Agricultores de esta zona rural de San Vicente denuncian promesas incumplidas y reclaman agua potable y atención médica en una salita que permanece cerrada gran parte del año, según aseguran.

Miércoles 18 de enero de 2023 (Prensa de TTT). Vecinos de la Picada Mojón Grande del kilómetro 42 de San Vicente reclamaron ante el diputado Martín Sereno por la falta de personal médico en la sala de salud, y agua potable, ya que se proveen de un arroyo que está contaminado, aseguran, lo que provoca malestares estomacales y en la piel.
Las familias de la zona convocaron al diputado Sereno, de Tierra, Techo y Trabajo, a quien solicitaron que gestione el cumplimiento, de parte del Estado, de sus derechos fundamentales como el acceso al agua potable y atención en la salud.
«Fuimos convocados con nuestro compañero, Javier Bres, para mejorar todo lo que podamos la injusta realidad que viven cotidianamente. Son más de 30 familias, las más pobres, que en algunos casos viven ahí hace 40 años produciendo riqueza para nuestra provincia; pero en condiciones de olvido. Al no disponer de agua potable, no sólo ven perjudicados su salud, sino también sus actividades productivas. Actualmente deben recorrer más de 1500 metros para juntar agua de una zanja o del arroyo Chafariz, que provoca enfermedades sobre todo en los niños y niñas», explicó Sereno, que además recordó que la Picada cuenta con una sala de Salud que no dispone de atención permanente, salvo algunos operativos de salud.
En ese sentido, los vecinos piden que el ministro de Salud, Oscar Alarcón, recorra la zona para interiorizarse de la situación de abandono, incluso en tiempos de la pandemia, aseguraron.
Ante las emergencias, concurren a otra sala de salud ubicada a más de 20 kilómetros o al hospital de la zona urbana de San Vicente.
Yanina Dos Santos nació en la Picada, pasaron 27 años y los problemas persisten. Su padre es veterano de guerra y la madre, ama de casa. Asegura que en cada campaña electoral reciben promesas, que después no se cumplen. «Al principio de la gestión del intendente Fabián Rodríguez, logramos que la Municipalidad verifique las condiciones del agua; llevaron una muestra y al tiempo nos dijeron que no es apta para el consumo y que tampoco las vertientes sirven para el reservorio”.
Juntaron firmas y se presentaron en la Municipalidad, donde les prometieron soluciones que nunca llegaron, ni las paliativas como la provisión de agua en bidones que tampoco cumplieron.
Para concurrir al hospital disponen de un ómnibus que pasa por la picada tres veces por semana o abonar un remis, que les cobra 3500 pesos, dijo. En ese contexto agradeció al director del hospital de San Vicente, Antonio Pauluk, que le consiguió un turno para que la atiendan cuando se enfermó de Covid19. “Si hubiera profesionales en la sala de salud, posiblemente no tendría que haberme trasladado 30 kilómetros hasta San Vicente. No es justo que tengamos una sala acá y tengamos que ir hasta el pueblo a buscar atención médica», se quejó.
El productor Diego Vera, en tanto, reclamó la misma situación y su hartazgo por sentirse olvidados en temas fundamentales como el agua y la atención en salud, cuando la salita que está a 3500 metros no tiene médicos.
«Es doloroso que mi madre, con 60 años, tenga que ir hasta el arroyo. Somos gente trabajadora, agricultores con derechos, y nos queda la esperanza de que nos ayuden con la construcción de un pozo perforado. Hace unos meses atrás nos dijeron que si juntábamos algo de plata, nos hacían el pozo. Estamos en una situación muy complicada; pero algo podemos reunir».
El productor tiene tres hijos chicos a quienes tiene que asistir ante cuadros de deshidratación por los vómitos que les produce el consumo del agua en mal estado.