Así, en su tercer intento, se consagró como el Presidente más votado en la historia de Chile. Con su llegada, vuelve la ultraderecha al poder en el país trasandino.

Lunes 15 de diciembre de 2025. En una elección histórica que reconfiguró el panorama político chileno y sudamericano, José Antonio Kast, candidato del Partido Republicano, fue elegido como el nuevo presidente de Chile tras imponerse en la segunda vuelta de este domingo 14 de diciembre. Con un contundente 58.17% de los votos (equivalentes a 7,246,307 sufragios), superó a su rival, la candidata de la coalición de centroizquierda e izquierda Jeannette Jara (quien obtuvo un 41.7%), y se convirtió en el mandatario más votado en la historia del país, según los últimos cómputos divulgados por el sitio The Clinic y recogidos por la Agencia Noticias Argentinas.
Este récord se produce en una elección de carácter obligatorio. Kast supera así la cifra de 4,621,231 votos (55.87%) que obtuvo Gabriel Boric en 2021, en unos comicios regidos por el sistema de sufragio voluntario. La diferencia entre ambos supera los 2,600,000 votos. En el histórico de elecciones con voto obligatorio, el ahora presidente electo es seguido por Eduardo Frei, quien en 1993 logró 4,044,112 votos.
Kast, de 59 años, logró su victoria en su tercer intento presidencial (tras las candidaturas de 2017 y 2021), respaldado por una amplia coalición que incluyó a la derecha tradicional –encabezada por Evelyn Matthei– y a la extrema derecha más radical representada por Johannes Kaiser. Su triunfo fue contundente en lo geográfico, ganando en todas las regiones del país, incluyendo aquellas donde Jara había vencido en primera vuelta, como el sur del país, la región Metropolitana y Valparaíso, tradicional bastión de la centroizquierda.
En su primer discurso ante miles de seguidores en Santiago, donde agitó una bandera chilena, el presidente electo prometió ser “el presidente de todos, sin excepción”. “Chile ha dado un mandato claro, que no admite excusas: no quiere continuidad, quiere un cambio real”, declaró. Centró su mensaje en seguridad y orden: “Sin seguridad no hay paz, sin paz no hay democracia y sin democracia no hay libertad. Chile volverá a ser libre del crimen, de la angustia y del temor”. Advirtió que “quien no cumpla la ley, va a recibir todo el peso de esa ley” y que “los padres tendrán que responder por los daños que provoquen sus hijos”.

Un programa de «mano dura»
Kast es licenciado en Derecho por la Pontificia Universidad Católica, hijo de migrantes alemanes –su padre estuvo afiliado al partido nazi–, y padre de nueve hijos. Fue diputado durante 16 años por la Unión Demócrata Independiente (UDI), partido nacido al alero del régimen de Augusto Pinochet, al que abandonó para fundar el Partido Republicano. A lo largo de su carrera ha defendido el legado neoliberal del pinochetismo; apoyó la continuidad del régimen en el plebiscito de 1988 y su hermano fue ministro del dictador.
Su gran promesa de campaña fue formar un “gobierno de emergencia”. Entre las medidas centrales de su programa se encuentran aplicar “mano dura” contra la delincuencia y la migración irregular, blindar la frontera norte con vallas y zanjas, construir cárceles de máxima seguridad con aislamiento total para líderes del narcotráfico y endurecer las penas para cualquier delito.
Con este resultado, Chile se suma a la ola de gobiernos ultraderechistas a nivel global y regional. El presidente de Argentina, Javier Milei, expresó su “enorme alegría” por la victoria de su “amigo” Kast, afirmando que trabajarán para que “América abrace las ideas de la libertad”. Desde Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva felicitó al electo y le deseó éxito, reafirmando el compromiso de fortalecer las relaciones bilaterales.
En un tono diametralmente opuesto, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, advirtió que “vienen los vientos de la muerte” a América y que “el fascismo avanza”. Afirmó que jamás le dará la mano “a un nazi y a un hijo de nazi”, comparando a Kast con Pinochet.

Transición
Kast recibirá la banda presidencial el próximo 11 de marzo de manos del mandatario saliente, Gabriel Boric, quien por ley no podía optar a la reelección. El presidente del Partido Republicano, Arturo Squella, ya anunció que el gobierno de Kast incorporará a ministros de la coalición Chile Vamos, que lo apoyó en los comicios. Queda por definirse si se sumará también el líder ultraderechista radical Johannes Kaiser, quien hizo campaña por Kast pero no ha aclarado si quiere integrar el ejecutivo.
Por su parte, la candidata derrotada, Jeannette Jara, reconoció su derrota señalando: “La democracia habló fuerte y claro. Me acabo de comunicar con el presidente electo para desearle éxito por el bien de Chile”. Hizo un llamado a “hacer una reflexión profunda sobre los factores que condujeron a este resultado” y subrayó: “Nos toca ahora hacer oposición y el camino de la unidad es el único que merece la pena… No hay espacio para el desánimo, hay una tarea que continúa”.
Con Kast, Chile tendrá por primera vez desde el fin de la dictadura (1973-1990) a un presidente abiertamente pinochetista y defensor de ese legado en La Moneda, marcando un punto de inflexión en la política del país y del continente.