El joven médico y militante político Iván Pelinski Venchiarutti abordó en Plural TV el panorama actual de los jóvenes en la política argentina. Reveló, en ese sentido, una visión clara y comprometida de estos tanto en la demanda como en la acción para producir cambios. Hay una participación activa y la búsqueda de un futuro mejor, aseguró.

Jueves 30 de noviembre de 2023. Con la mirada puesta en las últimas elecciones, el militante Iván Pelinski Venchiarutti analizó la influencia del voto joven, destacando el papel determinante que desempeñó en la victoria de Javier Milei, en el balotaje del 19 de noviembre. Habló de una revolución palpable ya que, entiende, los jóvenes buscan no sólo participar activamente en la toma de decisiones políticas sino también influir en su futuro laboral y formativo.
Si bien admite que en esta compleja situación económica del país los jóvenes expresan dudas sobre la viabilidad de desarrollo y demandan cambios significativos, las militancias por izquierdas y por derecha buscan alternativas y señalan los errores en las gestiones políticas anteriores. La necesidad de un cambio y de enviar un mensaje claro a los dirigentes políticos se manifiesta en la voluntad de marcar un rumbo distinto, entiende.
Iván Pelinski Venchiarutti es médico. Se define como un apasionado de la política y un militante desde sus 18 años de edad, apenas puso un pie dentro de la Facultad Nacional de Córdoba, donde estudió, militó, participó y presidió el Centro de Estudiantes, en una institución con tradición política donde la militancia universitaria implica un desafío constante de desconexión del entorno académico para adaptar las ideas a otros ámbitos, que -entiende- contribuye significativamente a la construcción política cotidiana, dijo.
Este joven militante destaca, en estos tiempos, la participación juvenil en la política y en la construcción del futuro de las nuevas generaciones. Rescata en ese sentido, la particularidad de Misiones, donde los jóvenes muestran un notable compromiso político, con participación activa, tanto en los momentos electorales como en el día a día, al buscar opciones, generar proyectos y exigir mejoras laborales y oportunidades de formación.
En la charla, también se abordó la dicotomía entre izquierda y derecha bajo el parámetro de la militancia: en ambas corrientes se los pueden considerar militantes ya que persiguen convicciones y objetivos específicos. En el análisis, rescató que en Misiones la política ya no está mal vista, como expresaba la sociedad en otros años. “No solo no está mal vista sino que forma parte integral de la vida cotidiana, permitiendo la organización y el diálogo entre diferentes personas”, con los jóvenes misioneros interesados en participar y en formarse en tecnologías nuevas para adaptarse al mundo globalizado.
En la entrevista con Plural TV dijo que Misiones tomó pasos firmes en la orientación de la capacitación y formación, ofreciendo opciones variadas que van más allá de lo tradicional, como la incorporación de la Escuela de Robótica hace más de diez años.
En lo personal Iván Pelinski también compartió su motivación para combinar su carrera médica con la participación política. Desde sus primeros días en la Facultad de Medicina entendió que todo es político y buscó amalgamar sus dos pasiones: la medicina y la política, campos que “se conectan” y exigen un compromiso profundo, aportando una comprensión más completa de los desafíos y las soluciones necesarias en ambos ámbitos.

Iván Pelinski Venchiarutti en Plural TV:

-¿Iván, qué está pasando con los jóvenes y la política en el país?
-Hay una revolución fuerte, me parece, y hay una impronta fuerte que se dejó ver en esta última elección. Venimos de un balotaje de candidatos presidenciales, donde se vio que el voto joven influyó mucho en la victoria de Javier Milei, que fue el que pudo captar esa demanda, que es difícil descifrar con una sola cosa. Entendemos que la política es siempre multicausal. Lo que yo creo y veo es que los jóvenes están demandando un protagonismo no solo en la toma de decisiones y en la participación política, sino también en influir respecto a su futuro laboral, de su futuro de formación, de capacitación, su futuro respecto a lo económico y a la posibilidad de vivir, adaptarse y poder echar raíces en un lugar. La situación económica compleja de la Argentina lleva a que el joven tenga muchas dudas de si puede desempeñarse y hacer eso en su país. Yo creo que el joven militante siempre es patriota y busca hacer lo mejor para el lugar donde está participando. Creo que es así porque quedó demostrado en el voto popular que el joven buscaba algo distinto.

-Buscaba no solo hacerse oír, sino también marcar un rumbo…
-Así es, marcar un rumbo, pero me parece que algo que quedó muy concreto es esta cuestión de poner en evidencia o de alguna manera marcar los errores que se han cometido en las distintas gestiones políticas que hubo anteriormente. Más allá de su identidad política puntual, hay muchos jóvenes que tomaron la decisión de que haya un cambio, que gane cualquier otro, pero que haya un cambio porque querían darle un mensaje a los dirigentes políticos que estuvieron en gestión en los últimos años.

-Vos que estás militando, recorriendo, ¿También ves esto en Misiones?
-Misiones tiene una particularidad. Yo estuve en Córdoba muchos años estudiando medicina y formándome como especialista. Siempre participé en política dentro de la facultad y ya como médico y residente también participé en las distintas movidas de los residentes para reclamar mejoras laborales y demás. Cuando volví a Misiones comencé a desempeñarme en política, algo que me apasiona mucho y veo que Misiones tiene una particularidad distinta, donde los jóvenes están teniendo participación, donde están comprometiéndose con la política y con su futuro, que es algo que se mostró en el voto, pero la situación y el momento electoral son algo muy concreto. Respecto a lo cotidiano, a buscar, a generar opciones, a reclamar proyectos, reclamar salidas laborales, reclamar capacitaciones -que ahora todo es más rápido por ello se buscan formaciones o capacitaciones de uno o dos años que tengan rápida salir laboral en el mundo tecnológico, en el mundo informático- yo creo que la juventud, tanto en la participación política como en la búsqueda de su futuro, está teniendo mucho más protagonismo acá en Misiones.

-¿Lo destacás de Misiones, pero lo viste también cuando estuviste en Córdoba?
-Yo participé mucho en política universitaria, que –como se dice dentro de la política universitaria–, es un mundillo aparte. La Universidad Nacional de Córdoba, donde yo participé, tienen 400 años de antigüedad, con una trayectoria larguísima de participación política, como la reforma universitaria de 1918, que generó un desencadenante de movimientos sociales y políticos en Latinoamérica que llevó a que los estudiantes comiencen a participar y buscar tener su voz respecto a cómo funcionaba la universidad. Tiene mucho caldo de cultivo intelectual, político y de participación, que se notaba mucho. Siempre alguien estaba participando o era afín a algún espacio político dentro del espectro universitario; es algo que siempre noté y no creo que vaya a cambiar; eso es lo interesante de la universidad pública.

-¿Lo que pasa en la Universidad en Córdoba también repercute en la militancia en las ciudades, en la capital cordobesa?
-Siento que siempre el desafío y la incertidumbre en la militancia universitaria es esa: como desconectar de tu cotidiano, de tu plan de estudio, de tus situaciones, de todos los días, de tus situaciones laborales asociado con lo que estudiás, de qué buscás que genere tu carrera o qué tipo de gente necesitás que acceda a esa carrera… es decir, salir de ese mundillo para adaptar lo universitario y extrapolarlo es siempre el desafío del militante universitario, algo en lo que muchas veces se falla y todo queda ahí. Tengo compañeros de militancia en Córdoba que estaban enfrentados, en cierta forma, por algunas discusiones sencillas del plano de lo universitario, del centro estudiantil y demás, pero que después –ya como profesionales en otros ámbitos–, participando en política, ya el conocerse, el diálogo, la manera de manejarse… las discusiones son otras. Creo que eso suma mucho a la construcción política cotidiana, más allá que se esté en un espacio diferenciado.

-Voy a usar las dos figuras que por ahí ya están superadas pero para entenderlo rápido, la izquierda y la derecha, ¿Se puede llamar militantes tanto a los que están militando en el campo de la izquierda como a los que están en el campo de la derecha?
-Yo creo que sí, sin dudas, porque la militancia te lleva a participar, a organizarte y a movilizarte en pos de tus convicciones, de tus ideas; eso es ser un militante; tanto sean ideas de tinte neoliberales, libertarias, privatizadoras; o de izquierda, generando mejores derechos laborales, derechos para los trabajadores, libertades en la toma de decisiones, identidades, avances sociales, derechos adquiridos y demás. Las dos son, para mí, consideradas militancia porque lo que está de fondo es que los militantes van tras una convicción y tras una idea, sea de tal índole o tal tipo, o con una idiosincrasia de distintos autores o corrientes, pero van detrás de una idea, de una convicción, por lo que son militantes.

-¿Si traemos esto a Misiones: hay consciencia en los grupos de jóvenes de que se puede estar militando para un lado o para el otro?
-Hay buena recepción respecto a lo político. Lo que construyó Misiones, que me parece muy interesante, es que la política no está mal, ya que siempre el joven tenía en mente esa cuestión de que “el que está metido en política no me cae bien porque seguro quiere tener algún beneficio”. La política no está mal vista en Misiones; es parte de nuestra vida, influye en lo cotidiano, te ayuda a pensar en tu futuro y también muchas veces te ayuda a lo que me parece más importante de lo político, organizarte con el resto de las personas. Porque la política es algo más que uno solo o uno mismo, es organizarte con un conjunto de personas, sean dos, tres o mil, es buscar ideas en común, trazar objetivos, planificaciones, ir a esos objetivos porque son lo que te moviliza, a lo que te mueve tu convicción. Entonces, entender que la política no está mal es un gran avance. Creo que hay que seguir construyendo eso y seguir construyendo una política que dé lugar a los jóvenes, que dé participación, pero que también entienda que todo tiene sus tiempos. Yo no me considero ni cerca de ser alguien avezado, experto, o con mucha trayectoria política, y eso que milito desde los 18 años, ahora tengo 31, sino que me falta una cantidad, voy a cometer muchos errores y los jóvenes tenemos que entender que va a pasar eso; y que es muy importante la expertís política, también relacionarte con el que te toque tener enfrente ya que eso tiende a esta intención e idea democrática que tiene lo político.

-Cuando hablabas que el joven mira hacia el futuro, ¿Qué mira, qué busca, qué espera? ¿Qué quiere el joven misionero?
-Me parece que hace un tiempo Misiones está dando pasos firmes respecto a la orientación de la capacitación y la formación de los jóvenes, entender que en este mundo globalizado, mega tecnologizado, con las redes sociales a flor de piel como expresión social y expresión cultural en todos los ámbitos y teniendo las posibilidades generadas desde políticas públicas desde el gobierno, desde ideas de proyecto, el joven misionero está buscando dar un salto más, buscando formarse en tecnologías nuevas, en todo lo que implica la economía del conocimiento, en el manejo de estas redes virtuales, lo que está generando la tendencia actual, no dejando también lo clásico de estudiar medicina, contador, abogacía o algún oficio que te dé salida laboral, sino buscando también algunas salidas laborales rápidas que le den esa posibilidad y que se sumen a esta nueva corriente de cambios y que avanza a una velocidad muy acelerada. Entonces, me parece que el joven misionero tiene esa performance distinta porque ya se viene trabajando hace bastante y me parece que el espacio del Gobierno provincial dio en el pie en pensar esto ya hace bastante tiempo, hace diez años hay Escuela de Robótica, ahora se quiere incluir en casi todas la escuelas, pero Misiones lo tiene hace más de diez años. Hay distintos espacios que ya piensan desde lo tecnológico y que dan ese primer puntapié de que el joven tenga eso en mente y que no se trata solo de estudiar matemática, lengua y cosas clásicas básicas que solíamos estudiar y tenerlas como la base siempre.

-Tener eso como único norte…
-Si, hacer toda la clásica, el primario secundario, obtener un título universitario de seis años; actualmente seis años es un montón para los avances, para la tecnología, para el ámbito laboral.

-¿Los jóvenes encuentran respuesta respecto a eso según entienden, según expresan?
-Yo creo que sí, se están encontrando muchas respuestas, siempre aumenta la demanda, pero está habiendo una gama de posibilidades variadas, no solo en un sentido, sino que aparte de ser una provincia que se está volviendo universitaria, Misiones también está dando mucha posibilidad a los posgrados, es decir, muchas personas que se recibieron en alguna carrera vienen a Misiones para hacer una segunda instancia, porque en muchas cuestiones estamos siendo referencia tanto en el Norte Grande como en los países cercanos o en los departamentos de Paraguay y Estados de Brasil, que son aledaños a Misiones. Eso genera mucha movida de gente, muchos profesionales que vienen y se siguen formando acá; eso suma mucho, porque generalmente uno se tenía que ir a las regiones centrales del país para poder capacitarse y actualmente veo que hay una cantidad importante de profesionales que se están formando con excelente calidad acá en Misiones. Yo veo que es un paso muy interesante, pero también va a tardar unos años y es un proceso de adaptación, de igual manera, ya Misiones va dando esos pasitos donde está mostrando más allá de formación en cantidad, calidad también.

-Estás empezando -de alguna manera- tu profesión de médico. ¿Por qué estás en política?
-Siempre me gustó la política, desde que entré a la Facultad de Medicina y me inscribí, vi que un día había una presentación, pero había un grupo de estudiantes que se reunieron para juntar firmas porque había que hacer otra cosa distinta. Y yo dije acá claramente si toco puertas o grito o me quedo solo, no va a pasar nada, claramente me tengo que juntar con la gente que se está organizando para que cambien los días, las fechas y demás, y para exigir las mejores posibilidades para el grupo mayoritario, para los estudiantes. Entonces entendí que todo es político, así es que desde que entré a la facultad me fui formando y haciendo mis dos caminos, que traté siempre de unir; todos los días estoy con un poco de medicina, un poco de política, constantemente tratando de fortalecer esos dos campos, pero uno lo hago porque tengo vocación y porque es lo que me gusta, es lo que estudié y en lo que me formé, y lo que también me da de comer a mí y a mi hijo, y además está la política, que es lo que me apasiona. Así es que trato de llevar los dos caminos en conjunto, y creo que una vez que uno está en los dos campos se conectan muchas cosas. El contacto con la gente, el dialogar, el entender la solución del problema, entender la situación de la persona, qué está exigiendo, que está buscando una respuesta, entender cuáles son las fallas o las problemáticas más frecuentes del sistema, hace que te vayas dando cuenta de que ambos campos se relacionan mucho. Exige un montón porque a mí me gusta ir muy a fondo con las dos cosas, trato de dar todo, pero son dos áreas donde se exige mucho y voy encontrando conexiones.