El testimonio de Raquel Lukowiec: una periodista que rompió el silencio sobre las adicciones para ayudar a otros. Un relato directo, sin sensiblerías ni golpes bajos.
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Martes 27 de mayo de 2025. En un relato crudo pero esperanzador, la periodista Raquel Lukowiec compartió su lucha de una década contra la adicción a la cocaína en una entrevista con Plural. Su testimonio, viralizado también en redes sociales, busca derribar estigmas y mostrar que la recuperación es posible, incluso en ámbitos donde el consumo está naturalizado, como el de los medios de comunicación y las reuniones sociales nocturnas en ámbitos de recreación.
Raquel Lukowiec no eligió ser un símbolo, pero su historia resonó. Con una voz serena y sin dramatismos, describió su historia en el consumo, que comenzó dentro de lo que definió como una relación tóxica: «Empezó por querer demostrarle amor a alguien», confesó. Pero la raíz, admitió, estaba en la normalización del alcohol y el tabaco en su entorno familiar.
El punto de quiebre llegó cuando los «bajones» posteriores al consumo la sumieron en pensamientos suicidas. «Llegué a medir qué pasaría si me tiraba del décimo piso», reveló. Fue un amigo de la infancia que la escuchó sin juzgar y tuvo la templanza para sugerir sin opciones que tenían que buscar ayuda. “Tenemos que buscar ayuda”, le dijo, así, en plural, sumergiéndose en primera persona ante un problema que convirtió en propio.
Lukowiec habla decidida, con firmeza, aunque también con pudor de su propiua historia. En su relato, destacó la paradoja de su vida en aquel entonces: mientras su mundo personal se desmoronaba, en el estudio de televisión montaba un «personaje». «Aprendí que cuando la cámara se enciende, tus problemas no importan», dijo. Pero el deterioro era evidente: ausentismo, gripes frecuentes y una sucesión de excusas que sus compañeros de trabajo comenzaron a notar.
«En los medios hay adicciones como en cualquier ámbito: a la cocaína, al alcohol, a la pornografía, a la tecnología; al trabajo… Pero se ocultan», describió desde su experiencia y desde el conocimiento que no excluye a los ámbitos de trabajo ni de recreación, aunque no son los únicos. En su relato, criticó la naturalización que existe sobre el consumo: «Un porro no es solo un porro. Hay que hablar de sus efectos neurológicos sin romanticismos», disparó.
Uno de los ejes de su testimonio fue el estigma de género. «Se cree que una mujer que consume es promiscua o delincuente», señaló, para desmitificar a continuación esa imagen: «Hay profesionales que no encuentran sentido a la vida y caen en esto». También recordó cómo el consumo se volvió un ritual social: «Todo giraba alrededor de la droga, incluso al exponerse a situaciones peligrosas para conseguirla».
La recuperación: un camino de pasos pequeños
Hoy, diez años después de dejar la cocaína, Lukowiec enfatiza que la adicción «llama a la puerta disfrazada» en otras formas (alcohol, trabajo, relaciones). Por eso, su lucha es diaria. Encontró apoyo en comunidades de fe y ahora acompaña a mujeres en cárceles, mostrándoles que «la salida existe».
Su mensaje es claro: «Hablar salva», dice con seguridad y exhorta: «No esperes a ‘tocar fondo’. Si hoy le contás a alguien, ya diste el primer paso», insistió. Y cerró la entrevista con la construcción de una imagen poderosa: «Qué lindo es volver a soñar, a mirarte y gustarte; a amar sin culpas».
El testimonio de Raquel no necesita epílogo. Aún así, la intención de ofrecer una entrevista cruda, sin golpes bajos, busca resaltar la valentía este testimonio que si bien la atraviesa, también trasciende lo personal. Esta nota pone sobre la mesa un problema sistémico —las adicciones en entornos laborales de alta exigencia— y desafía estereotipos. Su historia no es un relato de victimización, sino una hoja de ruta para quienes creen que pedir ayuda puede ser un signo de debilidad.
En un mundo donde las adicciones suelen tratarse con sensacionalismo o silencio, su voz —trenzada entre el pudor y la alegría de haber superado una adicción— marca un camino: el de la honestidad personal como primer acto de libertad. Como punto de partida.
