El Movimiento Nacional Alfonsinista que lidera Leopoldo Moreau respalda la candidatura de Joaquín Losada a la intendencia de Posadas y de Héctor Bárbaro a la gobernación de Misiones. La lógica política de las decisiones tiene correspondencia con la convicción de que el 25 de Octubre se enfrentan dos modelos: el progresismo de corte popular, inclusivo y un Estado regulador y de la otra vereda la restauración conservadora y elitista.  En tal sentido, Moreau que estuvo en Posadas para participar del acto de lanzamiento de la agrupación, entiende que el sistema político argentino dejó de ser bipartidista para ser bifrentista y se juega para no regalar el voto tradicional del radicalismo popular a las opciones de las derechas.

Un contundente respaldo a la candidatura de Joaquín Losada vino a expresar en Posadas el referente del Movimiento Nacional Alfonsinista, Leopoldo Moreau acompañado del diputado Leandro Santoro, un cuadro político que se jugó en las elecciones celebradas en Julio en la Ciudad Autónoma integrando la fórmula con Mariano Recalde.

Antes del acto de lanzamiento del MNA en Misiones, Moreau dio una conferencia de prensa en el local de la naciente agrupación, ubicado en Bolívar frente al edificio de Correos. Estuvo junto a Santoro, Joaquín y María Losada y Hugo Escalada, referentes éstos en la provincia del MNA.

Moreau fue claro al desentrañar la lógica de los apoyos electorales cuando inserta el cuadro de situación política en la región latinoamericana. Sostiene que se registra un enfrentamiento de modelos entre un progresismo de corte popular expresado por la mayoría de los gobiernos nacionales y un conservadurismo que busca recuperar el protagonismo que tuvo en los 90. Afirmó que, por los valores que históricamente defendió, el radicalismo no puede estar del lado que propone al neoliberalismo como modelo de país y convoca al tradicional votante radical a no dejarse llevar por los prejuicios ni confundir por la acción psicológica de los medios concentrados.  Reiteró los conceptos difundidos en Abril pasado en “Los Aportes para una Nueva Concertación” y el “Manifiesto Fundacional del MNA”.  Sostiene que el sistema político argentino dejó hace mucho de ser bipartidista y pasó a ser “bifrentista”, siguiendo un esquema que se replica en toda Latinoamérica y en el cual se enfrentan dos modelos: “no conservador, similar al que tuvo auge durante los 90 y otro expresado por un movimiento nacional, popular y democrático que, con sus pluralidades y diversidades trata de ir recorriendo el camino de los derechos sociales, humanos y políticos para devolverle al pueblo lo que perdió cuando el liberalismo salvaje desembarcó en nuestras playas”. Fue cuando enfatizó que el radicalismo popular, el de las raíces de Yrigoyen, Illia y Alfonsín, “no puede estar en otra vereda que no sea este movimiento nacional popular y progresista”.  

Ante una pregunta específica, aseguró que el MNA no tiene entre sus objetivos pelear por el sello partidario. “Creemos que sería perder tiempo y energías”, dijo. Desenvolvió brevemente su teoría “un nuevo radicalismo popular debe ser estructurado sobre la base de un modelo partidario integrado por cuadros políticos, que vaya desarrollando capilaridad en la sociedad, que interprete los cambios que hubo en la estructura social de Argentina, que ya no es fuerzas armadas, Iglesia, CGT y partidos políticos. Hoy la Argentina es mucho más que eso, tiene una riqueza  complejidad mucho mayor, con movimientos sociales, culturales, estudiantiles, ONGs, el radicalismo se fue alejando de esa realidad, creemos que es hora de gestar un espacio que, sin abandonar la cultura y la tradición radical, sea capaz de interpretar eso”. Difunde así la “idea de contar con una nueva –y definitiva- concertación política como instrumento de síntesis de históricas culturas políticas, agregación de demandas latentes y articulación de sectores afines al proyecto nacional, pero sin representación simbólica en el marco del Frente para la Victoria”.

Desestimó, también en respuesta a un periodista, que la contradicción “populismo – republicanismo”, que es la base argumentativa de los radicales que están en la otra vereda, no tiene contenido real. Santoro agregó que “nosotros planteamos que la verdadera contradicción no está dada en términos de república o populismo, porque el antagonismo central que caracteriza hoy el sistema político argentino está dado por la idea de la construcción de una república elitista o una democracia popular. Lo que está en juego es el rol de las grandes mayorías en la toma de decisiones y el rol del Estado para poder garantizar una patria para todos y democracia para siempre”. En ese sentido rescató el hilo histórico de la construcción política sobre la resolución de la contradicción Pueblo – Antipueblo que mueve al radicalismo popular desde es categorización de la luchas en los años 60 y que fue sustento después de la prédica alfonsiniana y de la ética de la solidaridad.

Finalmente Moreau se mostró optimista por la evolución en la conciencia democrática del pueblo. Afirmó que hoy las mayorías son conscientes de sus derechos y defenderán las conquistas logradas en los últimos años. Diferenció del cuadro de situación en los últimos meses del gobierno de Alfonsín. “Hoy –observó- el pueblo no demanda privatizaciones y defiende un Estado social, inclusivo y que enfrente los privilegios”.