Cristina Kirchner lanza un discurso desafiante en Corrientes con críticas a la Corte, Milei y el lawfare. Mezcló ironía, emotividad y advertencias y demostró, una vez más, que sigue siendo una figura central en el tablero político. Su mensaje fue claro: no se irá sin pelear, y sus batallas –judiciales y electorales– están lejos de terminar.
Sábado 7 de junio de 2025. Con un tono combativo y cargado de simbolismo, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner reapareció este sábado en la escena pública para respaldar la candidatura a gobernador de Martín «Tincho» Ascúa en Corrientes. En un discurso de más de 30 minutos, la líder del kirchnerismo arremetió contra la Corte Suprema, el gobierno de Javier Milei y lo que calificó como una estrategia de lawfare para eliminarla de la contienda política.
En uno de los momentos más contundentes, Kirchner desafió a sus críticos con una frase que quedará grabada en la memoria política: «Si tan acabada estoy, como dicen, ¿por qué no me dejan competir y me derrotan políticamente? A ver, dale, mirá cómo tiemblo». La expresión, coreada por la militancia, apuntó directamente a lo que considera una persecución judicial para inhabilitarla como candidata.
La exmandataria vinculó su postulación a diputada bonaerense con una ofensiva judicial: «Salió el anuncio y se desataron los demonios. Comenzaron a pedir que me metan presa», en referencia al posible fallo de la Corte en la causa Vialidad, que podría dejarla fuera de la carrera electoral.
Kirchner volvió a mencionar el atentado que sufrió en 2022, esta vez en clave política: «Me gatillaron en la cara porque me quieren presa o muerta». Relacionó el hecho con lo que considera una «persecución judicial y mediática», y evocó fechas trágicas para el peronismo, como los fusilamientos de José León Suárez, cuyo 70° aniversario se conmemorará próximamente.
Sin nombrarlo directamente, la expresidenta arremetió contra el gobierno de Milei, comparando su política económica con «una remake bastante ineficiente de la tablita de Martínez de Hoz y la convertibilidad de Cavallo». Sin embargo, advirtió: «Pero como el yogurt, tiene fecha de vencimiento. Aunque no se sepa, la tiene».
Defendió su gestión y la de Néstor Kirchner, afirmando: «Vinieron ellos, los ‘honestos’, y desde entonces la gente vive cada vez peor. En nuestros 12 años, el país era un poquito mejor».
Uno de los pasajes más emotivos fue su referencia a la desaparición del niño Loan Peña en Corrientes: «No está bueno vivir en una provincia donde se roban un pibe. Se lo llevaron, y no hay excusa que valga. La gente necesita que la cuiden, no que la maltraten».
Aunque evitó mencionar explícitamente la interna del PJ bonaerense, dejó un mensaje claro: «El peronismo no es una obra de teatro donde la estrella ocupa el primer lugar. Es una organización que debe devolverle al pueblo la felicidad y el bienestar». La frase fue interpretada como un guiño al diálogo con el gobernador Axel Kicillof para definir candidaturas.
El acto en Corrientes marcó el regreso de CFK a la primera línea, combinando denuncia, historia y campaña. Con críticas a la Justicia, al gobierno y a sectores internos del peronismo, dejó en claro que no piensa retirarse. «Lo que nunca van a poder evitar es que vuelva el pueblo», sentenció, cerrando un discurso que reafirma su influencia en la política nacional.
Mientras tanto, las tensiones persisten: sectores del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), alineados con Kicillof, resisten las reelecciones indefinidas impulsadas por el kirchnerismo, lo que mantiene en vilo el armado electoral en Buenos Aires.

