El Debate Presidencial del domingo generó una reacción social y mediática que cuestiona la capacidad y el liderazgo de Patricia Bullrich. Su desempeño en el debate, sus dificultades discursiva, el evidente desconocimiento sobre economía y su desconexión generacional la llevaron a perder apoyo -incluso interno-, mientras se posicionan otros dos candidatos. Javier Milei y Sergio Massa aparecen como las opciones más viables para la Presidencia argentina de los años 2023 al 2027.
Miércoles 4 de octubre de 2023. Después del debate presidencial del domingo, los argentinos empiezan a mirar a los tres principales candidatos con más atención. Si bien nadie perdió, porque los debates no se pierden ni se ganan, la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, fue la más desorientada y sin capacidad para explicar su propuesta de Gobierno. Torpe para comunicarse, incomprensible en sus exposiciones en general y sobre todo, en economía, pese a que es el eje más importante de estos tiempos para la política y la propuesta de gobierno, no pudo mostrar la solidez necesaria para dirigir los destinos de un país y mucho menos, el de esta convulsionada Argentina.
El mismo domingo, comenzó la reacción en las redes sociales, que se profundizó esta semana en los medios de comunicación y en las reuniones y conversaciones de lños argentinos donde, la coincidencia, es la comparación entre Patricia Bullrich y el ex presidente Fernando de la Rúa, una asociación que se sustenta en la imagen que ofreció la candidata de Juntos por el Cambio en el Debate televisado, donde se mostró desorientada y con falta de lucidez, un combo que dificultó su capacidad para expresar ideas de manera clara.
En esa línea, los analistas políticos del Gobierno local también coincidieron, recordando los tiempos en que Bullrich se desempeñó como funcionaria de aquel Gobierno de dos años que estalló cuando recién comenzaba el Siglo 21, caracterizado por medidas impopulares como la reducción de los salarios de los jubilados, que Bullrich defendió cuando tiene oportunidad.
Lo dicho: uno de los aspectos más críticos del desempeño de Bullrich en el Debate Presidencial del domingo 1 de octubre de 2023 se centró en el ámbito económico, el área que más preocupa a la población: Bullrich no pudo ofrecer una explicación de sus propias propuestas, lo que resaltó su vulnerabilidad en este tema crucial. Incluso, Javier Gerardo Milei aprovechó la ocasión para recordar controvertidas acciones de Bullrich en el pasado, como la colocación de bombas durante su pasado montonero de los años 70, lo que le generó una tensa situación.
En estos días posdebate, la crítica a Bullrich no se limita a las redes sociales sino que también afectó su apoyo interno. Los seguidores más fieles de Juntos por el Cambio no reconocen su falta de enfoque y falta de habilidades de liderazgo, tanto en el partido como en la nación en general. Su incapacidad para resolver las tensiones internas dentro de la alianza que conformaron, erosionó su credibilidad y su capacidad de liderazgo y, como consecuencia, cuestionan su desconocida propuesta para enderezar el rumbo del país. En realidad cuestionan su discurso que señala su intención de enderezar el país pero no muestra propuestas sino, un latiguillo centrado en “acabar con el kirchnerismo”, según su propia consigna.
Mientras tanto en Misiones, el sector del comercio –en general– que siempre mostró su preferencia por Juntos por el Cambio, comenzó a experimentar una creciente decepción. “Cada vez son más, en la región, que empiezan a entender que Bullrich no puede ofrecer soluciones efectivas a los problemas económicos que enfrenta el país”, admiten mientras otro poco empieza a poner en ese análisis, también, el tremendo endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional que trajo Mauricio Macri a la Argentina. Son los que admiten que están reconsiderando sus opciones de voto.
Ahí es donde tanto Sergio Massa como Javier Milei demuestran tener más capacidad y condiciones en la opinión de muchos exadherentes de Bullrich. Esta percepción se traduce en una pérdida de apoyo, con figuras prominentes dentro de su frente, como Mauricio Macri y el propio radicalismo, retirando su respaldo a la candidata que supieron posicionar. Su postura divisiva y la falta de un plan económico sólido tienen un costo significativo: este costo.
Los analistas locales le agregan un nuevo condimento a la pérdida de preferencia del electorado: la perspectiva generacional, donde Bullrich parece también estar desconectada y fuera de sintonía. Más allá de que su estilo y enfoque no atraen a los jóvenes, que se identifican más con otros candidatos, Patricia dirige –cuando puede– su discurso a los nostálgicos de los gobiernos militares y a las fuerzas militares, reforzando su desconexión con los tiempos actuales y el futuro.
El análisis político observa en ese desencuentro generacional de la candidata de Juntos por el Cambio con el electorado, también se hace evidente en Misiones, “donde muchos jóvenes que previamente votaron por JxCs en las Paso, ahora están considerando otras opciones”, aseveran.
“Es que desentona. Bullrich perdió hasta el acompañamiento de su propio frente. La abandonó Macri y la abandonó el radicalismo. Está pagando el precio de tener una postura odiadora que fomenta la grieta y esconde la falta de un plan económico. Los jóvenes ya se dieron cuenta que JxC va camino a su disolución, como dijo el exasesor de Macri, Jaime Durán Barba. Se proyecta que no estará en el balotaje porque sus votantes en las Paso están migrando hacia los otros dos candidatos mejor posicionados: creen que la presidencia se definirá sin ella, con Javier Milei y Sergio Massa como preferidos”, rematan.
