El escritor adoptó Misiones para vivir. Ganó la edición 2023 del Premio Internacional Loewe de Poesía con el libro Los cuadernos Perdidos de Robert Walser.
Viernes 20 de octubre de 2023. El poeta Diego Roel, residente de Posadas, resultó ganador del Premio Internacional Loewe de Poesía 2023 por su libro Los cuadernos Perdidos de Robert Walser. El premio tiene relevancia mundial en el rubro de las letras.
Al certamen se presentaron 2302 libros inéditos, en castellano procedentes de 44 países. Y el jurado (integrado por Gioconda Belli, Antonio Colinas, Aurora Egido, María Negroni, Juan Antonio G. Iglesias, Carme Riera, Jaime Siles, Luis Antonio de Villena y Reiniel Pérez Ventura) elogió la técnica que utiliza este poeta y su capacidad de “combinar la epístola y el pensamiento, manteniendo una distancia que objetiva lo subjetivo”. Y el “rigor, unidad de escritura, tono y focalización”.
Roel nació el 11 de septiembre de 1980 en Buenos Aires, vivió en Neuquén y se considera misionero. Es autor de varios libros: Diario del insomnio (2005), Cuaderno del desierto (2007), Las variaciones del mundo (2010), Los Jardines del Aire (2012), Dice Jonás (2015). Via Lucis (2015); Kirios (2016), Shibólet (2018) El infierno es una bestia callada y triste (2020).
Su último libro salió en mayo de este año y se llama Pampero (Editorial Palabrava, de Santa Fe que difunde a escritores del interior), “suerte de crónica en verso, o diario apócrifo de los protagonistas de la tragedia del Pampero”, describe el autor. Pampero era el globo aerostático que Aarón Félix Martín de Anchorena había traído de Francia a la Argentina en 1907 y que desapareció el 17 de octubre de 1908, con Eduardo Newbery (hermano de Jorge) a bordo, en un vuelo que partió de una quinta en Buenos Aires y desapareció en el intento de hacer el primer viaje nocturno en globo.
Su libro Andrei Rubliev (2020) lleva el nombre de un monje errante del Siglo XV (la película de Tarkovski de 1966 empieza con el intento de un viaje en globo aerostático, lo que permite trazar una red de misteriosas conexiones entre los libros de Roel).
En junio de 1933, en contra de su voluntad, Robert Walser, el escritor suizo autor de más de 20 libros, y protagonista de la obra de Roel premiada en esta ocasión, es internado en un manicomio perdido en una montaña con diagnóstico de esquizofrenia y catatonía crónica. A partir de ahí supuestamente abandona toda actividad literaria y solo escribirá cartas a sus hermanas y amigos. Se comporta como un paciente tranquilo y discreto al que le gusta dar paseos por los alrededores. Cuando le dan el alta decide quedarse para siempre internado donde vivirá 20 años más. Para saber si un escritor lúcido autoexiliado rodeado de locos seguía produciendo su obra en ciertos cuadernos tenemos que leer el nuevo libro de Roel.
Misiones Plural entrevistó al autor galardonado.
-¿De dónde sos?
-Nací en Temperley en 1980. Viví 15 años en Burzaco, terminé el secundario en Neuquén. Y estudié Historia del Arte en La Plata. Viví un par de años en Mendoza.
-¿Cuándo llegaste a Misiones y con qué objetivo?
-La vida me trajo, misteriosamente. No hay objetivo.
-Se podría decir que, como Walser, Newbery y Rubliev, saliste a dar un paseo. ¿Qué otros géneros te interesan aparte de la poesía?
-Escribo poesía. Leo casi exclusivamente poesía.
-¿A qué edad empezaste a escribir y qué escribías?
-A los 15 años. Poemas.
-¿Cuáles fueron tus primeras lecturas?
-Con mi abuela materna, cuando yo tenía seis años, leímos el Martín Fierro. Antes de ir al secundario ya había leído, con la nona, La Divina Comedia. Y la Biblia. A los doce le robé a mi madrina una antología de Federico García Lorca. El Llanto por Ignacio Sánchez Mejía me voló la cabeza. En la secundaria leí a Pizarnik, Gelman, Tuñón, Girondo, Borges, Orozco, Paz, Smerling, Burton, San Juan de la Cruz, Teresa de Ávila, Manrique, Blake, Donne, la generación del 27 española y un largo etcétera.
-¿Cómo conociste a Robert Walser?
-En la pandemia leí su libro Vida de Poeta. Y cuando surgió la idea de mi libro (Los cuadernos perdidos de Robert Walser) leí casi todo lo de él. Y casi todo lo que se escribió sobre él.
-¿Qué pensás de los paseos, caminatas, a la hora de escribir? ¿Cuáles son tus propios métodos o rutinas?
-El método walseriano me parece interesante. Que lo percibido durante largas caminatas decante después en la escritura. Pero yo soy un paseante-ciclista. Creo que el proceso es distinto, uno no puede abandonarse a la contemplación del paisaje cuando anda en bicicleta, es peligroso (risas).
-¿Pensás ir al manicomio suizo donde estuvo Walser?
-No pienso ir a ningún manicomio (no pienso ir voluntariamente a ningún manicomio).
-¿Cómo fue la experiencia con Pampero, como llegaste a esa idea?
-Esa idea surgió en Neuquén. Después de leer una nota sobre el aniversario de la tragedia del Pampero.
-¿Volaste en globo?
No.
-¿A qué otros poetas misioneros conoces que te hayan impactado?
-Hace poco vivo en Misiones, un año. Conozco poco todavía pero ya me impactó Lurian Batista.
-¿Qué otras artes te interesan?
-El cine, la pintura, el teatro.
-¿Escribís escuchando música? ¿Haces música; cómo es tu relación con la música?
-Casi nunca escucho música cuando escribo. Sólo cuando escribí un libro titulado ViaLucis. Lo escribí escuchando las variaciones Goldberg.
-¿Cuáles son tus autores preferidos o que recuerdes que te han marcado? Y Autores misioneros que recomiendes.
-Me han marcado muchos autores. Podría decirte: San Juan de la Cruz, Saint John Perse, Yannis Ritsos, Yorgos Seferis, Federico García Lorca, Horacio Castillo, Ricardo Molinari, Jacobo Fijman. Autores misioneros conozco muy pocos: Marcial Toledo, Olga Zamboni.
-¿Hay incentivos, ferias, circulación en el mundo de la poesía regional?
-Me parece que no.
-¿Qué pensás de los recitales de poesía? ¿Qué escenarios posadeños conocés?
-Me invitaron a leer en Poesía de Miércoles. Y fui a escuchar al ciclo Club Atlético Corazón. En Oberá presenté Pampero, con la gente de Reviro Textual (ahora se llaman “Ritual”). Hace poco conocí a Carlos Piegari, que dirige “Neaconatus ediciones”, me pareció muy interesante su proyecto.
-¿Qué pensás de los talleres literarios? ¿Clases individuales? ¿Fuiste a alguno? ¿Das o darías clases?
-Cuando tenía 15 años fui tres o cuatro meses a un taller literario en la vieja estación de Neuquén. Fue muy divertido. Doy taller de lectura y clínica de obra.
-¿Vas a viajar a recibir el premio?
-Viajo en marzo de 2024. La ceremonia será en Madrid.
-¿Qué proyectos literarios tenés? ¿Qué estas escribiendo?
-Estoy escribiendo, sí. Un libro que cierra la trilogía que empezó con Andrei Rubliov y Los cuadernos perdidos de Robert Walser.

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Santiago Morales – Misiones Plural
