, o en la librería La Palma de la calle Buenos Aires casi Bolívar, en Posadas.
