Carlos Valenzuela compartió su perspectiva sobre el presente y futuro de Argentina, en diálogo con Jorge Castro, en el canal televisivo de la Universidad Nacional de Misiones. Entiende que el país está viviendo un momento particular que marca el inicio de un, nuevo ciclo histórico. En este contexto, destacó la importancia de mantener una identidad política firme y reflexionar sobre el papel del Estado.

Jueves 27 de junio de 2024. El dirigente político Carlos Valenzuela señaló que la actual discusión global sobre el rol del Estado tiene un impacto directo en Argentina. «Estamos viendo un proceso donde el Presidente pretende destruir el Estado, calificándolo de terrorista de Estado», afirmó en una entrevista con el periodista Jorge Castro, para Televisión Universitaria Misionera (TUM) de UNaM Transmedia, el medio de la Universidad Nacional de Misiones. Esta situación, según el dirigente, afecta a las provincias y municipios, obligándolos a asumir responsabilidades que el Estado nacional está abandonando.
Un ejemplo concreto es la intervención del Gobierno de Misiones, donde el gobernador Hugo Passalacqua decidió subvencionar a la Universidad Nacional de Misiones, un hecho inédito en la historia de la institución, dijo Valenzuela, para explicar que las provincias se están haciendo cargo de la educación universitaria, además de la salud, ante la desatención del Estado nacional.
El dirigente también apuntó contra la política económica del presidente Javier Milei que, en su opinión, está destruyendo sectores clave como la economía yerbatera, tabacalera y foresto-industrial, además del turismo y el consumo interno. «Las provincias están sosteniendo sus sistemas con recursos propios en medio de esta crisis», recordó Valenzuela.
La entrevista abordó además la contradicción de muchos libertarios que, según el dirigente, dependen del Estado a pesar de su discurso, poniendo en tensión las ideas que propician de un Estado ausente mientras son prebendarios de ese mismo Estado.
Y habló del impacto de la inflación y la crisis económica en la calidad de vida de los argentinos, destacando la «realidad virtual» creada por el gobierno frente a la difícil situación cotidiana de la población.
Sobre el cierre de la entrevista, Carlos Valenzuela advirtió sobre la «política del caos» del Presidente, caracterizada por la confrontación y la falta de consenso social y político. En ese contexto, entiende, la importancia de que la dirigencia comprenda y se adapte a esta nueva realidad, “evitando estrellarse en medio de la crisis actual”, al tiempo que reafirmó la necesidad de fomentar el espíritu crítico desde las universidades y de seguir reflexionando sobre el futuro del país y el papel del Estado en este nuevo ciclo histórico.

Valenzuela en TUM de la UNaM

-Carlos, queremos tener tu opinión sobre todo lo que está aconteciendo.
-Vivimos un momento muy particular, muy especial. Desde mi punto de vista, estamos iniciando un nuevo ciclo en la historia argentina. Estamos culminando etapas que vamos viviendo y hay que saber transitar este tiempo, hay que convivir en este tiempo con lo que vivimos cada uno. En mi caso en particular, mantengo una identidad a través del tiempo y esa identidad política hace que tenga una mirada de lo que está ocurriendo desde ese punto. Creo que lo que estamos viviendo ahora es una discusión en el mundo sobre el rol del Estado, eso repercute en nuestro país, donde el mismo Presidente (Javier Milei) dice que su objetivo es destruir el Estado, que es un terrorista de Estado. Eso repercute en los Estados subnacionales, que son las provincias y los municipios, en las universidades. Lo que vamos a definir desde la política en el futuro, y eso va a definir el pueblo, es cuál es el Estado que quiere. Porque los grandes intereses globales internacionales quieren tener estados debilitados para poder transaccionar sus intereses sin controles del Estado. Para eso quieren tener un Estado cuyo rol sea la seguridad, vista la seguridad como el control de la calle y la seguridad con las cárceles para la delincuencia, y el resto es un Estado minúsculo sin control para los grandes intereses. Entonces, nosotros vemos que, por ejemplo, las provincias hoy se están haciendo cargo del rol que el Estado nacional está abandonando como decisión del Presidente de la Nación. Vemos que acá el Gobernador (Hugo Passalacqua) decidió, por ejemplo, subvencionar a la Universidad Nacional de Misiones, un caso inédito en la historia de la Universidad Nacional; las provincias se están haciendo cargo, como en su momento se hicieron cargo de la educación primaria y secundaria, hoy se están haciendo cargo de la educación universitaria. Hay un proceso de transición y todo eso requiere generación de recursos. Hay una desatención del Estado Nacional en el tema de salud, a las prepagas, a los sectores acomodados de la sociedad les han subido los precios de una manera abismal, y no están abandonando esa prepaga. Todo eso está viniendo al sistema de salud de la Provincia, y el Estado provincial se tiene que hacer cargo. Hay todo un reacomodamiento donde vemos que, por ejemplo, en las provincias, si tenés un Estado con un nivel de eficiencia que salió de un endeudamiento tremendo con un sistema de recaudación, le permite sostener todos estos frentes. Ahora, con la destrucción de la economía nacional, que repercute en Misiones, la destrucción de la economía yerbatera, tabacalera, foresto-industrial, del turismo, la destrucción del consumo interno, la Provincia con sus propios recursos sale a sostener todo ese sistema. Vemos que en las demás provincias de Argentina, en la situación en la que se encuentran, van haciéndose cargo. Hay una reconfiguración del Estado. En algún momento, como argentinos, vamos a tener que realmente resolver qué es lo que pretendemos. Hoy, en la vorágine comunicacional que hay a través de las redes, no nos da tiempo a que, según el nivel cognitivo que necesariamente tiene que tener el ser humano, se asiente ese cúmulo de información; en consecuencia, perdemos la profundidad de la sabiduría para poder asimilar todo esto.

-Ahora, acá en Misiones ganó el modelo liberal y ganó bien. Por ello, genera un ámbito de respeto a la voluntad popular, acompañando incluso el caso de la Ley de Bases. ¿Cómo se configura todo esto en esta postura que tiene el Presidente de la Nación de cerrarle los grifos directamente a las provincias?
-Creo que el Presidente de la Nación hace de la contradicción y de su ataque permanente al sistema político y su propensión a ser un rockstar de la política un método de la generación del caos. Sobrevive en esa generación del caos. El resto del sistema, que vendría a ser la casta, los defensores del derecho, que es la defensa de los intereses concretos, los acumula de un lado. Entonces, en realidad hay un sector que mira y dice: «¿Qué está pasando con todo esto?». Nosotros, que tenemos la oportunidad de comunicar y tenemos la oportunidad, producto de la experiencia, de saber transferir y saber decir lo que pensamos, no tenemos que enojarnos con los que votaron determinadas cosas, porque lo hicieron así por algún motivo. Pero yo veo, por ejemplo, las contradicciones que se van dando. Veo muchos libertarios que no son liberales, son libertarios, en nuestra querida provincia, como veo en el país, pero que a su vez son prebendarios del Estado. Es decir, son contradictorios absolutos de lo que expresan y de lo que expresa el Presidente. Son prebendarios absolutos del Estado, si no tienen un sueldo, tienen una prestación de algún servicio en el Estado. Es decir, no son libertarios ni liberales, son prebendarios del Estado. Pero bueno, no está mal, está bien que así sea. Solamente que el árbol les tapa el bosque.

-¿Cómo va a evolucionar el país si al Presidente de la Nación le sale bien todo esto? Porque está bajando el nivel de aprobación de la gente. No es el mismo en la primera etapa que ahora, porque la gente lo está sintiendo en el bolsillo y no deja de sentirlo. Ahora va a aumentar el combustible otra vez. Se habla de una inflación del 0 por ciento, y vos vas al supermercado y ves que eso no es así. La desocupación que se generó en el sector privado al dejar de consumir las empresas y pedir empleados. ¿En qué va a derivar todo ese contexto?
-En un caos. Porque ahora vivimos una realidad virtual, y voy a un ejemplo bien clarito que me pasó ayer. Voy a la verdulería cerca de mi casa, hablo con un chico que vive cerca, que siempre hablo con él y sé que le votó a Milei, que es partidario de Milei. Estaba muy contento porque la última semana la inflación era del 0 por ciento. Muy feliz estaba el pibe. «Ah, qué bien, 0 por ciento», digo. Estaba delante mío comprando en la verdulería y le faltaban 200 pesos para pagar lo que compró, entonces, este peronista le dio los 200 pesos al libertario para que termine de pagar su compra al 0 por ciento de inflación. Y me dice: “Hice la misma compra que la semana pasada». «¿Y cuánto salía?», “era más esta semana”, me dice. Entonces, hay una realidad virtual que choca contra el ser humano, que cuando tiene que consumir no se llena el estómago con el telefonito; ni se cura, a vos te tienen que poner un medicamento que llega al cuerpo, y esa realidad se rompe ahí.

-La heladera es la que habla y el bolsillo hoy día no puede llegar. Además, la baja en la calidad de vida que tuvimos todos. Hoy no vamos por una primera marca, vamos por una quinta marca. Antes, medianamente, nos alimentábamos bien. Hemos abandonado totalmente ciertas cosas que hoy son un lujo…
-Esta realidad virtual a través de las redes, que es muy útil, que hay que saber usar, ha logrado masificar a un gran sector de la sociedad. Esa masificación va a llevar un tiempo a que se transforme en una sociedad, en una comunidad, para que logre pensar y ver. Es decir, que estamos pasando ese proceso de masificación y se tiene que transformar en pueblo. Cuando se transforme en pueblo, va a necesitar de una dirigencia que esté al frente y haya comprendido. Ahora hay una dirigencia que tiene que transitar este proceso y convivir con estas realidades, y convivir con estas realidades es que no te podés estrellar. Misiones, por ejemplo, no maneja la macroeconomía, no maneja el famoso dólar blend, por ejemplo. El dólar blend es lo que se liquidan las exportaciones con un 20 por ciento de dólar libre y el resto no. Por eso no están liquidando los agroexportadores. A esta altura de la cosecha tendrían que estar liquidando 2000 millones de dólares, han liquidado 100 millones. Esto va a estrellarse. Es como que vayamos en un avión y tengamos 100 litros de combustible para transitar 10 mil kilómetros.

-¿En qué tiempo se va a estrellar?
-Vamos a ver si pueden cargar combustible en el aire, que es lo que están intentando. Se están peleando con el Fondo Monetario. Es la primera vez que estamos viendo una pelea por derecha con el Fondo Monetario Internacional. El Fondo corre por izquierda a nuestro Presidente y le dice que tiene que generar consenso social, que el consenso social es consenso político. Necesita consenso político, terminan de votarle los senadores y le dice que lo que votaron no vale, les dice que son ratas nuevamente, degenerados fiscales. Es una política del caos, la dirigencia que viene, formateada en otro sistema, no está entendiendo este nuevo tiempo, no se está acomodando. Hay algunos que entienden lo que hay que hacer ahora, que en el medio del tsunami, es sobrevivir con la tabla que te toca.

-Ahora, Carlos, también hay una realidad, que es la siembra de este estado de crispación permanente. Eso de que el Presidente todos los días se pelea con alguien, y eso contagia y contamina la sociedad.
-Así es, es un método. Se exacerba a la sociedad en todo esto. No nos olvidemos que él proponía la venta de órganos. Nos está fallando con eso (dice, irónico); todavía no presentó la ley de venta de órganos. Yo tengo diez dedos, por lo menos puedo vender dos, uno de cada mano. Dijo que se podía actuar libremente con la venta de niños, lo dijo en la campaña. Está exacerbando a la sociedad. Hay una crispación en la sociedad, se enojan en el semáforo, se enojan en cualquier lado.

-Carlos, un gusto tenerte acá.
-Un gusto a usted y muchas gracias porque la Universidad, justamente, tiene que fomentar el espíritu crítico.