Este documento expresa el respaldo de la Cátedra de Filosofía Latinoamericana de la Universidad Federal de Integración Latinoamericana (UNILA), junto a otras organizaciones académicas y sociales, al Movimiento Agrario de Misiones (MAM) y a la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (APAM) en su lucha contra la desregulación del sector yerbatero impulsada por el gobierno de Javier Milei. Denuncia la explotación de los tareferos y productores, la caída de los precios de la materia prima y el desmantelamiento del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), reivindicando la justicia social y los derechos de las comunidades indígenas.

Miércoles 30 de abril de 2025. La Cátedra de Filosofía Latinoamericana de la Universidad Federal de Integración Latinoamericana (UNILA), con sede en Foz do Iguaçu, Brasil, y la Asociación de Filosofía y Liberación del Noreste Argentino (AFyL-NEA), con la adhesión de otras organizaciones académicas, sociales y multimedia de la región, emitieron un documento en respaldo a las medidas que vienen implementando el Movimiento Agrario de Misiones (MAM) y la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (APAM) para recuperar el pleno funcionamiento del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) y generar condiciones que mejoren el precio de la materia prima y otros aspectos del sector yerbatero, profundamente dañado por la política neoliberal implementada por el gobierno nacional de Javier Milei.
“En compromiso y solidaridad con la realidad latinoamericana y argentina, se realiza el siguiente comunicado descolonizador —en relación a la opresión a la que está sometida la fuente de trabajo de la yerba mate—, crítico, constructivo y en apoyo a los tareferos, productores, trabajadores de la yerba mate y a las comunidades indígenas, auténticos dueños de dicha yerba”, se lee en el primer párrafo del comunicado, firmado por el doctor en Filosofía Carlos Bauer (UNILA-AFyL NEA); Alejandro Medici, docente investigador del Centro de Investigación de Derecho Crítico de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP); el licenciado Silvio Maciel, presidente de la Asociación de Filosofía y Ciencias de la Educación de Misiones (AMFYSE); Rubén Ortiz, docente y secretario general del Movimiento Pedagógico de Liberación (MPL); la licenciada Claudia Gotta, profesora e investigadora de la Cátedra Libre Saberes, Creencias y Luchas de los Pueblos Originarios de la Universidad Nacional de Rosario (CEI-UNR); Aldo Massara, director de APS El Regional Multimedios Radio Frías (Santiago del Estero); además del Movimiento Campesino de Liberación (MCL) de Misiones y la Asociación de Filosofía y Liberación de Argentina (AFyL).
Tras indicar el origen de la yerba mate con los guaraníes en la región de la Selva Paranaense y su vínculo con los quechuas, extendiéndola a Perú y Bolivia, el escrito repasa el paso de la yerba mate como bien alimenticio y espiritual a “oro verde”, primero con los jesuitas y luego con los inmigrantes en Misiones, llegando a la actualidad, que caracteriza como “explotación a un extremo irresistible e indigno, antiético, ya que a un tarefero se le paga 40 o 50 pesos el kilo de hojas de yerba y a un productor 200 pesos o menos por el kilo de hoja verde, valores que oscilan según el comprador —y gran parte de ello a plazos—, mientras que un paquete de un kilo de yerba se vende en el negocio a más de 5000 pesos”.
Advierte que, en la actualidad, “el valor, el plusvalor, la ganancia extraída al trabajador y a la tierra es exorbitante, además de que, con el cambio de herramientas que se le ha impuesto al tarefero para mejorar la producción (en términos de rendimiento meramente gananciales, no comunitarios), se busca encubrir el despojarlo hasta de la condición y concepto de trabajador tarefero, convirtiéndolo en apenas un instrumento que manipula otros instrumentos. En términos aristotélicos, sería un instrumentum vocale (Terencio), un instrumento vocal, es decir, una herramienta que habla, un esclavo que habla y maneja otras herramientas”.
El documento señala que “esa depreciación semántica y conceptual posibilita la profundización de la expropiación del valor de su trabajo, al trabajo en sí, y su total deshumanización”; que ello “no son cosas inocentes en la ética y en la economía política”, y que, al tratarse de “un proceso completamente claro e injusto, antiético, lo denunciamos, lo rechazamos, lo repudiamos y solicitamos se rectifique, se solucione y se dignifique la vida del tarefero y del productor, de su trabajo, de la tierra y del derecho preexistente de los indígenas a algo que les era propio y auténtico, para construir realmente una comunidad y una Nación como la gente, la tierra y como Dios manda, con justicia social y desarrollo para todos y todas”.
Contextualizado, el escrito pone en evidencia los logros socioeconómicos de gobiernos progresistas como el de Lula da Silva en Brasil, “sacando con todas las medidas tomadas de la pobreza a una Argentina completa, hablando en términos poblacionales”; el de México en el mismo sentido, y el daño que genera el modelo aplicado por Javier Milei en “la Argentina actual, que destruye a la clase trabajadora y empresarial de ciertos sectores, con casi 17.000 empresas cerradas”.
“Mientras el actual gobierno de Brasil y México aplican medidas que protegen el trabajo de los campesinos, indígenas y trabajadores para el desarrollo de dichos países, Argentina se coloca en las antípodas. El trabajo yerbatero atraviesa el peor saqueo, ya corroborado a solo 9 meses del DNU 70/2023 del 20 de diciembre, y en relación a la situación actual, a un año y cuatro meses, es aún peor y tiende a agravarse con todas las medidas tomadas: se desregula el trabajo, no se nombra a un titular del INYM —diluyendo la institucionalidad y la capacidad de decisión—. ‘Flexibilización laboral’ le llamó Carlos Menem (‘revolución productiva neoliberal’); ‘ajuste’ le llama esta gestión libertaria-neoliberal, funcional a la acumulación y concentración de grandes capitales”, se lee en otro de los párrafos.
Con dichas “estrategias antinacionales” —prosigue—, “los precios se desplomaron: el valor de la materia prima de yerba mate se arruinó de 370 pesos que se pagaba por kilo de hoja verde a principios de 2024 (lo que aún era para mejorar), a 200 pesos o menos”. Esta situación, agrega, “perjudica directamente y proporcionalmente a 12.000 productores, 15.000 cosecheros, casi 50 cooperativas, secaderos, emprendedores e industrias, y al movimiento económico en cada uno de los pueblos de Misiones”.
Por tales motivos, el documento respalda la denuncia contra el actual presidente realizada por el Movimiento Agrario de Misiones (MAM) y la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (APAM), al igual que lo hicieron otras organizaciones, como la Confederación General de la Producción de la República Argentina y el Frente Ciudadano Ambiental Kaapuera.
“Dignificar al tarefero y al productor de yerba mate en su trabajo y tierra sería un paso concreto inicial. (…) Sin esto, no hay ni lo básico: solo una patria chica de ricos que se enriquecen cada vez más a costa del trabajador, del pueblo, de las comunidades indígenas, de la tierra, etc.”, enfatiza en el último párrafo, recordando además “a nuestra biblia gaucha, el Martín Fierro: ‘No es para mal de nadie, sino para bien de todos’”.

Firman la nota Carlos Bauer, de UNILA-AFYL NEA; el secretario general de MPL, Rubén Ortiz; Alejandro Medici, de CIDC UNLA; el presidente de AMFYSE, Silvio Maciel; Claudia Gotta de la UNR y el director APS El Regional Multimedios, Aldo Massara.