Buscan preservar las fuentes de trabajo en la región. Frente al cierre del matadero municipal que los dejó al borde del abismo, más de 50 productores del Alto Uruguay no se cruzaron de brazos. Se organizaron, fundaron una asociación y ya construyeron su propia solución: el Matadero Alto Uruguay. Ahora, con el respaldo de una ley provincial, buscan la habilitación definitiva para reactivar la cadena productiva, preservar decenas de puestos de trabajo y garantizar el futuro ganadero de la región.

Miércoles 26 de noviembre de 2025 (Prensa de TTT). La falta de inversión y lo que representa un gran atraso para la sociedad del Alto Uruguay motivó que, hace seis meses, cerrara el matadero municipal de El Soberbio —creado hace más de 30 años—, con todas las dificultades que esto implica para los productores del sector y para la comunidad en general, que se quedó sin el servicio de faena para sus animales.
Ante esta situación, un numeroso grupo de trabajadores decidió organizarse para crear una alternativa, ya que, de lo contrario, debían enviar la producción al frigorífico más cercano, ubicado en San Vicente. La enorme distancia se traduce en pérdidas por logística, practicidad y costos para el rubro ganadero y agrícola de la región.
Fue así que se unieron, conformaron una asociación y propusieron crear el Matadero Alto Uruguay (MAU), que ya concretaron en Colonia Sarandí. Está integrada por más de 50 socios, con una comisión de 14 miembros presidida por Nelson Simón, con el objetivo de buscar soluciones a la necesidad de toda la comunidad de El Soberbio y preservar las fuentes de trabajo.
Se estima que en la zona del Alto Uruguay hay un registro de unas 70 mil cabezas de ganado vacunadas y, según cálculos de los veterinarios, existiría un porcentaje de al menos entre 30% y 40% adicional sin vacunar.
«Esta problemática del sector generó una convocatoria de la comisión directiva de la flamante asociación, junto a un grupo de vecinos y productores. Participamos de una reunión que realizaron en Colonia Sarandí, donde debatimos ideas sobre cómo pueden mantener su fuente laboral», señaló el dirigente territorial Martín Sereno.
Hizo hincapié en el compromiso asumido para realizar las gestiones necesarias. «Les explicamos el marco legal, ya que estos trabajadores desconocían la existencia de la Ley de Faena Artesanal, sancionada en la Cámara de Diputados y actualmente en vigencia. Ya gestionamos para esta semana una reunión con las autoridades del Ministerio de Salud, que es el organismo de aplicación, con el fin de que se establezcan los parámetros de requisitos higiénico-sanitarios específicos que deben cumplir para ser aprobados y acceder a los beneficios de la ley», explicó.

Fortalecer la actividad y la capacidad productiva


El objetivo de la reunión, que se realizará en la sede del Instituto de Macroeconomía Circular con el responsable de la División de Calidad de Alimentos del Ministerio de Salud Pública, el bioquímico Federico Payés Monzón, es analizar cómo avanzar con este proceso productivo.
«Somos conscientes de que articular y viabilizar este tema significa generar y preservar las fuentes de trabajo de esa comunidad, con la garantía de la sanidad en la faena y en lo que posteriormente se consuma. De alguna manera, consiguiendo la habilitación, se podrá potenciar la capacidad de cría, producción, faena y comercialización en toda esa región», dijo Sereno.
Agregó que, desde el IMAC, sostienen que esta asociación busca fortalecer la actividad, y que esa capacidad productiva requiere un marco regulatorio claro para seguir creciendo. De eso se trata la Ley de Faena Artesanal para agricultores familiares, una normativa de avanzada de la provincia que brinda una alternativa real para municipios que no cuentan con la infraestructura de un frigorífico.
«Creemos que el MAU puede encuadrarse dentro de esa ley, y estamos convencidos de que el desarrollo territorial se construye con organización, unidad y la suma de voluntades, tal como lo hizo este grupo de productores, junto con las herramientas adecuadas», señaló Sereno.