La comunidad educativa de la Escuela 951 de San Vicente reclama con urgencia la construcción de un aula para albergar a los nuevos ingresantes, mientras sigue esperando la cesión de un terreno y la concreción de un proyecto aprobado en 2019 para una nueva escuela. Padres, docentes y alumnos organizan rifas y ventas para mejorar las instalaciones, pero advierten que el espacio es insuficiente y exigen respuestas a las autoridades.

Jueves 6 de marzo de 2025 (Prensa de TTT). La comunidad educativa de la Escuela 951 de San Vicente manifiesta preocupación ya que desde hace bastante tiempo reclaman reparaciones edilicias para garantizar una educación de calidad y demandan, en ese contexto, la construcción urgente de un aula adicional para albergar a los nuevos alumnos.
El objetivo es que los 155 alumnos y alumnas que conforman la matrícula —incluyendo Nivel Inicial, Jardín y salita de 4 años, además de primero a séptimo grado en ambos turnos— puedan aprender en un ambiente más cómodo en este nuevo ciclo lectivo.
La Escuela 951 funciona desde hace 15 años. Comenzó como un aula satélite construida con madera y ladrillos por los padres de los alumnos en un espacio verde. Por este tiempo, esperan que el Concejo Deliberante les ceda ese terreno. Con el tiempo, los progenitores de nuevos estudiantes ampliaron la infraestructura debido al crecimiento de la matrícula.
La cesión del terreno sería posible, ya que desde 2019 cuentan con la aprobación del Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (Iprodha) para la creación de otra escuela. Sin embargo, los docentes desconocen los motivos por los cuales el proyecto aún no se concretó.
Hace un año asumió la directora suplente, Abril Gómez, quien, junto a los padres y la cooperadora, se sumó al trabajo para mejorar la escuela. Para este nuevo ciclo lectivo, es fundamental la construcción de una nueva sala, ya que las actuales no dan abasto.
Con este objetivo, la comunidad escolar organiza rifas, ventas de empanadas, de ropa y diversas actividades para mejorar las condiciones del establecimiento, que se encuentra muy cerca de la zona urbana. A su vez, continúan solicitando la colaboración de todos los que puedan ayudar, ya que aún queda mucho por hacer.

«Es urgente construir otra sala y esperamos una nueva escuela»

En su recorrida por la provincia, la comunidad convocó al dirigente Martín Sereno (Tierra, Techo y Trabajo, y secretario general del Movimiento Evita Misiones) para solicitar más ayuda.
«En la escuela todo se hizo con el tremendo esfuerzo de madres, padres y docentes. Pero aún quedan muchas tareas pendientes. El año pasado, gracias a la mano de obra de uno de los padres, se construyó la sala de dirección y se amplió el patio colocando un techo en un sector. Antes, cuando hacía mucho sol o llovía, los alumnos no podían salir al recreo», relató el exlegislador tras la reunión.
Sereno manifestó que gestionará para acelerar la obra y lamentó que, a tan poca distancia del casco céntrico de San Vicente, todavía existan escuelas rancho.
Las aulas de la Escuela 951 son pequeñas, con capacidad para unos 20 alumnos en condiciones de hacinamiento. Por ello, es prioritario que las autoridades del Ministerio de Educación atiendan el reclamo en beneficio de los niños.
Para los docentes, la situación es urgente. «No podemos seguir esperando. Pedimos que vengan a ver en qué condiciones estamos y nos den una respuesta. Agradecemos el apoyo de padres y vecinos y esperamos que sigan colaborando, porque ya no tenemos espacio para los nuevos ingresantes de este año», reclamó la directora.

Compromiso de padres, madres y docentes

Alejandro Matto, uno de los maestros de la Escuela 951, coincidió con sus colegas en la necesidad de mayor espacio para alumnos y docentes.
«Las instalaciones actuales son precarias. A los chicos les resulta difícil estudiar cuando hace frío, hay humedad y los techos están deteriorados. Ellos merecen un espacio adecuado. También pedimos ayuda a los padres. Sabemos que estamos en tiempos de crisis, pero el aporte de todos es fundamental», expresó el docente.
Como integrante de la cooperadora escolar, Marcelo Claro es un padre comprometido desde el primer momento. Es uno de los que organizan, trabajan y luchan para que sus hijos y todos los estudiantes puedan aprender en un ambiente digno.
«En 2024 comencé a trabajar en la comisión cooperadora y le pedí ayuda al entonces secretario de Gobierno y Coordinación Municipal, Miguel Lima. Gracias a eso, conseguimos los materiales para el piso del jardín y lo hicimos junto con las madres. También vendimos rifas para comprar chapas y armar un techo nuevo. Luego nos dedicamos a la construcción de una sala para que la directora tenga su espacio de trabajo y pueda recibir a la gente», relató.
Con el mismo compromiso, Claro está dispuesto a construir el nuevo aula. «Como antes, yo me encargaría de la mano de obra, pero necesitamos que nos provean los materiales. Es fundamental que los nuevos alumnos no sufran las inclemencias del tiempo y estén resguardados. Ya contamos con los ladrillos, pero falta todo lo demás: arena, cemento, chapas y otros materiales. Solicitamos ayuda al Municipio —administrado por Fabián Rodríguez (FR)—, pero aún no obtuvimos una respuesta concreta. Por supuesto, lo ideal sería contar con una escuela nueva y en un terreno propio, pero mientras tanto, necesitamos construir otra aula», reiteró Matto.