El presidente del comité provincia de la UCR Misiones anunció por radio en la mañana de hoy jueves 12, que los diputados que conformaron el bloque Vanguardia Radical en la Cámara de Representantes no podrán utilizar los símbolos partidarios. Se sabe que la resolución es inaplicable en tanto no fallen en el comité nacional y en los fueros federales. El escenario posible y más probable es que el conflicto al interior del radicalismo termine dividiendo al partido, tal cual existen antecedentes desde la fundación misma de la UCR.
Yendo por partes hay que recordar que en la sesión del 10 de diciembre del año pasado los diputados María Losada y Hugo Escalada conformaron un bloque radical aparte del oficial ucerreísta. El disparador fue la decisión autoritaria de imponer desde el comité el método de desempate en la elección del presidente del bloque. Los diputados Bordón y Pegoraro habían sumado tres votos cada uno. El vacío normativo para definir el desempate fue la excusa de Hernán Damiani para convertirse en el gran elector e insistir con Bordón. La razón fue táctica. Respondía a la necesidad de anudar alianzas entre los grupos internos y asegurarse el respaldo de la gente de Raúl Solmoirago, minoría activa que si bien en las últimas internas sólo obtuvieron mil votos, logró posicionarse haciéndose valer al momento de constituir las autoridades. Incluso llegó a quedarse con la presidencia de la Convención. En función de este toma y daca, el presidente sacrificó a su más leal legislador, Chiquitín Molina que había podido armonizar las diferencias ideológicas que hicieron chocar a los seis diputados del partido en 2014. Losada hizo saber a Damiani que no podía votar por Bordón debido a su misoginia y el haber protagonizado un ataque machista que, si bien se formuló en forma de chiste, estaba cargado de prejuicios y descalificaciones.
RAZONES OCULTAS: En este contexto, es útil preguntarse por qué insistieron con Bordón y no lo bajaron para volver a reelegir a Molina que había tenido un buen desempeño. Responder este interrogante desnuda otras intenciones en la movida. Un dato central pasa por el protagonismo que se autoadjudicó Cacho Barrios Arrechea en la conducción estratégica del radicalismo. Desde las sombras está operando para que el partido se cuelgue de Mauricio Macri en las elecciones generales y de los Schiavoni en Misiones. Y Damiani, Pastori y el pobre González, no son más que títeres que responden a su manejo. Manejo que data desde 1987 cuando boicoteó las decisiones de Marito Losada que llegaba con el propósito de abrir el partido a una renovación que, Cacho consideró arriesgada. Eran los años en que defendía a “los políticos de raza” para poner límites a la apertura impulsada por el losadismo. Manejo que llevó al partido en 1995 a dejar caer los plazos judiciales del reclamo por el fraude que había desplazado por mil votos a Tulo Llamosas de la Gobernación. Manejo que llevó a modificar la Carta Orgánica y determinar que no podía haber representación en los cuerpos con menos del 25% de los votos, con el propósito de bloquear la participación, primero de Minino Losada y después de Balero Torres, que en esos años se animaron a rebelarse. Manejo que desplazó por decreto a Enrique de Arrechea de la candidatura en 1999 cuando todas las encuestas adelantaban su posibilidad de ganar, con la Alianza la Gobernación. Se postuló él mismo y dejó que las expectativas de cambio se fijaran en Carlos Rovira que había batido al viejo Humada en el PJ. Manejo que lo llevó a kirchnerizarse en 2003 y abandonar a su suerte a la fórmula Moreau – Losada, que con toda la carga de la herencia delarruiana se animaron a poner el hombro para que el partido no desaparezca de la escena. Manejo con el que hoy opera para sellar una alianza con Macri desplazando toda opinión interna que se oponga a la derechización del partido. Esta es la razón de fondo. Losada y Escalada molestan porque no están de acuerdo con resignarse a ser furgón de cola de las derechas y las corporaciones negando toda la historia de luchas desde Yrigoyen.
EL MÉTODO DE ACUSAR A LA VÍCTIMA: Entonces, Damiani tiene la simple posibilidad de bajar a Bordón de la presidencia del bloque para habilitar el regreso de los dos principistas. ¿Por qué no lo hace? Puede que realmente quiera depurar el partido de los que resisten la bajada de línea, o porque está convencido de que los diputados cederán a las presiones y volverán mansitos al redil. Menciona en ese sentido lo sucedido en 2013. Los dos diputados terminaron retirando la denuncia de fraude en la Justicia Electoral, porque los tiempos se acaban y el partido corría el riesgo de quedarse afuera de la compulsa electoral. El aparato del partido había logrado imponer a González perpetrando todo tipo de maniobras fraudulentas, como cerrar mesas adveras y asegurarse con una Junta obediente. Está convencido también que van a ceder, porque fue la metodología que utilizó Barrios Arrechea durante 30 años- Tomar decisiones autoritariamente y en forma inconsulta y denunciar a las víctimas si se quejaban o recurrían a la Justicia. Primero, literalmente los estafan y después los hacen responsables si se rebelan. Es la teoría de la ropa sucia emparentada con la doble moral. Virtudes públicas, vicios privados. Es el método, propio de la partidocracia, con el que arrinconó siempre a sus adversarios internos, Losada, Llamosas, Velázquez, Falsone.
EL DEBATE DE FONDO ES IDEOLÓGICO: Este repaso de metodología de la toma de decisiones al interior de la UCR sirve para explicar el panorama. El debate de fondo, resumido en ir con Macri directamente como candidato o en un frente amplio, es ideológico. ¿Qué es la UCR? ¿Para qué quiere ser gobierno? Precisamente es el debate que las autoridades del partido y su titiritero no quieren dar, por eso operan desde las sombras para sumar convencionales e imponer la alianza con el macrismo en la Convención Provincial. Del otro lado, se rescatan los principios socilademócratas del radicalismo, alfonsinianos si se quiere, y se niegan a pactar con las derechas y las corporaciones con tal de desplazar al kirchnerismo y sus aliados en la provincia. Afirman que un enventual gobierno de Macri es un retorno al neoliberalismo y políticamente destruirá definitivamente al radicalismo. ¿Qué pasaría si Macri pretende anular la ley de medios o proponga volver con los aportes a las AFJP? En Misiones, concretamente, ¿se volverá a la política de endeudamiento con el sector financiero? ¿Qué se hará con Alto Paraná que todavía se resiste a la ley que obliga a ceder tierras? ¿Qué se hará con los recursos del FET? ¿Se volverá a la alícuota cero en los IIBB como en los pactos fiscales de los 90? ¿Cómo se hará para aumentar los salarios de la administración pública?
En esta misma sintonía, la Presidencia de la Convención Nacional de la UCR difundió entre los convencionales un documento fijando lineamientos generales para un plan de gobierno que, leído atentamente hace inviable cualquier alianza con las derechas. Propone definir una alternativa al kirchnerismo que cataloga de populismo y el neoliberalismo que define como conservadurismo. Los convencionales misioneros de Vanguardia, en Gualeguaychú, el próximo sábado 14, tratarán de discutir primero el documento de Lilia Puig de Storani para que opera como esquema referencial y sus conclusiones sean operativas para definir las alianzas. Los Lineamientos, desde ya tornan contradictoria la idea de colgarse Macri o cualquier otro candidato de las corporaciones.

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