Los dos modelos de sociedad y Estado que están pugna en las elecciones generales de este año fue el eje subyacente de un debate, enriquecedor como ejercicio cívico, en el que participaron Maximiliano Álvarez de la Renovación, Martín Arjol de la UCR y Pedro Puerta de Unión Popular. Tuvo lugar el domingo 21 en la Mesa Grande, programa ya tradicional de la política misionera que se emite en simultáneo por varias radios.
Aunque los debates entre políticos que se realizan en los medios habitualmente sirven para reafirmar las posiciones previas de los participantes y también de los espectadores, el moderado por los periodistas de la Mesa Grande tuvo definiciones políticas de fondo. Se destacó el clima, que por lo que se escuchó, tuvo mucho de encuentro entre militantes de diferentes partidos. Se destacaron también las coincidencias en los discursos. Pero, si se pasan por un tamiz para una mayor fineza, se advierte que son las retóricas de siempre. ¿Quién no dirá que la educación es un objetivo? ¿Quién no prometerá creación de empleo o que en Misiones se debe atender al agro? Desde esta perspectiva el debate diluye su sustancia en lo formal, por ejemplo, en el respeto que hubo entre los contendientes y en el ambiente distendido que se vivió en el estudio de la radio. Sin embargo, más allá de esas coincidencias, la cuestión de fondo quedó clara y quizá bien resumida cuando el Toto Álvarez destacó que, en el desarrollo del debate “se marcó la cancha en los posicionamientos electorales” con clara referencia a los dos modelos en pugna en las elecciones de Octubre. El modelo de Estado es la diferencia. Al cuestionar la política fiscal y la ausencia de industrialización, los jóvenes del ucerreísmo y del unionismo se ubican, aunque no lo pongan en palabras, del lado de la economía de la oferta que, en la práctica lleva al Estado a privilegiar al Capital. En la otra vereda, en la que quedó solo, el referente renovador más explícitamente defiende un Estado social, el que construye el Parque de la Salud, hospitales, rutas, comisarías”. La pugna de modelos es clara. Pero se descubre en la significación de los discursos ya que no se pone sobre la superficie para debatirse con argumentos. El fondo del debate, como viene sucediendo desde 2003 es la política fiscal.
EL FONDO DEL DEBATE: Como en la mayoría de los debates, quizá por la dinámica de los medios, se terminó cruzando consignas y frases hechas que, ni convencen al interlocutor ni al oyente. Ilustra lo que decimos el siguiente contexto del debate, que entre paréntesis dio la palabra por orden alfabético:
Álvarez: Después de hacer referencia a la crisis internacional y como contexto, rescató que en nuestro país se crearon 6 millones de fuentes de trabajo. Aunque reconociendo siempre que hay sectores que no se logró incluir, subraya que las políticas de los últimos años han revertido la forma de hacer política, para subrayar así su matriz social hacer referencia a la existencia de un proceso, de un camino que todavía se está andando. Por eso pone en el debate el contraste con lo sucedido en 90. Fue cuando recordó que muchos misioneros dejaron de ser clase media al ser excluidos del sistema.
Arjol: Para contextualizar también su posición, hizo referencia al crecimiento de la inseguridad a la que vinculó con la falta de trabajo, sobre todo de los jóvenes. Siguió el hilo denunciando que el Parque Industrial en el que se invirtieron 160 millones de pesos y tiene un puerto inutilizado, no logró la radicación de empresas para después sostener que sólo se ven algunas vacas pastando en los yuyales. Afirmó que la carga impositiva es un gran problema por la cual las empresas cruzan el puente y el Chimiray. “Soluciones” (lo interrumpió Álvarez) “La reforma tributaria”, respondió Arjol para señalar que desde los 90 a la fecha la presión fiscal creció progresivamente. Ilustró con datos que a su criterio justifican que el empresariado de Misiones se radique en Virasoro. El sector forestal –dijo- tiene una diferencia en impositiva del 8 y del 10 %. Y observó que en Corrientes no se cobran impuestos para exportar, las tasas municipales son más bajas.
Puerta: Desde la misma lógica, el referente de UP, después de descalificar los índices por “lo que han hecho con el INDEC”, aseguró que en materia de trabajo se están registrando despidos masivos, y el trabajo es irregular. “Los que apostamos a la producción”, agregó “al ver que en Apóstoles los jóvenes emigran al país central, hemos contratado 15 jóvenes en la empresa”. Afirmó también que la única dignidad para las personas es trabajar para denunciar que “el patrón sabe que es muy difícil” para arremeter como Arjol contra la política tributaria. “La presión fiscal hay que reducirla porque las empresas se van. La solución –enfatizó para responderle a Álvarez- es menos presión fiscal.
Aunque tuvo momentos divertidos, el fondo del debate estuvo en este cruce sobre la política fiscal, que está ligada a la naturaleza del Estado. Álvarez, como buen renovador pone siempre sobre la mesa la comparación de los resultados. Las referencias a los 90, así, no son chicanas, sino apelar a lo conocido para que la discusión no quede abstracta sino palpable en los resultados de una política que apostaba a la inversión para derrame y la política que desde 2003 apuesta al consumo para que haya inversiones.
LOS HABRIQUEHACISTAS Y EL CAMBIO DE DISCURSO: El debate tuvo humor y ocurrencias. También chicanas. El peor momento para Álvarez, como defensor de la gestión del gobierno fue cuando Arjol ironizó por el Parque Industrial con la figura «hay allí una vaca pastando sobre una inversión de 160 millones de pesos». El renovador contra-argumentó con ingenio pero débilmente diciendo que constituye una primera etapa, que son los cimientos, pero enseguida recuperó la iniciativa cuando al pedir soluciones tanto Arjol como Puerta cayeron en la utopía neoliberal de no cobrar impuestos. Álvarez dijo algo tan obvio, pero tan oculto en la distorsión del debate en Misiones cuando sostuvo que “sin energía no puede haber industrias”. Esto inspiró al ucerreísta que puso la racionalidad que no tienen las fundamentalistas cuando se discute en la provincia sobre el modo de generar energía. Arjol distinguió entre generación, distribución y consumo, para subrayar que se tiende a debatir sólo sobre generación, para enfatizar que la discusión es mucho más profunda que la dicotomía represas sí o represas no. El pasaje encontró a un Puerta categórico contra las represas a las que vinculó con la pérdida de soberanía, con el cambio climático y las posibilidades que otorga el aprovechamiento de los chips de la industria maderera. Entusiasmado, elogió la reforma del Código Civil que abre alternativas a la creación de empresas unipersonales. “Pedro falou tudo, diría el brasileño” observó Álvarez despertando risas. Fue cuando contrapuso el modelo de Estado y de gestión ya que la apelación a la solución fiscal de sus adversarios políticos, le permitió hacer comparaciones entre los servicios de salud y educación, las rutas, la infraestructura entre Misiones y Corrientes. “Tenemos que ver las cuestiones concretas”, remarcó. Y al ucerreísta le preguntó si pertenecía a “esa clase de radicales “habriaquhacistas, los que dicen de habría que hacer, habría que hacer, pero nunca explican cómo”.
Quedó también implícito es el cambio de discurso que se advierte en la UCR y el Frente Unidos en referencia a las obras de gobierno, diríamos en la misma sintonía del sorprendente discurso de Mauricio Macri después del ballotage porteño. Por ejemplo Arjol y Puerta ya no reniegan de la AUH, sino que prometen mejorarla, ya no reniegan de la reforma del Código Civil. No obstante cuando se trató el flagelo de la droga, la inseguridad y la Justicia se cayó en consignas que sólo escuchan las plateas cautivas. Hablar para las audiencias redundantes no aporta políticamente. Cuando se debatía por el voto a los 16 años, al que se opusieron la UCR y UP, Puerta sufrió la chicana de recordar la denuncia por trabajo esclavo e infantil radica contar la empresa de su padre. Para responder no pudo evitar caer en el lugar común de denunciar a la Cámpora y de afirmar que este gobierno sembró odio y por supuesto la falta de independencia del Poder Judicial. No obstante abrió una instancia de debate más sustancial sobre los 90 al recordar que el gobierno de su padre, Ramón Puerta, también hizo mucha obra pública entre las que se cuenta la interconexión al sistema energético nacional. Por qué terminó como terminó, es otro debate.

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