La búsqueda y la defensa de la equidad de mercados fue parte de la estrategia de Misiones en la cumbre COP26 de Escocia. Silvia Kloster –columnista de Plural TV- participó con la delegación misionera de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático 2021.
Jueves 25 de noviembre de 2021. “La idea es pensar por qué los países en desarrollo tenemos un mercado menor de carbono; queremos una equidad de los mercados y queremos que nuestros certificados tengan el valor que tienen (otros) en cualquier otro lado. Y que nuestros bosques sean valorizados, como las personas que viven en los bosques, porque además de los bosques, hablamos de los recursos humanos que existen, del desarrollo local. Nuestra idea es mostrar al mundo que se puede; Misiones tendría el primer proyecto jurisdiccional con una certificación internacional, con metodologías internacionales”, aseguró Silvia Kloster, columnista de Plural TV, por Canal Cuatro Posadas, a su vuelta de la cumbre de Glasgow, en Escocia.
Kloster formó parte de la comitiva oficial del Gobierno de Misiones que participó de la vigésimo sexta Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático 2021, la conferencia de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), que tuvo lugar del 31 de octubre al 12 de noviembre en la ciudad de Glasgow, Escocia. Este encuentro mundial por el ambiente incluyó la décimo sexta reunión de las partes del Protocolo de Kioto (CMP16) y la tercera reunión de las partes del Acuerdo de París (CMA3).
En el marco de la conferencia, Misiones acordó con la firma Mercuria la obtención de fondos para proteger la selva y defendió la equidad del mercado, con un precio justo para todos los países.
La entrevista
-Participaste de la Conferencia de la COP26.
-Así es. Es una reunión que se hace todos los años donde participan todos los países que suscribieron al acuerdo de París. Es el órgano más importante que tiene la convención en el marco de Naciones Unidas. El acuerdo de París suplantó el acuerdo de Kyoto. Fue una experiencia muy motivadora, muy interesante porque allá uno puede ver cómo son las negociaciones. Hay distintas áreas. A algunas tuvimos acceso como provincia, y a otras no. Hay áreas donde están solamente los entes subnacionales y áreas de financiamiento, o las ONG, en otras están las comunidades, la academia, y en otras se encuentra el alto nivel, donde se dan las conversaciones que son a nivel país. Donde las provincias y asociaciones no tenemos acceso a las conversaciones, solamente podemos entrar como observadores. Este año, debido a la pandemia se redujo bastante el cupo de personas que pudieron tener acceso a algunas reuniones. Igualmente participamos en el resto de las reuniones, en las que pudimos intercambiar experiencias y contactos. Acompañé al ministro Patricio Lombardi, fui parte de una comitiva, también estuvo el representante del Ministerio de Hacienda, el licenciado Maxi Gali, también estuvo una asistente que tiene Patricio que es especialista en cuestiones de mercado, Paula Bruckman. Así que eramos pocos, pero participamos en varias actividades. Fuimos con una agenda armada. Después se priorizó algunas cuestiones, es muy dinámico. Ahí se ven los estands de los países, cómo realizan acuerdos, como muestran sus actividades en favor del clima. Así que es una gran vidriera.
-Participan todos los países del mundo; solo cuatro o cinco -nada más- no estuvieron.
-La mayor parte de los que suscribieron al acuerdo de Naciones Unidas sobre el cambio climático y al Acuerdo de París estuvieron allí. Debido a que los países deben presentar sus contribuciones. Esas emisiones o compromisos que se pusieron al 2030 y algunos al 2050, relacionado con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Cada país presentó esos compromisos al acuerdo de París, y en función de esas reducciones debe trabajar en sus planes. El acuerdo seis determina la metodología, la contabilidad, cómo se contabilizan y cómo deben ser las transferencias de un país que quiere vender certificados de carbono. Cómo va a ser la metodología relacionada al monitoreo y control, llamado transparencia. Tenemos algunos avances sobre los resultados de las reuniones. Son los primeros borradores, estamos esperando el definitivo. Ha sido un acuerdo bastante tímido, se esperaba mucho más a nivel global. Decían que no iba a haber acuerdo respecto al control, la metodología y respecto a la asistencia económica. Cómo se van a distribuir esos fondos para el clima. La verdad que estuvo bastante peleado. Al día de hoy hay acuerdos generales, faltan los informes, pero se logró este compromiso de llegar a un grado y medio al 2030. Pero se esperaba que los países que tienen mayor incidencia en las emisiones hicieran un paso más adelante. Es decir, se esperaba que se comprometan a dejar de emitir mayor cantidad de gases. El compromiso de estos países fue bastante ligth. Pero esto viene pasando desde hace seis años, que se está trabajando esto a nivel internacional. Todo lo que los países se comprometan a disminuir tiene que ver con el desarrollo interno, con políticas industriales, desarrollo en tecnologías, la generación de energías, el transporte. Hay todo un análisis interno económico que los países deben hacer. Deben fijarse metas de producción que son muy duras para la economía. Pero son países desarrollados, no debiera ser una cuestión tan difícil, porque económicamente son los que están en mejor situación.
-América Latina no es muy importante en ese aspecto porque no produce muchos gases, ni tampoco está en condición de producir muchísimos bonos verdes para poder colocarlos.
-Claro. América del sur está compuesta por países en vías de desarrollo. Dentro del continente hay distintos niveles y grupos de trabajo. Antes Brasil era el que lideraba la cuestión de los bosques, ahora es Colombia y Costa Rica, República Dominicana, ha cambiado en función de la política que ha tenido Brasil.
-De hecho Brasil no estuvo presente.
-Así es, debido a que ellos reniegan del cambio climático, y están tendiendo una desforestación muy importante en los últimos años. Sin embargo aparecieron otros países que empezaron a tener protagonismo en esta cuestión como Colombia, Ecuador, Perú. Ha habido una declaración que se hizo en función de una reunión hecha en Colombia, en Cartagena, donde varios países se unieron para llevar al acuerdo de París una posición sobre mercados, que se denomina Mercados Justos. Porque en el mercado voluntario de carbono, donde pueden actuar tanto empresas privadas como estatales, deciden transaccionar certificados de carbono, mal llamados bonos, porque no son eso, sino certificados de carbono. Estos países que tienen ya alguna experiencia en vender en estos mercados, compuestos por países que quieren disminuir su huella de carbono, empresas que quieren mejorar su responsabilidad social empresaria. Hay un mercado voluntario que existe, más allá del mercado que el Acuerdo de París debe reglamentar, mediante el artículo seis, que habla de una metodología o mercado que hay que poner a disposición de los países para que tengan asistencia y puedan así cumplir con sus metas.
-¿Es tan simple como decir que los países industrializados no van a disminuir la contaminación pero sí van a comprar certificados verdes a otros países para compensar?
-No es algo lineal. Esa es una de las críticas que tuvo el Protocolo de Kyoto. La idea es que los países que puedan reducir, lo hagan, y colaboren con los países en vías de desarrollo con actividades sustentables. No es que porque compro un certificado me libero de mis responsabilidades. Esa es una de las críticas que tuvo el protocolo de Kyoto, por eso no avanzó como se esperaba. Lo que hay que hacer es fomentar esta transacción económica entre países, empresas, depende si hablás de mercados voluntarios o no, que quieran de alguna manera colaborar o reducir su huella de carbono con una inversión en países en vía de desarrollo. Pero esto no significa que no tengan que hacer su reacomodamiento interno. Hay empresas que se dedican a la cuestión energética con fósiles, y están empezando a virar su nicho de negocio en generar negocios mediante recursos renovables, o apoyando emprendimientos y actividades sostenibles. Así es que hay un panorama amplio dentro del cual hay posibilidades. Misiones visibilizó la posibilidad de entrar en un mercado voluntario, en tanto el acuerdo de París termine de reglamentarse.El artículo seis habla de las transacciones, de un mercado de desarrollo sustentable, hasta que eso se termine de organizar, las jurisdicciones y países necesitamos asistencia para poder preservar nuestros bosques. Lo que venimos hablando hace dos años, y que lamentablemente no logró conseguir la Ley de Bosques Nativos, que es una buena ley pero con un fondo insuficiente. Esta es una medida a nivel local, pero hay jurisdicciones que ya están divisando las mismas oportunidades que nosotros, están viendo cómo pueden armar su programa provincial. El programa que la provincia anunció es un programa de reducción de emisiones por deforestación y degradación evitada, es un Red + en términos de la convención. Porque este programa existe en la convención. No es un invento, sino que es una metodología que la convención pone a disposición de las partes, que tomó Argentina en un plan piloto, y que Misiones espera hacer en un proceso participativo. ¿Cuál es la idea? Evitar la deforestación, o incentivar la conservación, y por otro lado, contabilizar y vender al mercado las reducciones de emisiones que los bosques hacen.
-¿Qué logró Misiones?
-Este acuerdo ha sido acertado, muchos países nos han felicitado. El acuerdo tuvo una gran participación en una cumbre de países latinoamericanos y de África Central, pensando y tratando de valorizar el mercado de países en desarrollo, que quieren levantar el valor de los certificados de carbono a un monto mayor del que hoy tienen, y visualizar un futuro mucho más próspero para países en vías de desarrollo. Porque la Comunidad Económica Europea tiene su mercado y los valores son diferentes. La idea es pensar por qué los países en desarrollo tenemos un mercado menor de carbono, queremos una equidad de los mercados y queremos que nuestros certificados tengan el valor que tienen en cualquier otro lado, y que nuestros bosques sean valorizados, también las personas que viven en los bosques, porque además de los bosques hablamos de los recursos humanos que existen, del desarrollo local. Esas son las dos grandes cosas que trajo Misiones, además del contacto con bancos y demás. Esa es nuestra idea, mostrar al mundo que se puede. Seríamos el primer proyecto jurisdiccional con una certificación internacional, con metodologías internacionales. Nos hemos asegurado de tener la asistencia técnica correspondiente de los consultores internacionales que se dedican a esto, porque uno no puede salir al mundo a vender un programa como este como quiere. Necesita tener la asistencia técnica y la certificación de especialistas. Ellos están muy contentos de poder asistir a Misiones con estándares internacionales como es Berra. Así que estamos muy contentos. El proceso va a ser arduo, largo, y necesitamos el compromiso de todos los misioneros, públicos y privados. Porque esto no es un proyecto que la provincia tenga solo para los bosques o reservas, sino que la idea es que el privado que quiera conservar hoy pueda decir: puedo conservar y vivir de la conservación de los bosques.