El docente y delegado gremial de la UNaM, el antropólogo Jorge Almada, denunció el severo desfinanciamiento que enfrentan las universidades públicas argentinas. A pesar de una actualización presupuestaria del 270% lograda tras la masiva marcha del 23 de abril, los salarios de docentes y no docentes no se ajustaron a la inflación. También hay incertidumbre para el 2025 si se veta la Ley de Financiamiento Universitario, advirtió. En Misiones, la comunidad marchará este 2 de octubre en defensa de la educación pública gratuita y de calidad.
Martes 1 de octubre de 2024. El universo universitario saldrá a las calles este miércoles 2 de octubre a defender la universidad pública, sobre todo de los embates del propio gobierno argentino que pretende desfinanciar estas instituciones y que tal como adelantó, vetará la Ley de Presupuesto Universitario. A los estudiantes se sumarán gremios, trabajadores y familias, entre otros sectores, que pretenden colmar las calles de todo el país donde hay universidades públicas.
En ese sentido, el docente y delegado gremial del ámbito universitario, el antropólogo Jorge Almada, planteó la grave situación de desfinanciamiento que atraviesan las instituciones de educación superior y la importancia de la movilización, durante una entrevista con Plural, programa periodístico de Canal 4 Posadas.
“El presupuesto actual no se ajusta a la inflación ni a las necesidades de funcionamiento; salarios, becas, albergues y políticas de bienestar estudiantil» necesitan recursos. A pesar de la actualización del 270% en gastos de funcionamiento lograda tras la masiva marcha del 23 de abril de este año, muchos problemas persisten. «Los salarios de docentes y no docentes no fueron actualizados adecuadamente, y programas de investigación y extensión siguen sin financiamiento suficiente», añadió.
La falta de recursos afecta todos los aspectos de la vida universitaria. «Docentes y equipos de investigación tienen que recurrir a colectas para adquirir materiales esenciales», dijo, para subrayar que «el salario de los docentes universitarios es el peor del sistema educativo». Este desfinanciamiento no solo pone en riesgo la calidad educativa, sino también la capacidad de las universidades para contribuir al desarrollo del país.
Almada admite que la preocupación por el futuro es palpable, sobre todo sobre la base de la incertidumbre que genera la falta de presupuesto para funcionamiento en 2025, especialmente si se veta la Ley de Financiamiento Universitario. «Si se vetara el artículo 27, que compromete el 6% del PBI a la educación, el presupuesto quedaría muy atrasado, afectando gravemente el funcionamiento universitario», alertó.
La movilización del 2 de octubre reunirá en Misiones a las tres regionales de la UNaM (Eldorado, Oberá y Posadas), a partir de las 17 horas. «Esperamos que nos acompañen, sin importar las condiciones climáticas. La universidad pública es un patrimonio de todos los argentinos», afirmó Almada. La concentración en Posadas será en el mástil de las avenidas Mitre y Uruguay, mientras que en Oberá será en el predio de la Facultad de Ingeniería, y en Eldorado, en el kilómetro 6.
Esta movilización cuenta con el apoyo y la participación de la intersindical universitaria, junto a centrales sindicales como la CTA Autónoma, la CTA de los Trabajadores y la CGT Misiones, movimientos sociales y diversos sectores, que se sumarán a la marcha. «Entendemos que la universidad es un bien público que debe ser abrazado y defendido por la comunidad», resaltó Almada.
Docente y militante social, el antropólogo Almada entiende que la transferencia de las universidades a los estados provinciales sería un error. «Desfinanciar y provincializar las universidades desconectaría al país. Las universidades nacionales son esenciales para el desarrollo y la vinculación de Argentina», argumentó. Además, destacó el papel que cumplió y cumple la universidad pública en la producción de conocimiento y la formación de profesionales que sostienen áreas clave como la salud y la economía.
«Defendemos esta universidad porque no queremos un país sin trabajo ni fragmentado. Las universidades generan impacto y desarrollo en sus comunidades», concluyó.
Jorge Almada en Plural TV

-¿Qué está pasando en las universidades argentinas?
-Las universidades argentinas están sufriendo un fuerte desfinanciamiento. Es decir, el presupuesto que están recibiendo no condice con la inflación, no condice con la necesidad de los gastos de funcionamiento, como tampoco con el salario de los trabajadores y las trabajadoras. Tampoco con la necesidad de becas, albergues y de políticas de bienestar estudiantil para los estudiantes.
-¿Dónde impacta más o dónde se ve más?
-Impacta en todo el funcionamiento. La universidad argentina y sus sectores dieron una gran lucha este año, que se protagonizó en aquella masiva marcha el 23 de abril de 2024. En esa oportunidad salimos a pedir más presupuesto, y fruto de esa lucha, hay que decir, el Gobierno nacional tuvo que reconocer finalmente que las universidades necesitaban actualizar su presupuesto. Ahí hubo un reconocimiento, una actualización de 270 por ciento para gastos de funcionamiento. Eso permitió seguir pagando la luz, el agua, algunos servicios, y atender algunas cuestiones de bienestar estudiantil, pero eso no resolvió del todo el panorama. Todavía hay gastos, por ejemplo, que tienen que ver con viajes de estudio, programas de investigación y extensión que no están cubiertos. Lo que no se cubrió y que toda la comunidad debe saber, es que no hubo un aumento ni una actualización a los trabajadores de la universidad. Los salarios de docentes y no docentes no fueron actualizados. Tuvimos paritarias en las que, de manera unilateral, nos dieron sumas rechazadas también en esa paritaria, como un 2, 1, o 6 por ciento, que no condicen con la realidad de inflación del país.
-Hay gastos no cubiertos. ¿Eso afectó que se hayan suspendido investigaciones o hay sueldos que no están pagando? ¿O se está resolviendo de otra manera?
-Claramente, cuando hablamos de que no alcanza el financiamiento, que se va sintiendo., por ejemplo, en el caso de la Facultad de Ciencias Exactas, con los reactivos para laboratorio: sabemos que los equipos de investigación y los equipos docentes salieron a pedir colaboraciones, a hacer colectas para poder llegar. Cuando hablamos de salario docente y no docente, para darte una idea, hoy estamos diciendo claramente que el docente universitario es el peor pago del sistema educativo. ¿Qué quiere decir esto? Cuando comparamos un sueldo testigo de la universidad, estamos por debajo, por ejemplo, de un compañero trabajador que es maestro de grado. Mientras que un sueldo testigo en la universidad es de 320 mil pesos, el cargo testigo en el nivel educativo de un maestro de grado está en 500 mil pesos. O sea, hoy un maestro de grado que comienza, comienza con 500 mil pesos. Entonces, lo que estamos diciendo con esos números así rápidos es contundente: salarialmente nosotros estamos muy por detrás. Se tiene que dar una política de actualización y de reconocimiento a lo que hace la docencia universitaria, que es sostener la investigación y el desarrollo del país.
-Dejemos de lado un ratito el reclamo, la movilización. ¿Qué dicen puertas adentro en las universidades de esta situación?
-Hay mucha preocupación. Te cuento que hay mucha incertidumbre, no solamente sobre este año, sino también sobre el año que viene. Lo que hay que decir claramente, si bien recién te comentaba la situación como trabajador, también en mi calidad de delegado gremial de un sindicato del sector, es que hay mucha incertidumbre para el año 2025, porque si la Ley de Financiamiento Universitario fuera vetada, que de hecho está anunciado que eso va a suceder, hay mucha incertidumbre con respecto al año 2025. Si se vetara, por ejemplo, el artículo 27 de esa ley, que compromete el 6 por ciento del PBI dedicado a la educación, en términos concretos nos pondría en una situación donde el presupuesto para el año 2025 estaría muy atrasado, a valores anteriores, incluso al de 2024. Eso pondría de nuevo sobre las cuerdas el funcionamiento universitario, de nuevo en pago de servicios, en sostenimiento de edificios, y claramente, de nuevo, en el salario de los trabajadores y trabajadoras.
-¿Cuándo fue la última vez que se vivió una situación similar?
-Nos cuentan docentes con mucha antigüedad que existieron muchas luchas en la década de los 90. Han dicho que se sumaban a las carpas blancas de la CTERA cuando la CTA recién se comenzaba a formar. Hoy justamente se está dando un proceso de unificación de las centrales sindicales que nos parece que es lo que debe suceder. Existieron muchas luchas, existieron muchos momentos complicados, sobre todo en la década de los 90. Pero un momento así de un desfinanciamiento tan rápido, de un comentario como se está haciendo ahora de pasar las universidades a los estados provinciales, lo que significaría prácticamente desguazar las universidades, nos parece que estamos en un momento histórico, en un momento bisagra. Sobre todo, quiero aprovechar el tiempo para decir que el 23 de abril de 2024 creemos que la sociedad ha dejado un fuerte mensaje de defensa de la universidad. La universidad pública es un patrimonio de todos los argentinos, la sociedad en su conjunto, no fue solamente un sector, sino en sus distintos pensamientos. De hecho, ha sido una marcha muy plural. Creemos que el miércoles 2 de octubre, que es la segunda marcha universitaria, también vamos a recibir ese acompañamiento, entendiendo que la universidad es un patrimonio de los argentinos. Que exista una universidad pública, de calidad y gratuita es un patrimonio que le corresponde a todos los argentinos, tanto a aquellos que cursan carreras universitarias como a aquellos que quizás no, pero que ven luego el aporte de nuestros graduados y estudiantes. De hecho, recién tuvimos acá un estudiante de nuestra universidad, en sus investigaciones y aportes, que las comunidades reciben la devolución que hace la universidad pública.
-¿En Misiones van a marchar en las localidades con sedes universitarias de la UNaM y en otros también, como en San Vicente?
-Particularmente, vamos a concentrar las tres regionales de la UNaM: Eldorado, Oberá y Posadas. Así que el miércoles 2 de octubre, haya la condición climática que haya, esperamos que nos acompañen. Aparentemente va a haber un poco de lluvia, como en la anterior marcha, pero vamos a salir igual a las 17 horas, ya la lluvia no nos detiene. Como en la ocasión pasada, decíamos que salíamos con paraguas de por medio. Decíamos, el miércoles 2 de octubre entonces, hacia las 17 horas, en Posadas. Además, la universidad sacó un “flyer” (un volante) desde la institución. La concentración en Posadas será en el mástil de las avenidas Mitre y Uruguay. A las 16 horas, en el predio de la Facultad de Ingeniería de Oberá, y también de la Facultad de Artes, y a las 16 horas en el kilómetro 6 de Eldorado. También la intersindical universitaria va a convocar allí. Esto no quita que haya otros lugares. Nuestra universidad tiene extensiones áulicas que hoy recorren la provincia: San Vicente; Campo Grande, Campo Ramón, 2 de Mayo, Puerto Rico, Garuhapé. Son todos lugares donde está la universidad, donde genera impacto en los municipios, donde los estudiantes participan, se comprometen muchísimo con los contenidos. Digo esto también, la universidad genera impacto y desarrollo en esos municipios. Las carreras que están allí tienen que ver con el desarrollo de esos municipios, entonces todo eso implica que la universidad pública.
-Tiene que ver con el núcleo económico de esas localidades…
Exactamente. Las carreras que hoy se están dando en estas extensiones áulicas que son de la Facultad de Humanidades donde me desempeño como docente tiene que ver con las demandas de los municipios. Los municipios demandan a la universidad ciertas carreras según sus intereses, sean en comunicación, por ejemplo, intérprete de lengua de señas o trabajo social, etcétera. Estas carreras brindan la posibilidad de desarrollo económico y social de esos municipios.
-Jorge, no sé si estás en la organización de la marcha o de las movilizaciones, pero ¿Qué otro sector se comprometió a acompañar? ¿A quiénes convocaron ustedes?
-De hecho, estoy saliendo de una reunión organizativa, que se produjo hace instantes (lunes por la tarde). Como en la ocasión del 23 de abril, la intersindical universitaria que integra los tres gremios universitarios abrió la convocatoria a todos los sectores sociales que deseen acompañar. Creemos que esta es una universidad pública que debe ser abrazada justamente por la comunidad. Recién culminó una reunión con distintas expresiones de centrales sindicales. Rápidamente te cuento que van a acompañar la CTA Autónoma, la CTA de los Trabajadores, la CGT Misiones, van a acompañar movimientos sociales como la CCC, la CTEP a nivel nacional, entre otros. Van a acompañar distintos sectores sociales porque entendemos que la universidad es un bien público, es un bien de los misioneros y de los argentinos, y que debe ser abrazada y defendida por esta comunidad.
-Más allá de la imposibilidad de transferir las universidades a las provincias, porque hay que cambiar leyes, creo que hasta hay que tocar la Constitución, pero ¿Qué impacto tendría si esto fuera posible?
-Es totalmente incierto en muchos sentidos porque las provincias no están todas en la misma situación. Misiones está en una situación, pero hay otras provincias que están con otra realidad económica. Ese traslado, para nosotros significaría un desguace porque limitaría el presupuesto en muchos sentidos. Limitaría la posibilidad de acción, de extensión y de investigación de las universidades. Esto no sería solamente por los fondos nacionales, sino también por los programas nacionales. Lo que hay que decir es que las universidades nacionales, sistemas que después les podemos dejar una gráfica muy linda que explica cómo realmente las universidades unen al país. De hecho, una de las consignas del Consejo Interuniversitario Nacional que reúne a los rectores, es: «Para ser una nación, sí al financiamiento universitario». Es decir, las universidades conectan al país. Donde hay universidades, hay desarrollo, pero además hay vinculación. Misiones tiene dos universidades nacionales, pero fijate vos que en la Patagonia, en distintos lugares, el país está conectado por una red, y las universidades hacen esto. También desarmarlas, desfinanciarlas u otorgar a las provincias el manejo de las universidades sería desconectar al país, porque el sistema universitario actúa como un conjunto, actúa como un sistema. Entonces sus programas y sus líneas de investigación no son definidas localmente, hay líneas nacionales. Ahí es donde decimos particularmente que la universidad pública y gratuita es, como se dijo acá, una herramienta de ascenso social, pero también, fundamentalmente, es una herramienta de desarrollo y de poder pensar un país con trabajo. Hoy, cuando hay 53 por ciento de pobreza, cuando cientos de miles de argentinos no llegan a fin de mes y no tienen trabajo hay que decir que las universidades, con sus desarrollos, son productoras de trabajo y de fuentes de trabajo. Por eso defendemos esta universidad, porque no queremos vivir en un país sin trabajo y en un país desconectado, fragmentado, como podría finalmente suceder con esta propuesta de provincialización.
-En lo social, ¿a dónde se destina el dinero de las universidades: a becas, comedores, albergues?
-Sí, en todo eso. Decirte que cuando hay discursos sobre auditoría, las universidades nacionales están auditadas desde siempre por la Sigen (Sindicatura General de la Nación), que controla toda compra o inversión que se hace en la universidad, con licitación. Hay todo un proceso.
-De hecho, quisieron ir por ese lado y no encontraron nada…
-Y no porque históricamente se ha auditado y todos los controles están. Las compras, de hecho, están muy controladas. Los fondos se destinan a investigación, para practicar extensión, también en viajes de estudio que hoy están muy comprometidos. Por ejemplo, nosotros, históricamente en la carrera de Turismo, sus prácticas implican realizar viajes. Nuestra universidad contribuye en investigaciones, por ejemplo, en el campo de la genética, investigan sobre el desarrollo de la yerba mate para que no sea afectada por plagas. Las carreras de ciencias sociales, por ejemplo, fueron clave durante la pandemia; nosotros fuimos parte y acompañamos el cuidado que hizo el sistema de salud a aquellas personas que pasaron por el Covid19. Quizás esto no se ve, quizás no es tan visible, porque uno piensa más en el sistema de salud y en los médicos. Pero la obra de los cientistas sociales estuvo, y aportamos en políticas públicas que estuvieron al cuidado de los ciudadanos. Entonces, en todo esto es donde finalmente se ve el impacto de la universidad pública. Aquel ciudadano que se hace un estudio en un hospital público lo hace con un profesional graduado en la universidad. El bioquímico, el farmacéutico, el enfermero, son graduados de la universidad pública. Todo esto hay que poner sobre la mesa para decir que el 2 de octubre estamos defendiendo un patrimonio de los argentinos, un patrimonio que ha costado muchos años de lucha, no solo una década o las de los 90, sino muchas décadas anteriores. Defendemos esa posibilidad de que los sectores de menores ingresos puedan ingresar y recibirse, como fue mi caso, yo también soy graduado, el primer graduado en toda mi familia, y si no hubiera sido por la universidad pública, hoy no estaría hablando con vos.
