El equipo femenino de balonmano de Noruega desató la controversia: las jugadoras se negaron a usar el bikini reglamentario para esa disciplina: un top que deja la panza y el ombligo a la vista y un short súper corto que muestra mucho. «No más», se convirtió en una campaña mundial que pide cambios urgentes ante la sexualización de los cuerpos femeninos.

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