Norma Lunge, con su vasta experiencia y su compromiso con el periodismo, se convirtió en una voz importante para la zona centro, con epicentro en Oberá. Su perspectiva sobre la evolución de la región y los retos que aún enfrenta ofrece una valiosa radiografía de los cambios sociales y económicos en la zona centro de Misiones. Su historia es un testimonio del poder del periodismo para documentar y contribuir al desarrollo de las comunidades locales.
Martes 19 de noviembre de 2024. Al reflexionar sobre los cambios en Oberá y sus alrededores, la periodista Norma Lunge destacó la evolución de la zona que observó desde que comenzó a trabajar, hace unos 35 años. «Cuando empecé en periodismo no había mujeres periodistas» en la zona, mencionó, para destacar el avance en la inclusión de ellas en la profesión. Al comienzo, debió enfrentar, incluso, a la incredulidad de los funcionarios y la falta de seriedad con la que tomaban a las mujeres en el ámbito periodístico.
Para el desarrollo regional, el turismo tuvo un fuerte impacto. «Hoy en día, las localidades cercanas a Oberá están apostando al turismo, abriendo sus producciones al visitante», explicó. Esta apertura benefició económicamente a la región y permitió mostrar la riqueza cultural y productiva de la zona. En ese sentido, Lunge habló de la importancia que tuvo -y sigue teniendo- la producción de yerba mate, tabaco y madera, que ahora se complementan con el turismo rural y las visitas a chacras productivas.
Decididamente en estos treinta años la evolución de la llamada zona centro misionera fue de gran impacto. En esa transformación, Oberá creció además gracias a la presencia de instituciones educativas como la Facultad de Ingeniería y la Facultad de Arte y Diseño. «Estas facultades no solo atraen a estudiantes de otras localidades, sino que también generan cultura y fomentan el desarrollo profesional en la región», afirmó Lunge. La oferta educativa permite que muchos jóvenes se queden en la región para estudiar y trabajar, contribuyendo así al desarrollo local.
En un repasod e su vida y la evolución de la zona, la periodista también destacó el recambio generacional del ámbito rural. «Hoy tenemos muchos feriantes jóvenes que se están quedando en las chacras, incluso después de recibirse de ingenieros agrónomos o de otras profesiones», dijo. Este fenómeno, según Lunge, es un signo positivo de que los jóvenes ven futuro en el trabajo en el campo y en sus comunidades.
A pesar de los avances, también observa que la región todavía enfrenta grandes desafíos «El precio de los productos es una preocupación constante para los productores locales», señaló. Además, mencionó la necesidad de seguir mejorando la infraestructura y el acceso a servicios para apoyar el crecimiento sostenible de la región.
Norma Lunge es una de las figuras del periodismo misionero. Lleva unos 36 años de trayectoria en la profesión y se convirtió en una figura emblemática en la región que tiene epicentro en Oberá. Su carrera transcurrió entre medios locales y corresponsalías para Posadas y Buenos Aires. En un repaso de estos años en la profesión, Norma Lunge compartió esas vivencias y miradas en Plural, programa periodístico de Canal 4 Posadas.
Una elección y una necesidad
Norma Lunge se metió al periodismo por elección y por circunstancias de la vida. Comenzó a estudiar abogacía, pero una situación personal la llevó a buscar trabajo y encontró su lugar en el entonces diario El Paraná, de Posadas, como corresponsal en Oberá. «Siempre fui de escribir mucho, en la escuela era la que conducía los actos», recordó. Después de algunos años en el campo, decidió formalizar su pasión por la comunicación estudiando periodismo.
Norma sabe que para ser una buena periodista es importante tanto el estudio académico como la práctica en redacciones. «Lo que te da el estudio es todo lo que la práctica no te da, pero es muy bueno poder compatibilizar las dos” instancias», dijo, para destacar la importancia de combinar la formación teórica con la experiencia práctica.
Norma Lunge en Plural

-¿Cuántos años hace que trabajás en periodismo? ¿Por qué elegiste esta profesión?
-Llevo 36 años de periodista. Pasé por todos los medios habidos y por haber. Empecé con diario, seguí con radio y televisión, un poco de todo…
-Un poco en Oberá, un poco en Posadas…
-Así es. En realidad, siempre mi centro fue Oberá, pero trabajé como corresponsal de medios de Posadas y de Buenos Aires también. Así que sí, pasé por todo.
-¿Una profesión que elegiste o que te eligió a vos?
-Una profesión que me eligió y que yo tardé en darme cuenta, en realidad. Porque empecé a estudiar abogacía, hice tres años de esa carrera. Y por una situación, que tuve que salir a trabajar después de separarme, me tomaron en periodismo… Yo siempre fui de escribir mucho. En la escuela secundaria, y en la primaria, era la que conducía los actos. Me tomaron en el diario El Paraná como corresponsal, y ahí empecé. Después de eso, empecé a estudiar periodismo, porque obviamente dejé abogacía y me dediqué a esto.
-Buen punto ese. ¿Se estudia periodismo o se aprende en las redacciones?
-Las dos cosas. A mí me sirvió mucho estudiar después de haber trabajado más de cinco años. Lo que te da el estudio, lo que te da la facultad, es todo lo que la práctica no te da, pero es muy bueno poder compatibilizar las dos cosas. Me parece que aquel que empieza, así como yo, de casualidad, el ejercicio le da mucho, pero lo que te da la facultad y el estudio también es muchísimo más.
-Estamos haciendo desde Plural un recorrido con los colegas. Vamos a ver si podemos abarcar toda la provincia, conociendo un poquito sus historias personales, y a partir de ahí el trabajo periodístico, para finalmente ir haciendo una radiografía de la provincia. Desde la zona centro, donde ejerciste casi siempre: ¿Qué viste? ¿Qué pasó? ¿Cómo evolucionó o no? ¿Cómo se transformó esa región desde la mirada de la periodista?
-En principio, como mujer, debo decir que me parece muy importante que se haya evolucionado tanto que hoy hay muchas mujeres en la profesión. Cuando empecé en periodismo no había mujeres periodistas. Costaba muchísimo hacer periodismo, no solamente por lo que implicaba la profesión para una mujer, sino porque no te tomaban en serio. Nadie, ni siquiera los funcionarios.
-Antes las mujeres periodistas eran para cultura y algún refrito de algún comunicado mal redactado… (risas).
-Exactamente, las notas de color. Cuando ibas a hacer una nota política, en ese momento pretendían que pases las preguntas que ibas a hacer y te iban a contestar de esa manera. Esa fue mi primera desilusión, porque ahí nomás ya tuve un encontronazo. Vos sabés que soy de decir las cosas como vienen, así que fue mi primer choque con algún funcionario. Pero más allá de eso, creo que la zona centro creció muchísimo. Yo recuerdo caminos de tierra que teníamos que recorrer para poder hacer entrevistas. Siempre me gustó mucho ir a los lugares. Hoy, todos esos lugares tienen acceso asfaltado. Además, también la misma gente evolucionó en sus reclamos, en poder hacer valer sus derechos. Siempre hablamos de que a la gente de las colonias, del interior, de las localidades más pequeñas, le cuesta mucho poder hacer visibilizar lo que les pasa, hacerse escuchar. Hoy por hoy eso está quedando de lado. Hay una nueva generación que aprendió… no sé si porque sus hijos fueron a la facultad y fueron evolucionando, pero me parece que hoy por hoy ya hay otra mirada respecto a ese tema. También evolucionó todo lo que tiene que ver con las producciones, por ejemplo, en turismo, antes, era muy difícil mostrar una chacra productiva, donde se trabaja y donde también podés mostrar turísticamente todo lo que hay. Hoy, esos emprendimientos se han multiplicado muchísimas veces. Por decirte un ejemplo, Oberá es una ciudad netamente de servicios, la gente va a Oberá a consumir, a buscar servicios como salud, educación, todo está concentrado ahí. Incluso van de las localidades de fronteras. Tenés cerca Panambí, Alba Posse. En su momento, cuando a los brasileros les convenía, se cruzaban y compraban en Oberá. Pero las otras localidades también se potenciaron en esto que decís, de ofrecer alternativas para mostrar su producción de manera turística. Es increíble la cantidad de gente que vino de otros lugares a apostar, compran chacras o lugares y los convierten en espacios turísticos. Está muy bueno, por un lado. Por otro, también algunos emprendimientos industriales comenzaron a visibilizarse y abrir las puertas. Máxime con otras carreras que, por ejemplo, en Oberá, tenemos la Facultad de Ingeniería y la Facultad de Arte y Diseño. Dentro de la Facultad de Arte y Diseño, tenés ahora Arquitectura, por ejemplo. Eso también da valor agregado a todo. Se empieza a trabajar en conjunto, eso se está viendo. Y el Parque Industrial que se está armando también en algunas localidades… Nosotros estamos ahí en Oberá, todavía en los primeros pasos, pero hay interés. Está bueno que eso suceda.
-A lo largo de tres décadas viste una trasformación…
-Así es, y no solo en Oberá, sino también en localidades vecinas como Alvear y Alberdi, que también tienen hoy un núcleo importante de gente que ha apostado al turismo, y que se conjuga con Oberá y otras localidades para ofrecer al turista emprendimientos para recorrer, y eso está muy bueno.
-¿Hacés hincapié en que fue el turismo el que empezó a abrir los caminos?
-Yo creo que sí, porque además nosotros tenemos una matriz productiva: yerba mate, tabaco, madera y té, obviamente. La madera en menor medida, aunque en algunas localidades como Panambí, por ejemplo, hay muchos aserraderos. Pero veo cómo las localidades más cercanas a Oberá están apostando al turismo. Entonces, van a vender sus productos a las ferias francas o al Mercado Zonal Concentrador, pero a su vez sus lugares de origen se abren para mostrar al turista, que es algo que al turista le encanta.
-Claro, porque van a ver cómo se produce la yerba, el té, las mermeladas que consumen.
-¡Todo! Hasta la cría de peces, por ejemplo. Muchos tienen estanques, entonces eso también está bueno. La cría de animales, hay gente que muestra todo el proceso de un animal: que nace, crece, se reproduce, y eso también atrae al turismo.
-¿Fue dándose de a poco, Norma, o hubo un momento, una década, un año, tres años, cinco años, donde fue un boom?
-Sí, yo creo que se fue dando de a poco, pero hubo algunos gobiernos que impulsaron más, tanto a nivel local como provincial, hay que decirlo. Me parece que tiene que ver con eso. Pero además, viste que el productor también va probando: en una época fue la frutilla, en otra época quizás probó otra cosa y no le fue muy bien. Sin embargo, esto del turismo sí funciona; tal vez en algunas épocas mejor que en otras, pero siempre tiene una entrada. Entonces, está bueno, me parece.
-¿Y hay una apuesta también a lo cultural local a partir del turismo?
-Sí, a partir del turismo y a partir de lo que te decía: la presencia de las facultades es importante. Porque en el caso de la Facultad de Arte y Diseño en Oberá, también recibe alumnos de muchas otras localidades, y allí se genera mucha cultura, no solamente lo que tiene que ver con el cine, sino con muchas otras aristas. Yo escuchaba recién lo que decía la columnista respecto a los adolescentes que se quedan en sus casas y esta encuesta que hizo Unicef… Y algo que me llama la atención, justamente, es que en estos días estuvimos reflejando que se están creando nuevas EFAs (Escuelas de la Familia Agrícola), justamente por lo que ella decía: para que los chicos pasen 15 días en la escuela y 15 días en su casa, que es el sistema que utilizan. Pero además, muchas Epet (escuelas técnicas), por ejemplo, están lanzando esta próxima semana la carrera de Licenciatura Superior en Mecatrónica, y esto tiene que ver con la Facultad de Arte y Diseño. Todo va concatenado. Está bueno, porque los chicos van directamente preparándose desde que empiezan la secundaria hasta que terminan.
-Para no irse…
-Claro. Además, lo que hace a la economía, mejor que se queden a ahí que viajen a otro lado.
-¿Y hay una suerte de conciencia de esto en la población, en las juventudes, en los padres, en los medios, en los periodistas, o es algo que simplemente va pasando?
-No, creo que en los padres hay conciencia, sin dudas. Porque todo esto que te estoy diciendo tiene que ver también con la aspiración de un papá de que su hijo pueda seguir estudiando. Además, muchas veces el pequeño productor no puede mandarlo a otro lado porque su economía no da para eso. También me parece que hay una compenetración mayor de la sociedad obereña en este caso, tanto de los decanos, responsables, docentes, y distintas instituciones, que van viendo cómo unirse para poder ofrecer algo. En su momento, Oberá tenía, por ejemplo, un atractivo muy importante que eran las termas, después dejaron de funcionar. Hoy está en veremos porque hay un estudio que se tiene que hacer para ver si se puede tener otra vez aguas termales, y si no, ya desde la Cámara de Turismo están trabajando en ofrecer un producto distinto en el mismo predio, con la ayuda de la Facultad de Ingeniería y con otras instituciones. Por eso te digo, está bueno esto, pero tiene que ver también, me parece, con las cabezas de los líderes, porque si vos no impulsás a unir…
-Si no tenés creatividad, no vas a ningún lado…
-Tal cual, es así.
-¿Y hay una demanda ahora?
Sí, así es.
-Recién hablabas de crecimiento, la proliferación, y de que se abren nuevas escuelas EFA. ¿Cuántas escuelas hay más o menos en la zona?
-No más de cuatro. Lo que pasa es que hay EFAs y también hay IEAs, que son institutos de enseñanza agropecuaria. En ese caso, no permanecen 15 días dentro de la escuela como sí en las EFAs, pero se enseña igualmente todo lo vinculado a lo agropecuario.
-¿Y las EFAs que están por abrirse?
-En Campo Ramón será la primera, que esta semana están abriendo justamente la inscripción. Y hay muchísimo interés. La otra que funciona muy bien está en Los Helechos, muy cerca de Oberá, y que también todos los años directamente dejan de inscribir por la demanda que tienen y el espacio, obviamente, porque al tener que permanecer 15 días, los chicos necesitan un albergue.
-Decididamente son modelos exitosos para Misiones…
-Sí, yo creo que sí.
-Y en eso justamente vimos como periodistas el devenir que tuvieron estas escuelas…
-Así es. Y además otras escuelas que eran comunes fueron vaciándose, esa también es la contracara.
-Los chicos fueron migrando a este tipo de educación…
-Claro, porque les dan un espacio en lo que ellos mismos hacen, aprenden lo que tiene que ver con su chacra y no dejan el espacio, que es lo que quieren sus papás.
-¿Y al egresar de la secundaria se van quedando en las chacras?
-Creo que sí, hoy tenemos muchos feriantes jóvenes, se percibe ahí, también en los campos. Incluso se reciben, ponele, de ingenieros agrónomos, y aún pudiendo ir a otro lugar, vuelven a sus chacras. Eso está bueno. Igualmente no podemos negar que hay muchos que venden sus chacras, que se van también, pero no podríamos decir que es mayoritaria esta postura. Estoy viendo particularmente un recambio generacional que está muy bueno.
-Si tenemos que hablar de problemas, conflictos o situaciones complejas o difíciles, ¿qué le pasa hoy a la zona centro? ¿Por dónde pasan las necesidades o los reclamos?
-Volvemos al punto de la producción. Pasa por el precio de los productos, me parece. Este fin de semana se va a hacer una reunión en Campo Viera de productores y tareferos para ver qué van a hacer, cómo van a seguir con la cuestión del Inym que no funciona, con los precios que no se fijan y les pagan lo que quieren. Entonces, es todo un circuito porque a ellos les pagan poco o nada, o les pagan diferido y no pueden gastar. Al ser Oberá una ciudad de servicios, la repercusión es inmediata.
-Se siente en todo, en la heladera, la moto, el almacén…
-En todo… Hacíamos encuestas la semana pasada de, por ejemplo, los que eran vendedores ambulantes y que ahora están en un predio que se llama Paseo de Compras, tenían un promedio de 300 personas que ingresaban por día y hoy ingresan diez. Eso te da la pauta del parate que hay. Me parece que por ahí pasa la problemática actual de la zona centro, que la producción funcione para que todo el circuito económico también funcione.
-Esos reclamos son históricos…
-Son históricos. Cada tanto se repite…
-Lo cubrimos un montón de veces…
-Así es, y lo vemos venir. Cada vez que empieza a pasar algo como lo que ya está sucediendo ahora, el año pasado o a principios de este año decíamos: “Uh, se viene otra vez”.
-¿Y las localidades chicas que rodean a Oberá se fueron despoblando como en los 90, cuando la gente se trasladaba hacia las grandes ciudades, como la misma Oberá o Posadas?
-Yo creo que no. Me parece que, por ejemplo, en el último censo del 2022 aparece Campo Ramón como una ciudad de la que se fue mucha gente, pero el Intendente insiste en que está mal ese censo. Y nosotros también creemos lo mismo, por lo que te decía antes: la cantidad de gente que vino a radicarse de otras grandes urbes a esas zonas porque les resulta más tranquilo, porque llega un momento en que se jubilan y quieren apostar a la naturaleza. Hay más gente que se radica ahí, entonces, yo no veo que se vaya gente. Sí es cierto que mucha gente busca la comodidad de los servicios, por ejemplo, que les ofrece Oberá. Entonces tenés más barrios periféricos que se van armando con personas que se vienen a instalar allí porque les resulta más cómodo estar cerca del hospital cuando están embarazadas, por ejemplo. Por los servicios, básicamente. Y ahí es donde se genera la problemática después, de dar respuesta a esta gente que después reclama agua, luz, servicios, como es de esperarse.
-¿Y los jóvenes? La universidad es siempre un tractor…
-Oberá ya es una ciudad eminentemente universitaria, con estas carreras que te decía, pues no solamente las facultades que dependen de la UNaM, sino que hay muchos institutos terciarios también, y universidades privadas que dan mucha oferta educativa. Y eso está bueno porque muchos chicos de las colonias de localidades vecinas van a estudiar ahí, y eso también genera un circuito económico. Ahora, con esta crisis económica está un poco resentido, pero hay muchos chicos que vuelven. Eso también está bueno. Muchos jóvenes que estudian, se reciben y vienen a trabajar ahí.
-Que fueron a otras provincias, por ejemplo…
-Así es, o vienen a localidades vecinas. Hace no más de seis o siete años, pensar que Panambí tenga una farmacia era algo raro. Hoy tiene. Panambí es una localidad pequeña, muy cerquita de la frontera. Hoy hablamos de Campo Ramón; por ejemplo, la división de Villa Bonita y Campo Ramón, que se está tratando incluso en la Legislatura como un nuevo municipio que sería Villa Bonita. Es increíble lo que creció Villa Bonita, es una ciudad aparte y tiene todos los servicios. Cuando le conviene a la gente de Brasil ir a comprar allí lo hacen porque les queda más cerca que ir a Oberá. También hay muchos jóvenes que han decidido radicarse ahí y poner negocios; por ejemplo, veterinarias.
-Despacito va tomando el perfil de pueblo grande, de ciudad…
-Claro. Lo que estoy viendo es como que las otras localidades más pequeñas se están anexando, acercándose cada vez más a Oberá. Fijate vos que el Parque Industrial que está radicado en Guaraní es, en realidad, el parque industrial de Oberá. Ahí ya tenés una conjunción de dos localidades. Y así pasa. Estoy viendo que hay trabajos mancomunados, que incluso la gente va entendiendo esta sinergia que se está dando, y eso está bueno.
-Claro, ya no es rigurosa la división territorial…
-Así es. Un ejemplo típico es la Fiesta Nacional del Inmigrante, que se hace en Oberá pero participan más de 14 colectividades, y la gente que integra esas colectividades es de localidades vecinas, además de Oberá, por supuesto, y trabajan todos en conjunto. Está buenísimo.
-Recién hablaste de la crisis económica. ¿Cómo impactó en la zona? En Posadas se percibe rápidamente en el comercio. Lo ves en el consumo, en la circulación, Posadas está desierta, hay poco movimiento los fines de semana.
-En Oberá pasa lo mismo. Este fin de semana estuve reunida con varios empresarios mayoristas que justamente contaban del parate que hay, y la proyección es que hasta marzo o abril va a seguir igual. Esta es una época de mucho movimiento, si querés, porque tenés Navidad, Año Nuevo…
-Cuando se cambia el auto, se compran las vacaciones…
-Así es, y sin embargo está todo parado. El ejemplo que te di del paseo de compras, de 300 personas que entraban ahora van solo diez, creo que es el más concreto y puntual.
-¿La sociedad lo percibe, más allá de los números?
-Sí, lo percibe. Es más, un síntoma que notamos -yo trabajo en radio- es que a partir del 15 o 18 del mes la gente está preguntando cuándo va a cobrar, sea lo que sea, ayuda o hasta el sueldo, porque no les está alcanzando para llegar a fin de mes. Y además, se reprodujeron las casas de crédito, eso también es otro tema. En Oberá se reprodujeron un montón, y eso pasa cuando hay crisis.
-Claro, enseguida tienen de rehenes a la gente… ¿Qué le ves mejor a Oberá? ¿Qué está mejor en este momento?
-Que en el Municipio se está dando mucha importancia a los barrios -hay más de 40- y siempre fue la queja que todo estaba en el centro. Hoy eso se está ampliando con el presupuesto participativo que se puso en marcha, y que me pareció una buena idea, debo decir. Los barrios pueden gestionar su propia infraestructura. Se sortearon las propuestas y ya empezaron los trabajos. Eso está bueno porque se empieza a escuchar a los barrios -desde que empecé en el periodismo las demandas siempre fueron las mismas-. Lo bueno también es que se está trabajando mucho con la juventud, se les está escuchando mucho. Eso me parece algo muy positivo, y no solamente a nivel oficial gubernamental, sino en diferentes instituciones, donde se les está dando apertura. Yo creo que tiene que ver también con esto que en el censo se determinó que Misiones tiene una población joven mayoritaria, y hay que escucharlos. Y de hecho me parece que las últimas elecciones arrojaron que los jóvenes quieren ser escuchados, y eso está muy bueno. Y creo que se está entendiendo esto, incluso desde instituciones como la Cámara de Comercio y la Federación de Colectividades. Estoy hablando de instituciones que hace mucho tiempo están en Oberá y ahora tienen muchos integrantes jóvenes que están aportando ideas y están cambiando muchas cosas, incluso en los medios de comunicación…
-No puedo no preguntarte sobre el deporte obereño, porque sé que son extraordinariamente orgullosos de eso…
-Sí, tenemos dos complejos deportivos. Ahora encima hay varias personas que vinieron de los Juegos Evita con un montón de premios. Así que, la verdad, estamos muy felices con lo que está haciendo el deporte.
-¿Y es Oberá o es la región?
-Es la región. Por eso te decía hoy, cómo están trabajando en conjunto los municipios, y eso se nota en estos resultados. Eso está muy bueno. El deporte es uno de esos nichos. Además, tenemos el autódromo que se reactivó y tiene mucha actividad.
