Cacho Bernal compartió en Plural TV su alegría por la distinción de la UNaM que lo reconoció como Doctor Honoris Causa con Mención al mérito Sociocultural que recibió la semana pasada. También evocó la figura de su amigo y colega, Ramón Ayala, con quien compartió varias décadas de amistad. La nota en Plural TV, con recuerdos, agradecimientos y referencias a los grandes artistas de esta región, que rescatan la impronta y la identidad local. Tiene previsto tocar en Rosario y en Buenos Aires con Raúl Barboza. Quizás, dice, también por la zona.

Miércoles 13 de diciembre de 2023. Víctor César “Cacho” Bernal pasó por Plural TV en una entrevista llena de matices: el fin de semana participó en Buenos Aires del funeral de Ramón Ayala (que falleció en la noche del jueves 7 de diciembre) y sobre el reconocimiento que le entregó la Universidad Nacional de Misiones (el miércoles 6 de diciembre) al expedirle el título de Doctor Honoris Causa con Mención al mérito Sociocultural, una distinción que también alcanzó, en 2013, a Ramón Ayala y, en 2015, al músico Chango Spasiuk, entre referentes de otras áreas.
Cacho Bernal anunció también una próxima actuación la próxima semana en Rosario y luego en Buenos Aires, junto a Raúl Barboza y que podría incluir, también, alguna actuación por Misiones y Corrientes.
Cacho Bernal compartió sus experiencias y reflexiones sobre la trascendencia artística y cultural de Ramón Ayala, con quién colaboró para terminar de darle forma al gualambao, el ritmo misionero que creó el prolífico Ramón. Con reconocimiento, la entrevista se adentró en la figura de Ayala, “el Mensú, por su multifacética contribución del músico al folclore argentino y su proyección internacional. Bernal, que compartió una larga amistad con Ayala, destacó la vasta obra que abarca no solo la música sino también la pintura, la poesía y los libros, incluido uno sobre la Guerra de la Triple Alianza que, según Bernal, debería ser lectura obligatoria para los estudiantes. La conversación rescató la relación personal de Bernal con Ayala, una amistad que se remonta a los años 80 cuando trabajaron juntos en la estructuración rítmica del gualambao. Bernal recordó con cariño la intensidad y el humor característicos de Ayala, destacando su espíritu aventurero al recorrer Misiones y compartir anécdotas.
Sobre la Editorial de Plural TV que rescató a Ramón Ayala como cultor de la identidad misionera, Bernal resaltó la habilidad única de Ramón para plasmar en sus letras la esencia de la región, donde canciones como como «Retrato de un pescador» o «Pan del agua» pintan vivamente paisajes y sentimientos, subrayando la riqueza de su obra.
La intención primaria de la entrevista con Bernal fue su reconocimiento como Doctor Honoris Causa por parte de la UNaM, que el artista recibió con sorpresa, alegría y también con emoción, por el reconocimiento –que no esperaba—a la importante conexión personal con la música y la identidad de su carrera musical, que se inició a sus trece años de edad y abarcó décadas de búsqueda y experimentación.
Cacho Bernal dijo también que seguirá explorando y respetando la estética de la música regional. Mencionó su compromiso en incorporar la percusión de manera auténtica en el folclore del litoral argentino, subrayando que este reconocimiento también es un tributo a todos aquellos que comparten su dedicación.

Cacho Bernal en Plural TV


-¿Participaste del funeral de Ramón Ayala?
-Sí; afortunadamente pudimos llegar aunque llegamos tarde, solamente para trasladarlo a Chacarita, donde lo despedimos y quedó el cuerpo para la cremación y que las cenizas vengan a Misiones como él pidió, como él quería que fuera. Y así fue.

-¿Quién es Ramón Ayala para nosotros?
-Podemos estar dos días hablando de Ramón (risas). Además, al decirlo yo quizás no soy tan objetivo porque tuve una amistad con él de muchos años. Para mí, fue el representante artístico y divulgador de nuestra provincia en el mundo entero, no solamente por sus obras, sino porque básicamente, vos hablás de cualquier cancionero del folclore argentino y hay un tema de él. Y no solo eso, porque quizás nos quedamos con que solamente compuso canciones del litoral argentino con una poesía y músicas tremendas, pero es mucho más que eso; compuso muchas zambas. Me contaba una vez que cuando pasó por Bolivia, compuso una canción allí que terminó siendo el representativo de una ciudad inmediata a nuestro país. Por eso digo que no es solamente el litoral; él compuso tremendas zambas, también compuso unos joropos (música y danza tradicionales de Venezuela y Colombia) que estaban buenísimos, que llegamos a grabar pero nunca se divulgaron. Por eso digo que es infinita la obra de Ramón. No solamente la música, sino la pintura, los libros que escribió, y los que no se editaron, la cantidad de poesía y de cosas escritas que él tenía guardadas. Para mí ese libro (Las trincheras ardientes del Paraguay) que relata en forma de poemas la Guerra de la Triple Alianza debería ser de cabecera para nuestros estudiantes, porque relata de forma diferente algo que fue tan trágico.

-Ramón, siempre con un rescate de la identidad misionera…
-Sí, por supuesto; nadie puede decir que no es así, y no solamente de la identidad misionera, sino del Litoral argentino. Hablando con él siempre decía que hay mucho trabajo en sus canciones, si uno escucha cualquier canción como Retrato de un pescador, Pan del agua, y analizás la letrística, en un verso él te pintó el paisaje de un lugar; cada frase de esas está trabajada. Él dice: “cabellera de betún, dientes de palo santo, dientes como un quebracho, piel de pirá guazú”. Ahí te tiré cinco palabras y con eso ya imaginás al pescador, el entorno, la luz… Es tremendo, la obra de él es única. Por suerte pudo producir mucho; ya no está entre nosotros pero tenemos la fortuna de tener toda esa obra que debemos aprender y divulgar. Mi contacto con él fue en los años 80 cuando me volví a Posadas (Cacho Bernal se recibió de arquitecto en Resistencia- Chaco-), y juntos armamos la cuestión rítmica del gualambao. Él tenía claro todo eso en la guitarra y demás: nos juntamos con Danilo Santinelli y yo le fui encontrando la forma para traducir eso en la percusión. Es una fortuna tremenda porque lograr eso y poder pasarlo a la percusión y que quede registrado para que después todo el mundo lo pueda tocar fácilmente y disfrutar de una rítmica –que a mi juicio es la que mejor representa a la provincia de Misiones ya que tiene un vuelo y una cuestión mántrica que no tienen otros géneros–. Si yo escucho un sikus o una tarca y voy por el Noroeste argentino, eso se vincula con los cardones, para que entendamos, porque eso completa la imagen. Si yo –por ejemplo–, pongo un gualambao y agarro la Ruta del Uruguay y aparecen los pájaros, el verde, el río, es como que completa el paisaje; esa es mi visión de lo que pasa con el gualambao.

-¿Vos que conociste a Ramón Ayala, recorrió tanto Misiones como se dice?
-Sí, por supuesto. No solo que recorrió, sino que me contó anécdotas de que por ahí él estaba en Posadas y estaba por ir a Buenos Aires, pero resulta que alguno se iba a San Pedro y le dijo: “¿vos estás por ir a San Pedro? ¡Voy con vos!”. Se subió al auto y no sabía que iba a pasar dos o tres días en San Pedro, pero se fue con ese amigo casual que iba para allá. Ese era Ramón también. Esa era la esencia de Ramón. También su humor, creo que el humor está ligado a la inteligencia, y más en su caso, inteligencia, talento. Y como decía él, “yo soy un hombre irresistible, nadie me resiste más de 10 minutos”. Esa era la síntesis de Ramón porque también pasaba eso, era muy intenso por momentos y pasaba eso; pero no por intenso uno dejaba de amarlo, porque el tipo era un grande y va a ser un grande y todo lo que dejó es grandioso.

-¿De qué se trata el doctorado Honoris Causa que recibiste el miércoles por parte de la Universidad Nacional de Misiones?
-Fue una sorpresa. Uno hace cosas toda la vida, y yo no pensé que me iban a caer a mi casa, porque fue una sorpresa armada con mi señora (“Pili” Piedrabuena) –que fue cómplice (risas)-. Todos sabían que me iban a caer a mi casa con un papel que decía que me iban a entregar ese galardón. Y la verdad que no entendí, pensé que me estaban cargando, pero era cierto. Después empecé a caer de que hace muchos años, yo tengo 65 años y desde los 13 años que soy músico…

-Hay una carrera, hay un recorrido…
-Hay una búsqueda. Cuando me fui a estudiar arquitectura al Chaco me cayó la ficha. Teníamos un grupo de jazz rock, llenábamos el Montoya con Pomelo, con Pocho. Cuando fui a estudiar arquitectura me cayó la ficha de que yo tenía que hacer música que tuviera que ver con cómo hablaba; yo hablo con “ll”, disfruto del río, salgo y está la tierra colorada; yo tengo que tocar algo que tenga que ver con esto, volvemos a la identidad, es cuando te cae la ficha que decís: “yo tengo que hacer algo que tenga que ver conmigo”. Ahí me fui a atrás de los chamameceros, atrás de los viejos que algunos me permitían tocar, meter algo de percusión, y fui tratando de incorporar la percusión a la música del litoral, que no es un instrumento que pertenece a la música del litoral originalmente, como el chamamé, el rasguido doble, que no tienen percusión. Luego, eso me llevó a tocar con Raúl Barboza, a grabar con Liliana Herrero, con Julio Lorman, etecétera. Ahora estoy saliendo de gira con Barboza que vino de París: el miércoles tocamos en Rosario y después tocamos en Buenos Aires. Entonces el laburo que vengo haciendo de los 80 para acá es intentar que la percusión sea un instrumento que sume a la estética de la música del litoral sin ponerle trabas a lo original. Por eso cuando aparecen estos mimos como el Doctorado, te tiene que encontrar haciendo sin esperarlo. Yo lo tomé desde ese lado, y también como un reconocimiento a mucha gente que hace lo mismo que yo en el sentido de la búsqueda, de respetar lo estético de nuestra música. Y a mí esto me pone muy feliz por muchas cosas. Yo le decía a los chicos: “cuando tocás música que tiene que ver con vos, con cómo hablás, dónde vivís, te sentís más ancho cuando vas a tocar a cualquier parte del mundo”. Con Raúl Barboza tuve la fortuna de tocar en muchos lugares, fuimos a tocar a Quito, Ecuador, en el bicentenario; a Brasilia, y donde sea, tocás la música de donde sos: a eso no hay con qué darle, al menos para mí. Me gustan todos los tipos de música, inclusive tengo un proyecto de tocar música brasileña que me encanta. La elección en esta búsqueda hace que uno busque el instrumento, porque yo voy armando pruebas sonoras de cosas, de semillas, cada vez intento representar el paisaje, el sonido, las tacuaras, el río, que suene parecido; cuando aparece un acordeón yo tengo que sumar una sonoridad para sumar ese color. Ahora, Ramón es muy importante en esta construcción que hice y sigo haciendo, porque Ramón me ayudó a entender que uno tiene que ir detrás de lo importante, no de lo urgente, y si estás al lado de un tipo como Ramón o como Raúl, -que lo digo con mucho cariño- si uno abreva de ahí es hermoso porque te hacen ver de otra forma algo que está frente tuyo y no lo estás viendo, pero por la premura de la inmediatez de nuestra sociedad.

-Mencionabas a Ramón Ayala que también recibió el mismo doctorado en el año 2013 por la misma Universidad…
-Exactamente. Yo estuve hace diez años cuando se lo entregaron. Ayer Teresa, la señora de Ramón, cuando me abrazo con ella me dice: “Ramón se puso re contento”, porque debido a que estamos siempre en contacto, le comenté a Teresa sobre el galardón. Y ella le contó a Ramón cuando todavía estaba consciente… y se río y le dijo a su mujer: “me pone contento, él se lo merece”. Eso me mató, porque yo no sabía eso, me lo contó Teresa en el primer abrazo que nos dimos cuando fuimos a despedir a nuestro amigo.

-¿Tenés idea de qué va a pasar con las cenizas de Ramón acá en Misiones?
-Lo que yo sé es que las cenizas vienen a Misiones. No sé exactamente cómo ni qué van a hacer. Eso lo están manejando su familia con Joselo Schuap, que es el interlocutor más importante para que eso se produzca. No creo que (las cenizas) solamente queden en Posadas, porque él insistió que su recorrido es en Misiones, así que a priori creo que no va ser solo en Posadas, sino en otra parte de la provincia también. Lo están manejando Joselo con María Teresa y Taty (Natalia) Zonis que es la productora, que todo lo que decide María Teresa lo maneja con ella, que es una excelente productora, amiga de Ramón y amiga nuestra. La alegría es que Ramón va a terminar en Misiones, donde tiene que estar.

-Gracias Cacho.
-Gracias a vos por hablar de esto. Me encantó que enganchaste con la identidad y con lo que para mí es una enseñanza para los más chicos, no tener miedo de lo que somos nosotros, tenemos que tirar brazas para que seamos más nosotros, como somos nosotros, al menos eso digo yo…