Hoy se recuerda la Masacre de Margarita Belén, la tortuta y el asesinato masivo a cargo del Ejército Argentino y la Policía del Chaco el 13 de diciembre de 1976 a unos 30 kilómetros de Resistencia, camino a Formosa. Las víctimas fueron detenidos políticos y el fusilamiento clandestino fue disfrazado de enfrentamiento en la Ruta 11, en cercanías de la localidad de Margarita Belén, durante el traslado de los detenidos. Existen distintos documentos oficiales de la dictadura que prueban el alto grado de planificación que tuvo la Masacre.

Viernes 13 de diciembre de 2024. En la madrugada del 13 de diciembre de 1976, la dictadura cívico militar eclesiástica argentina asesinó a unos 22 presos políticos en la localidad de Margarita Belén, provincia del Chaco, y escribió así uno de los episodios más violentos de esos años de gobierno de facto que se extendió enhtre 1976 y 1983.
El golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 derrocó al gobierno constitucional de María Estela «Isabelita» Martínez de Perón, dando inicio a una dictadura militar que instauró un régimen de terrorismo de Estado. La Junta Militar, encabezada por Jorge Rafael Videla, implementó un plan sistemático de represión que incluyó detenciones arbitrarias, torturas y ejecuciones extrajudiciales. En este marco, se cometieron múltiples violaciones a los derechos humanos, entre ellas la Masacre de Margarita Belén.
En los días previos a la masacre, un grupo de presos políticos fue trasladado desde diferentes unidades penitenciarias del norte argentino hacia la cárcel de Resistencia, en la provincia del Chaco. Durante la madrugada del 13 de diciembre de 1976, los prisioneros fueron sacados de sus celdas y subidos a camiones del Ejército. La versión oficial presentada por el régimen militar sostuvo que los detenidos fueron abatidos durante un intento de fuga en un supuesto enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
Sin embargo, investigaciones posteriores y testimonios de sobrevivientes y familiares de las víctimas desmintieron esta versión. Los prisioneros, que en su mayoría eran militantes de organizaciones políticas y sociales de izquierda, fueron brutalmente torturados y ejecutados en un acto planificado de exterminio. Sus cuerpos fueron encontrados en fosas comunes y presentaban signos evidentes de tortura y ejecución.
Tras el retorno de la democracia en 1983, se iniciaron investigaciones para esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia. Sin embargo, las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, sancionadas en 1986 y 1987 respectivamente, paralizaron estos procesos. No fue hasta la derogación de estas leyes en 2003 que se reabrieron los casos de violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura.
En 2011, en un histórico juicio celebrado en la ciudad de Resistencia, fueron condenados varios exmilitares y policías involucrados en la masacre. Las sentencias reconocieron oficialmente la responsabilidad del Estado en estos crímenes y representaron un paso importante hacia la verdad y la justicia para las víctimas y sus familias.

Memoria y Justicia
La Masacre de Margarita Belén es recordada cada año con actos conmemorativos y reivindicativos. La búsqueda de justicia y la preservación de la memoria son fundamentales para evitar que estos hechos se repitan. La lucha de los familiares y organismos de derechos humanos tiene la centralidad en mantener viva la historia y exigir la rendición de cuentas.

La masacre
La página oficial de la Comisión Provincial de la Memoria, del Chaco, describe a la “Masacre de Margarita Belén” como la tortura y el posterior asesinato de un grupo de detenidos políticos en un operativo conjunto del Ejército Argentino y la Policía del Chaco el 13 de diciembre de 1976 a unos 30 kilómetros de Resistencia, camino a Formosa.
El fusilamiento clandestino fue disfrazado de enfrentamiento en la Ruta 11, en cercanías de la localidad de Margarita Belén, durante el traslado de los detenidos de Resistencia a Formosa.
Distintos documentos oficiales de la dictadura prueban el alto grado de planificación que tuvo la Masacre.
La tarde del domingo 12 se realizaron los preparativos en la Alcaidía, donde fueron concentrados detenidos políticos trasladados desde la prisión U7 y de la Brigada de Investigaciones. A partir de las 20 horas del domingo comenzaron las torturas al grupo de recién llegados, junto con presos políticos en cautiverio en la Alcaidía. En horas de la madrugada el convoy del supuesto “traslado” partió hacia la Ruta 11, donde los presos políticos -maniatados y extenuados por la tortura- fueron ejecutados.
El 16 de mayo de 2011 ocho militares fueron condenados a prisión perpetua por ser considerados autores materiales de los homicidios. Un policía fue absuelto por insuficiencia probatoria. La investigación judicial continúa: existe una lista de más de veinte imputados (colaboradores civiles, funcionarios judiciales) y queda por resolver la restitución de los cuerpos de los asesinados que permanecen desaparecidos.

Los militantes caídos
Fueron jóvenes, militantes sociales y políticos en la Argentina de los 70. Vidas que se encontraron creyendo en un proyecto común de justicia social.
Algunos habían optado por una manera de encarar la construcción de un país más justo: la lucha armada; otros no.
Pero desde antes de estas opciones, habían trabajado por sus ideales de otras formas.
Murieron juntos. Por alguna razón fueron “elegidos”, “seleccionados” con algún criterio por la dictadura militar.
No fueron juzgados, no se les probó culpa alguna, no les dieron condena. Fueron masacrados, salvajemente torturados -algunos hasta la muerte de dolor y sufrimiento- y otros finalmente fusilados.
El recuerdo de sus vidas está presente en las familias y en los amigos, y en muchos más que apostamos a crecer desde la memoria.
El testimonio de sus muertes tampoco es olvidado, porque no hay justicia sin memoria y castigo a los asesinos, a los abusadores del poder.
Y rescata 23 nombres de militantes caídos en esa masacre: Alcides Bosch, Carlos Alberto Duarte, Carlos Alberto Zamudio, Carlos Enrique Tereszecuk, Delicia González, Dora Noriega, Eduardo Fernández, Emma Beatriz Cabral, Fernando Gabriel Piérola, Julio Andrés Pereyra, Luís Ángel Barco, Luís Arturo Franzen, Luís Díaz, Manuel Parodi Ocampo, Mario Cuevas, Néstor Carlos Sala, Patricio Blas Tierno, Ramón Luciano Díaz, Ramón Vargas, Raúl Antonio Mendez, Raúl María Caire, Reynald Amalio Zapata Soñéz y Roberto Horacio Yedro.