La Comisión de Presupuesto de la Legislatura misionera concluyó el análisis del Proyecto 2026 con un “rostro humano”, definió la diputada Suzel Vaider. También alertó sobre los recortes nacionales de partidas a Misiones. La expectativa es que la provincia apruebe su Presupuesto durante este mes.

Martes 16 de septiembre de 2025. La Comisión de Presupuesto de la Cámara de Representantes de Misiones concluyó este martes la etapa de exposiciones de organismos estatales para el análisis del proyecto de Presupuesto Provincial 2026, que será tratado en el recinto en las próximas semanas. El proceso, definido por la presidenta de la Comisión, la diputada Suzel Vaider, como un “presupuesto con rostro humano”, se desarrolló en un contexto marcado por una severa reducción de las transferencias de fondos desde la Nación.
en ese contexto, el ministro de Hacienda, Finanzas, Obras y Servicios Públicos, Adolfo Safrán, presentó ante los legisladores la visión consolidada del Ejecutivo. El titular de la cartera económica alertó sobre la drástica caída interanual del 82% en las transferencias corrientes y del 37% en las de capital provenientes del gobierno nacional, tomando como base el año 2023. Safrán calificó esta situación como el reflejo de “la ausencia de un Estado nacional que recauda a los misioneros pero no devuelve en obras ni programas”.
Frente a este escenario, explicó que el esfuerzo provincial logró reemplazar fondos críticos en áreas sensibles como salud, transporte y educación, aunque admitió que varios programas nacionales debieron suspenderse por falta de financiamiento. El principal desafío, remarcó, será sostener la inversión pública en un contexto de recesión, altas tasas de interés y una caída de las ventas que impacta directamente en la economía real de los misioneros.

Un presupuesto con “rostro humano”
Al cierre de las audiencias, la presidenta de la Comisión, Suzel Vaider, valoró el trabajo realizado y definió al proyecto como un “presupuesto con rostro humano, porque cada propuesta busca mejorar la vida de los misioneros”. Destacó el “profundo conocimiento de las necesidades” exhibido en cada exposición y el marco de “respeto institucional y concordia” que primó durante el análisis. Además, agradeció al equipo de asesores y al personal de la Cámara por su labor.
Esta definición amplía conceptos que Vaider esbozò hace un par de semanas en una entrevista televisiva con Plural, programa periodístico de Canal 4 Posadas, donde desglosó la filosofía y los mecanismos detrás de la elaboración del presupuesto. En esa oportunidad, la legisladora explicó que el proceso se realiza con “técnica contable” y no es improvisado, sino que surge de una ronda de consultas que articula la Oficina de Presupuesto del Ministerio de Hacienda para asignar “un número posible” en función de la experiencia recaudatoria de la provincia.
Uno de los ejes centrales de su exposición fue la crítica al sistema de coparticipación federal. Vaider fue contundente: “Todos los impuestos que pagamos los misioneros van a Buenos Aires, y de ese 100% solo vuelve a la provincia el 20%”. Afirmó que el reclamo de los gobernadores es claro: “Decirle a Nación que quienes sostenemos a la Nación somos las economías regionales (…) No es que Nación nos esté mandando plata. Nación lo que hace es devolver lo que corresponde por ley”.
Como ejemplo puntual citó el impuesto a los combustibles, que antes la Nación destinaba a Vialidad Nacional para el mantenimiento de caminos. “Como eso ya no ocurre, las provincias piden que ese impuesto quede en su territorio”, dijo para recordar que ese recurso es importante para arreglar los kilómetros de caminos de tierra que afectan la producción y la vida en las colonias. “Ese recurso se recauda con el impuesto a los combustibles tiene ese destino. Pero ahora Nación decidió no mandarlo más (…) y decide de forma unilateral”, denunció.
Frente a la “decisión unilateral” nacional, Vaider resaltó que la respuesta de Misiones fue una planificación clara y una decidida inversión en su gente y su infraestructura. Detalló que, como en años anteriores, casi el 70% del presupuesto (69,2%) está destinado a inversión social: un 25% para salud, otro 25% para educación (tradicional y disruptiva) y el resto para atender a “quienes más lo necesitan”, como la emergencia alimentaria incluida este año.
“La política atraviesa nuestra vida cotidiana: cuando usamos una ruta, vamos al hospital, mandamos a la ‘gurizada’ a la escuela, tomamos un colectivo o enchufamos el celular. Nada de eso sería posible sin un Estado”, afirmó, defendiendo la necesidad de un presupuesto que le dé “previsibilidad al Ejecutivo”.
Suzel Vaider enfatizó que las inversiones, como el Puerto de Posadas –el único habilitado y en funcionamiento del NEA– o la incorporación de energía solar en zonas rurales, no son caprichosas sino decisiones políticas estratégicas para “disminuir costos” a los productores y “generar oportunidades” para los jóvenes, apuntando a la economía del conocimiento como el futuro laboral de la provincia.
Con la etapa de exposiciones concluida, el proyecto de Presupuesto 2026 aguarda ahora su tratamiento en el recinto. La expectativa de la Comisión, según adelantó Vaider, es que el pleno de la Cámara de Representantes lo trate y apruebe antes de finalizar el mes de septiembre.

Suzel Vaider en Plural

—Es un año particular, entendemos que el gran problema es económico. La primera pregunta es: ¿cómo se hace un presupuesto? ¿Cómo puede proyectar Misiones sus gastos para el próximo año?
—Bueno, cuando uno hace un presupuesto lo hace con técnica contable. No es algo improvisado. Se hace una ronda de consultas: el Ejecutivo recaba toda la información de propuestas y planes, y en función de eso la Oficina de Presupuesto del Ministerio de Hacienda articula y configura todo, poniéndole un número posible. En definitiva, como técnica, es un procedimiento administrativo y contable.

—Le pone un número que es posible….
—Sí, un número posible en función de la experiencia, de los antecedentes de cómo viene recaudando la provincia. Porque recordemos: el presupuesto es la propuesta del Poder Ejecutivo, el Poder Judicial, el Tribunal de Cuentas, el Tribunal Electoral y el Poder Legislativo. Todos esos recursos provienen de lo que aportan los misioneros a través de tasas e impuestos, y luego se redistribuyen a la sociedad. En definitiva, los recursos salen de todos los misioneros. Entonces, esa proyección que da el número surge del conocimiento real de cómo viene funcionando la economía. Ya hemos pasado por situaciones difíciles como las que estamos atravesando, y el Ministerio tiene la experticia y la experiencia, con gente muy valiosa que cumple un rol estratégico. Ese presupuesto se eleva al Poder Legislativo antes del 31 de julio, porque así lo establece la Constitución provincial. Y el Frente Renovador de la Concordia, que conduce políticamente la provincia, decide qué áreas apoyar con más fuerza.

—Antes de meternos en las áreas que ya comenzaron a explicar qué quieren hacer y qué hicieron durante este período, desde la imaginación popular: ¿qué pasa si nos quedamos sin plata?
—A ver… la economía sigue funcionando, aunque esté planchada en muchos aspectos. Esa es una realidad que no se puede tapar con un dedo. Cuando escuchamos a la oficina del Presidente de la Nación parece que vivimos en otro país. Pero la realidad es esta… Sin recursos, la situación sería imposible, pero el presupuesto contempla la posibilidad de que haya menos recursos. Si eso ocurre, tiene mecanismos para hacer los ajustes necesarios y atender las emergencias. Un ejemplo: este año se incluyó en la propuesta presupuestaria la extensión de la emergencia alimentaria. Eso ya muestra que el Ejecutivo prevé que habrá que acompañar a muchas más familias misioneras que estarán en situación crítica de alimentación, en función de lo que se ve en la economía nacional. Yo siempre digo que en Misiones tenemos una gran ventaja y una gran desventaja. Hoy las dificultades macroeconómicas, como el tipo de cambio y la falta de competitividad del peso, nos permiten que el misionero vaya a Encarnación, a Paraguay o a Brasil y resuelva parte de su vida cotidiana. Pero eso es en detrimento del comercio y de la industria local, lo cual es un problema grave. Sin embargo, esas cuestiones macroeconómicas no las podemos resolver desde la provincia: son decisiones del gobierno nacional. Nosotros tratamos el presupuesto provincial, que son las decisiones que toma Misiones con las herramientas y la experiencia que tiene.

—De todas maneras, aunque venga menos dinero, lo que está garantizado por ley desde Nación vuelve a la provincia. La provincia manda y eso vuelve a Misiones.
—Exactamente. Todos los impuestos que pagamos los misioneros van a Buenos Aires, y de ese 100% solo vuelve a la provincia el 20%. El resto se genera acá, pero no queda en Misiones. Es generado acá por el sistema de coparticipación nacional porque vivimos en un país federal. Pero en definitiva, ese es uno de los reclamos que están haciendo muchísima fuerza los gobernadores en este tiempo: decirle a Nación que quienes sostenemos a la Nación somos las economías regionales, cada una de las provincias con el movimiento económico que se genera en ellas. No es al revés. No es que Nación nos esté mandando plata. Nación lo que hace es devolver lo que corresponde por ley, lo que ya se generó en la provincia. Nosotros hacemos el trabajo: Nación recauda los impuestos nacionales y después los devuelve al territorio. Pero está devolviendo lo que la ley le exige, y nosotros le mandamos muchísimo más de lo que vuelve. Entonces, esa es la gran tarea y la gran lucha de los gobernadores: pedirle a Nación que, ya que dejó desatendidas muchas cuestiones, al menos permita que ciertos recursos se queden en cada provincia. Por ejemplo, con el impuesto a los combustibles: antes Nación enviaba fondos para sostener la obra pública, los caminos, las calles, a través de Vialidad Nacional. Como eso ya no ocurre, las provincias piden que ese impuesto quede en su territorio. Porque si Nación decidió que no es importante mandar esos fondos, al menos que nos deje el impuesto, que fue creado para eso. Ese recurso nos permite, por ejemplo, arreglar un camino para que un colono en Tarumá al fondo pueda sacar su producción. Eso lo hablaba con un intendente: la gran preocupación que tiene es cómo arreglar los caminos. Y arreglar un camino cuesta muchísimo. Los que estamos en la ciudad a veces no lo vemos, pero en las colonias hay kilómetros y kilómetros de caminos de tierra. Misiones es una provincia con muchísimos municipios grandes, con enorme extensión de caminos terrados. ¿Y arreglar un camino, cuánto cuesta? Ese recurso que se recauda con el impuesto a los combustibles tiene ese destino. Pero ahora Nación decidió no mandarlo más, no rinde cuentas, no presenta propuesta de presupuesto al Legislativo como hacemos en la provincia, y decide de forma unilateral. Después comparte un discurso diciendo que no hay plata, que la plata no está. Pero los que conocemos algo de economía sabemos que los recursos sí están. En todos los países los recursos existen, la diferencia está en la decisión política: ¿dónde ponemos ese dinero? ¿Lo destinamos a la timba financiera, a los grandes empresarios para que ganen más, o lo usamos para acompañar a las provincias en atender las necesidades de su gente? Esa es la gran diferencia entre Misiones y la Nación. Por eso en esta provincia tenemos salud, educación, infraestructura. Hace poco tuve que acompañar un encuentro en el Centro de Convenciones con los sectores vinculados a los puertos y la hidrovía. Y ahí uno toma conciencia: con la escasez de recursos que tenemos, sin energía barata y con todas las dificultades, Misiones tiene el único puerto habilitado y en funcionamiento del NEA. Y hoy tenemos navieras internacionales que deciden venir a hacer negocios al puerto de Posadas. Eso fue una decisión política: usar parte de los impuestos de los misioneros y de los empresarios para construir infraestructura. ¿Y qué le permite eso al empresario misionero? Disminuir costos. Tenemos la desventaja de estar a muchísimos kilómetros de los centros de consumo, lo que nos resta competitividad al negociar productos como yerba, té o madera. Llevándolos a Buenos Aires perdemos margen. Pero si usamos el puerto, reducimos costos y ahí sí los empresarios pueden ahorrar. Y todo eso se hizo con recursos de los misioneros. Esa es la forma en que se invierte en esta provincia, pensando a futuro. No es que un día dijimos: “Ay, vamos a hacer un puerto”. No. El puerto genera condiciones para el desarrollo de la empresa misionera, de la industria misionera. Por eso se hizo una inversión que llevó mucho dinero y mucho tiempo, pero hoy, pasados cuatro o cinco años de la inversión inicial, tenemos un puerto operativo, funcionando.

—Suzel, el mayor porcentaje del Presupuesto cada año está destinado a lo social. Es parte del anuncio cuando se presenta el proyecto de Ley: educación, salud, bienestar social, crecimiento, desarrollo. ¿Es así este año también?
—Exactamente. Yo quiero compartir algo: cuando uno ve un presupuesto, ve una decisión. Hay alguien que está decidiendo, pero no porque se le ocurrió de un día para otro, sino porque está planificando, pensando en el futuro y sosteniendo decisiones en el tiempo. Eso sucede con la propuesta de presupuesto. Como en años anteriores, este año prácticamente el 70% —69,2% creo que es— está destinado a inversión social. Cuando hablamos de inversión social, hablamos de salud. Muchas veces pensamos: “¿Por qué ponen tanta plata en salud si tenemos salud?”. Pero cuando nos agarra una emergencia, un accidente en la ruta o doméstico, sabemos que tenemos un sistema de salud que nos va a ayudar y resolver. Si no tuviéramos salud pública sería impagable. No es que uno puede decir: “Bueno, lo pago privado”. Es impagable. Por ejemplo, se puso en funcionamiento la tecnología PET para estudios en pacientes con cáncer (Tomografía por Emisión de Positrones en el Hospital Madariaga y el Instituto Misionero del Cáncer). Ese estudio cuesta una fortuna y en Misiones se brinda gratuitamente, porque hubo un gobierno que decidió invertir dinero de todos los misioneros en esa maquinaria. Parte del presupuesto se destina a eso. Prácticamente el 25% del total va a salud. Otro 25% va a educación. El sostenimiento de la educación es fundamental en una provincia con tantos jóvenes, tanto en la educación tradicional como en la disruptiva. A veces escuchamos críticas: “Hay escuelas que no están en las mejores condiciones edilicias, ¿y están haciendo el Silicon?”. Y hay que entender que lo que pasa en Misiones es una mirada al presente, pero también al futuro. Estamos resolviendo cuestiones de la vida cotidiana, pero también pensando en cómo generar oportunidades de trabajo para una sociedad tan joven. La formación que se está generando a través de la Escuela de Robótica, la educación disruptiva y las propuestas del Silicon Misiones son claves, porque la industria pesada ya no existe en nuestra región. Hoy hay inteligencia artificial y tecnologías que reemplazan mucho trabajo humano. Los jóvenes necesitan insertarse en ese mundo para acceder a oportunidades económicas. No es que un día se nos ocurrió hacer un Silicon: hay un pensamiento claro detrás. Entonces, te decía, un 25% va a salud, un 25% a educación —tradicional y disruptiva— y otro porcentaje a atender a quienes más lo necesitan, como la emergencia alimentaria que se incluyó en este presupuesto. El otro 30% se destina a infraestructura: inversiones de Emsa, incorporación de energía solar en distintos puntos, entre otras cosas. Hoy, por ejemplo, el ministro Paolo Quintana contaba los avances con energía solar en zonas donde la gente no tenía acceso a la luz. Tener electricidad cambia todo: permite conservar alimentos, mejorar servicios turísticos, mejorar la calidad de vida. La ingeniera responsable de EMSA también explicó la importancia del nuevo transformador en San Vicente, que brinda energía segura y constante a esa zona y a El Soberbio. Esa estabilidad eléctrica es fundamental para sostener el turismo y el desarrollo productivo. Son pequeñas grandes inversiones. Aunque no nos guste la política o no la entendamos del todo, la política atraviesa nuestra vida cotidiana: cuando usamos una ruta, vamos al hospital, mandamos a “gurizada” a la escuela, tomamos un colectivo o enchufamos el celular. Nada de eso sería posible sin un Estado. Por eso es tan importante contar con un presupuesto: le da previsibilidad al Ejecutivo para saber con qué recursos contará y qué podrá hacer el próximo año. Hoy en Nación vemos justamente lo contrario: una falta de decisión que tiene que ver con la ausencia de presupuesto. Se decide de forma unipersonal, sin planificación, y así no funciona un país.

—¿Cuándo se aprueba el presupuesto? ¿En octubre, como suele ocurrir?
—La planificación es bajarlo a recinto antes de que termine septiembre. Va a depender de lo que ocurra en estas semanas, pero la idea es que el pleno lo trate antes de octubre.