El momento político de la Argentina que privilegia la gobernabilidad, los consensos y el diálogo quedó reflejado hoy en Poder Legislativo de la Provincia. Con el respaldo de nueve de los diez bloques de los representantes, el conductor y mentor de la Renovación, Carlos Rovira, fue ratificado como presidente y Orlando Franco y Alfredo Schiavoni como vicepresidentes.
Posadas (Miércoles, 7 de diciembre) Con un respaldo contundente, Carlos Rovira fue re-electo como presidente del Poder Legislativo. Un acto que reviste mucho de formalidad institucional cobra una profunda significación política paradojalmente por los cuestionamientos de una minoría fundamentalista al derecho de las mayorías. De esa manera quedó también valorada la actitud colaborativa, la búsqueda de consensos y el diálogo optada por nueve de los diez bloques de la Cámara. Los diputados de la UCR al abstenerse, después de fracasar en el intento de armar un polo de resistencia, lograron así el efecto inverso: potenciar políticamente el liderazgo indiscutible de Rovira que trasciende la conducción del parlamento misionero. Lo observó Claudio Wipplinger al destacar que al abstenerse la UCR lo que hace es permitir que por primer vez en años Rovira sea electo con el 100% de los votos. Este sinsentido quedó en evidencia cuando el presidente del PRO de Misiones, Jorge Ratier, al anunciar su voto por Rovira, destacó el derecho de los que ganaron las elecciones y el respeto al pronunciamiento popular del año pasado. Sin ponerse en “comentarista” de las razones de los otros, sin embargo salió al cruce de sus aliados menores en Cambiemos al precisar que desde la oposición no vale quejarse sino proponerse ganar elecciones para cambiar las cosas, como lo hicieron con las presidenciales. La composición de las vices refuerza esta lectura ya que continuarán Orlando Franco del Frente Renovador y Alfredo Schiavoni. La decisión del referente del PRO en la provincia es reflejo de las buenas relaciones institucionales entre la Renovación y el gobierno de Macri.
Adhesión de la opo que logró sancionar leyes
La votación por Rovira fue nominal, lo que dio lugar a exposiciones argumentativas referidas a la gestión de Rovira como presidente del Poder y al mismo tiempo poner en debate las tensiones que existen en todo cuerpo colectivo entre los derechos de las mayorías y minorías. Gustavo González, en su fundamentación para solicitar al pleno que le habilite al bloque abstenerse en la votación, apuntó a dos frentes. Por un lado se lamentó por el hecho de que a los diputados de la UCR no les aprobaron ningún proyecto de ley y al mismo tiempo, en un desliz propio de las minorías fundamentalistas cuestionó el derecho de las mayorías a definir la agenda política. Los dos axiomas fueron refutados desde las oposiciones. Primero el diputado Héctor Bárbaro le salió al cruce casi ridiculizándolo al señalar que desde la minoría no se logra nada “haciéndose el chico malo”. Seguidamente enumeró todas las leyes elaboradas por las oposiciones sancionadas en el año. Recordó la expropiación de lotes en la chacra 187 de Posadas en beneficio de sin techos; la intervención de Arroyo del Medio, la creación del Banco de Prótesis; la creación del Instituto Forestal; el plan Maestro Forestal; la extensión de los plazos prohibiendo los desalojos; la ley de Balance neto en beneficio de las pymes que producen energía alternativa; la creación de las becas para abanderados y escoltas; entre otras. Agradeció además la política de puertas abiertas de los ministerios y sobre todo de la predisposición de Vicegobernación para atender a los diputados de las oposiciones. Esta línea contra-argumental fue reforzada por otros opositores que pusieron en evidencia el fracaso de la actitud de choque que tuvieron a lo largo del año los diputados de la UCR. La ambigüedad y la impotencia del acto de abstención fueron también desnudadas como propias de la anti-política en las exposiciones de diputados como Hugo Escalada y Víctor Kreimer. Claudio Wipplinger fustigó también a los que no se animan a votar en contra. “Hay que tomar posiciones”, consideró. Señaló asimismo que si el oficialismo quisiera, no trataría ningún proyecto de las oposiciones y valoró la decisión de la Presidencia de abrir espacios al debate y la sanción de proyectos opositores. Martín Sereno reforzó la memoria con todos los proyectos que el Pays logró sancionar dialogando y que el 64% de los proyectos aprobados en el año fueron elaborados por los bloques opositores. Con sentido político diferenció el rol de opositor de las actitudes “anti”. Se tomó tiempo de denunciar la doble moral de la UCR que se victimiza y habla de autoritarismos pero al mismo tiempo respalda al gobernador de Jujuy que tiene presos políticos.
A su turno, Alfredo Schiavoni pidió desdramatizar un acto que consideró centralmente administrativo. Al fundamentar el voto por Rovira hizo referencia al contexto nacional y recordó que en el Congreso se respeta el resultado electoral que consagró a Mauricio Macri.
El aislamiento de la UCR
La UCR, como socio menor de una alianza que los tiene ni lejos como columna vertebral y resignada a bajar sus banderas históricas e identitarias, pretende hacerse notar y ganar espacios por el absurdo. Aislada ya ni vota por sus propios candidatos. La diferenciación por la abstención no constituye un dato político, más bien un recurso desesperado que sólo tiene repercusión en la audiencia redundante conformado por el círculo áulico de los comité.
La cúpula del partido encabezada por Hernán Damiani y los diputados González, Bordón y Pastori intentó, hasta última hora, forzar al PRO a romper con la tradición republicana como lo vienen haciendo desde hace más de diez años. La abstención tiene la nostalgia del 2003 cuando en la Cámara, la unión transitoria de todas las oposiciones violentó el mandato popular desconociendo el pronunciamiento de las urnas para asaltar el Poder Legislativo y convertirlo en una máquina de impedir. Es la experiencia frustrada del 2009 cuando en el Congreso nacional el arco de las oposiciones conformó el famoso Grupo A que unía a izquierdistas y derechistas sin objetivo común más allá que entorpecer al gobierno. Por eso cayeron en el vacío las quejas del diputado González cuando pretendió victimizarse argumentando que no le aprobaron ni en solo proyecto de ley. Más aún cuando desde todo el arco de las oposiciones le salieron al cruce como se informa más arriba.

