El titular del Iaavim, Sergio Acosta, habló de la situación crítica que enfrenta el cine argentino en las provincias y la lucha por mantener viva una industria que es culturalmente significativa e impulsa el desarrollo económico y social en regiones como Misiones. “Las provincias en desventaja muy grande porque los fondos nacionales eran federales”, dijo.

Martes 10 de septiembre de 2024. El presidente del Instituto de Artes Audiovisuales de Misiones (Iaavim), Sergio Acosta, destacó la preocupante reducción de fondos y la eliminación de programas federales como las principales amenazas al desarrollo del cine en las provincias, al hablar sobre las recientes decisiones del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) bajo la gestión de Carlos Pirovano, alineado con la ideología de Javier Milei.
Acosta, quien visitó el Polo Audiovisual de Córdoba y el Incaa en Buenos Aires, detalló también las dificultades que enfrenta el sector audiovisual misionero y de otras provincias ante los nuevos lineamientos nacionales. «Nos encontramos con una política pública que privilegia grandes producciones de alto presupuesto, dejando de lado la diversidad cultural y la identidad cinematográfica regional», afirmó en una entrevista con Plural, en Canal 4 Posadas.
Durante su visita a Buenos Aires, Acosta mantuvo reuniones con diversas entidades del sector, incluyendo asociaciones de productores y el clúster de animación y videojuegos, con la intención de abrir nuevos horizontes para la producción audiovisual de Misiones. «Nosotros siempre tuvimos un diálogo abierto con el Incaa, pero ahora, con esta nueva gestión, ese diálogo se cortó. Es fundamental retomarlo para poder asegurar que los fondos y subsidios necesarios lleguen a nuestras producciones», explicó.
Una de las mayores preocupaciones de Acosta es la eliminación de fondos nacionales que eran destinados a programas federales y a iniciativas como cine en las cárceles y escuelas, festivales de cine y el programa de cine móvil, que “garantizaban que el cine llegara a todos los estratos sociales y comunidades del país», subrayó.
Acosta también criticó la eliminación de la cuota de pantalla, que garantizaba que las producciones nacionales se exhiban en cines comerciales. «Sin esta cuota, las películas argentinas pierden visibilidad y oportunidades de llegar al público», dijo. Entiende que esta medida responde a una visión ideológica que favorece el libre mercado y la competencia, pero que deja en desventaja a los cineastas emergentes y a las producciones provinciales.
Pese a las dificultades, el presidente del Iaavim resaltó el compromiso del instituto con el cine misionero. «Tenemos un presupuesto asignado y estamos trabajando en nuevas herramientas y proyectos de ley para incentivar la producción audiovisual en Misiones. Queremos atraer grandes producciones ofreciéndoles beneficios fiscales y económicos», comentó. Además, Acosta mencionó la importancia de las alianzas estratégicas con Paraguay y Brasil para fortalecer el sector en la región.
Finalmente, Acosta destacó la necesidad de unir esfuerzos con otras provincias y generar acuerdos interprovinciales para enfrentar juntos estos desafíos. «Hay una alianza de 16 provincias que estamos trabajando en la Asamblea Federal para influir políticamente y buscar soluciones en conjunto», concluyó.

Sergio Acosta en Plural


-¿Estuviste en Córdoba y Buenos Aires?
-Así es, estuvimos de viaje de vinculaciones estratégicas. Estuve visitando el Polo Audiovisual de Córdoba, que es el par del Iaavim. Tenemos una historia muy parecida en la construcción de ley en los años que llevamos desarrollando la producción. Y estuve en Buenos Aires, visitando el Incaa. Coordiné con el presidente del Incaa, con el equipo técnico, con asociaciones de productores, con el clúster de animación y de videojuegos. Un poco de esto para abrir los horizontes.

-¿Qué trajiste?
-En principio, tuve un diálogo con Carlos Pirovano, presidente del Incaa. Yo lo conozco a partir de la Asamblea Federal, que es el órgano de cogobierno del organismo y que está compuesto por todas las provincias de la Argentina. Un representante del audiovisual por cada provincia. Ahí no pudimos convencerlo o trabajar en conjunto de la política pública nacional. Tiene una mirada muy decidida de lo que quieren para la economía y para el cine en general.

-No quieren cine…
-Quieren un sector muy chico, que se filme poco, con mucho presupuesto, apuntando a un cine con espectadores, que cierren los números más allá del cine como identidad, como cultura, como derecho. Eso deja a las provincias en una desventaja muy grande porque los fondos nacionales eran federales. Ahora van a ser para los más talentosos, los que tienen más oportunidades. Un poco la premisa del presidente del Incaa es que todas las provincias compitamos, cuando no todas las provincias están tan desarrolladas como Misiones, por ejemplo. Entonces, fue un acercamiento institucional para empezar un diálogo entre el Iaavim y el Incaa, que siempre hubo diálogo, pero se cortó ahora, con esta nueva gestión, vamos a ir trabajando lo federal con la Asamblea, pero yo como presidente del Iaavim tengo una responsabilidad con el sector, con el Gobierno, con el Instituto también de acercar posiciones, de poder ver cuál es el plan de esta gestión, para pensar y coordinar con el sector provincial la mejor estrategia para que los fondos lleguen, para que haya algún tipo de subsidio, concurso, lo que sea, para que el sector se pueda seguir movilizando.

-¿Qué ayudas se cortaron concretamente?
-Se cortó el dinero que llegaba para las productoras, a través de los proyectos, de las películas, pero también toda una serie de programas federales. El programa de apoyo a los cine móviles, los festivales de cine de todo el país. Programas como, por ejemplo, cine en las cárceles y en las escuelas. Estamos hablando de una proyección federal para que el cine llegue a todos los estratos sociales, a toda la comunidad. Todo eso se cortó. Se cortó la convocatoria permanente de proyectos que podías ingresar por medida continua. También se cortó todo lo que es la vía digital, que es una vía para documentales sin antecedentes, que es un poco la puerta de entrada al Incaa para quienes recién terminan una carrera. Toda la política federal se terminó. Lo que va a pasar ahora es que vamos a tener algunos concursos y créditos en la banca privada. Para poder hacer esos concursos hace falta saber las condiciones, los montos, la cantidad de cupos y demás. Trajimos esa información, pero la realidad es que todavía no hay muchas precisiones. El Incaa todavía está reorganizándose internamente. Hay que ver cómo termina de decantar esa nueva estructura, pero lo cierto es que Pirovano está alineado con Milei. Entonces, hay una política libertaria.

-¿La posición de las otras provincias está en consonancia? ¿Todos reclamando lo mismo más allá del signo político de cada provincia?
-Así es. Hay una alianza de provincias. Somos 16 provincias las que estamos alineadas en la Asamblea Federal. Entre ellas, Córdoba, Jujuy, que también tiene Ley de Cine, Río Negro, Misiones, Santa Fe, Entre Ríos, las principales. Pero también es cierto que si no podemos influir políticamente es importante tratar de generar acuerdos interprovinciales. Entonces tenemos que dialogar sí o sí. No nos queda otra.

-Misiones tenía y tiene en los últimos años, en la última década quizás, mucha presencia en el cine argentino como locación y como tema; el cine misionero está presente… ¿Es así?
-Así es, y no solo el misionero. Acá también se han filmado películas reconocidas en otras épocas, que también son importantes. Por eso creamos el programa de Cinemateca dentro del Iaavim, para hacer ese rescate y esa divulgación de las obras filmadas en Misiones, no solamente en los últimos 25 años, sino de toda la historia. Es importante porque Misiones tiene una historia que empezó con el Sipted, con Canal 12, con los realizadores independientes, con las productoras. Luego se conforma un núcleo de realizadores con la conformación de Oberá en Cortos, con una generación de cineastas que querían hacer cine y mostrar cine. Con Axel Monsú hicimos esta Cooperativa de la Tierra que permitió ese espacio de diálogo para la construcción de la ley que dio paso al Iaavim. Ahora es política de Estado, pero es una construcción del sector privado, del sector de la ciudadanía, de las asociaciones. Creo que es algo distintivo. Emociona que acá haya producción de cine, que haya una historia con el cine, pero forma parte de nuestra identidad.

-¿Cuál es el papel del Iaavim en este nuevo contexto, con estas producciones? ¿Ustedes tienen dinero para apoyar, acompañar? ¿Son gestores?
-Un poco y un poco. Tenemos un presupuesto asignado por la Cámara de Representantes. Sabemos que hay cierta dificultad para ejecutarlo. Al no estar el Incaa como antes, tenemos que apoyar las obras que ya se firmaron para que se terminen, ya se filmaron entonces hay que terminarlas, y también empezar nuevas obras, ya pensando en un mapa con Paraguay y Brasil. Tenemos la alianza estratégica con estos países, porque viste que nos parecemos mucho más a ellos que a Buenos Aires. Y después también con nuevos proyectos. Queremos generar herramientas que perduren en esta gestión. Estamos hablando de un proyecto de ley, por ejemplo, que es un incentivo a las grandes producciones. Es decir, si viene una plataforma, una productora grande con una serie o una película para hacer en Misiones, esta ley les daría beneficios fiscales, económicos, devoluciones. Claramente hay que poner pisos y techos, pero es importante que la inversión esté comprobada. Si se invierte un millón de dólares en una producción, se hace una rendición al Instituto y a través de esa ley se permite una devolución para que la película continúe su posproducción. Estamos hablando de algo que pasa en el mundo y pasa en algunas provincias importantes como Córdoba, Jujuy, Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, y hace competitivo un lugar. Más allá de las Cataratas, la selva, los dos aeropuertos y la infraestructura que tiene Misiones, lo que ahora hace tentadora a una locación para las plataformas es el incentivo a que venir a filmar acá sea una opción atractiva: “vení a filmar acá y yo te doy beneficios fiscales, económicos, devoluciones”. La idea es que el negocio cierre un poco más. Eso es un trabajo que estamos haciendo internamente en el Iaavim, junto con los abogados, y que ahora vamos a presentar. Ojalá que dentro de poco tome estado parlamentario. El Gobernador está al tanto y lo hemos conversado, creemos que es el camino para que la industria crezca y vuelva a ser lo que era.

-¿Qué es, en términos prácticos, la eliminación de la cuota de pantalla?
-La cuota de pantalla es algo que garantizaba cierta diversidad de voces e imágenes. Permitía que el cine argentino se vea, que las producciones se vean en las pantallas de los cines comerciales. Básicamente, que no exista significa que no hay garantía de que una película argentina pueda ser proyectada en un cine comercial. Es proteger mucho más a las películas comerciales extranjeras porque ya no obliga al privado, tampoco era una obligación estricta, pero sí requería un cierto compromiso del privado, diciendo: «Mirá, de tantas películas extranjeras, deben pasar cierto cupo nacional» justamente para que esa rueda gire, para que se puedan ver las películas. Y ahora eso no está garantizado.

-¿Por qué se quitó esto? ¿Cuál es la intención?
-Es ideológico. Lo conversamos con el presidente del Incaa y creen en el capitalismo, en el liberalismo, y en esa libertad que tanto profesan, en la que cada uno tiene que ver lo que quiera, y que cada exhibidor proyecte lo que quiera, en detrimento de la industria nacional. Entonces, siento que hay una intención de que solamente sobrevivan los más fuertes. Es como un plan: podés competir, hacer películas, pero si tenés una espalda económica y ganás ciertos concursos primero. No hay una mirada realmente federal de dar la oportunidad a todas las provincias de filmar, de que los cineastas emergentes puedan hacer su película, poder acompañarlos en una segunda, hacer que vayan a un festival. Me parece que antes había un plan un poco más elaborado. Ahora parece que el plan es que solo sobrevivan los más fuertes.

-Según tu mirada, ¿cómo afecta esto a los más débiles, no quitan mercado en favor de los más fuertes?
-No, por eso te digo que creo que es algo ideológico. Es la ley del mercado: si no te podés adaptar, o si tu obra no vende o no se ve, entonces no tenés que dedicarte a esto. Estas fueron básicamente las palabras del presidente del Incaa. Si no ganás un concurso, o si no podés financiar tu película con recursos privados, entonces capaz que te tenés que dedicar a otra cosa. Para mí es un poco triste, porque quiere decir que hay un chico o una chica en el interior de Misiones que sueña con ser cineasta, y ya le estás cortando esa posibilidad. Le estás diciendo que se dedique a otra cosa. Y antes, hace muy pocos meses atrás, con políticas públicas reales, era posible impulsar ese sueño. Yo mismo vengo de Eldorado, de una familia que no tiene nada que ver con el audiovisual, y un día tuve el sueño de ser cineasta y lo cumplí gracias a la educación pública de la Escuela de Cine de Buenos Aires, y pude desarrollar mi carrera gracias a esas políticas públicas. También es cierto que hubo mucha gente que aprovechó esas políticas públicas, no hizo las películas, no hizo las telenovelas, y se quedó con la plata; es cierto, ha pasado. Pero eso no quita mérito a todo lo demás.