En enero de 2024 -primer mes completo de gestión de Javier Milei (La Libertad Avanza)- se registró un superávit primario (sin contar intereses de la deuda) del 0,42% del PBI y un superávit financiero (incluyendo el pago de deuda) del 0,2%. En 2023 -último año de gestión de Alberto Fernández (Frente de Todos)- se registró un déficit primario del 2,9% del Producto Bruto Interno (PBI), mientras que el financiero llegó al 6,1%. Durante la presidencia de Cambiemos (2015-2019) hubo un recorte de 3 puntos porcentuales del déficit, y en la del Frente para la Victoria (2007-2015) se pasó de un superávit del 2,8% del PBI a un déficit del 3,8%.

Jueves 25 de abril de 2024 (Por Mariana Leiva y José Giménez para Chequeado). Hace unas semanas, la expresidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner (Frente de Todos) y el actual ministro de Economía Luis Caputo (La Libertad Avanza) mantuvieron un cruce en la red social X en relación con el origen de la deuda de la Argentina.
La expresidenta publicó un documento en el que aseguró que la causa de la inflación no es el déficit fiscal sino la devaluación del dólar, al tiempo que cuestionó al actual ministro de Economía por la gestión de la deuda pública de la Argentina durante el gobierno de Mauricio Macri (Cambiemos), del que formó parte como ministro de Finanzas y, más tarde, como presidente del Banco Central.
Por su parte, Caputo le respondió: “Deuda sólo se toma cuando hay déficit fiscal. Todo el déficit fiscal de los últimos 16 años lo generó usted en sus 12 años de gobierno. 8 como presidente y 4 como vicepresidente”.
Esta nota, entonces, analiza la evolución que tuvieron el déficit primario y el financiero durante las últimas cuatro presidencias.

Cómo se contabiliza el déficit fiscal en la Argentina
En Argentina, el resultado fiscal se contabiliza de dos formas diferentes. El resultado primario compara los ingresos del Estado (por ejemplo, a través del pago de impuestos) con los egresos (los gastos que efectúa la administración en un período determinado). Pero no se toman los intereses de la deuda.
En tanto, el resultado financiero incluye en esta ecuación los egresos por el pago de intereses de deuda. En el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, por caso, el indicador utilizado para saber si se cumple o no con las metas es el déficit primario.
La forma de contabilizar el déficit fiscal en la Argentina cambió en los últimos años. El primer cambio ocurrió a finales de 2015, impulsado por el entonces ministro de Hacienda de la Nación, Alfonso Prat Gay, y el segundo en 2017, que se realizó cuando Nicolás Dujovne asumió en el Ministerio de Hacienda.
Pese a ello, el gobierno del Frente de Todos no modificó la metodología, y continuó contabilizando el déficit de acuerdo con los últimos cambios aplicados en 2017. Es decir que los datos del déficit fiscal publicados a partir de ese año y hasta la actualidad son comparables entre sí, pero no ocurre lo mismo con la información previa.

El comienzo de la gestión de Javier Milei
De acuerdo con datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso, en enero de 2024 -primer mes completo de gestión de Javier Milei (La Libertad Avanza)- se registró un superávit primario del 0,42% del Producto Bruto Interno -PBI- ($ 2.552.925) y un superávit financiero del 0,2% ($ 1.206.985 millones).
Un estudio de la consultora Eco Go señala que “enero es un mes particular y desde ya que no se puede extrapolar al resto del año. En primer lugar, porque hasta que se distribuye el presupuesto, la administración nacional tiene unos días sin ejecutar ningún gasto, cosa que no pasa el resto de los meses. A esto se le agrega la llegada de un nuevo Gobierno sin experiencia en saber cómo gastar. Además, los primeros meses del año son los que tendrán mayor nominalidad y por ende, mayor facilidad para licuar las erogaciones”.

El déficit fiscal y financiero durante la gestión de Alberto Fernández
La gestión de Alberto Fernández (Frente de Todos) se inició con un déficit primario del 0,4% del PBI y un déficit financiero del 3,8%. Al año siguiente, en medio de la crisis provocada por la pandemia -que generó un fuerte incremento de los gastos extraordinarios para aminorar las repercusiones negativas del Covid19, el déficit primario se disparó al 6,4% del PBI, mientras que el financiero fue del 8,4%.
En 2021, el “rojo” primario fue recortado al 3%, mientras que el financiero bajó al 4,5% del PBI. Esta caída se produjo por la baja de buena parte de los gastos extraordinarios realizados durante la pandemia y una mejora en el desempeño de la recaudación, que registró un crecimiento de 65,9% interanual. Sin embargo, la disminución no fue más pronunciada debido a la derrota del oficialismo en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).
La coordinadora de Investigaciones del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), Virginia Giordano, destacó a Chequeado: “Luego de la derrota en las elecciones intermedias y de que la propia vicepresidenta [N. de la R.: de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner] reclamara parar con la ‘política de ajuste fiscal’ que su propia coalición estaba llevando a cabo, hubo un cambio de rumbo tanto en el gasto como en el déficit, que en diciembre de ese mismo año llegó a marcar valores similares a los peores meses de la pandemia”.
En tanto, en 2022 se registró un déficit primario del 2,4% ($1.955.141 millones) del PBI, por debajo de las metas planteadas en el acuerdo con el FMI, del 2,5%. Mientras que el déficit financiero acumulado fue de 4,2% ($ 3.448.150 millones).
Finalmente, en 2023 el déficit primario fue del 2,9% del PBI ($ 5.483.305 millones), mientras que el déficit fiscal representó el 6,1% del PBI ($ 11.667.221 millones).

El déficit fiscal y financiero durante la gestión de Mauricio Macri
De acuerdo con la nueva metodología de contabilidad del resultado primario, en la gestión de Cambiemos el déficit primario bajó más de 3 puntos (empezó en 3,8% del PBI y terminó con un rojo del 0,4%) en sus 4 años de mandato.
En su primer año de gestión, Mauricio Macri elevó el déficit primario al 4,2% del PBI (el “rojo” financiero trepó al 5,8%). En tanto, en 2017 redujo el resultado primario negativo al 3,8% del PBI (mismo nivel que en 2015) y el déficit financiero se incrementó al 5,9%.
Finalmente, en 2018 el déficit primario fue del 2,3% del PBI (y el financiero bajó al 4,9%), y en 2019 -al final de la gestión de Cambiemos- fue del 0,4% del PBI (mientras que el financiero llegó al 3,8%).

El déficit primario y financiero durante la gestión de CFK
Durante las 2 gestiones de Cristina Fernández de Kirchner (Frente para la Victoria), el resultado primario tuvo una tendencia negativa: recibió un superávit del 2,9% del PBI en 2007 (de acuerdo con la metodología utilizada antes de los cambios aplicados durante la gestión de Cambiemos) y dejó un déficit del 3,8% en 2015 (según el método aplicado por Prat Gay ese mismo año).
Así, la gestión de Cristina Kirchner mantuvo un superávit primario durante su primer mandato, hasta 2011 (0,2%), aunque el resultado positivo fue cayendo paulatinamente. A partir de 2012, el resultado se volvió negativo (-0,2%).
En cuanto al resultado financiero, CFK recibió la gestión con un superávit del 1% en 2007 y lo elevó al 1,3% en 2008. En 2009, en tanto, hubo un déficit del 0,6% y luego en 2010 se registró el último superávit de la gestión (0,2% del PBI). Desde entonces, el resultado financiero fue negativo, para terminar 2015 con un “rojo” del 5,1% del PBI.
“Si bien el déficit fiscal primario comienza a darse en 2011, ya en 2008 se ven los resultados de una política expansionista y demasiado procíclica aún en años donde la actividad había mejorado de forma considerable”, explican los economistas Ernesto Frugoli, del Departamento de la Gerencia de Cuenta de Inversión de la Auditoría General de la Nación (AGN), y Juan Pablo Pascual, profesor del Departamento de Economía de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) y ex auditor de campo en la AGN.
Por su parte, Marcelo Capello, economista de la Fundación Mediterránea-IERAL, señaló que “el resultado fiscal primario empeoró permanentemente entre 2004 y 2017. Lo mismo sucedió con el déficit financiero, salvo en 2008 y 2010”.