Si bien la propuesta surgió del Partido Agrario y Social, los distintos bloques legislativos comprometieron el debate y el acompañamiento a este proyecto de Ley. Buscan recuperar para Misiones el manejo de una de las principales actividades económicas de la provincia, hoy en manos del Inym.

Posadas (Viernes 12 de mayo). El diputado provincial Héctor “Cacho” Bárbaro (Pays) presentó el proyecto de ley para crear el Centro de Acopio, Comercialización y Promoción de la Yerba mate y Tasa Yerbatera, como un nuevo intento de darle protagonismo a Misiones en el manejo de una de sus principales actividades económicas, hoy en mano de la Nación a través del Instituto Nacional de la Yerba Mate.
El proyecto de Bárbaro -que si bien pasó por un debate en el recinto, será discutido en la comisión de Desarrollo Forestal, Agropecuario y de Cooperativas-, propone que el centro sea una Sociedad del Estado que adquiera yerba canchada de los pequeños secaderos y cooperativas de Misiones al precio establecido por el Inym, a lo que el diputado Hugo Escalada propuso que el precio sea el precio real y justo y no el que establece el organismo nacional, siempre por debajo de un precio justo, indicó.
Las intervenciones de los diputados Walter Molina (UCR-Cambiemos) y Rosana Arguello (FR) insistieron con hacer cumplir la Ley de creación del Inym, que ya establece las herramientas para solucionar los confictos que presenta el sector, pero que según el diputado Hugo Escalada (Vanguardia Radical-Avancemos) no funcionará porque el Gobierno actual no creen en la intervención del Estado para solucionar esos problemas.
El titular de la Comisión de Desarrollo Forestal, Aníbal Vogel (FR), garantizó la discución en la comisión y el acompañamiento del oficialismo en la búsqueda de una solución a esta problemática.
Según expresó el propio diputado Bárbaro, pretende que su propuesta “se enriquezca con el aporte de todos los bloques legislativos y consensuemos la alternativa que beneficie a los eslabones más débiles de la cadena, e influya en la estructura de costos y el reparto del negocio yerbatero”.
El proyecto de Ley del Partido Agrario y Social propone, en ese sentido, rescatar para este Centro los galpones de la ex Comisión Nacional de Regulación de la Yerba Mate (ex CRYM) ubicados en Santa Ana y ya transferidos a la provincia.
“Al momento de la entrega de Yerba Canchada al Centro Misionero de Acopio, Comercialización y Promoción de la Yerba Mate, los secaderos y Cooperativas que prestan servicios de secanza deberán informar el listado de productores y la cantidad de hoja verde adquirida a cada uno, en carácter de Declaración Jurada. El Centro Misionero de Acopio, Comercialización y Promoción de la Yerba Mate depositará en las cuentas bancarias de cada productor el monto correspondiente por los kilos entregados. El productor podrá optar por cobrar el valor según los kilos de hoja verde entregados al secadero, o dejar en depósito los kilos equivalentes de yerba cachada para su estacionamiento y posterior comercialización”, propone.
En ese sentido, faculta a Centro Misionero de Acopio a firmar convenios con empresas molineras para la venta de yerba mate con las marcas comerciales de las empresas sujetas al convenio a quienes se les podrá entregar la yerba canchada para su posterior procesamiento y comercialización o para venta de yerba mate con marca propia, tanto en el mercado interno como por medio de la exportación.
Busca, con este Centro, comercialización de la yerba mate en todas sus formas, fomentar la actividad y mejorar la calidad del producto mediante programas específicos, establecer acuerdos comerciales con empresas del sector y organismos públicos, financiar la implementación de tecnología y avances que permitan a los pequeños productores incrementar el rendimiento de sus cultivos y/o la reconversión productiva.
Para la tasa por servicios yerbateros propone que sean de 33 centavos de pesos por kilo de yerba mate en hoja verde, y de 99 centavos de pesos por kilo de yerba mate canchada, “cuyo pago será obligatorio por dos años, prorrogables por un período similar, a partir de la vigencia de la presente Ley, y que gravará todas las operaciones comerciales que se realicen en la cadena yerbatera” y que será abonada por los sujetos pasibles de recibir la prestación de los servicios brindados por el Ministerio del Agro y la Producción, el Gobierno provincial y la Dirección General de Rentas.
La recaudación de la Tasa, establece, ingresará a las arcas del Centro Misionero de Acopio, Comercialización y Promoción de la Yerba Mate, con destino a financiar las operaciones de compra de materia prima.
De todas maneras, propone establecer una bonificación especial del ciento por ciento en la alícuota de la Tasa por Servicios Yerbateros a contribuyentes cuyos establecimientos de secanza o plantas procesadoras estén en Misiones. La bonificación también será para quienes realicen operaciones comerciales a través del Centro Provincial de Acopio, Comercialización y Promoción de la Yerba Mate.

Proyecciones y debates

Para el diputado Bárbaro, este centro de Acopio, Comercialización y Promoción de la Yerba Mate hace realidad el Mercado Consignatario “que no quiso ni pudo poner en marcha el Inym”, aunque será un mercado exclusivamente misionero destinado a comprar, estoquear y revender materia prima solamente misionera, de pequeños productores de hasta diez hectáreas.
La propuesta es que el centro de acopio compre la yerba canchada a los pequeños secaderos y cooperativas y que además, exija a los secaderos el listado de los productores que entregaron la yerba verde en sus establecimientos, que deberá corresponderse con a la cantidad de kilos de yerba canchada que tengan en stock. De funcionar como está planteado, este Centro depositaría el monto a cada productor directamente en las cajas de ahorros.
Bárbaro propone además que el productor deje su yerba canchada en consignación en los depósitos del Centro, para venderla después de estacionada o en el momento en que lo considere oportuno.
“Con la existencia de stock hasta se podría crear una marca propia, estatal, que compita con las marcas privadas y provea a los Estados provinciales o nacional para la provisión de refuerzos alimentarios”, sugiere el proyecto que propone alternativas de comercialización y financiamiento de la producción al privado, “para estacionar y revender vender la yerba canchada en los momentos más adecuados, generando así un control natural de la oferta que repercutirá en el cumplimiento de los precios oficiales establecidos por el Inym o el laudo nacional”.
Si bien Bárbaro logró en el recinto la promesa de los distintos bloques de acompañar el debate a su propuesta, insto a la “apertura legislativa” dispuesta a analizar lo desconocido y a trabajar en conjunto “para que esta propuesta se enriquezca con el aporte de todos los bloques legislativos y consensuemos la alternativa que beneficie a los eslabones más débiles de la cadena e influya en la estructura de costos y el reparto del negocio yerbatero”, dijo.

Antecedentes de la situación yerbatera

Si bien la información es escasa, Misiones tendría cerca del 90 por ciento de la yerba que se produce en el país pero solo el 51 por ciento se industrializa en Misiones, el 29 por ciento en Corrientes y el 20 por ciento fuera de la zona productora. Con esas estadísticas, el 70 por ciento de los más de 17 mil productores de yerba mate en Misiones (unos 13 mil según Coninagro) tienen yerbales de menos de 10 hectáreas y con rendimientos promedio de cuatro mil kilos por hectárea, que significa la subsistencia y el estilo de vida que caracteriza a las familias de colonos que subsisten con sus pequeñas unidades de producción.
En la otra punta del proceso, las nueve industrias más grandes muelen, envasan y comercializan el 75 por ciento de la producción, porcentaje que sube al 90 por ciento al contabilizar a las 17 empresas mayores.
Ese proceso de concentración y monopolización de los eslabones más fuertes de la cadena productiva -representado principalmente por los grandes molinos y cadenas de supermercados- es innegable, y se afianzó en desmedro de los actores más desprotegidos: pequeños productores y tareferos, que están desprotegidos frente a las leyes del mercado impuestas en el período de desregulación que se inició en la década del 90 con el desmantelamiento de la Comisión Reguladora de la Yerba Mate (CRYM), creada en 1935 para evitar, justamente, estos desenfrenos con fuerte implicancia social.
Esta coyuntura provocó una regresión en el número de productores afectados por la pérdida de competitividad, el incumplimiento de los precios oficiales para la materia prima, el incremento de los costos fijos de producción que no se reflejan ni en los papeles, los problemas surgidos por la propiedad de la tierra que posibilitan la venta de yerba en el mercado negro, entre otros factores de similar gravedad.
Ese panorama y los consecuentes perjuicios para el pequeño productor derivaron en protestas sociales que determinaron la creación del Instituto Nacional de la Yerba Mate a través de la Ley 25.564, sancionada el 21 de febrero de 2002. “Fue un logro, aunque a medias”, dice el proyecto del diputado Bárbaro.
El Inym tiene la función prioritaria de fijar legalmente los precios mínimos para la materia prima yerbatera, fiscalizar el cumplimiento de las normas reguladoras y equilibrar la oferta y la demanda a través de distintas herramientas legales como la cupificación o la prohibición de plantaciones. Sin embargo, quince años después, los pequeños productores de Yerba Mate de Misiones están igual o peor que antes de la puesta en marcha de este organismo, que recauda millonarios fondos a través de la Tasa de Fiscalización y la venta de estampillas.
El organismo tampoco puso en marcha el Mercado Consignatario de la Yerba Mate, pese a estar facultado para ello desde 2009. Antes de la sesión parlamentaria del Congreso de la Nación en la que se aprobó la modificación a la Ley Nacional 25564 para posibilitar la reedición del necesario mercado, el Instituto hizo fuertes lobbys en contra, atribuyendo esa posición a la falta de financiamiento para poner en marcha esta herramienta. “Pese a los fuertes intereses detrás de esta posición, y a la coincidencia con la que pretendía imponer la provincia de Corrientes y sus legisladores nacionales, es innegable que algo de razón tenían respecto de la incertidumbre sobre el origen de los fondos necesarios para la operatoria”, interpreta Bárbaro.
Todos los demás proyectos y propuestas que se barajaron en los últimos años dejaron al descubierto la misma falencia: no previeron de dónde saldrían los fondos para la compra de materia prima y su posterior acopio y comercialización por parte del Estado.
“En esta instancia pareciera que estamos estancados, que Misiones no puede hacer nada más que lo que hace para salvar a sus pequeños productores. Porque a la clara ineficiencia del INYM en el cumplimiento de sus fines se suma la escasa incidencia del Estado misionero en la toma de decisiones dentro del organismo, compuesto por un Directorio en el que se impone siempre la opinión y los intereses de la provincia de Corrientes y sus grandes establecimientos yerbateros” y para evitar la resignación, propone a través del proyecto, atender el impulso de políticas públicas diferenciadas que respondan en forma contundente a la necesidad de dar contención al estrato mayoritario de la pequeña producción y el contexto de agricultura familiar diversificada en que funciona y representa, además, una señal de fortaleza de un Estado provincial que, paulatinamente, ha perdido su autonomía en el control de su tercera principal economía, dice el legislador del Partido Agrario y Social.

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Héctor «Cacho» Bárbaro, autor del Proyecto de Ley.