El psicoanalista Jorge Aleman ofrece una visión profunda de los desafíos políticos y sociales en Argentina, destacando la complejidad de las fuerzas en juego y la necesidad de reflexión y responsabilidad en medio de un panorama en constante transformación. En una entrevista con Roberto Navarro, describió a la rebeldía actual como una «revolución pasiva» y el cambio en la lógica de la sociedad, amplificado por la pandemia y las redes sociales, llevaron a transformar la naturaleza de la rebeldía.
Jueves 23 de noviembre de 2023. El psicoanalista y escritor Jorge Aleman -argentino con 47 años de residencia en el extranjero- habló de los desafíos que atraviesa la Argentina de la actualidad, al analizar los acontecimientos políticos y sociales que, confiesa, desconcertó a muchos observadores. Destacó, en este contexto, la impotencia de las estructuras políticas clásicas para transformar las condiciones del neoliberalismo, donde los procesos de concentración de la riqueza y el aumento de la desigualdad dejan impotente a los proyectos transformadores de todo el mundo. Este fenómeno, según Aleman, lleva a una inercia en la formación política, una pérdida de energía que se manifiesta de manera específica en cada contexto.
En una entrevista con Roberto Navarro, Aleman dijo que la Argentina se encuentra inmersa en una especie de «serie de Netflix de terror», influenciada por el libro de Freud sobre psicología de masas. Describiendo la situación como una especie de hipnosis colectiva, destaca la fascinación que impide a la población escuchar, razonar y discernir los problemas en juego. Este fenómeno de desresponsabilización de las masas, entiende, fue operativo y sorprendente en todo el planeta.
La entrevista aborda el sorprendente apoyo de ciertos sectores a figuras de extrema derecha, como Javier Milei. Ahí, Aleman enfatiza la sorpresa global ante la opción suicida de algunos votantes, subrayando la importancia de no desresponsabilizar a quienes eligen tales caminos. Reconoce los problemas económicos, como la alta inflación y la pobreza, pero destaca la paradoja de cómo estas circunstancias llevan a la destrucción de quienes votan por políticas que agravan su situación.
El psicoanalista también reflexiona sobre la transformación del peronismo a lo largo de los años y cuestiona si aún representa la diversidad y la informalidad actuales. Destaca la desconexión entre el peronismo tradicional y una parte de la población que ya no se siente representada por él. Y advierte sobre el peligro de una escalada de violencia en la sociedad. Señala la conexión entre el discurso violento de figuras como Milei y la forma en que se expresan en las redes sociales. Destaca la importancia de la responsabilidad en el uso de las palabras y cómo las redes pueden fomentar la desresponsabilización del insulto.
En cuanto al futuro de Argentina, Aleman ve a Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, como un faro importante. Entiende la necesidad de reconocer y proteger su liderazgo, destacando la importancia de los medios alternativos en este proceso. Sin embargo, también advierte sobre los desafíos que enfrenta Kicillof y la importancia de su capacidad para mostrar liderazgo en medio de un panorama político incierto.
La entrevista concluye con reflexiones sobre la rebeldía actual, que Aleman describe como una «revolución pasiva». Destaca cómo el cambio en la lógica de la sociedad, amplificado por la pandemia y las redes sociales, llevaron incluso a una transformación en la naturaleza de la rebeldía.
Jorge Aleman con Roberto Navarro
-Empezamos por el qué pasó.
-La pregunta para mí tiene muchas vertientes, primero, una impotencia por parte de las estructuras políticas clásicas de transformar las condiciones actuales del neoliberalismo. Los procesos de concentración de la riqueza y aumento de la desigualdad van volviendo, a escala mundial, impotentes a los proyectos transformadores, es decir, hay un momento en que pierden su energía, donde se vuelve una inercia la propia formación política, eso tiene su propia especificidad en cada lugar, pero hay que tenerlo en cuenta, es uno de los dramas de proyectos políticos en el interior del neoliberalismo tratar de establecer algunos dijes. Además de esto, Argentina tiene algunos componentes especiales, ha ingresado a una serie de Netflix de terror, que se explica más desde el libro de Freud de psicología de las masas cuando explica que la merma intelectual queda reducida como a un fenómeno de hipnosis colectiva, hay un fenómeno de fascinación que impide escuchar, razonar y discernir lo que está en juego. Esa desresponsabilización propia de las masas ha sido muy operativa porque lo que me preguntan de todos lugares del mundo, dado que vivo hace 47 años afuera, los que ya están muy acostumbrados a convivir con la ultraderecha, los que ya saben que la ultraderecha se pavonea por el mundo, es cómo en un país que tuvo la política que tuvo con respecto a la memoria, verdad y justicia, que tiene un movimiento nacional y popular que atravesó el siglo, que tiene un caudal intelectual serio puede pasar esto. Hay una sorpresa inédita en el mundo de las culturas políticas y de los analistas de una opción suicida, y que según mi juicio no se puede desresponsabilizar al votante. Es verdad que la inflación es un hecho traumático, es verdad que es del 140 por ciento, los niveles de pobreza, pensando desde la lógica del bolsillo, salvo que le neguemos toda capacidad de discernimiento intelectual, han promovido la destrucción de los mismos que lo han votado. Recién estuve escuchando una estadística donde de cada diez enfermeras hay seis o siete –no me acuerdo cuál era el número, pero era espantoso- que votaron a Milei. Se puede decir: “están engañados, no saben lo que hacen, se les propone un sufrimiento ahora pero que después va a tener una buena solución”, esa es una lógica sacrificial, es el libro de Job, después de un gran sufrimiento vendrán los días de felicidad. Es muy difícil entender la opción…
-Fueron ocho años de caída de ingresos…
-Sí, es verdad. Pero te puedo asegurar que conozco países que están mucho peor que este, es decir, este país está en situaciones horribles. Ayer vi una larga fila en Constitución de gente con reposeras esperando sacar el billete a Mar del Plata que sale tres mil pesos, y pasaban la noche ahí con los niños, pero hay países donde eso es inconcebible porque no hay Mar del Plata, ni hay vacaciones. Entonces, sin relativizar ninguno de los datos terribles, traumáticos y horribles y este dato que acabás de dar, todo puede ser mucho peor, este mundo ha demostrado que las situaciones pueden empeorar. En frente de España está Marruecos, si vas a Marruecos, en tres kilómetros que hagas afuera de Tanger empezás a ver burros, gente que camina descalza. La idea de que se pensó con el bolsillo yo también me permitiría abrir a consideración, porque creo que hay una resistencia a pensar en lo que ha sucedido, que ha surgido un antiperonismo popular. Es una inercia popular que tenemos de pueblo-peronismo, y se ha producido una desconexión importante, hay una dificultad en entender que el que te desafía ahora, te desafía con Milei, no con Perón, no es “¡Viva Perón carajo!”, sino con Milei, y desde un lugar de absoluta precariedad.
-El peronismo llega en el momento en que en Argentina empezaban los talleres, las fábricas, y Perón hace crecer ese modelo. Hoy es un modelo con 50 por ciento de informalidad, la mayoría de los informales son pobres, hay informales que les va bien, pero tampoco se sienten cerca del peronismo. Es decir, hasta dónde el peronismo, con sus estructuras tradicionales, incluso con el kirchnerismo, representa toda esa informalidad, que de per sé el informal es individualista. Si querés podés sumarle el efecto de las redes, hay una menor socialización de los jóvenes, que se comunican, y eso no es lo mismo que socializar.
-El peronismo ya no los representa. Es un argumento muy interesante y creo que hay que radicalizarlo, ninguna cultura de las que hemos conocido representa eso. Es como un país desconocido con el que no se puede hablar. Uno cree que el país en el que vive es el que vio la película 1985, y no es ese país. Ese país está entre nosotros, hay miles de vidas que se han tejido alrededor de ese mundo simbólico, pero ese mundo simbólico se derrumba en el mundo entero. La cuestión del pasaje del capitalismo industrial al capitalismo post fordista, financiero o como se le quiera llamar, el capitalismo de los algoritmos ha provocado que las estructuras políticas clásicas estén todo el tiempo en una situación de impasse y de impotencia.
-Y después la cuestión de que Milei tiene una forma violenta de expresarse y empatiza con la forma de las redes, esos jóvenes que tienen una manera violenta de expresarse que quizás en la calle, en la vida cotidiana no son así, pero la forma de expresión en las redes es violenta; quiere decir que su juego mental, su articulación cotidiana es violenta y pueden empatizar con este tipo de discursos.
-Sí, las redes invitan a una desresponsabilización del insulto, y se puede dar la difamación con mucha más intensidad, y de hecho este hombre gana en su performance de cólera, momentos en los que no puede hacer sus ataques de cólera se vuelve un tipo con escasísimos argumentos. El peronismo fue un milagro político en el sentido que atravesó etapas muy distintas a las que lo vieron nacer, y ahora la pregunta es si logra existir en estas circunstancias, si tiene todavía en su mundo simbólico una posibilidad de rearmarse, en el sentido de volver a ser operativo, de volver a ser una fuerza política.
-Como todo partido que sufre una derrota hoy no la están pasando bien y se están peleando.
-Me parece, modestamente, que ahí hay un problema de fondo, el tabú de la palabra “izquierda” en este país ha llegado muy lejos. No es un problema nominal, me da igual que no se ponga la palabra izquierda por delante. Podemos es una experiencia muy interesante que ahora está en retirada, pero que modificó la estructura política española sin la palabra izquierda. ¿Por qué no puede haber un movimiento de izquierda democrático nacional y popular en Argentina? ¿Por qué esta división de aguas entre un movimiento se caracteriza por la ubicuidad permanente y los cambios de lugares? Por ejemplo, ya se nombran algunos “peronistas” (entre comillas), para el proyecto de Milei. ¿Por qué no puede haber una fuerza política con una frontera delimitada? Yo no sé si en un periodo histórico como este, una fuerza política que quiere ser nacional y popular, se puede permitir tener un núcleo ideológico tan difuso.
-La impresión de que lo implosionó la misma líder. Cristina sostiene un discurso de izquierda, pero elige candidatos de derecha, no sé si llamarle de derecha a Alberto, pero como mínimo no vino a cambiar nada, entonces juntás votos, hacés operativo clamor, tenés discursos de izquierda, pero llega el momento, le das a alguien todo ese capital político que te puede caer mejor o peor, Massa terminó simpatizando al electorado peronista, hizo bien las cosas, pero es un hombre de derecha, iba a poner a Melconian en el Ministerio de Economía.
-Hay un discurso de Cristina que para una líder como ella, que lidera una fuerza de izquierda, o al menos que tiene como antagonista a la derecha, eso está clarísimo, porque uno puede decir que la palabra “izquierda ya no va”, pero la derecha sigue insistiendo, y además te dicen “zurdos de mierda” y como enseñó Eva Perón que los insultos era algo de lo que uno se puede apropiar, como al decir “cabecitas”, “descamizados”, uno tendría que decir: “sí, somos zurdos de mierda”. Entonces ahí en cuanto al discurso de ella, ella tiene momentos de enorme lucidez para caracterizar al neoliberalismo, las estructuras sociales, pero su idea de que el capitalismo sigue siendo la forma más lograda que encontró la civilización para establecer la distribución de bienes debería ser un poco discutida, porque uno podría decir “puede que no cambie el capitalismo”, pero no puedo decir “es imposible cambiar”, porque si es imposible cambiarlo ya he retrocedido muchísimo con respecto a un proyecto, otra cosa es que yo diga “puede que no cambie nunca”, pero son dos modalidades de enunciación distintas.
-Hablemos de violencia, hay una violencia inorgánica que le da vuelo, Milei dijo: “está la gente de bien y los otros”. Macri dijo “los jóvenes revolucionarios que enfrentaron a Milei van a salir a enfrentar a los orcos en las calles si se quieren resistir a esto” -orcos quiere decir que te deshumanizo-. ¿Tenés temor de que haya una escalada de violencia?
-Sí. Todos tenemos temor y creo que sería suicida. De todas maneras, me parece que la caracterización de Macri de jóvenes revolucionarios es demasiado. Dos amigos míos, una feminista española, han venido a estudiar todo esto y me contaban que en el búnker de La Libertad Avanza había como un carnaval, gente disfrazada con una motosierra en la cabeza, gente disfrazada de león, o sea, habían adoptado la personalidad de los memes. No sé si esos son, más allá de que efectivamente conocemos en Argentina patotas, grupos que pueden hacer daño -aunque hay que estar muy prevenido, y es un momento para organizarse bien y no exponerse- pero llamarles jóvenes revolucionarios quizás estará emulando las camisas negras del neofascismo, no sé, porque en el 44 por ciento de los votos de Massa sí hay estructuras sociales que tienen una experiencia histórica de lucha y hay muchísima gente que cuando pierda su trabajo o cuando vea que se derrumba su mundo va a dar pelea. Ahora, si resulta que se trata del 76 y que las fuerzas armadas embarcan en esa pelea, ya estamos en otro escenario todavía mucho más trágico. Ahora, si Macri tiene la irresponsabilidad, por su odio, de llamar a una contienda civil, me parece que se va a equivocar para todos los proyectos, incluso del mercado y empresariales, porque este país se va a volver un caos. Puede ser que haya gente que quiere que este país sea un caos, también puede ser que haya sectores populares que quieran que este país sea un caos. Cuando llegué a Ezeiza me sorprendió mucho una conversación con un taxista que me dijo que le iba a dar una oportunidad a Milei, y yo le dije: «si esa oportunidad es la guerra», y me dijo: «y que haya guerra». O sea que parece ser que hay muchas personas que estarían en una situación límite en donde estarían dispuestas a todo, por eso la idea de pensar con el bolsillo, la inflación es peligrosa; hay mucha gente que la idea de la destrucción la ha tentado, se ha visto arrastrada y fascinada por la idea de una destrucción absoluta.
-Una pulsión autodestructiva incluso…
-Todo el mundo lo va a terminar pensando así. Ha surgido esto por múltiples razones que se fueron combinando en estos últimos años, el dato que vos has dado de ocho años de caída del ingreso, la sensación que tienen de que están afuera, la sensación de que la política se autonomizó y no tiene nada que ver con la vida de ellos.
-Apelo al psicoanálisis. Rafael Bielsa recién me lo ratificaba, que trabajó con Milei 15 años, afirma que conoció a Conan, su perro, en el Imperio Romano, que ellos debían haberse enfrentado, pero que Dios les dio la orden que se unan para lograr venir a Argentina.
-Sí, hay varias de esas historias. Él controla la eyaculación y eso le permite el contacto con Dios, él es Moisés y la hermana Encarna a Arón. Ahí hay un fenómeno que ocurrió en la pandemia que emergió en muchos lugares del mundo, un discurso delirante con las vacunas, con la cuarentena como una imposición inventada por los políticos, y demás, y todo fue canalizado por la ultraderecha. De eso no fue nada a la izquierda, cuando empezaron todos los brotes delirantes en distintas ciudades del mundo, de marchas el terraplanismo, la negación del cambio climático, la idea de que era una estafa la vacuna, la idea de que la cuarentena era toda una mentira, la izquierda quedó afuera, con eso no pudo hacer nada porque hay una vinculación estructural entre paranoia y ultraderecha. Yo no quiero estigmatizar la experiencia humana de la locura porque la respeto mucho, pero está presente el hecho de esta cuestión megalómana, paranoica de rehacer el mundo, de reinventarlo de nuevo, de que tenés una misión, de que has sido asignado por una fuerza divina a una misión que vas a tener que cumplir. Incluso, por ejemplo, el mismo Abascal ha declarado que Milei parece un normativizado. Dijo en la televisión a Yolanda Díaz -ahí es donde pierde gran parte de su debate- que los educadores en los colegios que dan educación sexual tratan de orientar a los niños hacia lo trans, y ahí apareció el momento delirante del tipo, es decir, que hay una conexión a pensar politológicamente entre locura y ultraderecha que todavía permanece un poco velada.
-Los medios internacionales tomaron muy en cuenta ese detalle, además de hablar de extrema derecha.
-Todos han publicado la cuestión del ultraderechista que habla con los perros clonados. Hoy escuché que va a estar al frente del Conicet el que clonó al perro de Milei, Salomones. Entonces el enigma es cómo soporta la sociedad esto que va a pasar, ¿qué van a hacer?, ¿van a asistir pasivamente a su autodestrucción?, ¿para dónde van a mirar?, ¿a qué fuerzas políticas van a dirigirse y a quién van a interpelar? Esto es lo que veremos en los próximos meses.
-Sería interesante que exista una opción, que exista una luz al final del túnel porque claramente esa porción de la sociedad se sentía muy frustrada. Se habla de salto al vacío, vos das un salto al vacío cuando atrás hay un incendio, un salto al vacío daban el 11 de septiembre en las torres gemelas. Tiene que haber un espacio para que vos vuelvas a un lugar habitable para salir del vacío.
-Tiene que haber un espacio creador de comunidad. Es dificilísimo, pero va a tener que hacerlo, sin embargo, no es imposible porque Axel ha logrado eso.
-Ese es un dato muy interesante porque la gente lo vota a Axel mayoritariamente y después esa misma persona va y le pone el voto a Milei. Ahí pensaron lo que estaban haciendo. A este lo quiero como Gobernador, y a este lo quiero como Presidente.
-Sí, hubo un discernimiento público. Quiere decir que eso no puede dejar de tenerse en cuenta. En donde hay un tipo que encarna de una manera coherente, honesta y sólida una gestión y un proyecto, y no esconde sus ideas transformadoras. No estamos en un momento donde las orientaciones llueven del cielo, y ahí hay una orientación. Si no se la protege, si la propia fuerza política a la que pertenecemos no la sabe proteger tenemos un problema; es la primera que habría que tratar de cuidar.
-Hay un faro ahí, un lugar, porque cuando te vas para algún lado necesitás orientación.
-Claro, ahora no hay punto de anclaje, o sea que el punto de anclaje tiene que aparecer, ¿dónde puede aparecer? En aquellos lugares donde uno dice «esta es una provincia compleja, Buenos Aires, no cualquier lugar», y el tipo con su equipo, con su gestión tiene logros que conozco, porque conozco a mucha gente de su gestión.
-Axel es un hombre muy cercano a Cristina y supongo que le debe tener aprecio, ¿vos pensás que ya es el tiempo de Axel?
-Vos conocés muy bien la complejidad del peronismo, es decir, el kirchnerismo tiene que poder aceptar -y Cristina sería importantísima en esto- que surja una figura que no sea netamente, exclusivamente, absolutamente pura de la propia entraña del kirchnerismo, incluso de la entraña familiar, y ahí serían importantísimos Máximo y Cristina. Pero tienen que poder reconocer, otorgarle a Axel el crédito del campo político que él mismo ha sabido administrar, sus alianzas, sus maneras de dirigirse a los otros interlocutores. Si no se respeta esto, me parece que estamos de nuevo en terreno abstracto porque lo de Cristina ha sido interesantísimo en sus análisis. Las organizaciones que tiene el kirchnerismo son importantísimas y siguen siendo importantísimas, y más ahora. La Cámpora me parece una organización importantísima, también, por supuesto, Grabois, el Movimiento Evita, en fin, los movimientos sociales son indispensables. Hemos tenido la experiencia de que hay una figura política con una gestión dificilísima en donde se puede naufragar con mucha facilidad y que no naufragó, y se tiene que colaborar con el investimento de eso, de que eso realmente se constituya definitivamente en una en un liderazgo de referencia. No es que él se va a transformar ahora en la gran opción nacional, pero es el punto de partida.
-Y debería ocurrir más o menos rápido porque se está probando una ley ómnibus y todas las medidas van a estar ahí, todas juntas. La desregulación…
No lo va a dejar gobernar, por ejemplo, con la obra pública. Va a empezar toda una campaña para bloquear el gobierno de Axel.
-Axel Kichillof ganó la provincia de Buenos Aires por 20 puntos.
Su gobernación en este contexto es el faro claro, no hay otro, y no es por una un gusto o una predilección de nosotros dos, va más allá de eso, es un hecho. Él fue el que dijo que había que componer otra canción y que teníamos que tocar algo distinto, porque me parece que es el que está en condiciones de entender que hay un discurso que se debe reconstituir, reconfigurar. Luego es una persona con una formación económica y luego es una persona que ha sabido muy bien controlar su propia gestión. Ni se ha excedido tampoco él en un modo, digamos, con un protagonismo excesivo, ha sabido dosificar eso.
-Hay que ver qué pasa ahora porque para ser un faro te tengo que ver, te tenés que mostrar, tenés que encender la luz.
-Pero ahí la función de los medios alternativos es clave, medios como el tuyo. Y luego él, siempre nos queda la duda, si el sujeto político sabe interpretar su destino, sabe reconocerse en el lugar que para nosotros, por lo menos por ahora, él tiene que cumplir. Ojalá que así sea, pero es objetivo, es decir, lo que acabas de decir, el dato de que lo han votado a él y han votado a Milei quiere decir que hubo personas que determinaron y orientaron. Igual es un campo análisis interesantísimo cómo un tipo vota a Axel y después a ese otro muchacho.
-No solo el peronismo no los representa, yo siento que no represento a buena parte de esa gente, y siempre me sentí como un periodista de los más cercanos a los humildes por mis orígenes, mis mismas relaciones que sostengo hoy, y yo me sorprendí con esto. Ha pasado algo que la pandemia quizás apuró, potenció. Además, las redes y todo este nuevo mundo de socialización o de no socialización va cambiando a la gente, ahora, sea el colectivo que sea hay que representarlos porque si no es la anarquía esto…
-Sí, cambió la lógica en términos de la Clo de la cadera equivalencial. La Clo da un ejemplo de que una chica quería que le hicieran un aborto en una clínica en los años 60, ponele, no se lo hacen y ella tira un adoquín contra la clínica y grita «¡Viva Perón carajo!”. Yo el otro día iba doblando por Montevideo y se acercaron dos muchachos, todavía no había habido elección, muchachos un poco hostiles y me dijeron “¡Viva Milei la concha de tu madre!». Entonces es verdad que eso que antes era la provocación al estatus quo está de ese lado.
-La rebeldía es de derecha ahora.
-A mí la idea que más me gusta es la de Gramsci de revolución pasiva. Es una revolución pasiva, es decir, todos los aspectos de la revolución en el sentido de cambiar todo y originar una nueva raíz y producir un nuevo comienzo, pero invertida. Gramsci decía que a veces se producía este fenómeno de que un fracaso político hacía emerger la revolución pasiva, que por ejemplo, el franquismo fue una revolución pasiva, esperemos no tenga el mismo éxito. Es decir, el proyecto republicano era un proyecto revolucionario y Franco fue una revolución pasiva porque logró construir un consenso, porque después de la destrucción organizó un mundo. Hubo un mundo franquista, una cultura franquista. Videla no lo fue, y yo no creo que estos tipos lo puedan ser. Pero es el comienzo de, no es exactamente para mí una rebeldía de derecha, pero sí que en la cabeza de muchos es la idea de que hay un mundo que se va a acabar, hay un mundo que se va a terminar. Yo no creo que puedan lograrlo porque esta semana, no sé si la gente ya lo habrá recepcionado, pero el movimiento de Milei ya está ya está contaminado con el macrismo, no tiene con qué sostener el proyecto y además no sé hasta dónde el macrismo entiende todo esto, o sea, una cosa que provocativamente lo apoye, como dijo: “que salgan los revolucionarios”, pero después, no sé si un tipo que está ligado a los sectores internacionales va a embarcarse y de qué manera en la locura que hay.
-Da la impresión de que ni él ni su grupo más íntimo quieren formar parte del gabinete, es decir, “prefiero estar en las sombras que ser parte”.
-¿Y cómo no si acaba de leer todos los diarios y no puede presentarse en ningún lado? Los chinos dijeron que ya querían ver esto de China, Lula dice que no va a venir porque está ofendido. ¿Y acaso va a ir al mundo y va a decir lo de los perros? O sea, ahí el tipo, quieras o no, por más de derecha que sea, tiene todavía un universo simbólico con el que no se puede mover con mucha comodidad con un delirio como este.
