El periodista Amílcar Berón comparte sus 29 años de experiencia viviendo y trabajando en Montecarlo. Destaca la evolución y el espíritu comprometido y solidario de su comunidad. Desde sus inicios en una radio local hasta la conducción de actividades significativas, “Mirko” resalta el valor cultural, histórico y social de esta ciudad del Paraná medio misionero.

Viernes 15 de noviembre de 2024. Amílcar Berón lleva unos 29 años ejerciendo su profesión de periodista en Montecarlo, a la altura del Paraná medio misionero, donde también conformó su familia y consolidó su trabajo, en un lugar por el que siente un profundo cariño.
Mirko, como le dicen sus colegas y amigos, llegó a Montecarlo casi por accidente y donde, un inesperado acto de solidaridad le valió una oferta de trabajo en una radio local, Horizonte Montecarlo, donde condujo el programa «Protagonistas» durante 25 años, y que continúa en su propio medio desde hace cuatro años.
«Montecarlo es mi lugar en el mundo», afirma Berón, enfatizando cómo vio la transformación de esa ciudad durante estas tres décadas. Para él, la ciudad es más que un hogar; “es una comunidad con una historia rica y una esencia única que ha sabido mantener y desarrollar valores culturales, deportivos e institucionales”, dijo.
El periodista destaca la Fiesta Nacional de la Orquídea, una celebración que surgió hace 40 años y que es la única fiesta nacional sobre la ruta Nacional 12 entre Puerto Iguazú y Posadas. Berón se involucra desinteresadamente en la organización de este y otras actividades, como la apertura de sesiones del Concejo Deliberante local y el aniversario de la ciudad, como una forma de retribuir a la comunidad, explicó en una entrevista con Plural, programa periodístico de Canal 4 Posadas.
“Montecarlo no solo es conocida por sus fiestas y eventos, sino también por su notable actividad deportiva”, dice con orgullo. Y subraya que fue declarada como Capital Provincial del Deporte, gracias a encuentros como la Fiesta de los Adalides Deportivos, que premia a los jóvenes deportistas desde hace más de 30 años. Montecarlo acogió también mundiales de fútbol de salón y de fautsball, demostrando su capacidad de organización y espíritu deportivo, describió.
Por otra parte, Amilcar Berón también se mostró crítico respecto a la visibilidad “del interior” en los medios provinciales. Considera que Montecarlo, y en general toda Misiones que no sea la capital, no reciben la atención mediática que merecen, a pesar de ser motores fundamentales para el desarrollo de Posadas y la provincia.
A pesar de las dificultades económicas que atraviesa el país, Berón resalta la capacidad de Montecarlo para sobreponerse y continuar creciendo. Ejemplifica con empresas locales que exportan productos como jugo y yerba mate en polvo, destacando el potencial y la resiliencia de la ciudad.
Con un claro sentido de pertenencia y gratitud, dice que su ciudad por adopción “es inigualable”.

Amílcar “Mirko” Berón en Plural


-Bienvenido Amílcar.

-Gracias por la invitación. La verdad que a veces uno no está acostumbrado a que lo entrevisten. Hacemos tantas entrevistas en el día, tantas cosas en los medios, que no estamos acostumbrados a ser el entrevistado. Es como que cuesta un poquito. Los veo a los chicos trabajar acá, en todo el piso, y digo «Mirá, yo a veces estoy del otro lado». Y ahora, estar de este lado, como que impacta un poco.

-¿Cuántos años hace que vivís en Montecarlo?
-Hace exactamente 29 años.

-¿Y siempre trabajando en periodismo?
-Desde los 18 años… Y empecé a trabajar en Montecarlo por una circunstancia. Muchas veces conté una anécdota: una de esas circunstancias de la vida en la que a veces las cosas siempre suceden por algo. Mi esposa estaba embarazada de mi hijo Lucas y por esas cosas de la vida –nosotros vivíamos en Posadas– y ella, que era de Montecarlo, tuvo un problema de salud y terminó internada por un problema de vesícula. Lucas nació en Montecarlo. Estábamos en la habitación y veo que un hombre baja de una camioneta, herido, ya que había tenido un accidente laboral y nadie lo ayudaba. Salté por una ventana, me salió la solidaridad, lo calcé del hombro y ayudé a meterlo en el sanatorio para que lo atiendan. Mientras, la señora preguntaba quién era yo. Charla va, charla viene, dos días después, ese señor llama a la casa de mi suegro, que lo conocían y me ofreció trabajo. Así de simple. Me dijo: «Yo tengo una radio y necesito un periodista, pero quiero poner un periodista». Me sonreí, y bueno, toda mi familia obviamente quedó muy contenta porque surgió esa posibilidad. Ya la teníamos a Fernanda en esa época, también se sumó Lucas… Y ya nos quedamos en Montecarlo. Estuve 25 años en esa radio haciendo “Protagonistas”, un programa periodístico que, la verdad, según me decían, salvo otro programa que se emite acá en Posadas, que fue cortando con los años, dicen que es el programa periodístico más largo. Llevamos al aire 29 años consecutivos, sin parar. Todos los años hemos hecho “Protagonistas”, 25 años en Horizonte Montecarlo y hace 4 en mi propio medio.

-¿Qué pasó en los últimos tiempos en Montecarlo? ¿Cómo está? ¿De qué hablamos cuando hablamos de Montecarlo, en cuanto a su desarrollo, a su posición?
-Sabés que me pasa algo con Montecarlo. Es mi lugar en el mundo, lo tengo definido así. Mirá que a mí me encanta Posadas, tengo amigos, colegas con los que hemos compartido una vida trabajando juntos en un montón de cosas. Pero para mí, Montecarlo es mi lugar en el mundo; lo vi cambiar tanto en estos 29 años; no porque esté yo, sino porque fui siguiendo el proceso. De hecho, siempre utilizo una frase que digo: el día que el montecarlense, aquel que nació, se crió, vivió, estudió en otro lado y volvió y sigue en Montecarlo, se dé cuenta del valor que tiene como ciudad, a esa ciudad no la para nadie. Lo que es la esencia que tiene como ciudad, en sus habitantes, en la historia que tiene, porque tiene una historia riquísima desde lo político, institucional, deportivo, cultural, y religioso. Nosotros teníamos al padre Czerepac, teníamos a Willy Maerker, una eminencia (profesor entrerriano que falleció en marzo de 2022 en Montecarlo). Yo sé que te emociona cuando te hablo de Willy Maerker. Y así como eso, te puedo contar historias increíbles que tienen que ver con la esencia de una comunidad. Muchas veces, los que vinimos de afuera, como en mi caso, lo hemos visto. A mí me tocó hace unos días hacer la conducción de la apertura de la Fiesta Nacional de la Orquídea en Montecarlo. Y contrario a lo que puedan pensar, yo no cobro por hacer eso. Es una manera de devolverle a la comunidad todo lo que me dieron a mí. Hay dos fechas, o tres, también, cuando se hace algún acto importante, que las hago con mucho placer, con mucho gusto, y las hago gratis: una es la apertura de sesiones del Concejo Deliberante, porque me parece que es una herramienta enorme para la democracia; otra es el aniversario de Montecarlo; y lo tercero es la Fiesta Nacional de la Orquídea. Las hago gratis porque es una manera de devolverle a la comunidad todo lo que me dieron. Yo hoy soy lo que soy gracias a mi familia, a mi esposa, a mis hijos, y a la ciudad de Montecarlo, al lugar donde me desarrollé. Para mí eso es fundamental, no puedo negarlo bajo ningún concepto, no podría hacerlo, por una cuestión que no sé si llamarla ético, pero quizás es una cuestión de principios. Entonces, es una manera de devolverle algo a la comunidad que me parece importante. Te traía a colación lo de la Fiesta de la Orquídea porque este año se cumplen 40 años de que un grupo de visionarios se les ocurrió juntarse para hacer la Fiesta Provincial de la Flor. Un grupo que nosotros llamamos cariñosamente «gringos, morochos» se juntó y creó la Asociación Promotora de Turismo y Cultura, y sacaron adelante la Fiesta Provincial de la Flor, que arrancó a los ponchazos, como todas las fiestas. Ocho años después, crearon lo que es la única fiesta nacional sobre la Ruta 12, la Fiesta Nacional de la Orquídea. No hay ninguna otra fiesta nacional entre Iguazú y Posadas sobre esa ruta. En la 14 tenés la Fiesta de la Madera, la de la yerba, del té; pero en la Ruta 12 la única que hay es la Fiesta Nacional de la Orquídea. Yo hice una editorial sobre eso porque rescaté el valor de hacer algo. Es una comunidad con valores tremendos.

-Son comunidades muy pujantes también…
-Así es. ¿Vos creés que es casual que Montecarlo sea la Capital Provincial del Deporte? Montecarlo hace más de 30 años organiza todos los años la Fiesta de los Adalides Deportivos. Arrancó en una juntada en una escuela, para premiar a los chicos que ese año se habían lucido en los Juegos Evita. Hace más de 30 años que se premia a todos. Ha estado gente como Castrilli, los Di Palma, entre otros conocidos. En esa fiesta fue invitado el en ese entonces, vicegobernador Hugo Passalacqua, que quedó maravillado y dijo: «Mañana mismo empiezo a trabajar para que Montecarlo sea declarada capital provincial del deporte». Y eso pasó. Hemos tenido tres mundiales, dos de fútbol de salón y uno de fautsball ya. Esos son los valores que tiene como ciudad. En esto quiero ser crítico: muchas veces los medios de la provincia, especialmente los posadeños, no le dan importancia. Muchas veces nos enteramos de Montecarlo por algo malo. A veces parece que el interior no existe, y sin embargo, el interior genera todo lo que pasa hoy en Posadas. Como en Buenos Aires, donde los misioneros nos enojamos porque no nos dan importancia salvo por casos resonantes. Y acá pasa igual. Hemos trabajado juntos en alguna redacción de diario y hemos tenido muchas peleas con la política de las empresas, con el hecho de que el interior parece que no existe. Sin embargo, el interior es el generador de todo lo que pasa. Hoy acá, en Posadas, es lo mismo que pasa en Buenos Aires. Nosotros, los misioneros, tenemos que enojarnos con Buenos Aires porque no nos dan artículo, salvo que aparezcan casos que sean resonantes y que a ellos les puedan dar cierto rating. Y acá pasa lo mismo.

-Me quedé pensando en esa pujanza. Puerto Rico y Montecarlo nacen casi juntas porque pertenecen al mismo terrateniente, a la misma compañía que las fundó.
-Ese es otro debate que está vivo en Montecarlo, y es un debate riquísimo porque tenés, por un lado, a los defensores de Carlos Culmey, que dicen: «Carlos Culmey es el Dios, hay que hacerle reverencia porque fue el fundador de Montecarlo». Y después están los que venían de Alemania y dicen: «Ese era un loco, asesino y déspota, que nos trajo acá y nos mintió. Nos bajaron del barco en la arena y nos dijeron: ‘De acá, hacé tantas leguas, ahí tenés tu propiedad’, y nosotros mirábamos y nos encontrábamos con un monte». Eso me lo contó una señora que vino de Alemania y que, en su cofre que bajaba del barco, tenía porcelanas, cubiertos de plata. Ella sí vivía bien en Alemania y Culmey le dijo que venía a una ciudad más linda de donde vivía. “Ese es un mentiroso”, dijo por Culmey, porque la largaron en la costa del río y, de golpe, se encontró con un montón de cosas verdes que no sabía ni cómo se entraba. Quisieron abrir camino y eran las famosas tacuaras, los yuqueríes, ni hablar de la malaria, las enfermedades, los animales, los mosquitos, y todo lo que esa gente tuvo que pasar. Admiro mucho a esa gente. Se puede cuestionar la inmigración, estamos a hace 104 años, y la cantidad de gente que no quiere saber nada de Culmey… como pasa con Schwelm Eldorado, en distintos lugares. Porque eran terratenientes, estaban en compañías colonizadoras que venían y decían: «Vendemos la tierra”, era un negocio. Está bien, crearon localidades. Hoy tenés Ruiz de Montoya, Capioví, Puerto Rico y Montecarlo, que son las cuatro ciudades que fundó Culmey. En Brasil, la misma historia, hay doce ciudades fundadas. De ahí nacen los Torneos Carlos Culmey. Tuve el honor de jugar al fútbol en esos torneos, esa confraternidad entre localidades. Cuando se juega al fútbol es Argentina-Brasil, no hay vuelta que darle. Pero esos torneos de confraternidad incluyen un montón de disciplinas deportivas, y Montecarlo ha sido sede creo que dos o tres veces. Cada año se va cambiando, imaginate: 11 más 4 son 15, o sea que en 15 años te toca de vuelta, y se viene haciendo desde hace mucho tiempo.

-¿Cómo está la comunidad hoy?
-A mí me gusta cómo está hoy. Ha pasado por circunstancias muy difíciles. Hubo un momento en que, lamentablemente, no la política, sino los políticos de turno tiraron para atrás instituciones, desde el municipio hasta cooperativas. Sin embargo, el tesón de la gente logró recuperar eso, y hoy tenemos una localidad que está creciendo. Podemos enojarnos con lo que hoy está pasando económicamente en la Argentina, pero los problemas de la Argentina no comenzaron hace un año; comenzaron hace muchos años, y siempre hubo un dime y direte. Podemos discutir y poner sobre la mesa un montón de cosas, pero cuando ves que hay una comunidad que, a pesar de la crisis y de la situación, tira para adelante, decís: «Hay cosas que son importantes». Te voy a contar un detalle nomás: Hoy Montecarlo tiene una empresa que produce, por ejemplo, jugo en polvo para ser exportado a Holanda. También produce yerba mate en polvo para Oriente y té en polvo. Es una empresa con 50 o 60 años, que está en la costa del río, de un amigo que la dirige. Además, Montecarlo produce ganado. Salía la Cota Hilton de carne, aunque lamentablemente, por la desidia de quienes manejaban organizaciones hace unos años, hubo casos de aftosa y se perdió. Entonces, hay cosas que hay que mirar con mucho cariño. Un ejemplo reciente: lo que pasó con Colapinto y la yerba Pampa que se produce en Montecarlo, alguien, que fue un poquito más rápido, dijo: «Che, nosotros también hacemos yerba natural», y negoció. Fuiste lerdo y capaz, pero sin querer, trascendió que en una parte de la Argentina había un producto que se hacía en Montecarlo. Esas son las cosas que yo rescato, y me parece increíble. Por eso insisto: Montecarlo es una ciudad que todavía el montecarlense no se dio cuenta de los valores que tiene, porque el día que se dé cuenta, es un potencial enorme. Te doy un ejemplo más: La ciudad tiene una frase acuñada que es «En el centro del paraíso», Misiones es un paraíso. Estamos ubicados a 100 km de dos aeropuertos internacionales, y me atrevo a decir tres, porque en Ciudad del Este están trabajando en el tercero. Estamos a 70 kilómetros de los Saltos del Moconá, a 100 de las Cataratas del Iguazú, a 80 de la Cruz de Santa Ana, a 180 de Posadas, donde hay otro aeropuerto internacional, y a 180 kilómetros de Encarnación. Estamos en un lugar concéntrico, y tenemos la suerte de tener la ruta que nos une rápidamente con la 14, que es la única ruta que baja, porque todas las que cortan desde la ruta 12 suben hacia la 14. La ruta 211, geográficamente, es la única que baja, haciendo más corto el tramo para llegar a la ruta 14. Las posibilidades de estar ubicado en esa cuña que son inmensas. Hoy, Paraguay es el vergel económico, les guste o no les guste a quienes quieran. El vergel económico es Paraguay, y hay que mirarlo, hay que aprender, hay que prestar atención a eso. No solo mirarlo como: «Ah, ese paraguayo me dice ‘curepa'». Cambiemos un poquito la visión. Yo creo que la provincia de Misiones tiene que empezar a ver eso, a cambiar la visión de las cosas, y empezar a ver que del otro lado, en la costa del Uruguay, tenemos Rio Grande do Sul, Paraná y Santa Catarina. ¿Sabés cuántas personas tenemos ahí? 160 millones, y nosotros todavía estamos enojados con los brasileños.

-Son 160 millones en tres Estados y un eje unido en Paraguay, en Argentina y en Brasil, de las mismas familias.
-Totalmente. Yo creo que esa es la parte que los misioneros hoy tenemos que empezar a mirar, y a dejar de lado esas viejas rispideces que no conducen a nada. Tenemos que empezar a agiornarnos. Recién escuchaba la columna, y me enganché al toque, porque esa es la visión que hay que tener, empezar a humanizar las cosas. La tecnología es hermosa, soy un enamorado de la tecnología, pero hay que humanizarse porque nos estamos deshumanizando, y eso no es bueno. Tenemos que entender lo importante que son los brasileños, los paraguayos, y nosotros, que estamos ahí metidos como una cuña. Somos los únicos en Argentina que podemos decir eso.

-¿Qué está pasando en la Misiones cercana a Montecarlo?
-Hablábamos de la ruta 211, y acá voy a ser crítico sobre esa cuestión: tenés una localidad cerca de Montecarlo, que es El Alcázar. Para mí, El Alcázar debería ser otro vergel en esta provincia porque está en la intersección de una ruta que conecta con la ruta 14, donde pasan todos los camiones brasileños, los turistas, los que vienen de Rio Grande do Sul a visitar Misiones o a utilizarla de puente. Lamentablemente la inoperancia de quienes estaban a su cargo hizo que esa localidad se estancara, que la administraron como si los pueblos fueran patrimonio propio, comercios de su propiedad y no lo son. Estoy convencido de que El Alcázar es una de las localidades que se estancó producto de la inoperancia de quienes dirigían los destinos de esa comunidad. Así como eso, capaz hay muchas localidades en Misiones, pero creo que hoy tienen posibilidades. Creo que hubo un intento de cambio el año pasado cuando llegaron las elecciones, como que la gente también se empezó a dar cuenta de que “basta de esto, ya no queremos más seguir así”. Hicieron un cambio. Ojalá que quienes asumen la responsabilidad puedan hacer ese cambio, porque es necesario empezar a cambiar esas cosas. Tenemos el caso de Piray, por ejemplo. Piray es una localidad que tiene una de las empresas más grandes de la provincia de Misiones. Y alguien te puede preguntar “¿Piray está lindo?” “Sí, está lindo, han hecho un complejo polideportivo impresionante”, podés responder. “Está bien, pero ¿y qué más, hay posibilidades? “Y capaz sí, puede ser, no sé, quizás, tal vez”, podés decir. Yo creo que hay que empezar a cambiar un poco la visión. Insisto con esto: creo que hoy una ciudad que está dando grandes pasos es Eldorado. Por eso me prendo un poquito de la columna que estaban haciendo recién, cuando Myriam hablaba acerca de la educación, que es fundamental. Creo que Eldorado está haciendo una transición importantísima en ese sentido, porque veo que desde la misma intendencia, el Concejo Deliberante, las instituciones intermedias, la Cámara de Comercio y demás, están haciendo un trabajo muy interesante para fomentar la instalación de universidades en la ciudad, y eso es muy bueno, porque hay que empezar a mirar eso.

-Amílcar, un gustazo. Muchísimas gracias.
-Gracias a ustedes. Misiones me apasiona. Yo soy entrerriano de nacimiento, vine muy chiquito, pero cuando a mí me preguntan «¿de dónde sos?» yo digo que soy misionero, porque a mí me apasiona Misiones. Es una provincia única y hay que entenderla, hay que aprender a mirarla desde adentro para salir hacia afuera.