
LAS FIGURAS DEL HABLA MISIONERA
Hugo AmableExcelente libro de este escritor casi más misionero que entrerriano, en el cual explora los usos del lenguaje en nuestra región.
A pesar de que no se ha encontrado el origen del modismo “ya dá ya” es de suponer que deriva de una advertencia de suficiencia. Ya da, es suficiente. ¿Ya dá qué? Ya dá abasto. La palabra abasto se omite y se esconde del lenguaje misionero. Por casualidad histórica no tenemos, como Buenos Aires, un barrio que honre la palabra Abasto. Un barrio por demás tanguero. Cuna de seres que se expresan con la epanadiplosis, esa figura que, como lo repasa Roberto Bolaño en la parte enciclopédica de su novela Los detectives salvajes, consiste en que coincidan la primera y la última palabra de una frase. Cantate un tango cantate. Verde que te quiero verde. Ya dá ya.
No tenemos barrio del abasto en Posadas pero tenemos la Bajada vieja (o Baradero) que sería nuestro símil. Lo sano de una ciudad es que crece con incertidumbres, con conflictos, con nuevas miradas, con contradicciones, con revisionismo, y con la revisión de ese revisionismo (como dijo el periodista Hernán Brienza en el marco de las “Jornadas de los Pueblos Libres” que se desarrolló en Posadas en 2015 y reunió a Historiadores, ensayistas y pensadores del país.)
Hugo Amable aclara que el término “Será” lo heredamos de los inmigrantes porque en las lenguas europeas, sus lenguas nativas, se usa mucho el modo interrogativo. Por ejemplo para preguntarte si sos de posadas primero lo aseveran y después requieren corroboración a su afirmación. Sos de Posadas ¿no? Y el uso se hace extenso al Paraguay donde en ciertos puntos es habitual terminar una aseveración con la pregunta ¿verdad? Interrogación final que insinúa una mirada relativista o escéptica. ¿Será? ¿vó decí? ¿Verdad? Mirá que no voy a creerte tan fácilmente.
El libro se ocupa de muchos más modismos como el uso del argel, el leismo, etc etc.
En el trabajo académico Un autor, un proyecto, por Gabriela Román y Jorge Otero, cuyo objetivo es pensar el rol intelectual de la figura de Amable en el campo intelectual de la provincia de Misiones a partir del análisis de correspondencia, artículos periodísticos y material paratextual perteneciente a su obra, los autores escriben: “Amable operó desde sus diversas actividades en una dinámica particular entre la universidad, la educación secundaria y terciaria en consonancia con su proyecto artístico, investigativo y periodístico-radial”. Fue periodista; miembro de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), filial Misiones, integrante de la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina (ALFAL), de la sociedad Argentina de Lingüística (SAL) y de instituciones como: Sociedad Argentina de Locutores (SAL), Academia porteña del Lunfardo, Asociación de Directores Teatrales (ADIT). Fue clave su rol como mentor constante de la Feria del Libro de Oberá. Su obra literaria incluye cuentos titulados Destinos, seguido de Paisaje de Luz. Tierra de ensueño, Mariposa de obsidiana; poesía como Poemas de tiempo incierto y una novela titulada La inseguridad de vivir. Y en el campo de la investigación producciones como: Los gentilicios de la Mesopotamia, El leísmo misionero, entre otras.
Los investigadores llegan a la conclusión de que, en el acto de escritura, Amable recorre los senderos de la literatura, del periodismo –particularmente con la publicación de artículos- y de la radio para expresar una actitud frente a la dicotomía centro-periferia. En su labor radial se imbrica la voz en lo cotidiano sin descuidar el rol periodístico. Es por esto que en artículos radiales como “El difícil camino de la integración”, “Pajueranos de tierra adentro”, “El adentrísmo” Amable defiende la consolidación del proyecto intelectual de provincia, lo que lo instaura como interlocutor válido ante los demás centros intelectuales: Buenos Aires, como centro por antonomasia. “No pretendo, no es mi intención, ejercitar un antiporteñismo o anticentralismo que estaría fuera de onda, y que sería tan aberrante como la actitud que aquí denuncio. Aberrante porque disgrega, aberrante porque es discriminatoria, aberrante porque crea una inconsciente antinomia que atenta contra el espíritu argentino, amplio, generoso, integrador”. En los márgenes leemos al autor como enunciador de un contradiscurso donde las luchas de poder de sectores reconocidos excluyen la fuerza creadora de las culturas regionales.

CUENTOS CULPABLES
Raul E. Novau
Un libro de cuentos publicado por Ediciones S.A.D.E.M en 1985 con tapa de Manolo Goires y estudio preliminar de Olga Zamboni en el cual todos los cuentos, la mayoría escritos en primera persona, tienen un tema en común: la culpa.
Una de las historias se llama El día de los paraguas y reproduce el largo viaje de una familia guaraní desde las proximidades de Fachinal hasta el centro de Posadas. El punto más fuerte de la breve historia es el enroque de puntos de vista de los personajes que me hizo acordar a la película Los otros (2001), aquella de los fantasmas. ¿Quiénes son los otros? ¿Cuál es el límite que divide los nosotros de ellos? Pareciera que solo en las irrupciones, y ni siquiera en todas, de representantes sobrevivientes de pueblos originarios en la actividad social cotidiana se despierta el sentimiento de culpa por la depresión de todo un pueblo. “Y el interés en deprimir a los indios no ha desaparecido completamente” decía Santiago Moisés Bertoni (naturista de nuestra zona nacido en suiza en 1857) en su libro “la civilización guaraní” de 1927. Llamando poderosamente la atención el uso nunca tan apropiado de ese verbo: deprimir.
El libro consta de otros nueve cuentos entre los que se destacan El sustituto, fuerte denuncia sobre la apropiación de identidad; La prueba, relato de un perverso maltrato a los mensúes; y La virgen perdida, el cual elige Zamboni para realizar un exhaustivo análisis final.
