Richard Canteros destacó en Plural TV la importancia de los pactos preexistentes y las conquistas sociales y culturales que moldearon la identidad latinoamericana a lo largo del tiempo, en una entrevista que también refleja la preocupación por el estado actual de la cultura y la identidad en el país, así como su compromiso con la construcción de una sociedad más justa y solidaria, en tiempos de crisis política y económica.

Miércoles 24 de abril de 2024. ¿En estos tiempos de crisis la cultura es refugio, trinchera o revolución? “Todo junto”, responde el músico, docente y activista social y cultural Richard Canteros en Plural TV. Entiende que en tiempos de crisis como los actuales, la cultura actúa como refugio, trinchera y revolución de manera simultánea. Y define: el refugio es un espacio de construcción consciente necesario para enfrentar la tormenta de la crisis mientras la revolución, agrega, representa el acto de reorganización y resistencia ante los desafíos.
Así, enfatiza la importancia de ser conscientes de nuestra realidad y de cómo la dinámica social puede ser influenciada por el control de la opinión a través de las redes y los medios de comunicación.
En la nota, Canteros aborda varios temas relacionados con la cultura, la identidad y la situación actual del país desde una perspectiva latinoamericana. Por un lado, enfatiza sobre la importancia de los pactos preexistentes y las conquistas sociales y culturales que moldearon la identidad latinoamericana a lo largo del tiempo, en un contexto claro: la identidad latinoamericana es preexistente a los desafíos contemporáneos, dice.
El músico también considera que la cultura debe ser un «lubricante» en la construcción del pensamiento crítico, basado en criterios de identidad, entendiendo a la cultura como un espacio de encuentro y salud social.
Por otra parte, habló de la importancia que tiene el diálogo y la palabra en la política y advirtió contra la división de la sociedad en términos de «buenos» y «malos, donde destacó la necesidad de construir desde las diferencias.
El presidente Javier Milei atacó a la cultura y sus referentes, con descalificaciones y desfinanciamiento. Ante esa situación, Canteros señala que la producción cultural continuará a pesar de los obstáculos financieros, ya que la cultura es un espacio vital para la resistencia, al tiempo que instó a la solidaridad y la empatía como pilares fundamentales para construir un futuro más inclusivo y equitativo.

Richard Cantero en Plural TV

-Queremos hablar, Richard, de lo que nos está pasando como país en la cuestión cultural.
-A mí me encantó la referencia que hace Myriam a que no se puede ir para atrás, porque definitivamente entiendo que se construye sobre eso que es constituyente al Estado nacional, que son los pactos preexistentes y que estas conquistas, tanto en lo cultural como en lo social precisamente configuran estos pactos persistentes donde los gobiernos no tienen permitido ir para atrás. Como así también, un pacto preexistente es el reconocimiento de los pueblos originarios. La vez pasada cuando vine al programa recuerdo que hablamos sobre la identidad. Yo creo profundamente que con el recupero de la latinoamericanidad, de eso que configura nuestra identidad, estos conflictos que nos toca vivir en esta modernidad se comienzan a despejar, al darnos cuenta de que nuestra identidad como latinoamericanos es preexistente a estos problemas que nos impone esta actualidad, esta realidad. Entonces, definitivamente construir sobre esto que marcaba Myriam, sobre que el Estado no puede ir para atrás con estas garantías que ya el pueblo ha conquistado, que los colectivos de trabajadores, los sociales han conquistado. Coincido con Myriam en que la cultura definitivamente tiene que ser también ese lubricante en la discusión, en la construcción de pensamiento crítico. No necesariamente crítico como crítica, sino el pensamiento crítico desde criterios. El criterio de identidad me parece que es el punto el punto clave desde dónde partir, porque nos ayuda a construirnos, a entender que nuestra identidad como latinoamericanos es persistente a todos problemas que estamos viviendo. Nosotros construimos nuestra identidad como latinoamericanos, participamos socialmente aceptando todo como se ha ido dando en la historia, con los inmigrantes y sus aportes, pero también siendo conscientes de que algunas de estas problemáticas que nos toca vivir hoy a nivel geopolítico, con la actualidad de las últimas 72 horas no son problemas nuestros; son problemas que ya estaban ahí antes de 1492, antes de las carabelas, cuando nuestra identidad se construía desde otro lugar.

-¿Qué pensás de lo que nos está pasando como país con la cuestión cultural?
-Creo que son necesarios estos espacios donde la palabra se constituya en una alternativa. Hay que hablar mucho. Yo creo que los problemas de la política se arreglan con política, con hablar, exponer lo que nos pasa, exponer sin miedo a la confrontación, sin miedo a interpelar lo que el otro piensa, sino construir desde las diferencias. Me parece que hay que ser muy cuidadosos con las cosas que se dicen, cometemos un error grave si comenzamos a dividir la sociedad entre gente de bien y gente de mal. Me parece muy riesgoso dividir la sociedad en ese concepto de buenos y malos. Me parece que va por otro lado. Me parece que el rol de los que toman la palabra en nombre de la fe tienen un valor importantísimo porque ellos hablan a un pueblo que va a escucharlos, y si esa persona termina dividiendo al pueblo entre que los buenos son los que callan y los malos son los que alzan la voz, es muy grave.

-Me sorprendió la respuesta tan tranquila del sector cultural a los ataques del Presidente y al desfinanciamiento de la cultura que se está llevando a cabo…
-Me parece que el hecho de la producción cultural va más allá de la promoción política. La cultura no va a dejar de suceder, los artistas no van a dejar de crear, con o sin financiamiento. Rescato lo que decía Miriam, ella hablaba de estos grandes artistas que eran subvencionados, bancados por los principados, por los ducados de Europa, que era la forma del Estado existente a ese momento de la historia. Siempre ha sido así, y no importa la forma del Estado. Definitivamente existían esos mecenas o autoridades que entendían, no solamente el valor arqueológico del arte, sino la dinámica social que propone, porque la gente busca en encontrarse para ir a un concierto, busca el encuentro para ir a una obra de teatro, o para ir a la plaza a compartir con los artistas de su pueblo. Es un espacio de encuentro, es un espacio de genuina salud social y que funciona solo, hasta con muy poquito de lo que el Estado tiene que aportar, porque insisto en que los recursos están, lo que está ocurriendo es una reasignación de esos recursos. Hay cosas que se dejan de pagar para terminar comprando aviones y armas, porque la plata está, hay una resignación de recursos.

-¿En estos tiempos de crisis la cultura es refugio, trinchera o revolución?
-Todo junto. El refugio sin duda es el lugar donde uno va a construir, pero para eso tenés que llegar al estado de conciencia de que necesitás ese refugio, a vivir la crisis, a ser consciente de que necesitás construir ese refugio porque la tormenta te lleva puesto, y finalmente viene la revolución como ese acto de revolver y comenzar a rejuntar de acá a allá; este es el primer paso para construir ese refugio. Me parece que es un poco de todo junto. Sobre todo, esto que hablábamos hoy de hacer un ejercicio consciente de lo que nos toca vivir y de quiénes somos en ese contexto, qué tanto es nuestro, qué tanto es construcción de nuestra propia dinámica social y qué tanto es una dinámica social impuesta por una realidad a partir del control de la opinión. Me parece que esto también ya se ha dado. Hay algunos documentales que se pueden ver por internet de cómo se manipula la opinión y se conduce la voluntad de las masas a partir del control de las redes.

-¿Se afecta la cultura popular con estas medidas?
-Sí, y mucho, porque en cualquiera de sus disciplinas, sean de teatro o de música, sean artistas e inclusive gastronómicos, y a todo el que trabaja con el sobrante de dinero de la gente, porque la gente no va a dejar de comprar comida, de pagar la medicina prepaga, de mandar los hijos a la escuela, va a empezar a recortar de otra cosa, como el ocio noble y saludable, como salir a disfrutar un espectáculo, salir a promover un evento, pagar una entrada de teatro, una entrada a un recital, salir a comer juntos con la familia. Son ejercicios que hacen a los buenos hábitos de las buenas costumbres sociales que se ven afectados. Me parece que podemos hacer un paseo por el centro de Posadas cualquier día de la semana y constatar que el movimiento no es lo que veíamos hace un tiempo. Definitivamente hay un parate general, para nosotros se traduce en menos trabajo por supuesto, en menos pan en la mesa. Nos acomodamos, nos organizamos, generamos eventos, nos asociamos, la cosa sucede. En la pandemia se vio bien que cuando la cosa se para el arte no puede parar. El arte sucede y sucederá, de modo online, en las casas como fue en la pandemia, sucederá en la calle o sucederá en el colectivo, pero el arte va a suceder igual.

-El pueblo demanda…
-El pueblo demanda y el artista necesita sacar también. Me parece que eso es saludable. Por eso te digo si están en riesgo muchas cosas, por supuesto que hay producciones como el cine que sin presupuesto es muy difícil lograr porque tenés que bancar un equipo muy grande de gente, pero lo mismo ocurre en el contexto de las producciones musicales. Nosotros siempre decimos cuando el arte trabaja, trabaja el sonidista, el gastronómico, el fletero, el del del taxi, cuando la cultura trabaja, todo trabaja en función de ello, en función de un espectáculo, a lo mejor de una horita, pero el aporte de eso a la economía es fundamental porque sabemos que no es lo mismo para el gastronómico proponer un evento y tener la posibilidad de llenar que no tener el evento y tener que trabajar con cuatro o cinco mesas. Cuando la cultura trabaja es ganar ganar.

-¿Están preocupados en el sector?
-Sí claramente, pero estamos más ocupados. Movilizando las bases desde nuestro espacio del colectivo de músicos, hablando, involucrándonos con la cuestión gremial, previendo estrategias, viendo cómo podemos promover la actividad. Insisto en que es hora de los acuerdos. Así como decía Juan Domingo perón: “es la hora de los pueblos”, es la hora de que todos los sectores de la sociedad activen en una dinámica solidaria, no competitiva, eso también tiene que ver con la manera en que nosotros pensamos la realidad. Somos seres solidarios, construimos desde la solidaridad, desde la empatía. Lo que le pasa al otro me pasa a mí, me afecta.