En un mundo donde los algoritmos moldean nuestra percepción de la realidad, dictan lo que leemos y la inteligencia artificial redefine la verdad, la periodista y especialista en comunicación digital Patricia Bertolotti analiza el futuro del periodismo, los riesgos de la manipulación política y el desafío de formar profesionales críticos en un mundo dominado por la tecnología. ¿Quién controla realmente la información? ¿Estamos preparados para lo que viene?, son disparadores que deja la charla.


Sábado 5 de julio de 2025. El periodismo enfrenta, por estos tiempos, un desafío existencial: ¿siguen siendo los humanos los dueños de la narrativa o cedieron ese poder a las máquinas? Desde esa pregunta disparadora, la licenciada en Comunicación Social, docente y especialista en comunicación digital, Patricia Bertolotti, desmenuzó con una mirada crítica y profunda, el papel de la inteligencia artificial (IA) que está redefiniendo no solo la práctica periodística sino también la construcción de la verdad.
El mundo de hoy está moldeado por los algoritmos que crean una percepción de la realidad, tanto, que Bertolotti define: «El algoritmo es el gran mediador hoy», dijo, para recordar que antes de esto, los medios filtraban y jerarquizaban la información mientras que en la actualidad son las plataformas digitales —con sus lógicas de engagement y viralidad— las que deciden qué noticias llegan al público. «La mayoría no entra a las páginas de los diarios; se informa por redes sociales, donde el algoritmo elige qué mostrar», explicó.
Este fenómeno transformó incluso la redacción. Los titulares ya no resumen la noticia sino que «invitan» a clics, adaptándose a los sesgos de confirmación de cada usuario. «Una noticia puede tener múltiples titulares para distintos perfiles», señaló. La consecuencia es una brecha entre lo prometido y el contenido, donde el sensacionalismo gana terreno.
Bertolotti ahondó en este tema durante una entrevista con Plural, programa periodístico de Canal 4 Posadas, donde rechazó la idea de neutralidad tecnológica: «Las tecnologías responden a ideologías», disparó para citar al filósofo de Hong Kong, Yuk Hui —quien habla de la cosmotécnica—, que destacó que Occidente aborda la IA desde una lógica capitalista y extractivista. «El algoritmo no es inocente: lo crean empresas con fines de lucro, sin regulación», afirmó.
Un ejemplo paradigmático es el uso de IA en política. Bertolotti recordó el caso de Cambridge Analytica y la elección de Trump: «Hay usinas de fake news, memes y trolls que instalan narrativas». La batalla de EEUU contra TikTok —acusado de influir en elecciones— refleja esta tensión global.
Frente a la pregunta de si la IA reemplazará a los periodistas, Bertolotti fue contundente: «Seguiremos escribiendo, pero como editores». La IA se entrena con archivos periodísticos —muchos con sesgos históricos—, lo que reproduce desigualdades. «¿Quién garantiza que esos datos reflejen la verdad?», cuestionó.
Sin embargo, advirtió que el ritmo vertiginoso de la tecnología «nos excede como humanos». Aplicaciones como WhatsApp o Instagram absorben datos cotidianos para alimentar algoritmos, creando burbujas informativas. «Nos moldean como sociedad, incluso en nuestro lenguaje», dijo, mencionando la memetización cultural (la cultura del meme) que excluye a quienes no adoptan estas herramientas.
Sobre las academias, Bertolotti fue pesimista: «Las instituciones son lentas; cuando actualizan un plan, ya está obsoleto». La precarización docente y la falta de recursos profundizan el problema. «Los profesores sobreviven; no hay espacio para repensar paradigmas», lamentó.
La entrevista cerró con una advertencia: «La IA no es solo herramienta; es un actor político». Su uso irresponsable —como la manipulación electoral— exige regulación y alfabetización digital. «El desafío es mantener el espíritu crítico en un mundo donde la verdad se vuelve líquida», concluyó Bertolotti.
En un escenario donde las máquinas aprenden de nuestros sesgos, el periodismo tiene una misión urgente: recordar que detrás de cada algoritmo hay intereses, ideologías y, sobre todo, humanidad.

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