El diputado Bordón negó ayer su ataque misógino a la diputada Losada. Pero en el mismo momento en que difundía un comunicado rechazando la denuncia, desde su propio riñón, el  diputado Molina reconocía la existencia del agravio en los términos exactos como figura en la presentación de Losada.

 Enredado en su propio personaje de tribuno decimonónico, el diputado Germán Bordón negó ayer el ataque misógino a su par María Losada. A través de un comunicado, en el que trata de ser ocurrente y creativo pero que traduce cinismo (ver abajo), se pregunta retóricamente ¿Cómo contestar algo que no es cierto…?

Resulta que la cuestión no es palabra contra palabra. Ayer, en el mismo momento en que el tribuno difundía por e-mail su descarga, en el mismo momento el diputado Chiquitín Molina, del riñón del damianismo,  admitía ante la periodista Paola Krogulec que el agravio había existido y confirmaba que el episodio fue tal cual lo describió Losada en su denuncia, aunque trataba de reducirlo a una broma que podría quedar superada con una disculpa. Pero Krogulec, como mujer comprometida no lo dejó pasar ni permitió que el trasfondo internista que agita a la UCR local desvíe el centro de la denuncia. El agravio trasciende lo partidario. Forma parte de la cultura machista que resiste los avances de las mujeres, como género, en la lucha por la igualdad. No se puede negar que, a pesar de que los argentinos tenemos una presidenta mujer, a las mujeres les sigue costando el reconocimiento pleno de la sociedad. Krogulec, como candidata a diputada nacional junto a Ramón Puerta lo vivió en carne propia.  Desde esta perspectiva, los chistes machistas constituyen descalificaciones y siempre tienen un propósito subyacente de ubicar a las mujeres por debajo.

DAMIANI INSINUA BAJARLO: El presidente del comité central Hernán Damiani deslizó ayer viernes 6, que podría bajar a Bordón de la presidencia del bloque.  El día anterior había intimado, por una resolución, a la diputada Losada y a su par Hugo Escalada a que vuelvan al bloque radical o de lo contrario deberán dejar de usar la sigla partidaria.  En la última sesión del año los dos diputados se negaron a votar por Bordón como presidente del bloque y armaron UCR Vanguardia. En declaraciones, también a Krogulec, Damiani desvió el episodio de violencia de género y se centró en la crisis interna del partido. Fue cuando insinuó que podría decapitar a Bordón, que además no cuenta con grandes apoyos internos. Es de recordar que, como expresión del grupo que sigue respondiendo a Raúl Solmoirago, salió quinto con sólo mil votos en las últimas elecciones internas. 

Los defensores de Bordón al interior del partido toman posición en función de esa puja por los espacios y no en respaldo a su exabrupto. Muchos se preguntan por qué razón Losada sale con la denuncia un año después de perpetrado el insulto.  No se toma en cuenta que el momento de hacer público el agravio y atropello, se produce cuando la diputada fue citada por el Tribunal de Discplina para que explique los motivos por los que se fue del bloque.  Precisamente, porque se negó a votar por un lobo con piel de cordero. E ahí las razones de la denuncia hoy.

COMUNICADO DE BORDÓN: Con el trágico hecho de Charlie Hebdo, además del repudio mundial, se dio una muy interesante discusión sobre el humor; sobre los límites del humor; sobre el buen gusto en el humor; sobre las consecuencias del humor. No soy de ofender, menos aún en cuestiones como ésta. Valoro a las mujeres, tengo madre, esposa e hija. La violencia de género es un tema muy serio y sensible, y quienes creemos que no debe existir desigualdad ni violencia, las respetamos.

Debo reconocer que, con la noticia del día de ayer, mi primer pensamiento fue humorístico. A la segunda lectura, ya no me reí tanto.

¿Cómo contestar algo que no es serio pero que involucra un tema serio? ¿Cómo contestar algo que no es cierto, con una obviedad?

Luego lo de siempre, los consejos de los amigos: que tenés que contestar, que no le des artículo, que si no decís nada es como que reconocés, que si aclarás oscurece. ¿Cómo decir que no es cierto lo que todos -al menos todos los que me conocen- saben que no es cierto? ¿Y si mañana dice que en mi casa vio a Stiuso, que cené con Pablo Escobar o que organicé una reunión de Isis? ¿Tengo que salir a desmentirlo?

Hay gente que tuvo toda la oportunidad de discutir en el ámbito político y no le alcanzó.  Que tuvo la oportunidad de reivindicarse y no lo hizo. Que tuvo oportunidad de ser buena gente, y no lo fue. El año de trabajo conjunto, donde he acompañado sus proyectos y ella los míos, donde hemos trabajado en conjunto, inclusive acompañándola a una comisión, para defender un proyecto de su autoría, desmienten y desmoronan la acusación que, con claros fines políticos y motivados en las diferencias internas, ahora se me hace. ¿Saben qué pasa? Que ya ni daño hacen. Porque en estas horas, nadie dudó de mí, ni mi gente, ni los que no lo son. Ni los correligionarios ni los compañeros. ¿Saben que significa eso? Que me creen, que me creen sin esperar que diga nada. Que saben lo que soy, lo que represento y lo que puedo o no hacer. La violencia de género es una cuestión muy seria, y la dignidad no se negocia. Si hubiera existido la violencia denunciada, nunca debieron ofrendar como prenda de negociación el silencio. Reconfortado, terminé el día con llamadas previsibles y con llamadas impensadas. Lamentablemente, como dice el tango, con estas cosas, “…Vivimos revolcaos en un merengue, y en el mismo lodo, todos manoseaos…”.