La expresidenta recibió al gobernador de La Rioja en su domicilio, donde ambos evaluaron el impacto del desfinanciamiento y la falta de obra pública. En paralelo, convocó a una reunión de urgencia en la sede del Partido Justicialista para unificar su espacio y contener el avance del Gobierno sobre las bases peronistas.
Viernes 14 de noviembre de 2025. La expresidenta Cristina Kirchner recibió este jueves al gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, en su domicilio de la calle San José 1111, donde cumple prisión domiciliaria por su condena en la causa Vialidad. El encuentro entre ambos dirigentes coincidió con la presencia del gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, en la Casa Rosada, en una jornada que exhibió la fractura política entre el Gobierno nacional y un sector de la oposición.
Durante la reunión, Kirchner y Quintela analizaron la situación financiera de las provincias argentinas. Abordaron el grave impacto por la caída de la recaudación nacional, que afecta los fondos de coparticipación federal. También discutieron las consecuencias de la paralización total de la obra pública, tanto en infraestructura social como logística, según trascendió.
“Hablamos de la situación de las provincias argentinas, gravemente desfinanciadas por la caída de la recaudación nacional”, expresó la expresidenta en su cuenta de la red social X, donde también publicó una fotografía del encuentro. Quintela, por su parte, manifestó en ocasiones anteriores que su postura ideológica diferente a la del presidente Javier Milei motivó su exclusión de las convocatorias de la Casa Rosada, al igual que el intendente de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. La exmandataria subrayó la necesidad de que el Congreso Nacional trate el presupuesto para dar respuestas a estos problemas.
La estrategia de unidad en el Partido Justicialista
Tras la derrota electoral de octubre, Cristina Kirchner decidió la activación del Partido Justicialista (PJ) para prevenir fugas y disensiones internas. Convocó una reunión en la sede histórica de la calle Matheu para la próxima semana. El objetivo central es unificar esfuerzos y evitar una fragmentación en el Congreso.
Los líderes del PJ afines a Kirchner se reunirán para evaluar los resultados de los comicios de octubre. Buscan delinear una estrategia común ante el nuevo escenario legislativo de diciembre, que se anticipa más favorable para el oficialismo. Este recambio parlamentario, sumado al acercamiento de la Casa Rosada con varios gobernadores – incluso algunos peronistas –, representa un desafío para la oposición.
La convocatoria incluye a figuras clave como los vicepresidentes José Mayans, Lucía Corpacci, Germán Martínez, Mariel Fernández y Ricardo Pignanelli. Los referentes del PJ realizarán un análisis exhaustivo de los resultados electorales y planificarán actividades futuras. La meta es evitar que el peronismo se transforme en un grupo fragmentado.
Uno de los objetivos específicos será la organización de reuniones con gobernadores, senadores y diputados. Este acercamiento con los mandatarios provinciales también servirá para reducir las tensiones entre Kirchner y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Aunque algunos líderes expresaron su disposición a trabajar en conjunto, prefirieron enfatizar la idea de un “trabajo conjunto” por sobre una mera escenificación de unidad.
La invitación se extenderá a otros gobernadores, como Gildo Insfrán de Formosa y el propio Ricardo Quintela de La Rioja, quienes se sintieron al margen de las negociaciones del Gobierno con otros mandatarios. También están incluidos Raúl Jalil de Catamarca y Osvaldo Jaldo de Tucumán, quienes ya colaboraron con el oficialismo en el Congreso. La lista de convocados excluye de forma explícita a Martín Llaryora de Córdoba y a Gustavo Sáenz de Salta.
La preocupación por el avance oficialista
La estrategia de la Casa Rosada de buscar entendimientos con los gobernadores después de su triunfo electoral generó alarma en el peronismo. Se anticipa que algunos diputados alineados con esos mandatarios podrían apoyar el Presupuesto nacional si las negociaciones entre el Gobierno y las provincias resultan exitosas. El objetivo del PJ, por tanto, es presentar una postura cohesiva en los debates sobre las reformas laborales, tributarias y del Código Penal.
Previo a la reunión, Cristina Kirchner intentó calmar las disputas internas mediante diálogos con los referentes del PJ. Transmitió que “no sobra nadie” en el partido. Las críticas a su liderazgo y a la gestión de su hijo, Máximo Kirchner, al frente del PJ bonaerense, se intensificaron después de la derrota electoral. El mandato de Máximo concluye el 18 de diciembre, pero ya se superó el plazo para convocar elecciones, por lo que la disputa interna se postergó hasta marzo.
La doble jugada política de Cristina Kirchner –el encuentro con Quintela y la convocatoria a la unidad partidaria– la reafirma como un núcleo de poder dentro de la oposición, en un intento por reorganizar sus filas y enfrentar al Gobierno de Javier Milei en un período legislativo crucial.
