«Esta mujer», detenida en lo que los especialistas aseguran que fue un juicio amañando, plagado de vicios e irregularidades, falto de justicia, movilizó este miércoles a cientos de miles de personas en todo el país, con epicentro en Plaza 9 de Julio del centro del país. El peronismo mostró unidad en la diversidad: desde La Cámpora hasta sectores cercanos al gobernador Axel Kicillof. Incluso la izquierda se sumó, al igual que grandes grupos independientes. Rechazan la detención de la expresidenta y la proscripción del peronismo en las elecciones de este año

N de la R: El recorte de la fotografía es correcto.

Miércoles 18 de junio de 2025. La Plaza de Mayo volvió a ser, hoy, 18 de junio, el escenario de una demostración de fuerza política y afecto popular. Miles de personas, con banderas, carteles y consignas, colmaron el espacio histórico en apoyo a Cristina Fernández de Kirchner, condenada a seis años de prisión domiciliaria e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. La expresidenta, desde su departamento en Constitución, envió un mensaje grabado: «Pueden encerrarme a mí, pero no a todo el pueblo argentino».
El Gobierno de Javier Milei ratificó el protocolo antipiquetes, pero la movilización —estimada entre 500.000 y un millón de personas— desbordó los operativos. La tensión entre el oficialismo y el kirchnerismo no fue solo callejera: en su discurso, CFK arremetió contra el modelo económico: «Se cae porque es injusto e insostenible. Tiene vencimiento, como el yogurt», espetó.
Cristina Kirchner no pudo salir al balcón —prohibido por la justicia—, pero su voz resonó en la plaza. Con ironía, bromeó sobre un eventual dispositivo electrónico: «Menos mal que no tengo macetas para regar». Sin embargo, su tono fue combativo: «No me dejan competir porque saben que pierden», dijo, en referencia a su intento fallido de candidatearse como diputada provincial.
El peronismo mostró unidad en la diversidad: desde La Cámpora hasta sectores cercanos al gobernador Axel Kicillof. Incluso la izquierda se sumó, aunque con acto propio cerca del Obelisco. La CGT, fracturada internamente, no convocó de manera orgánica pero habilitó a que los sindicatos participaran de manera libre.
Mientras la marcha avanzaba hacia la Plaza de Mayo, otro ritual ocurría en San José y Humberto Primo, en la Ciudad Autónoma de buenos Aires. Desde que se confirmó la condena, ese rincón del barrio de Constitución se transformó en un lugar de peregrinación. «Venimos a la misa y nos vamos», dijo un hombre entre la multitud.
Anabel, de 39 años, llegó desde Boulogne: «El odio a ella me hizo amarla». Como ella, muchos venían por primera vez. Carteles caseros, afiches con flores azules —símbolo de la resistencia peronista— y cánticos improvisados pintaban el paisaje. «Cristina libre», «Gracias al Progresar pude ser licenciada», se leía en las paredes.

El Gobierno y el desafío del control

El vocero presidencial, Manuel Adorni, insistió en que «la calle es de la gente, no del kirchnerismo», pero la protesta superó los controles. Unos 2.000 efectivos federales custodiaron la Casa Rosada y los accesos a la ciudad, pero no hubo represión. «Es legítima, nadie pretende que la gente no se exprese», admitió Adorni, el petulante vocero del odiador serial, Javier Milei, el anarcocapitalista confeso que oficia de presidente argentino.
Mientras una parte importante del pueblo, así como el kirchnerismo, insisten en que la condena es una «proscripción». Cristina lo dejó claro: «El verdadero poder económico sabe que este modelo no tiene futuro, y por eso estoy presa». Para sus seguidores, es una batalla ideológica. Para sus detractores, un fallo judicial más.
Lo cierto es que, condenada o no, Cristina sigue movilizando masas. Como dijo una manifestante: «Hoy es Cristina, mañana puede ser cualquiera». La pregunta que queda flotando es si esta condena unirá al peronismo o lo fragmentará aún más.
Mientras tanto, en San José 1111, una puerta de balcón permanece cerrada. Pero afuera, el pueblo canta: «Vamos a volver». Y esa canción, hoy, suena a desafío.

Copar la calle y hablar

Movilización y marcha, también en Posadas.

Cristina Fernández de Kirchner, frente a una multitud histórica aseguró «vamos a volver». La Plaza de Mayo colmada -la organización estimó un millón de personas- escuchó a la expresidenta, que desde su casa aseguraba que el peronismo «va a volver». «El pueblo argentino demostró mil veces que sabe ponerse de pie. Volvió con Perón, volvió con Néstor», resaltó CFK en un mensaje grabado, reproducido ante la multitud. “Tenemos algo que ellos jamás van a tener ni van a poder comprar: pueblo, memoria, historia y patria. Los pueblos siempre vuelven», resaltó, antes de saludar a la militancia con otro mensaje, pero esta vez en vivo.
La Plaza 9 de Julio de Buenos Aires, atestada de manifestantes a favor de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, escuchó en medio de la masiva movilización que se centró en el centro del país pero que tuvo su correlato en la mayoría de las capitales provinciales, de Ushuaia a la Quiaca, escuchó la voz de Cristina, en un esperado mensaje.
La multitud se congregó en Plaza de Mayo, y no en Comodoro Py, para mostrar su respaldo a su jefa política, en el inicio de su condena a prisión domiciliaria en la Causa Vialidad.
En cantidad, probablemente sea la principal concentración del peronismo desde que CFK dejó el gobierno en 2015. Vuelve a mostrar la enorme capacidad para copar la calle, lo que le cuesta sobremanera a cualquier otra fuerza política.

Habló Cristina

A continuación se trascribe la intervención completa de Cristina Fernández de Kirchner en formato grabado y también en directo desde su casa, donde permanece detenida:
“Hola, ¿qué tal? ¿Cómo están, queridos compatriotas, en esa maravillosa e histórica Plaza de Mayo? Bueno, espero que muy bien, yo aquí, en San José 1111, firme y tranquila, eso sí, con prohibición de salir al balcón. Dios mío, qué cachivaches que son.
Quiero agradecerles a todas y a todos las increíbles muestras de afecto y de cariño de todos estos días, acá, en la puerta de mi casa y en distintos puntos del país. Gracias de corazón.
Los he escuchado cantar consignas, cantar la marcha, cantar el himno nacional con mucha pasión, pero quiero contarles que lo que más me gustó fue escucharlos cantar otra vez: vamos a volver.
Me gusta ese vamos a volver porque revela una voluntad: la de volver a tener un país donde los pibes puedan comer cuatro veces al día, que en el colegio les den libros y computadoras, que los laburantes lleguen a fin de mes y puedan ahorrar para comprarse un autito, una casita, un terrenito.
Los jubilados tenían remedios. Ese país no fue ninguna utopía. Lo vivimos durante 12 años y medio, y además lo dejamos desendeudado como a las familias y a las empresas.
Este modelo que ahora encarna Milei, que no es diferente a los de otrora, se cae. No solo porque es injusto, sino porque es insostenible en términos económicos. Tiene vencimiento como el yogur.
¿Cómo se sostiene un modelo económico donde la gente tiene que tarjetear la comida del día a día y después no puede pagar la tarjeta? Mientras esto sucede, el impresentable de Caputo alquila dólares para simular que tiene reservas.
El verdadero poder económico sabe que este modelo no tiene futuro. Por eso estoy presa. Pero pueden encerrarme a mí, no van a poder encerrar a todo el pueblo argentino.
Los que están asustados no somos nosotros, son ellos. Ya respondieron. Y la respuesta es esta: yo aquí, presa, sin poder salir al balcón.
¿Y saben por qué no me dejan competir? Porque saben que pierden. Es necesario organizarse para clarificar cuál es el verdadero problema del país: un modelo económico en el que se enriquecen unos pocos, y el resto con la ñata contra el vidrio, sostenido por un andamiaje judicial.
Hoy es el momento de defender la democracia con las herramientas con las que la construimos. Sin violencia, pero con coraje. Sin miedo, pero con claridad histórica.
Vamos a volver con más sabiduría, más unidad y más fuerza. Desde donde me toque estar, voy a seguir haciendo todo lo que esté a mi alcance. Tenemos pueblo, tenemos memoria, tenemos historia y tenemos patria.
Vamos a volver, argentinos y argentinas. Lo vamos a hacer una y mil veces, como se ha hecho desde el fondo de la historia”
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