Por Aníbal Velázquez

La primera universidad pública de la Argentina fue fundada en el año 1613 en la Ciudad de Córdoba. Ya lleva más de cuatrocientos años y durante más de dos siglos fue la única en el país. Ya recorremos los últimos años hacia el bicentenario de la Independencia de la Argentina aquel nueve de julio en Tucumán. Más de treinta años de Democracia conquistada y ya son 47 universidades públicas gratuitas. Después de esta larga historia con la firma en el Ministerio de Trabajo de la Nación, el jueves 21 de mayo, los Trabajadores Docentes Universitarios tuvieron su primer Convenio Colectivo de Trabajo.
La nueva norma laboral para las universidades inexorablemente obligará a cada una de ellas a democratizar la actividad política para la elección de sus autoridades. Ya no se podrán escudar detrás de la Autonomía Universitaria para que solamente una casta privilegiada tuviera la posibilidad de conducirla: los “Profesores Regulares”.
El nuevo Convenio Colectivo por primera vez legisla sobre los deberes y derechos de los trabajadores docentes. Su negación fue como una herencia cultural, tan profundamente introducida en cada mente, hacía de cada profesor un trabajador sin conciencia de ello y dominado por lo de “un apostolado”. Recordemos que la revolución de la Reforma de1918 fue realizada por el claustro estudiantil.
La democracia conquistada en 1983 trajo consigo la primera sindicalización de los profesores con la CONaDU, primera estructura organizativa tendiente a lograr la afiliación de todos los profesores de las universidades públicas. Escondidas las conciencias detrás de la Excelencia Académica, que no son antagónicas, todavía hay resistencia a la sindicalización y apenas se llega a no más del 45% de la planta de cerca de los ciento cincuenta mil trabajadores.
Es digno de destacar que la investigación y la enseñanza en las Universidades Públicas siguen siendo los más prestigiosos de América Latina. Este convenio colectivo le da a cada uno la seguridad laboral necesaria como para sentirse libre de la presión que pendía sobre ellos con el sencillo mote de “Interino”, al que se le reconducía año a año como un contrato a término.
¡Una gran conquista!. Queda un largo recorrido para que las universidades apliquen esta norma. Hará falta un compromiso de responsabilidad para evitar deformaciones y burocratizaciones. No se debe perder el espíritu de aprendizaje permanente en la búsqueda de excelencia. De la creación de conocimiento para el desarrollo y la aplicación en el bien del país y de su pueblo.
Como dato anecdótico podemos agregar que la primera universidad se creó en Córdoba, la Reforma del dieciocho y el primer sindicato también nacieron en Córdoba. En la vanguardia la UNaM ya había implementado todas las conquistas que se plasmaron en el Convenio Colectivo.