La provincia recupera obras de arte. De esta manera, pone en valor su patrimonio artístico cultural. la subsecretaria Laura Lagable explica los alcances de esta acción inedita durante una entrevista en Plural, programa periodístico de Canal 4 Posadas.

Martes 26 de agosto de 2025. El Museo de Bellas Artes Juan Yaparí, el único de su tipo en Misiones, dio un salto histórico con la puesta en valor de su reserva técnica y la inauguración del primer y único laboratorio de restauración de esta provincia, un proyecto que ya comienza a dar frutos tangibles, explicó Laura Lagable, desde el área de Coordinación de Fomento y Regiones Culturales del Ministerio de Cultura local durante una entreviasta con Plural, programa periodístico de Canal 4 Posadas, donde detalló los avances de una gestión que prioriza la preservación del acervo cultural misionero.
El eje de este renacimiento cultural es el nuevo laboratorio, un espacio equipado con tecnología de punta que nada tiene que envidiarle a los centros de las grandes capitales. “Tiene una mesa especial, lupa, microscopio, control de clima… porque no puede haber diferencia de temperatura”, graficó Lagable. El aire acondicionado mantiene estable el ambiente las 24 horas para que “los cuadros y las pinturas no trabajen”.
El trabajo que allí se realiza es, según su descripción, “súper meticuloso” y abarca desde una limpieza con “una aspiradora manual chiquitita” para quitar el polvo superficial, hasta intervenciones complejas que requieren desarmar una obra por completo, colocarla en una mesa y “empezar a limpiar de cero”.
El alma de este proyecto es Estela Garma, la museóloga y restauradora que se incorporó este año al staff ministerial. Con formación en el extranjero, Garma es presentada por Lagable como “una amante de su trabajo: hay días que va desde la mañana hasta la tarde sin parar un segundo”. Su expertise fue crucial incluso antes de ser contratada de forma estable, permitiendo rescatar obras que estaban condenadas al olvido.
“Por ejemplo, teníamos obras de Rubí Gularte, una artista misionera muy conocida de la década de 1970, que tenían un agujero y no se podían mostrar”, relató Lagable. “Desde que empezamos a trabajar con Estela, hace dos años, pudimos mostrar ese cuadro”.
La tarea comenzó con un minucioso inventario del patrimonio para saber “cuántos cuadros hay, cuándo ingresaron al museo, si fue por decreto o donación”. La reserva técnica alberga alrededor de 400 obras entre cuadros y esculturas, “la más importante de la provincia”. El diagnóstico no siempre fue alentador: “Nos encontramos con algunas cosas que no estaban muy bien”, admitió la funcionaria.
Fue el ministro José Martín «Joselo» Schuap quien impulsó el enfoque en la restauración, bajo la premisa de que “es patrimonio de la provincia”. El resultado fue tan impactante que incluso el gobernador Hugo Passalacqua visitó las instalaciones y “quedó sorprendido”.
Pero la gestión no se agota en mirar al pasado. Lagable destacó la política de abrir el museo a nuevas voces. “Abrimos una convocatoria para que cualquier artista plástico pueda presentarse, porque antes solo podían estar los consagrados”. Esta política inclusiva tuvo un resultado conmovedor: “Hay una señora de 81 años que está exponiendo ahora con su hija”.
La estrategia para atraer al público posadeño, que antes often dejaba el museo “para después”, es multifacética. Incluye la organización de eventos temáticos (teatro, recitales), presentaciones de libros y hasta la celebración de la caña con ruda en la vereda del edificio. El café de especialidad instalado en el museo hace tres años se ha convertido en un imán para nuevos visitantes.
Respecto al futuro, Lagable anunció un cambio de paradigma en la formación de la colección. Históricamente, las obras ingresaron por donación. Ahora, el ministerio planea empezar a comprar obras, priorizando a los artistas misioneros, con el objetivo claro de “ayudar y mover un poco el circuito cultural”.
El Juan Yaparí deja de ser un repositorio de arte antiguo para convertirse en un museo vivo, que restaura su pasado con las herramientas del presente, para asegurar que el patrimonio de todos los misioneros tenga un futuro, resaltó Lagable.

Laura Lagable en Plural

-¿Qué están haciendo desde el Ministerio de Cultura de la provincia y desde el área de Coordinación de Fomento y Regiones Culturales? ¿En qué andan?
—En muchas cosas. Para mí lo más lindo de poder contar, de lo que va del año hasta ahora, es lo que logramos hacer en el Museo de Bellas Artes Juan Yaparí: pusimos en valor la reserva que tiene el museo, inauguramos un laboratorio y tenemos una restauradora y museóloga que se incorporó al equipo del Ministerio. Lo digo con gran orgullo porque es el único que tiene la provincia.

—¿El único de restauración?
—Es el único laboratorio de restauración que tiene la provincia. Y la reserva que tenemos en el Museo de Bellas Artes Juan Yaparí es la más importante que tiene la provincia: tenemos alrededor de, entre cuadros y esculturas, unas 400 piezas.

—¿Qué se restaura? ¿Qué están restaurando?
—En realidad, todo: desde limpiar un cuadro o una estatua, para que más o menos la gente entienda, hasta restaurar cuadros que tenían un agujero. Por ejemplo, teníamos obras de Rubí Gularte, una artista misionera muy conocida del año 1970, que tenían un agujero y no se podían mostrar. Desde que empezamos a trabajar con Estela Garma, nuestra museóloga y restauradora, hace dos años, pudimos mostrar ese cuadro. En ese momento Estela todavía no era parte del staff del museo, y por suerte este año se pudo incorporar a trabajar con nosotros.

—¿Estas restauraciones estuvieron antes y ahora se rescatan o es un trabajo nuevo? Decías hace dos años, pero antes…
—No, nunca tuvimos. Antes estaba la pinacoteca y los cuadros que estaban bien, estaban bien, y los otros…

—Al archivo.
—Exactamente. Nosotros hicimos un trabajo de inventario de patrimonio: ver cuántos cuadros hay, cuándo ingresaron al museo, si fue por decreto o donación. Tenemos un archivo importante, y a partir de ahí empezamos a ver en qué “situación de salud” estaba cada cuadro. Nos encontramos con algunas cosas que no estaban muy bien, pero el ministro Joselo Schuap pidió por favor que enfoquemos en eso porque es patrimonio de la provincia. Es el único museo de Bellas Artes que tiene Misiones. Así que estamos muy contentos y vamos con un trabajo tremendo. El otro día tuvimos la visita del gobernador y quedó sorprendido del trabajo que se hace ahí, porque el laboratorio que tiene el museo tampoco existe en otro lugar de la provincia, con todos los materiales necesarios, que no se consiguen en Posadas y tenemos que traer desde Buenos Aires.

—Cuando hablás de laboratorio, graficame: ¿es un lugar físico con los elementos que se necesitan para reparar o de qué estás hablando exactamente?
—Con la mesa especial, la lupa especial, el microscopio especial, el control de clima —porque no puede haber diferencia de temperatura—; hay aire acondicionado en las dos salas porque durante todo el día tiene que mantenerse la misma temperatura para que los cuadros y las pinturas no trabajen. Y el trabajo es súper meticuloso: desde una aspiradora manual chiquitita —porque hay cuadros que solo necesitan que se les pase esa aspiradora para sacar el polvo— hasta otros que necesitan desarmarse totalmente, colocarse en una mesa estirados y empezar a limpiar de cero. Es un trabajo de hormiga, pero muy lindo. Y tenemos la suerte de contar con Estela, que es una amante de su trabajo: hay días que va desde la mañana hasta la tarde sin parar un segundo.

—¿Es un equipo o una persona sola?
—En restauración es una persona sola porque es una carrera específica. Ella tiene formación como restauradora y museóloga; no estudió en Argentina, sino en el extranjero. Si no me equivoco, es de La Plata, vivió en Mendoza y, por cuestiones familiares, vino a vivir a Misiones. Tomó contacto con nosotros y pudimos incorporarla.

—¿Qué hay en el museo que sea de valor, que se conozca mucho o poco?
—En la reserva tenemos alrededor de 400 obras, entre cuadros y esculturas. Son súper valiosas porque es el patrimonio de la provincia de Misiones. Tenemos cuadros de pintores misioneros y también de otros lugares del país y del mundo. Contamos con una biblioteca de escritores misioneros y tenemos las salas abiertas durante todo el año: se le da un mes a cada artista para que pueda mostrar sus obras. A partir de este año también abrimos una convocatoria para que cualquier artista plástico pueda presentarse, porque antes solo podían estar los consagrados. Nuestro trabajo también es generar un espacio para los artistas nuevos. Así nos pasó que hay una señora de 81 años que está exponiendo ahora con su hija, y es muy lindo poder abrir ese espacio. Creo que nosotros trabajamos de lunes a domingo, que son los días que está abierto el museo, para que estas cosas sucedan y se creen espacios para los artistas. Además, hace tres años tenemos un café en el museo y mucha gente conoció el lugar gracias a él: es un café muy lindo, de especialidad, en el centro de Posadas, con una pastelería increíble.

—Laura, desconozco esto: para ese patrimonio que tiene el museo, ¿la provincia compra obras o las recibe de donación? ¿O son obras que llegaron hace mucho tiempo? Hoy, por ejemplo, ¿se pueden incorporar obras por compra?
—Estamos trabajando en eso. Casi todas las obras fueron donadas, en su mayoría por artistas, pero lo que quiere implementar Joselo ahora es empezar a comprar obras a artistas. Estamos en ese proceso.

—¿Priorizando a los artistas misioneros?
—En realidad, las salas están siempre abiertas y damos prioridad a los artistas misioneros. Tenemos muchos que viven en distintas provincias argentinas y vuelven a exponer. Hace poco tuvimos una artista misionera que vive en París: vino de visita, conoció el museo, le gustó, y este año le dimos un mes completo para exponer. Fue hermoso. La idea de empezar a comprar obras es también ayudar y mover un poco el circuito cultural.

—El posadeño o el misionero, ¿entra y mira, o es algo que siempre deja “para después”? ¿Le da valor al arte y la cultura?
—Hace un par de años que sí. Lo que empezamos a hacer es, por ejemplo, en el mes de la mujer, implementar un día con una obra de teatro, otro con un recital; lo mismo en el mes de la cultura misionera, que es el 9 de septiembre. Vamos incorporando actividades para que la gente se acerque. El café atrajo mucha gente. También hacemos presentaciones de libros y eventos para llamar la atención. El 1° de agosto, por ejemplo, vamos a tener la caña con ruda en la vereda del museo, para que la gente se acerque. Y al abrir la pinacoteca y el laboratorio al público, también logramos acercar a muchos: estudiantes y adolescentes visitan el museo, ingresan al laboratorio y Estela les explica cómo funciona y qué trabajos se hacen.