La magistrada fue elegida por sus pares y asumirá el máximo cargo del Poder Judicial provincial. En un extenso discurso, repasó los avances en modernización, destacó el recambio generacional y marcó como prioridad la mejora salarial en un contexto económico adverso.
Miércoles 3 de diciembre de 2025. Rossana Venchiarutti Sartori será la próxima presidenta del Superior Tribunal de Justicia para el bienio 2026-2027, un cargo que aceptó «con agradecimiento y humildad». En un extenso repaso de su gestión y visión, destacó los avances tecnológicos y la modernización del Poder Judicial provincial, al tiempo que señaló la mejora salarial como «la madre de todas las batallas» en el contexto económico actual.
La magistrada fue reelecta en el cargo. La designación se conoció este 3 de diciembre. Al referirse al honor de presidir el Superior Tribunal de Justicia y representar al Poder Judicial, la magistrada expresó: «Recibo con agradecimiento y humildad el honor de presidir el Superior Tribunal de Justicia de mi querida Provincia y representar al Poder Judicial».
Durante su exposición, realizó un balance de la modernización de la justicia provincial. Resaltó el Sistema de Gestión Digital (SIGED), implementado desde 2014 y desarrollado internamente «sin arrojar ningún costo», el cual, tras sucesivas mejoras, hoy opera en toda la provincia. Este sistema fue crucial para enfrentar la pandemia, permitiendo que en mayo de 2020 el Poder Judicial fuera «uno de los primeros del país en abrir todas las puertas», tras un período de atención prioritaria y remota.
Entre los logros enumeró la implementación de la notificación electrónica, que acortó los plazos procesales «a su mínima expresión», y el sistema de oralidad en lo civil, que redujo «de manera tan brutal» los tiempos, logrando sentencias de primera instancia en daños en dos años o menos. También destacó la instalación de un «modelo en la región» de sistema médico forense, con tecnología de avanzada y profesionales disponibles los fines de semana.
Venchiarutti Sartori enfatizó la colaboración inter-fueros, estableciendo una «conexión directa» con el fuero federal para prestar equipos, solicitando a cambio ayuda con la compra de insumos por su alto costo. «Para el ciudadano de a pie, la justicia no tiene fueros», afirmó.
Subrayó el trabajo conjunto como clave del funcionamiento institucional: «Gracias a un trabajo de gestión y comunicación y al compromiso de todos los integrantes del Poder Judicial aseguramos el trabajo anual de los abogados y justiciables». Asimismo, valoró el recambio generacional garantizado por el Consejo de la Magistratura, que en 20 años realizó más de 300 concursos, dando como resultado una edad promedio de 40 años tanto para jueces como para el Ministerio Público.
Hacia el futuro, admitió que «resta mucho por hacer» y ante la compleja situación económica y social del país, sostener lo logrado y mantener el servicio será una prioridad, expresó. En este marco, definió la lucha por la mejora salarial como el desafío central: «Todo avance por mínimo que sea será bienvenido. La madre de todas las batallas: la mejora salarial».
Finalizó reafirmando la esencia de la institución: «El Poder Judicial es razonable y profundamente humano. Está en su ADN y en su esencia. Las almas que lo integran necesitan fuerza y protección y allí estaremos».

