La antropóloga e investigadora Laura Ebenau ofrece una profunda visión sobre la misioneridad y su impacto en la sociedad actual. Desde el análisis de la construcción histórica de la provincia hasta la influencia de la política contemporánea en la identidad local, proporciona una perspectiva académica donde destaca investigaciones sobre la evolución de la identidad ideológica y los desafíos en el presente. En una entrevista con Plural TV, programa periodístico de Canal Cuatro Posadas, Laura Ebenau habla sobre la complejidad y la riqueza de la identidad misionera.
Lunes 6 de mayo de 2024. Al abordar la evolución histórica de la identidad misionera, la antropóloga e investigadora Laura Ebenau señaló el impacto que tuvo la inmigración en la formación de la sociedad moderna de Misiones y si bien se dio en un marco de integración, este proceso no estuvo exento de conflictos y contribuyó a consolidar la narrativa de la misioneridad como un elemento identitario ideológico en la provincia, dijo.
En cuanto a la consolidación de una identidad ideológica misionera, Ebenau enfatizó la naturaleza cambiante de los procesos identitarios y la influencia de las élites locales en la configuración de la ideología provincial. Señaló que, si bien hubo cambios en la composición sociológica de estas élites, el desarrollo de una sociedad del conocimiento y la apuesta por un modelo gerencial tecnocrático son tendencias recientes que marcan una nueva etapa en la historia de la provincia, describió, durante una entrevista con Plural, programa periodístico de Canal Cuatro Posadas.
Al exponer su perspectiva sobre la misioneridad (como concepto de identidad) y las investigaciones en este ámbito, Ebenau mencionó el trabajo inicial de Héctor Jaquet en su obra «Los combates por la invención de Misiones», y su contribución a la formación de un campo historiográfico local durante el proceso de provincialización del territorio nacional.
Ebenau también compartió los hallazgos de su estudio realizado como parte de su tesis doctoral, centrado en el análisis del discurso y la gestión legislativa en la Cámara de Representantes de Misiones. Este estudio reveló cómo se desarrolló un modelo gerencial para la gestión institucional, utilizado tanto para justificar proyectos políticos como para orientar la acción de la dirigencia y los partidos políticos.
En relación con la influencia de esta narrativa en la identidad misionera, destacó que, aunque se actualizó para adaptarse a los cambios políticos, “sigue siendo un elemento fundamental que moviliza sentimientos de pertenencia en la sociedad”, indicó.
Por último, sobre la construcción de una suerte de ideología misionera desde las acciones de la política, en este contexto local, Ebenau reconoció, también, similitudes con experiencias en otras provincias, aunque subrayó la importancia de considerar las particularidades locales. Y enfatizó sobre la necesidad de analizar las innovaciones y discontinuidades en el desarrollo político e ideológico de la provincia.
Laura Ebenau en Plural TV

-¿Qué lectura podemos hacer de nuestra misioneridad desde las investigaciones que hacen ustedes, antropólogos e investigadores?
-Quien primero abordó este fenómeno fue un querido profesor, Héctor Jaquet, en su libro “Los combates por la invención de Misiones”. En un contexto donde se bregaba por la provincialización del entonces territorio nacional, él describe de qué manera se va constituyendo un campo historiográfico local, que sin poder prever el impacto y los resultados de ese trabajo de institucionalización, van no solamente escribiendo una historia para la provincia, para justificar la preexistencia de una provincia guaranítica, sino que también van desarrollando un conjunto de símbolos: instituyen a Andresito como prócer provincial, entonces se va gestando este dispositivo identitario que aportaba a los legítimos reclamos en el contexto de la provincialización. Lo que vemos es cómo este dispositivo, o como yo prefiero llamarlo: repertorio de legitimidad política y moral, a lo largo del tiempo se va instalando de una forma en la idiosincrasia de la sociedad misionera. Y más recientemente aparece muy fuerte vinculado a un discurso promovido desde las clases dirigente que permitieron justificar un espacio político, un proyecto que fue impulsado por el Frente Renovador de la Concordia. Entonces, esta narrativa de la misioneridad, de alguna forma, se desplaza hacia el campo de lo político y opera como un repertorio de legitimidad política y moral.
-Tenés un estudio hecho al respecto…
-Sí. Esta dimensión fue explorada en el marco de una investigación que resultó en mi tesis doctoral. Realicé una etnografía, un trabajo situado en la Cámara de Representantes de la Provincia, y acompañé de cerca cómo se dio el proceso de construcción de una gestión legislativa estratégica, en un proceso modernizador del parlamento misionero, donde se fue construyendo un modelo gerencial para la gestión institucional. Estos elementos aparecían muy fuertemente en el discurso de la dirigencia y también, en tanto repertorio de legitimidad, no solamente permiten justificar un proyecto de un partido político, sino también, a la misma orientación que intenta seguir la propia dirigencia y la conducción del partido.
-¿Esto influye de alguna manera en la identidad misionera o está circunscripta solamente a un tiempo político y a un determinado espacio político?
-No, porque, como explicaba al comienzo, este dispositivo repertorio identitario ya funcionaba, ya estaba instalado en la sociedad misionera. En todo caso, en el presente, a partir del surgimiento de este frente político, lo que tiene lugar es una actualización de esta narrativa a los fines de un uso pragmático que sirve para justificar un proyecto partidario, pero también brinda un marco de legitimidad y se plantea como una promesa de continuidad hacia el futuro. Es decir, nadie podría discutir hoy en día la importancia de la misioneridad, aunque nadie pueda explicar bien de qué se trata ni en qué consiste, pero cuando se la evoca en los discursos públicos, en los discursos oficiales, produce una identificación en quienes hemos nacido en esta provincia o quienes decidieron radicarse, porque moviliza elementos afectivos, cognitivos; moviliza ese sentimiento de pertenencia.
-¿Cómo podemos mirarlo: mutó en los últimos años? ¿Es una herencia? ¿Está muy influenciada también por las corrientes colonizadoras? ¿Es una fusión?
-El aporte de la afluencia de las poblaciones migratorias que permitieron constituir lo que algunos autores llaman la sociedad moderna. El aporte de la inmigración produjo cambios y ciertos impactos, pero fue un proceso largo de integración en base a una población preexistente, nativa, criolla, de paraguayos, brasileños, que en un principio de alguna forma resistieron la afluencia de estos inmigrantes eslavos de la región de Galicia, de la región centroeuropea, que eran campesinos muy pobres y que en el marco de una política oficial de colonización, desde fines del siglo XVII y hasta la primera mitad del siglo XX, fueron poblando también con el aporte de las políticas privadas. La integración de esta población en la sociedad misionera fue muy compleja, fue gradual y también implicó ciertos niveles de conflicto. Por eso esta narrativa de la misioneridad se instala con fuerza a partir del movimiento provincialista de los años 30 en adelante y claramente funciona muy bien para brindar un marco identitario ideológico a una provincia muy joven.
-¿Crees que podemos hablar de una identidad ideológica misionera consolidada o en construcción?
-Yo creo que los procesos identitarios son cambiantes, la identidad no es algo fijo, no es algo definitivo, no es algo cerrado; creo que podemos decir que esta población inmigrante aporta cierta idiosincrasia. Pero también para explicar el campo de lo ideológico, desde mi punto de vista, hay que entender cómo se van componiendo y reestructurando las elites locales y provinciales, es decir, cuál es la composición sociológica de las clases dirigentes. En un primer momento de nuestra historia regional la provincia se desarrolló en base a un modelo agroindustrial, muchos de la elite local provenían de los sectores yerbateros, empresariales, molineros, pero mucho más recientemente hay estudios de otros colegas historiadores, por ejemplo, el profesor Carlos Gutiérrez, que analiza cómo la elite actual fue reestructurándose en torno al sector de servicios. Si en un primer momento las elites yerbateras o los sectores profesionales de las profesiones liberales aportaban sus cuadros políticos, en los últimos tiempos vemos que el sector servicios y de la obra pública, fundamentalmente, aporta sus cuadros técnicos y políticos.
-¿En torno a la sociedad del conocimiento también pasó esto?
-Sí, entiendo que a partir de en los últimos 20 años podemos coincidir en que se modificó el campo de lo político y a partir del desarrollo de un proyecto en el mediano y largo plazo hay una apuesta muy fuerte a adoptar un modelo gerencial tecnocrático en la gestión de las instituciones públicas, lo que viene también con un fuerte impulso de una apuesta al desarrollo de una sociedad del conocimiento, de instalar un Silicon Misiones, la Escuela de Robótica, entre otros proyectos, que van en esa línea del desarrollo tecnológico y también del sector servicios.
-¿Este devenir de los últimos tiempos que describís se da en otros lugares también o es propio de nuestra provincia?
-Yo creo que puede haber similitudes con otras experiencias en otras provincias, pero me parece que también hay que pensar los contextos y las particularidades. Entonces, se pueden reconocer ciertas continuidades a nivel del campo político o a nivel del plano ideológico, pero también hay algunas innovaciones, hay discontinuidades que hay que analizarlas, hay que explorarlas, analizar esos procesos.
