En un acto en la sede del Partido Justicialista (PJ), rodeada de dirigentes y militantes, Kirchner vinculó su situación con una histórica «persecución» contra el peronismo, rememorando desde los fusilamientos de José León Suárez (1956) hasta el golpe de Estado de 1955. «La casualidad no es una categoría política en la historia», afirmó, insinuando que su posible prisión responde a intereses económicos.

Lunes 9 de junio de 2025. La expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner convocó este lunes a sus seguidores a «organizarse» ante la posibilidad de un arresto inminente, en un discurso cargado de denuncias contra la Corte Suprema, a la que calificó como «guardia pretoriana del poder económico», y contra el gobierno de Javier Milei, al que tildó de «cachivache» destinado al fracaso.
Kirchner, quien fue presidenta en dos períodos (2007-2015) y vicepresidenta (2019-2023), enfrenta una condena de seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por el caso de corrupción conocido como «Vialidad». Sin embargo, aún no ha sido encarcelada debido a que la Corte Suprema debe resolver si acepta revisar un recurso presentado por su defensa.
Si el máximo tribunal rechaza el recurso, la condena quedará firme. Por su edad (71 años), la exmandataria podría solicitar prisión domiciliaria, pero su inhabilitación política sería inmediata, lo que frustraría sus aspiraciones electorales. Kirchner sugirió que la Corte aceleraría su fallo para impedir su candidatura y evitar que goce de fueros parlamentarios.
En un acto en la sede del Partido Justicialista (PJ), rodeada de dirigentes y militantes, Kirchner vinculó su situación con una histórica «persecución» contra el peronismo, rememorando desde los fusilamientos de José León Suárez (1956) hasta el golpe de Estado de 1955. «La casualidad no es una categoría política en la historia», afirmó, insinuando que su posible prisión responde a intereses económicos.
«Estar presa es un certificado de dignidad», declaró, en referencia a las causas judiciales en su contra, mientras arremetió contra el gobierno de Milei: «Mientras caminen libres los que hicieron mega canjes y endeudaron al país, esto es una farsa».
El acto cobró mayor relevancia con la inesperada llegada del gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, quien mantiene tensiones con sectores kirchneristas como La Cámpora. Su presencia, junto a otros referentes como Verónica Magario y Andrés «Cuervo» Larroque, buscó proyectar unidad ante una posible proscripción de la líder.
«Puede ser el fin de la democracia como la conocimos desde 1983», comentaron allegados a Kicillof, mientras militantes coreaban consignas como: «Si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar».
Antes del discurso, unos 300 dirigentes peronistas —incluyendo sindicalistas, intendentes y legisladores— se reunieron para delinear una estrategia en caso de que la Corte ratifique la condena. Hugo Yasky (CTA) propuso crear un «comité por la liberación» similar al que apoyó a Lula da Silva en Brasil.
Algunos sectores plantearon medidas de fuerza, como paros y movilizaciones, aunque reconocieron que, si el fallo se retrasa, podrían organizar una respuesta federal más coordinada.

Mensaje a la militancia y advertencia al PJ
Al salir a la calle, Kirchner se dirigió a los simpatizantes: «Este modelo económico va a fracasar. No van a resolver la deuda ni los salarios metiéndome presa». También criticó las internas partidarias: «Déjense de joder con los lugares en las listas. Hay que escuchar al pueblo».
Concluyó con un llamado a la solidaridad: «La historia no se detendrá. Los ríos siempre avanzan. Necesitamos militancia y unidad».
El clima en el peronismo es de incertidumbre. Muchos ven el posible fallo como un intento de descabezar a la oposición. «No es solo contra Cristina, es contra el proyecto que representa», dijo Malena Ortiz, una joven militante.
Mientras la Corte delibera, el kirchnerismo se prepara para una batalla judicial, política y callejera. El fantasma de la proscripción, que ya afectó a otros líderes latinoamericanos, vuelve a recorrer Argentina.