Con una basta experiencia detrás del micrófono, Martín ‘Chango’ Morínigo se convirtió en testigo y protagonista de la evolución de la radio, el periodismo y la propia comunidad de El Soberbio. Con el desarrollo tecnológico de la profesión también llegó el progreso, fortalecido después desde el turismo como actividad económica. El Soberbio, imponente lugar a la vera del río Uruguay y muy cerca de la selva, se fue transformando sin perder su impronta de pueblo apacible. Desafíos, anécdotas y avances en la voz de un protagonista indiscutido de la región. Chango Morínigo cuenta los cambios de su región en una entrevista con Plural.

Martes 26 de noviembre de 2024. Martín «Chango» Morínigo, con 35 años de trayectoria en el periodismo, compartió con Plural una retrospectiva de su carrera y el desarrollo mediático de El Soberbio, una localidad del oriente misionero que experimentó como el resto del territorio, notables transformaciones tecnológicas y sociales en, al menos, las últimas tres décadas.
«Arranqué mi primera vez detrás de un micrófono hace 35 años, en una radio», cuenta Chango. Habla de la primera estación radial de El Soberbio, en 1989, cuando sólo recibían las señales de la radio LT4 y el Canal 12, a través de la repetidora de Dos de Mayo. “No teníamos televisión hasta el Mundial de Italia 1990, cuando una asamblea en la Escuela 617 decidió incrementar la cuota del agua para financiar una antena parabólica. Fue un momento histórico para la comunidad».
La televisión a color llegó a El Soberbio doce años después de su debut en Argentina, en 1978.
Así como el Campeonato Mundial de Fútbol de 1978 trajo el color a la televisón argentina, a El Soberbio lo trajo la decisión de los vecinos, recién en 1990, es decir, tres mundiales después.
El periodismo fue, también, un motor de desarrollo no solo en la práctica en si mismo sino con la tecnología. La práctica del periodismo local siempre se adapató y a la vez empujó las limitaciones tecnológicas. «En los inicios, utilizábamos discos de vinilo y cassettes para la publicidad. Luego, llegaron los compact discs, el MP3 y el DVD. Fui testigo de toda esa evolución tecnológica y tuve que adaptarme constantemente. Hoy, hacemos un clic y descargamos información de inmediato. Antes, revelar una foto y enviarla a un medio, era una tarea ardua», dijo, al recordar sus corresponsalías para los diarios de Posadas.
Es que la llegada de los medios impresos y las dificultades de conectividad marcaron también la labor periodística del Chango Morínigo. «Los diarios de Misiones llegaban a las 11 de la mañana, y para cubrir una mañana informativa, dependíamos de los conductores de colectivos que nos traían los diarios de Buenos Aires a través de Posadas. Esa información se complementaba con los eventos locales, como campeonatos deportivos, que eran la principal fuente de noticias».
El impacto de la tecnología también cambió la dinámica social y cultural de la región. «Con la entrada de canales brasileños, la gente comenzó a volcarse a la televisión, disminuyendo la participación en eventos comunitarios. No obstante, los medios locales, especialmente la radio, seguían siendo fundamentales para mantener a la comunidad informada», sobre todo en esas regiones rurales más próximas al Brasil en lo informativo y cultural, incluso hoy.
El turismo fue también un gran motor para el desarrollo de El Soberbio, que dinamizó la economía local. «Hoy, contamos con más de 1400 camas para recibir turistas, comparado con las 400 de 2014. Los emprendimientos turísticos –no solo de alojamientos o lugares de comida– como cabalgatas, avistaje de aves y senderos, proliferaron, atrayendo a visitantes de todo el país».
La pandemia de Covid19 también jugó un papel muy fuerte en el redescubrimiento de El Soberbio. «Con las restricciones de movilidad, muchos residentes de la región buscaron destinos cercanos para desconectar. Esto posicionó a El Soberbio como un atractivo turístico, comparado incluso con Villa La Angostura por su accesibilidad y servicios concentrados en un pequeño radio».
En una charla de ida y vuelta con Plural, Chango, el periodista, subrayó la importancia de la preparación constante para ejercer el periodismo en áreas rurales. «Debemos conocer a fondo nuestra localidad y su gente para informar de manera precisa y relevante. El crecimiento turístico y la llegada de nuevos emprendimientos requieren que estemos bien informados y preparados para comunicar eficazmente».
Experiencia, adaptabilidad y retos, palabras claves en los retos del Cahngo Morínigo, un apasionado del periodismo que volvería a elegir el oficio con el que desarrolla su vida, en un lugar que decididamente es su orgulloso hogar. El Soberbio tiene un periodista que es testigo y partícipe de su evolución mientras transcurre con tranquilidad y con ribetes cinematográficos, en uno de los rincones mpas lindos y más atractivos, quizás sí, el más soberbio, de Misiones.

“Chango” Morínigo en Plural

-Chango, ¿cuántos años en el periodismo?
-Arranqué mi primera vez detrás de un micrófono hace 35 años. Eso fue en una radio.

-Es una vida…
-Es una vida en la radio. Fue en la primera radio que se instaló allá por el 89 en El Soberbio. Porque, aunque no lo creas, en El Soberbio antes llegaba, por ejemplo, la vieja LT4. Después, la señal del Canal 12 se podía recibir a través de la señal de Canal 9 de Dos de Mayo, y la repetidora en El Soberbio. Se cortaba en Dos de Mayo y nosotros no teníamos televisión. ¿Y sabés cómo llegó a verse un canal argentino en forma continua? Fue por el Mundial de Italia 1990, porque ahí estaba la posibilidad de adquirir una antena parabólica para ver el Mundial, solo con esa parabólica o bien con equipo de radio. Se organizó una asamblea en la Escuela 617, que es prácticamente una escuela pionera en El Soberbio. Imaginate un comedor lleno de gente, íbamos a ver un Mundial en colores, no era poca cosa. Se decidió que se iba a incrementar la cuota del agua, y ese incremento iba a destinarse a pagar los equipos que iban a llegar. Fijate cuánto tiempo pasó desde que comenzó la televisión en Argentina a colores, hasta que recién nosotros pudimos ver una señal en colores.

-Unos 12 años después, porque en el 78 arrancó la televisión a colores en Argentina. Chango, ¿Cómo era en aquellos años hacer periodismo en El Soberbio y cómo evolucionó ha evolucionado hasta ahora?
-Fuimos avanzando muchísimo. Yo me considero un privilegiado por haber sido parte de la historia de la radio en esa zona. Pasamos por todo: los discos de vinilo, los cassettes donde armábamos la publicidad y se nos cortaba; todo lo que te puedas imaginar. Después aparecieron los compact disc, y la radio que tenía una compactera top, después aparece el MP3, el DVD. Fui testigo de toda esa época. Hacia atrás también hay otra historia. Pero la historia que a mí me concierne… prácticamente soy un privilegiado porque fui evolucionando también con esa parte de la tecnología porque también me tuve que ir adaptando. Después, por ejemplo, hoy hacés un clic y bajás un tema, bajás la declaración de algún candidato, la foto, por ejemplo. En cuanto al periodismo, teníamos que revelar la foto para mandarla a algún medio. ¿Cuánto demorábamos en revelarla? No teníamos fax, no andaban los teléfonos. A veces era muy complicado. Y a veces para recibir la información, en cuanto a la radio, por ejemplo, nos levantábamos de madrugada a escuchar, a ver si escuchábamos de la radio Buenos Aires o algún canal, por ejemplo, de Brasil que por ahí tuviera algo de información de lo que tenía que ver con la República Argentina. Fijate, por ejemplo, los diarios de acá, de Misiones, llegaban, por ejemplo, a las 11 de la mañana allá y yo tenía que cubrir una mañana. Y después, cuando nos fuimos animando, ya le encargábamos a los choferes de los colectivos que venían y volvían en la tarde los diarios que venían de Buenos Aires: Clarín, Popular y todas las revistas, como Sólo Fútbol. Entonces íbamos rellenando lo que tenía que ver con el espacio, con el deporte y todo así. Pero había que rellenar aparte de la información que iba generándose, teniendo en cuenta que, si bien no había cable en ese momento, por ahí la gente se volcaba más masivamente a los eventos populares: campeonato de vóley, campeonatos de bochas, campeonatos de fútbol. Entonces ahí podías tener información local y podías ir mechándola con la información que te fuera llegando a través de distintos medios. Después, cuando empezamos a avanzar con los medios, con el tema del cable y de otros canales, empezaron a entrar también los canales brasileños. Y ahí ya comenzó la gente que por ahí es descendiente de brasileños a ver esos canales y, por ejemplo, ya no participaban tanto en el sentido de que tenían que esperar la novela o el partido de Botafogo contra otro. Entonces a las 9 o 10 de la noche, cuando ibas a un evento, ya estaba casi finalizando, y eso es como que se fue apagando en cuanto a la participación de la gente. No así la participación de los protagonistas: jugadores, quienes competían. Pero eso de un polideportivo lleno es como que se fue reduciendo a la familia y amigos.

-Historia misionera ciento por ciento. Eso pasa en Misiones. Siempre hay historias así, pero a veces se desconocen o no se tienen tan presentes en Posadas; antes mencionabas en la charla previa toda la historia de la frontera norte y este de Misiones.
-Prácticamente fue creciendo todo. Los medios, en esa parte, la radio desempeñaba un papel fundamental. Por ejemplo, al no tener mucha conectividad, al principio no había nada. Era la cartita que llegaba en el colectivo. “Radio: Fulano de Tal manda saludos y pide a Mengano que vaya a su casa.” Después, ante la falta de conectividad para contactar por WhatsApp, por ejemplo, muchas veces dependíamos del Internet de Brasil. Y la peor conexión de Brasil era mejor que la mejor nuestra. A veces, por ejemplo, vemos fotos de unas grandes colas de personas que están en los cajeros, hablábamos nosotros ahí con la gente que trabaja en los bancos y también con funcionarios, en el sentido de que, teníamos que hacer algo para mayor seguridad de la gente que cobra su pensión, que no las asalten, que utilicen el débito. Pero vos te vas a tu colonia y, si no tenés conectividad, no tenés cómo pagar con débito, entonces la gente prefiere tener el efectivo. Por eso vos ves fotos de grandes colas en los bancos, en distintos sectores, sobre todo en la zona del Alto Uruguay donde falta la conectividad. Entonces deberían ver la posibilidad de que, por ejemplo, el turista que se va al Salto del Moconá, por ejemplo, ante un desperfecto, un pinchazo de goma o algo, tenga conectividad, tenga la forma de decir: “Bueno, aunque yo sé que me puedo contactar”. No estar esperando que alguien pase o que otro pase para poder socorrerlo. Para la zona de la Ruta 2 en cuanto a conectividad, falta y mucho. En el sentido de que, por ejemplo, no tenés tantos pueblos como en la ruta 14, por ejemplo, que tiene San Vicente, a 20 kilómetros de Dos de Mayo, 20 kilómetros de Aristóbulo del Valle, pegadito a Campo Grande, cada 20 kilómetros y el tránsito fluido que tenés ahí, porque es la Ruta 14 que hace que te sientas más seguro. Ahora en la Ruta Costera Número 2 te llega a pasar algo de noche y, si no pasa nadie hasta el otro día no tenés prácticamente el socorro o la ayuda necesaria.

-Y entre El Soberbio y Moconá hay 70, 80 kilómetros…
-Así es… 70 kilómetros. Y si bien hoy está creciendo mucho esa zona, en el sentido de que hay mucha gente de las colonias que está afincándose sobre la ruta. Tenés, por ejemplo, muchos emprendimientos turísticos que fueron creciendo, y de gente de otros lados de la Argentina que, cansada de lo que tiene que ver con el tema de la inseguridad, dejó todo allá, vendió todo, vienen, ponen una pileta, hacen un sendero. Tenés lo que tiene que ver con cabalgatas, ciclismo, avistaje de aves, kayak, tirolesa. Entonces tenés un menú variado de opciones para poder ir a despejarte. Tenés la posibilidad de caminar algunos kilómetros y podés encontrar algo. Los 70 kilómetros están cubiertos con ese tipo de emprendimientos que fueron creciendo y que aportan mucho en lo que tiene que ver con la economía hoy por hoy de El Soberbio.

-Chango, esa situación que estás describiendo, ¿te prepara distinto para ser periodista en esa zona o pasó sin darte cuenta porque era parte de la realidad?
-No, nos tenemos que preparar, en el sentido de que si hablás con alguno de esos emprendedores, por ejemplo, el año pasado había gente de Guaymallén que quería ir a comprar tierra, a averiguar cómo emprender algo ahí. Tenés que saber dónde queda esa localidad, en qué lugar está, a qué se dedican, saber la idiosincrasia de esa persona, por ejemplo, para poder comentar: “Estuve haciendo una nota”, y poder llevarla adelante. Tenés que ir preparándote. Y en ese sentido, otra cosa que veo bien y que está creciendo mucho tiene que ver con el trabajo turístico que están haciendo. En el sentido de que, para que tengas una idea, en el 2014 había cuatrocientas camas. Hoy por hoy hay más de 1400 camas para recibir a turistas. Entre las que tienen que ver con los hoteles, alojamientos, los alojamientos particulares, áreas que fueron creciendo y que fueron creadas por gente que por allí tenía un sobrante de tierra y con la carrera que se hacía en El Soberbio, ya con vistas al año que viene, alquilaban la casa. Porque un corredor te trae cuatro o cinco personas: la novia, el padre, la madre. Eso motoriza la economía de ese lugar. Hoy, si te vas a realizar otra carrera, que ya va su quinta edición, que junta gente netamente de ahí, que también va a recibir gente. Ya estuvimos en contacto, recibimos un pedido de información en la radio de gente de Sáenz Peña, de Villa Ángela, de Entre Ríos, de Santiago del Estero y también de Esquina, Corrientes. La carrera se hace el año que viene. Gente que ya está viendo, ya empezó a sondear dónde puede quedarse, los lugares, donde puede comer. Nos pedían fotografías del lugar, las actividades que pueden realizar. En esos eventos grandes, prácticamente El Soberbio se viste de fiesta. Porque de eso depende la cantidad de cuatro mil o cinco mil personas recorriendo las avenidas. Y vende el que tiene tienda, el que vende celulares, el que vende relojes, el que tiene el hotel, el que tiene el restaurante. Es un combo que trabaja prácticamente las 24 horas. Por ahí te trabaja 20 esos días.

-Decididamente el turismo es un motor del desarrollo…
-Es un motor de desarrollo al que se le comenzó a dar más importancia, creo yo, a partir de la pandemia. Porque los saltos siempre estuvieron. Si bien era una odisea, gente que por allí, con camionetas cuatro por cuatro, preferían los caminos terrados cuando se hizo el asfaltado. Durante la pandemia estábamos todos encerrados y decíamos” ¿Dónde vamos? “Vamos a Moconá”. Había gente que iba todos los fines de semana y se sentaba en el puente a tomar mate, si no podíamos salir a otro lado. Estábamos todos encerrados.

-Gente de la región…
-Gente de San Vicente, de distintos puntos de la provincia que iban. Estábamos encerrados, estábamos cansados de ver el muro que nos divide con el vecino; queríamos salir, ver el árbol que estaba allí, queríamos respirar otra cosa. Entonces mucha gente salía, iba a despejarse, querían manejar, querían caminar; aire puro, tocar el agua del arroyo, sacarse fotos. Eso hizo que El Soberbio se pusiera como segundo destino, porque abrió antes que las Cataratas del Iguazú. Eso hizo que mucha gente empiece a mirar a El Soberbio con otros ojos en el sentido de que, por ejemplo, vos vas y en una cuadra tenés dos supermercados grandes, tenés un banco, tenés el correo, tenés la comisaría. En 500 metros tenés todo, prácticamente. Y la pandemia hizo que todos quisieran salir, quisieran conocer algo que no conocían. Otros aprovecharon para despejarse. Eso hizo que El Soberbio se fuera posicionando turísticamente. Hablando días pasados hace un mes o menos con un colega de la ciudad de Oberá decía, por ejemplo, que él la comparaba con Villa La Angostura, que es un pequeño lugar donde tiene todos los servicios ahí a mano. Prácticamente podés ir a todo caminando. En 500 metros encontrás todo. El hecho de recorrer los comercios, los negocios, con la gente, el supermercado, la carnicería, el banco, el correo, la comisaría, todo en un radio de 500 metros. Él decía que El Soberbio es una pequeña Villa La Angostura de Misiones. Eso hizo que mucha gente eligiera El Soberbio para ir a pasar un fin de semana, Semana Santa. Cuando hace calor, por ejemplo, tienen que ir a ver los saltos y todo eso. Pero tiene una contra eso: el hecho de que si llueve la noche anterior a cuando tenés planeado ir, en la zona alta se puede tapar el puente de acceso. Cuando estaba proyectado eso, se hizo audiencia pública, están los impactos ambientales para elevar el puente, pero, con el cambio de gobierno, prácticamente eso quedó ahí. Hay que volver a gestionarlo. Nos decía la gente de Turismo que va a costar menos en el sentido de que los impactos ambientales ya están, es solamente reflotar el tema de los fondos para construir eso y que las empresas puedan empezar a trabajar. Y otra cosa que por allí se está trabajando, y muy fuertemente, con la gente de San Vicente y los intendentes de la zona, Dos de Mayo, Aristóbulo, tiene que ver con la posible construcción de un puente en El Soberbio que una El Soberbio con Porto Soberbo.

-Hay muchos disputándose ese paso a Brasil…
-En cuanto al costo, El Soberbio sería la opción más viable por la distancia. Es más angosto el río y también por la zona en la que se piensa hacer. Estuvieron recorriendo y viendo. El suelo es todo piedra, entonces, facilitaría y mucho lo que tiene que ver con las bases del puente.

-¿Esto es una idea, es un proyecto en papeles, es una conversación, es un hecho?
-Lo que yo tengo entendido es que está en papeles, ya están los fondos que se habían gestionado. Cuando Sartori estuvo en el Parlasur fue la intendenta de Montevideo el año pasado, y si mal no recuerdo, estuvieron charlando sobre el tema, y los fondos, dicen, estaban dentro del Banco Interamericano. Había que revisar todo lo que tiene que ver con el impacto ambiental, todos los estudios que tienen. De acuerdo a lo último que se sabe, los intendentes de los municipios graneros de la parte sur de Río Grande do Sul estarían gestionando los fondos para realizar ese estudio de impacto ambiental y ver la posibilidad de que eso se concrete. Estuvo, a principio de año, el diputado Russomanno de San Pablo en El Soberbio, hablando con la gente, y él decía: “Lo más importante está: la plata. Hay que ver ahora el tema de los estudios, impactos ambientales y todo lo otro que rodea eso”.

-¿En qué va a favorecer un puente a El Soberbio aparte del tráfico vecinal?
-El Soberbio, hoy por hoy, es tráfico vecinal fronterizo. O sea, 30 o 40 kilómetros desde la frontera hacia adentro. Podés ir a las playas, pero si te agarran tenés que volver a hacer migraciones, hecho que ocurrió en varias ocasiones con gente en El Soberbio. En Argentina tienen migraciones, pero Brasil no porque a ellos no les convenía, se les ofreció en su momento el hecho de que vinieran funcionarios a trabajar de este lado. Entonces vos pasás por la oficina de Argentina, hacés los trámites, pasás a la oficina siguiente y en Brasil te reciben y listo. Se ofreció eso y se estaba trabajando. Lo que tengo entendido es que había llegado a nivel Cancillería en su momento, pero fue frenado por la pandemia. Y después hubo cambio de gobierno y cambio de funcionarios. Esto del puente, prácticamente, daría de baja todos estos trámites y se habilitaría para lo que tiene que ver con el transporte. Con eso, prácticamente, eliminarías esos trámites. Ya hacés prácticamente todo ahí, y facilitaría mucho el acceso de gente a las playas porque son 100 kilómetros menos. Si vos, por ejemplo, venís de Corrientes, llegás fuera de la hora de la balsa, ya te quedás hasta el otro día, si no pasaste por Santo Tomé te quedás ahí. Otra cosa que se especulaba también era, por ejemplo, que te quedás y tenés hoteles, tenés gastronomía, tenés para recorrer… venís de la playa, venís cansado, fundido, pero te alojás ahí, la frutilla del postre es el Moconá. Se está trabajando fuerte en eso. Los hermanos brasileños están trabajando muy fuertemente en ese sentido, teniendo en cuenta de que ellos quieren que se construya y avance ahí. Los fondos los pondrían ellos, están. Hay mucho interés por parte de ellos y desde la comunidad también hay mucha expectativa por ver qué es lo que va a ocurrir.

-¿Qué pasó en El Soberbio y la región, aparte de esto, en estos últimos 35 años?
-Y tuvimos de todo.

-¿Sigue siendo el pueblito que era entonces, cuando empezaste con la radio?
-No, creció mucho. Creció mucho en cuanto a lo que tiene que ver con la mentalidad de la gente. Está llegando gente nueva, con otros pensamientos, profesiones. Chicos que terminan la secundaria, se van a estudiar y están volviendo a sus lugares para ejercer. Por ejemplo, El Soberbio, hoy por hoy, en lo que es la parte urbana, tiene entre 10 y 12 mil habitantes. Con las colonias podríamos llegar a los 40 o 45 mil habitantes. Por ejemplo, dentro de la parte urbana tenemos, por ejemplo, ocho, nueve, diez abogados, y todos trabajan. Tenemos escribanos. Por ejemplo, tenemos cinco odontólogos, y todos trabajan. Muchos están volviendo a devolverle a la comunidad lo que recibieron en la comunidad. Eso por un lado. La gente de otro lado, que se está sumando también a El Soberbio, que está yendo a ejercer, a descansar, a disfrutar. O vende todo y va y se queda ahí en la localidad porque tiene la hija, tiene algún familiar, aporta mucho a ese cambio de pensamiento. Dejamos de ser ese pueblito para pasar a ser ya prácticamente una ciudad pequeña con vistas a crecimiento. Se está desarrollando hacia la parte de San Vicente, o sea, en la Ruta 3. Se están formando barrios, entonces prácticamente estamos haciendo una ciudad. Lo que nos hizo caer en la cuenta de que nos estamos convirtiendo en una ciudad, aunque vos no creas, fue el semáforo. Porque antes teníamos una rotonda yendo para el Moconá, y ahora hay semáforos, y a veces las colas de vehículos que se arman llegan a 100, 150 metros. Eso hace que digas “algo pasó acá”. Otra cosa, cuando Argentina ganó la Copa América, todo lo que es la Avenida Rivadavia, avenida principal, no entraban los autos por la gran cantidad de vehículos que había. Ahí nos dimos cuenta del crecimiento exponencial que tuvo el parque automotor de El Soberbio. Por ejemplo, salimos a la calle y no lo vemos tanto, pero el fin de semana sí lo vemos porque no conseguimos lugar para estacionar. Ya durante la semana no hay lugar para estacionar. Esos son indicadores que te van dando a conocer que El Soberbio está creciendo, formando una ciudad. En lo que yo hago mucho hincapié, cuando tengo la oportunidad de comentar, es el hecho de que, cuando ocurrió lo del asalto al banco, un efectivo de la policía en ese momento me dijo, cuando estábamos todos prácticamente conmocionados: “Mirá, El Soberbio está lejos de todo y cerca de Brasil”. ¿Sabés cuánto tarda un bote en pasar la costa? Tres minutos. Si tenés algo malo planificado, en bote no hay que tener mucha mala suerte para que te agarren. Es eso lo que a mí me preocupa un poco en el sentido de que vemos grandes colas de gente en los supermercados, en los bancos, y que, por ahí, tenemos ese déficit que puede facilitar estos hechos. Porque El Soberbio ya, por ejemplo, está dentro del mapa delictivo de Brasil. Fijate que en el 2018 agarraron una banda de roba bancos que explotaban cajeros en El Soberbio. Estamos dentro del mapa de Brasil, dentro del radar, por decirlo de alguna manera. Tenemos que empezar a ver con más atención, teniendo en cuenta el crecimiento que está teniendo El Soberbio en ese aspecto.

-¿De qué vive El Soberbio: del turismo, producción de citronella, tabaco?
-Y la yerba. Fijate que en su momento al hoy gobernador Hugo Passalacqua se le entregó una carpeta para el asfaltado de la Ruta 15, que está a 12 kilómetros de El Soberbio, yendo hacia donde están las aldeas aborígenes. La ruta que nunca duerme le dicen porque ahí tenés grandes productores de yerba, de tabaco, de citronela, y necesitan esa ruta sí o sí como para poder sacar su producto. Es una vía troncal en esa colonia porque no descansa prácticamente. Se arregla y al final, la gran cantidad de tránsito que hay, tránsito pesado, se va deteriorando. Se le pidió el asfaltado pero por toda la debacle económica que tuvimos que sufrir los argentinos hizo que se postergara. Otra cosa que va a beneficiar, y mucho, tiene que ver con la línea troncal de energía que está llegando a El Soberbio, que va a llegar al Moconá. Porque hoy por hoy, en el Moconá a veces están con grupo electrógeno. Eso va a beneficiar al turismo, va a haber más energía, y va a permitir que aquellas industrias que quieren instalarse cuenten con energía. Porque, por ahí, vos decís: “Bueno, vengan a instalarse”, pero si no tenés energía para a arrancar ni la heladera no se pueden instalar. Eso va a permitir que haya buena energía, que haya un crecimiento de esas colonias y va a beneficiar a El Soberbio.

-¿Se vive tranquilo en El Soberbio? ¿Es un lugar para ir a vivir?
-Así es, yo lo recomiendo. Fijate, por ejemplo, que todavía dejamos el auto en marcha. Se van a comprar algo y el auto queda abierto y en marcha. Salís de tu casa y no hace falta llavear. Podrá haber algún hecho, algún robo, hay algunos episodios por ahí, pero no es como para decir: “Bueno, no me voy a vivir a El Soberbio”. A las diez de la noche, por ejemplo, ya prácticamente no escuchás nada, si no es que ganó River, Boca o la selección. Prácticamente, el movimiento de vehículos es muy poco. Hay tranquilidad, pero tenemos que ir viendo a futuro lo que viene.

-¿Escuelas primarias? ¿Escuelas secundarias?
-Escuela primaria, secundaria. Tenemos magisterio, también nivel inicial. Se estuvo dando lo que tiene que ver con el Profesorado en Letras. La gestión de Roque Soboczinski apostó mucho a lo que tiene que ver con la educación, el apoyo a las instituciones educativas, al deporte. Hay un antes y un después en cuanto a la vida institucional de El Soberbio, en el sentido de que, por ejemplo, antes salíamos en los diarios prácticamente todos los días. Hoy, por ejemplo, ese concepto cambió. Hoy reconocen ese cambio que hay con respecto a lo que tiene que ver con la gestión en el sentido de que se rodeó de gente que no estaba manchada por la política, digo eso porque siempre algo había aunque sea en las relaciones. Antes estaba ese famoso enfrentamiento entre el radicalismo y el peronismo. Al unirse todo se fue juntando la gente de un partido, otro, gente que quería aportar lo suyo al crecimiento de El Soberbio. Llegaron y están trabajando, y la gente retribuye. Comentando datos, por ejemplo, para que tengas una idea, de todo lo que tiene que ver con arreglos de caminos, el Parque Vial, lo hace la Municipalidad. El colono no desembolsa nada, salvo que vos quieras que te asfalten hasta la entrada de tu casa. Pero el camino troncal lo ordena la Municipalidad.

-Muchas gracias Chango. Gracias en serio, sobre todo por venir desde tan lejos para esta nota.
-Gracias a ustedes por invitarme y permitirme contarles la realidad de El Soberbio. Cómo es hoy El Soberbio, cómo estuvo, cómo está, hacia qué apunta ese pequeño paraíso digo yo, porque prácticamente, de mis 52 años, 49 los viví ahí. Tuve la oportunidad de salir a estudiar, trabajé en Corrientes, en otros lugares, volví y allí y pienso quedarme.