La prevención en odontología es fundamental para mantener una salud bucal óptima y evitar complicaciones graves. Francisco Koth insistió con la importancia de la educación y la práctica de buenos hábitos desde la infancia, así como en la necesidad de visitas regulares al odontólogo para un control adecuado. La prevención no solo protege contra enfermedades, sino que también mejora la calidad de vida y el bienestar general, dijo en su columna de Plural
Jueves 5 de diciembre de 2024. «Las medidas preventivas son esenciales para evitar enfermedades como la caries y para fomentar una cultura de autocuidado desde la infancia», afirmó el odontólogo Francisco Koth en su columna de Plural. Recordó que la falta de conciencia sobre la higiene bucal sigue siendo un problema prevalente tanto en el ámbito privado como en el sistema de salud pública.
«La salud bucal no se limita a los dientes; incluye también a las encías y otros tejidos de la boca», explica Koth. La gingivitis, una inflamación de las encías, es un problema común que puede originarse por una higiene inadecuada. Sin embargo, otros factores, como los cambios hormonales, también pueden desencadenar esta condición, subraya el experto.
Koth enfatizó en la importancia de una buena higiene diaria, recomendando cepillarse los dientes al menos tres veces al día y visitar al odontólogo cada seis meses, incluso si no hay síntomas visibles de problemas. «Es importante no esperar hasta que haya dolor o molestia para buscar atención dental», advierte.
Para los padres, Koth recomienda iniciar la higiene bucal de los niños desde la aparición de los primeros dientes. «Usar cepillos adaptados para cada etapa de la dentición y restringir el uso de biberones con líquidos azucarados son medidas fundamentales para prevenir caries tempranas», señala. La educación temprana en hábitos de higiene es esencial para evitar problemas graves a futuro.
Una mala salud bucal puede llevar a complicaciones serias más allá de las caries. «Una infección dental puede propagarse a otras partes del cuerpo, incluyendo el corazón, y causar condiciones que requieren hospitalización», alerta Koth. La automedicación y el uso indebido de antibióticos solo empeoran la situación.
Koth también menciona el papel del flúor en el agua potable. «El flúor fortalece los dientes, pero su exceso puede causar manchas y otros problemas», explica. La higiene adecuada y el seguimiento regular con un profesional son esenciales para mitigar estos efectos.
La estética dental es una preocupación creciente. «Muchos pacientes buscan blanqueamientos y tratamientos de ortodoncia», comenta Koth. Aunque estos tratamientos pueden realizarse a cualquier edad, es crucial que los dientes estén en condiciones óptimas antes de comenzar.
Francisco Koth en Plural

-¿De qué tema vas a hablar hoy Francisco?
-Voy a hablar un poco sobre la importancia de la prevención en la odontología.
-¿Por qué ese tema, además de que es parte de tu profesión?
-Me parece un tema muy importante dentro de la profesión y también en la sociedad.
-¿Es necesario todavía seguir insistiendo con estas prácticas de prevención?
-Sí, totalmente. Prevención son todas las medidas necesarias que tomamos para evitar, a futuro, ciertas enfermedades, como la caries, que es una de las enfermedades más comunes dentro de lo que es la salud bucal. En el caso de que ya esté instalada esta enfermedad, hacer todas las maniobras posibles para que no avance y no perjudique el pronóstico de la persona.
-Te hago una pregunta para ir entrando en algunos contextos desde el desconocimiento: cuando hablamos de salud bucal, ¿hablamos solamente de los dientes o hay otras partes de la boca que también incluye?
-No, no solamente de los dientes, sino también, por ejemplo, de las encías. La inflamación de las encías, llamada gingivitis, también se produce, por ejemplo, por una falta de higiene que lleva primero a una inflamación, al sangrado. El sangrado no siempre es por falta de higiene, también puede ser por causas hormonales, entre otras, que necesitan su respectivo diagnóstico. La prevención también es, no solamente tomar medidas, sino también que la persona asuma su propia salud bucal con cuidado en la casa, por ejemplo, higienizarse adecuadamente con un correcto cepillado.
-Eso lo escuchamos toda la vida, parece increíble que todavía sigamos insistiendo con estos detalles…
-Claramente, porque es algo que todavía se sigue viendo, tanto en ámbitos particulares como en salud pública, más que nada, es donde se ve la falta de conciencia de las personas sobre su propia salud. Lo que ocurre es que hay una mala costumbre: se espera hasta el último momento, hasta que aparezca el problema para recién ir al odontólogo; y no tiene que ser así. Uno tiene que ir, mínimo, cada seis meses a un control. Por más que pensemos que está todo bien, nunca está de más hacer un respectivo control cada seis meses. Es lo que se recomienda.
-¿Cómo me cuido la boca? ¿Qué es una una buena prevención en adultos?
-Para empezar, aplicando una buena higiene. Cepillarse los dientes siempre luego de las comidas importantes, al menos tres veces por día, haciendo una correcta técnica de cepillado. En el caso de que haya alguna duda sobre el mismo, se acude a un profesional, no solamente a un particular, sino que, aprovechando que tenemos salud gratuita, podemos ir a cualquier centro de atención primaria o a un hospital. Ahí nos van a poder instruir sobre cómo llevar a cabo una buena higiene, un buen cuidado, un buen seguimiento. Y también, aparte de esto, un factor importante dentro de la boca es la dieta. Se puede consumir dulces o comidas y bebidas altas en azúcar, pero si esto lo acompañamos con una mala higiene, con un cepillado precario, van a ser todos factores que terminarán, por ejemplo, con el comienzo de la placa bacteriana y, en un futuro, con caries, enfermedad gingival, etcétera.
-¿Y la recomendación para los padres y el cuidado de la salud bucal de los chicos cuál es? ¿También la misma: después de cada comida, el cepillado?
-Sí, tres o cuatro veces por día. Después de cada comida y a muy temprana edad, cuando empiezan a salir los primeros dientitos; aplicar con un cepillo adaptado, porque hay diferentes tamaños de cepillo que van para distintos tipos de denticiones. Hay diferentes cepillos que se aplican para cada edad. Y, por ejemplo, restringir el uso de la mamadera con dulce, azúcar o miel. Como dije recién, esto acompañado de que los padres no enseñen un correcto cepillado a los chicos, hace que tengan caries desde muy temprana edad, que los chicos estén con dolores, que no puedan dormir en la noche, y en consecuencia, que no dejen dormir a toda la familia en la casa, y después caigan a una visita de urgencia. Esto se ve mucho en el sector de salud pública.
-¿Después de la mamadera también hay que cepillar? ¿Está incorporada esa práctica?
-Por lo que suelo ver, no tanto. No hay mucha conciencia respecto a esto. Incluso, también, hay muchos padres que tienen miedo al odontólogo, entonces ya le transmiten este miedo a los chicos, lo que termina siendo un tabú dentro del entorno familiar. O, por ejemplo, el nene tiene que ir, y ya el papá o la mamá le está diciendo: “Bueno, mirá, cuidado con el odontólogo porque esto o aquello…”, lo cual hace que ya haya ese terror, y que se considere algo secundario quizás en la vida, cosa que no es así.
-¿A qué edad se debe comenzar a ir?
-Desde los primeros meses, cuando empiezan a salir los primeros dientitos, es necesario incluso, el pediatra, que es el primer profesional que tiene contacto con los bebés y debe derivar también al odontólogo, para que este tenga su correcto control.
-¿Cuándo empiezan los problemas?
-Los problemas, como por ejemplo la caries, pueden arrancar desde los tres años, quizás antes. Suelen venir madres con sus bebés muertos de dolor, con restos de dientes. Ahí, lastimosamente, eso también depende mucho de lo que puede hacer la familia. Hay veces que se indica la extracción de la pieza dentaria, lo cual no es lo mejor. Por más que uno piense: “Bueno, me saco el diente y ya está”. Lo que pasa con los niños es que, si se sacan las piezas dentarias temprano, luego, cuando van saliendo los dientes definitivos, se terminan ubicando de manera incorrecta, lo cual trae muchos problemas a futuro porque no estaban los dientes de leche como de sostén, respetar los espacios.
-¿Qué problemas serios, más allá de la caries o algún problema frecuente, puede traer una mala salud bucal o descuidar por completo el cuidado de los dientes?
-Lo que puede suceder luego de eso es que haya una infección bastante complicada. La infección no solamente empieza y termina en la pieza dentaria, sino que, al ser la cavidad bucal un lugar bastante irrigado por arterias que se comunican, obviamente, con distintos planos, esa infección puede pasar a otros planos justamente y terminar en un pronóstico grave.
-¿Pasar a dónde, por ejemplo? ¿A los huesos?
-No, puede incluso, en una infección bastante grave, llegar al corazón, complicando incluso la vida del paciente.
-¿Eso es algo extremo?
-Es una cuestión extrema, pero sucede mucho más de lo que uno piensa. Justamente pasa por esto, porque como no hay conciencia, piensan: “Ah, bueno, me duele, ya se me va a pasar”. O se les hincha un poco la cara, cosa que pasa también, y dicen: “Bueno, tomo unos antibióticos y ya está”. También hay un mal uso de los medicamentos con la automedicación, lo cual, todo en conjunto, va a empeorar la situación del paciente. Muchos pacientes terminan, incluso, en internación por un simple diente que empezó a doler, después se empezó a infectar, se empezó a hinchar la cara, eso empezó a pasar a otros planos más importantes, por así decir, y termina necesitando asistencia inmediata.
-¿El agua que consumimos diariamente afecta de alguna manera? Hace unos años se decía que había un problema en el nordeste argentino justamente por la calidad del agua. ¿Es real eso o es un mito urbano?
-Lo que sucede con el agua es que en muchas zonas, por suerte, tenemos la aplicación de flúor en el agua potable, en las redes. Eso tiene muchas ventajas porque el flúor es un mineral que ayuda a las piezas dentarias a ser resistentes a enfermedades como, por ejemplo, la caries. Lo que sí sucede es que hay áreas donde el agua es de pozo o aguas no controladas, y eso afecta. De esta manera, si el paciente no cuenta con flúor para reforzar sus tejidos dentarios, se ve perjudicado. Pero también sucede que en algunas áreas de Argentina hay una sobreaplicación de flúor en las redes de agua. Eso también puede perjudicar. Por ejemplo, en muchas áreas del sur se ven niños o personas con manchas en los dientes, que son producto de lo que hace el flúor en exceso, entre otros problemas.
-¿Los dientes amarillos son producto de la mala higiene o es otro problema?
-Puede ser por mala higiene, pero también puede ser, por ejemplo, por el consumo de tabaco, mucho café, mate. Con el tiempo, igual, las piezas dentarias ya no son igual de “blancas” como en una persona joven. Pero también la dieta del paciente va a influir bastante. No es lo mismo el color de los dientes de una persona fumadora de hace 20 años que el de una persona que nunca tocó un cigarrillo, por ejemplo.
-Aparte de los dulces, de la falta de higiene, del mate, del café o del cigarrillo, dejemos eso de lado. ¿Qué otros alimentos pueden afectar la salud bucal o la calidad de los dientes?
-Esos son los principales factores. Los que más afectan, diría yo.
-¿A qué edad es recomendable empezar con controles odontológicos?
-En realidad, se recomienda empezar desde lo más temprano posible, y toda la vida. No es que haya una edad en la cual digas: “Bueno, ahora dejo de cuidarme” o algo por el estilo. Sino que es un control que uno tiene que mantener toda la vida, simplemente porque los dientes son órganos. Son uno de los órganos más duros del cuerpo, que, como todo, necesita su respectivo cuidado por toda la vida. No son simples accesorios que tenemos en la boca, sino que necesitan su respectivo cuidado.
-¿Qué es lo que más pregunta un paciente? Yo preguntaría: ¿cómo me los mantengo blancos?
-Sí, la mayoría de las veces vienen a la consulta con una carie grande, pero quieren un blanqueamiento, por ejemplo. Hoy en día, la estética tiene un papel muy importante en lo que es la persona en general, hay bastantes consultas respecto a eso. También vienen muchos padres preocupados por hacer un tratamiento de ortodoncia. Hay distintos pacientes o familias que se preocupan más o menos por la estética, y otros que no.
-¿A cualquier edad me puedo poner ortodoncia o a partir de tal edad ya no?
-Primero, antes de hacer un tratamiento de ortodoncia, hay que ver bien cómo está todo. No podemos hacer ortodoncia en dientes que estén flojos o algo por el estilo, que sucede con gente mayor, por ejemplo, que no están firmes y no están en óptimas condiciones como para empezar ese tratamiento. Se puede hacer la ortodoncia en distintas etapas, pero por lo general, casi siempre se suele hacer en la preadolescencia.
