Silvia Kloster, apasionada por la historia y las montañas, se dedica a recrear las expediciones de San Martín a través de los Andes. Recorrió tres de los seis pasos sanmartinianos, viviendo de cerca el esfuerzo y la determinación de aquellos que lucharon por la independencia. Su misión es honrar la gesta libertadora mientras desafía sus propios límites.
Lunes 5 de agosto de 2024. En el Día del Montañista, que se celebra el 5 de agosto, fecha en que el calendario cristiano recuerda –desde hace más de 1600 años– a “Nuestra señora de las nieves”, patrona de las actividades de montaña, la expedicionaria y andinista posadeña, Silvia Kloster, compartió su historia, disparada por la admiración que tiene al general José de San Martín y su interés por recorrer los seis pasos sanmartinianos a través de la cordillera de Los Andes, como homenaje también a la gesta libertadora más importante de América Latina.
La travesía de Kloster no es solo un desafío físico sino un tributo a San Martín, a quien considera uno de los más grandes estrategas de la historia. «Hay dos tipos de expediciones sanmartinianas, que son recorrer los seis cruces que hizo, que armó, que lideró y que ejecutó San Martín en la Gesta Libertadora, la gesta más importante que tuvo el mundo y América Latina, por supuesto,» contextualizó Kloster.
Kloster, columnista de Plural en temas ambientales, esta vez detalló su otra pasión. “Hasta ahora, dice, completé tres de los seis cruces sanmartinianos: uno a pie y dos a caballo”, incluso el Paso de los Patos, considerado por expertos como el más complicado. Este paso es el más alto y significativo, ya que San Martín lo atravesó con la mayor cantidad de hombres y armamento. «Fue el más importante, pero tuvo otros, como el paso por Uspallata, que es el que hizo Las Heras, el paso que hizo Lemos por Piuquenes. Después está el otro paso por el Planchón, de Guana, de Comecaballos,» explicó.
La expedición a través del Paso de los Patos fue una experiencia transformadora para Kloster, que le permitió plasmar la naturaleza y el sacrificio de aquellos que lucharon por la independencia: «Es todo ladera; uno se encuentra con uno mismo, en contacto con la naturaleza, con el caballo, que termina siendo tu aliado y tu amigo. El tema del caballo es toda una cuestión, porque ellos van a paso de hombre, pero el caballo enseguida nota si vos no sabés,» relató.
Kloster destacó que participar en estas expediciones es una manera de entender la historia de manera íntima y visceral, compartiendo la experiencia con historiadores y apasionados de la tradición. «Hay cruces de los Andes que son deportivos, pero los cruces sanmartinianos son estos, donde se hace el mismo camino de las rutas de San Martín,» explicó.
La llegada al límite con Chile fue especialmente emotiva para Kloster, y describe el momento en que se encuentra con el busto de Bernardo O’Higgins y San Martín como una ocasión de profunda emoción y nacionalismo. «Son un montón de sentimientos, el nacionalismo, el saber que cuando uno se propone algo lo puede hacer, aunque las dificultades sean muchas,» expresó.
Para Kloster, las expediciones sanmartinianas no son solo una recreación histórica, sino una forma de enfrentar sus propios miedos y limitaciones, mientras homenajea a los héroes de la independencia. «Como experiencia, diría a los que les gusta la historia, la naturaleza, y ese tipo de actividades con riesgo, que lo hagan,» anima Kloster a otros aventureros.
A pesar de los desafíos, Kloster planea completar los tres cruces restantes, con la próxima expedición programada para el verano. Su pasión por la historia y la naturaleza se refleja en cada paso que da, siempre respetando el entorno y su legado para futuras generaciones. «La montaña te atrapa, el mar y la selva también,» confiesa Kloster, reafirmando su conexión con el ambiente y su deseo de conservarlo para el futuro.
Silvia Kloster en Plural
-¿De qué se trata esto de ser expedicionaria y andinista?
-El tema de las expediciones tiene mucho que ver con una cuestión de admiración que tengo hacia San Martín. Hay dos tipos de expediciones en realidad, pero hablamos de expediciones sanmartinianas, que son para recorrer los seis cruces que hizo, que armó, que lideró y que ejecutó San Martín en la Gesta Libertadora, la gesta más importante que ha tenido el mundo y América Latina, por supuesto. Con los seis pasos que él ideó para hacer frente al gobierno realista, a los españoles. Un poco, motivada por eso, y por la historia en sí, que no conozco demasiado. Reconozco que he leído sobre San Martín bastante, pero no tengo la formación de todos los elementos como para decir que conozco demasiado su trayectoria, pero sí con respecto a los pasos. Decidí tratar de hacerle un homenaje haciendo cruces, como muchos sanmartinianos. Empecé con esa actividad ya hace unos años. Hice tres de los seis cruces; uno a pie y los otros a caballo. Fui por el paso que él hizo, que fue el paso de los Patos, que es el más complicado según los expertos. Me faltan tres todavía, pero con seguridad el paso de los Patos es el más alto. Fue el que atravesó su batallón con la mayor cantidad de hombres y armas. Fue el más importante, pero tuvo otros, como el paso por Uspallata, que es el que hizo Las Heras, el paso que hizo Lemos por Piuquenes. Después está el otro paso por el Planchón, de Guana, de Comecaballos. Son los seis pasos sanmartinianos que si uno puede buscar encuentra. Así que tratando de alguna manera de homenajear la gran gesta que tuvo este militar de formación y también político. Creo que él ha sido un gran estratega, estudioso además, porque estuvo en España. Era admirador de Napoleón Bonaparte, y creo que, un poco utilizando la estrategia de Napoleón, armó esta gesta. Falta poco para su fecha de fallecimiento. Pero la verdad es que hacer estas expediciones nos sirve, primero, para tener un contacto con la naturaleza en lugares que son sumamente complejos de llegar, no se llega si no es a caballo. Y también un poco entender el sacrificio que fueron esos hombres y mujeres que no tenían la preparación física, pero tenían una motivación y una claridad que marcó San Martín en la gesta. Él les daba la oportunidad, y había mucha gente de comunidades, criollos, que no eran expertos militares como en otros batallones. Eso fue un poco mi interés.
-¿Cuándo empieza a interesarte esto?
-Me enteré hace unos años que hay un grupo sanmartiniano que hace este tipo de cosas, y con esa pasión que leía la gesta de San Martín, quise intentar al menos hacer un homenaje. En esas reuniones, con la gente que va, son como uno, entonces se habla de historia, uno aprende mucho, comparte, y ve lo difícil que fue. En el Paso de los Patos son 10 días a caballo, y una o dos veces se duerme en refugios; en el último refugio de gendarmería en el límite con Chile. Después ya entrás en campamentos, y uno duerme como sabe la gente que hace montaña, en lugares agrestes. Son horas a caballo, y el riesgo de los lugares es importante. En los Patos se llega a 4700 metros, no es una altura menor. Es todo ladera, creo que uno está uno con uno mismo, en contacto con la naturaleza, con el caballo, que termina siendo tu aliado y tu amigo. El tema del caballo es toda una cuestión, porque ellos van a paso de hombre, pero el caballo enseguida nota si vos no sabés. Hay lugares en que debés tener determinada forma de ubicarte o sentarte. Es una preparación fuerte. Tenés que prepararte, hacer alguna actividad física, y saber andar a caballo. Lo bueno es compartir temas históricos, con historiadores y gente que le gusta mucho la tradición. Hay cruces de los Andes que son deportivos, pero los cruces sanmartinianos son estos, donde se hace el mismo camino de las rutas de San Martín. Se intenta hacer un homenaje a aquellos que lucharon y pelearon por la independencia de lo que ahora es nuestro país, pero en ese momento todavía estaba en formación. Además, la montaña te devuelve mucho y te hace repensar muchas cosas, la naturaleza, en sí, a los que nos gusta estar en la naturaleza. Lo que pasa es que ese tipo de actividades no son para cualquiera, ya que estar una semana en la montaña con todo lo que implica no es fácil, pero depende de lo que uno quiere hacer y la pasión que le ponga.
-¿Qué sensación te deja, no la experiencia personal, sino el haber vivido ese cruce y pensar en cómo cruzaron en esos años? ¿Cómo te impacta? ¿Qué enseñanza, qué mensaje? ¿Qué emoción te deja?
-Uno se emociona, sobre todo cuando llega al límite con Chile. En los Patos, a 3000 metros y pico, que es el que pasó San Martín con los soldados, en esa zona está el busto de Bernardo O’Higgins y de San Martín, y ahí te encontrás con los chilenos que también vienen a caballo. Se canta el himno, se comparten libros. Yo fui para los 200 años, entonces fue muy emotivo. Primero el reconocimiento; son un montón de sentimientos, el nacionalismo, el saber que cuando uno se propone algo lo puede hacer, aunque las dificultades sean muchas. Creo que cuando uno sabe el norte que sigue tiene que pelearla, y esa gente demostró esa convicción, ese patriotismo por llamarlo de alguna manera, ya que en ese momento no se hablaba de esa manera, y la necesidad de la libertad y la independencia de las ideas y de los territorios. San Martín, no solo cruza sino que pelea y gana, le gana a Marcó del Pont. Después sigue para el norte y para Perú. San Martín fue el primero que declaró la independencia de Perú. Los peruanos lo quieren muchísimo. He estado en Lima y realmente lo respetan y lo quieren muchísimo. Después decide cambiar de rumbo cuando no acuerda con Bolívar para tener todo el apoyo que necesitaba en ese momento. En ese momento no estaba todo definido, esa zona era la Gran Colombia. Como experiencia, diría a los que les gusta la historia, la naturaleza, y ese tipo de actividades con riesgo, que lo hagan. No solo por la experiencia en sí, porque he hecho otros cruces corriendo, hago andinismo y me dedico un poco más a la montaña, que es otro tema, también son expediciones; pero este te sirve porque te fortalece mucho y te hace enfrentar tus propios miedos. Hay que estar arriba de esos lugares sabiendo que si haces algo mal el caballo se puede caer y vos te vas a morir porque no hay muchas opciones. Hay una adrenalina, un riesgo, pero también una gran satisfacción de saber que uno puede hacer las cosas que se propone, con pasión, y también tratando de homenajear de alguna manera a aquellos que dejaron su vida por lo que hoy es nuestro país. Como a San Martín, también podemos mencionar a Belgrano y muchos otros dejaron su vida por el país. Pero creo que San Martín fue quien tomó la iniciativa de pensar en grande, a pesar de los problemas y la falta de apoyo de los gobiernos centralistas, que todavía vemos hoy, cuando peleamos desde el federalismo y las provincias.
-¿Cuál es tu próximo cruce, cuándo?
-Tengo que hacer tres más, así que estoy viendo. Todos se hacen en el verano, entre enero y febrero, o marzo, porque después la nieve no te deja pasar. Tengo pendiente el de Comecaballos, que en Catamarca intentamos hacer y no pudimos. Quiero hacer ese dentro de 2 años, y antes un poco más de montaña. La montaña te atrapa, el mar y la selva también. Hay que hacer actividad física, hacer Trail, trekking, siempre respetando la naturaleza, y a los que nos gusta y tenemos el ambientalismo en el alma tratando siempre de conservarla para nosotros y para las generaciones futuras. Todos somos responsables en algo.
