Ante un conteo electoral que será provincia por provincia, el oficialismo de Milei no podrá imponer una narrativa de triunfo nacional. El análisis de MisionesPlural proyecta que La Libertad Avanza no alcanzará los votos propios para sostener sus vetos, forzando a Milei a una alianza con Mauricio Macri y los gobernadores. El centro de gravedad del poder abandona la Rosada para instalarse en el Legislativo.

Martes 21 de octubre de 2025. Las elecciones del domingo 26 no son nacionales. Lo venimos subrayando en MisionesPlural desde hace años. Se eligen representantes al Congreso de la Nación con el pronunciamiento popular de cada provincia. Cada provincia elige sus diputados y senadores para integrar el Poder Legislativo de la Nación. Es la esencia del sistema federal de gobierno.  Si se subraya que esta convocatoria a las urnas tiene el propósito de renovar mandatos de los pueblos provinciales para la constitución de ese Poder del sistema republicano, es claro que se diferencia de las elecciones del Poder Ejecutivo Nacional que unifica en un solo distrito al pueblo de la nación.
No hay lugar entonces para el absurdo debate que se instaló desde las pretensiones del oficialismo nacional tratando de confundir y mostrar el resultado de las elecciones como si se pudieran sumar los votos de cada provincia cuando los representantes no se eligen con el criterio de distrito único.
Por eso no es arbitrario que la Cámara Nacional Electoral (CNE) haya ordenado que el conteo de las elecciones legislativas de este domingo sea a provincia por provincia y no nacional como pretendía la Casa Rosada.
Quedó así frustrado el objetivo de evitar que el gobierno de Javier Milei imponga una narrativa de triunfo basada en criterios estadísticos que esconderían la verdad, como reclamaron desde la oposición ante la Cámara.
No es extraño que, en esta época dominada por la verticalidad y arrogancia del comentario político, por el sometimiento a las métricas de las redes, donde la escena intelectual y cultural padece de una pavorosa inautenticidad y se ha vuelto un eco de sí misma, como sostienen sociólogos de Zonceras, se pretenda distorsionar el sentido del pronunciamiento popular del domingo próximo en función de satisfacer las demandas de Washington.
Ya los decíamos en una nota publicada el 19 de agosto que “el verdadero sustento del Gobierno de Milei se descubre en el respaldo de Trump, del FMI y de los fondos financieros… la Argentina está en la mira de los imperios por su riqueza estratégica, por el agua dulce, el litio y minerales críticos, su mares y proyección antártica. Y ese es el “proyecto” de Milei, recibido como virrey en los centros del poder mundial”. 

La madre de todas las batallas  

Y agregábamos en esa nota que “lo interesante ahora es poner la mirada en la evolución del mileísmo que, en la encrucijada de caminos abiertos por las elecciones, optó por la institucionalidad. Sumar bancas en el Congreso para respaldar sus vetos. Ese es el desafío: votos propios en el Poder Legislativo para sostener los vetos. Es lo que se pone en juego en las elecciones de octubre”.
Con la misma perspectiva federal y de defensa de las autonomías de las provincias, es válida entonces la hipótesis de que el resultado en la provincia de Buenos Aires es uno más. Si bien todas las miradas clicleables posiblemente repetirán el eco referido a su gravitación, desde lo institucional vale como cualquier otro resultado de cualquier otro distrito: por los diputados que consagrará. E hilando más finamente, por los candidatos de la LLA que logren los votos necesarios para llegar al Congreso.
Se podrá alegar que en esa provincia, que congrega al 40% del padrón el resultado sobra un valor simbólico con materialidad en la política, que puede espantar a Bessent, los timberos de Wall Street y al gorilaje criollo. Por eso es allí donde el peronismo pone en juego su futuro y perspectivas de reorganización en función del 2027. Si vuelve a repetir la diferencia del 7 de septiembre será depositario de expectativas más allá dela forma en que dirimirá la transición al poskirchnerismo.
Aún si Buenos Aires repitiera el 7/9, el 27 de octubre la vida sigue. Y como ya observáramos en notas anteriores, repasando las expectativas electorales provincia por provincia, todo hace prever que si bien el peronismo seguirá siendo la primera minoría en la Cámara de Diputados, la LLA llegaría a tener una banca entre 78 y 82 diputados propios. No alcanzaría el tercio propio para sostener los vetos.  En ese caso, Mauricio Macri recuperaría centralidad en la toma de decisiones ya que el PRO tiene 14 diputados con mandato hasta 2027 a los que sumaría los que se filtraron en las listas que llevan la denominación de la LLA.
Es un dato: Macri puede salir fortalecido de las elecciones del 26 con capacidad de oxigenar al gobierno de Milei que ya no se sostiene con apoyos propios.
El otro dato: sumando LLA y PRO, lejos estarán y esto es incontrastable, de sancionar leyes.
Para llegar a los 129 votos en Diputados necesitarán el respaldo de los gobernadores. Como Macri, saldrán fortalecidos ya el 27 para integrar la mesa de toma de decisiones por consensos, como le demandaron a Milei en Washington.
Es indudable que Bessent y Trump intentarán sostener a Mieli, por lo menos durante el tiempo necesario para armar una alternativa continuista. Los últimos movimientos parecen indicar que el ingreso de Santiago Caputo al gabinete nacional y las reuniones de Bennet, el enviado de Trump, que mantuvo con los jefes de bloques, con gobernadores y con Massa apuntan por ahora a darle sustentabilidad política a Milei.
Es obvio que intentarán avanzar con más ajuste regresivo, con la llamada reforma laboral, impositiva y previsional.
Los gobernadores ganarán en protagonismo. ¿Se sumarán a ese consenso “reformista” que en realidad no reforma nada sino que destruye derechos de los trabajadores?.
¿Los gobernadores de las provincias que eran “centrales” en los mejores años del modelo agroexportador, como Córdoba y Santa Fe, sumarán las demandas de la periferia o repetirán la histórica traición al interior profundo?
Interrogantes que prevén escenarios posibles y probables si las provincias periféricas a ese modelo, no se unen en el Congreso.
Escenarios que valorizan al pronunciamiento popular en provincias como la nuestra. Todo conduce al grito de 2003. En Misiones, la contradicción fundamental en la política sigue siendo autonomía u obediencia a los mandatos de Buenos Aires.

EV – Misiones Plural