El licenciado en psicología Nicolás Andorno y la comunicadora Myriam Duarte analizaron esta semana en Plural la última columna del activista Jorge Ríos, donde alerta sobre la creación de relatos digitales que distorsionan la realidad y su impacto en la sociedad, con consecuencias sociales y con impacto en la salud mental de la población. Amplían y abordan los conceptos con una mirada amplia desde diversas disciplinas.

Lunes 14 de abril de 2025. El diálogo entre el psicólogo Nicolás Andorno y la comunicadora Myriam Duarte pivotea sobre la última columna de 2024 del activista Jorge Ríos en Plural, mientras se discute y plantea la construcción de relatos digitales y su impacto en la realidad política, económica y social.

Abordan de lleno la manipulación que se produce sobre la sociedad a través de las pantallas, especialmente mediante algoritmos que direccionan emociones y decisiones y que terminan impactando en la salud mental colectiva en un contexto de injusticia social, precarización y represión.
Destacaron la paradoja de la libertad en el mundo digital, que se presenta como la ilusión de autonomía frente a un control masivo de las subjetividades.
Ambos profesionales enfatizan que la tecnología no es neutral, sino que reproduce intereses hegemónicos, afectando desde elecciones políticas hasta relaciones personales. También destacan la resistencia social (como las marchas del 8M y 24M en Argentina) como contrapeso a estos discursos dominantes.
Respecto a los relatos digitales versus la realidad material, Duarte señaló que el mundo virtual y el analógico son «universos distintos», pero que lo digital incide directamente en decisiones políticas y económicas: «la economía es expresión de la política. No son campos separados; son facetas de un mismo proceso», recordó.
Ambos coincidieron en que, desde 2023, sectores vulnerables en Argentina sufrieron ataques sistemáticos a sus derechos, evidenciados en masivas movilizaciones (8M, 24M, defensa de la universidad pública).
Andorno, por su parte, destacó que los relatos digitales construyen realidades que afectan la salud mental colectiva: «cuando las condiciones de subsistencia se precarizan, la ira es manipulada para justificar recortes de derechos», graficó.
Y como estas situaciones también generan resistencia, recordó a un jubilado que, tras ser reprimido, dijo que perdió el miedo: «¿Cómo le voy a tener miedo a la policía si ya como una vez por día?». Duarte añadió que la salud mental no puede separarse de la física ni del contexto social.
Los panelistas, además, cuestionaron la neutralidad de la tecnología. En ese sentido Andorno dijo que «las pantallas direccionan decisiones, desde el voto hasta relaciones personales. Creemos que elegimos, pero reproducimos esquemas que nos perjudican».
«Los algoritmos nos hacen sentir únicos -agregó Duarte-, pero solo reflejan lo que ya les dimos (a la tecnología, a esos algoritmos): nuestros miedos y deseos».
Durante la conversación –que se reproduce en los videos de esta nota– criticaron la falta de educación digital y alertaron sobre la «autodestrucción social», como las estafas con criptomonedas.
Ante la pregunta de cómo resistir, propusieron «replantear el uso de pantallas en educación. Países avanzados ya las restringen en niños» y «cuestionar desde dónde pensamos. La libertad no es un eslogan; es poder analizar quién controla nuestros consumos», recordaron.

En el video reproducido de Jorge Ríos, este expresó el año pasado en su última columna de Plural que hay una práctica de «crear espejismos, crear relatos a través de la tecnología», decía Jorge Ríos, para hacer foco en el discurso de Javier Milei que, en campaña, prometió que los ajustes económicos los pagaría «la casta» política y social y sin embargo están golpeando a sectores como los jubilados, empleados públicos y la clase media, debilitando no solo su poder adquisitivo, sino también sus derechos. Esto no solo erosiona la narrativa original del movimiento, sino que pone de manifiesto una contradicción recurrente en este tipo de liderazgos: diagnostican problemas reales, pero sus soluciones terminan profundizando las desigualdades que denuncian.