Este encuentro, abierto, libre y gratuito a toda la comunidad, retoma las actividades por tercer año consecutivo en el saloncito de la Asociación de Maestros de Montecarlo, desde el de marzo a partir de las 18.30.

Lunes 27 de febrero de 2023. El 1 de marzo a partir de las 18.30 comienza el taller literario que revoluciona las letras de Montecarlo. Este encuentro, abierto, libre y gratuito a toda la comunidad, retoma las actividades por tercer año consecutivo en el saloncito de la Asociación de Maestros de Montecarlo.
“Lo único que hay que llevar es soporte e instrumento para escribir -birome, lápiz o lo que prefiera-, y las ideas surgen ahí. Pueden acercarse a escribir las historias que quieran contar para la próxima edición de Historias de Vida”, dicen desde la organización.
María Raquel Velázquez, una de las integrantes del taller, cuenta que “el que nos orienta es Theodosio Barrios, aunque en realidad nos auto-orientamos. La idea es que fluya” este taller horizontal, sin un profesor que enseñe sino de integrantes compartiendo su amor por la literatura, la escritura y los libros, como motor generador de sinergia, bajo la premisa de fomentar la creatividad y la libre expresión.
“Desde que empezó el año pasado tenemos un mini libro editado de contenido variado, fruto de las primeras consignas que nos dio Teo; este año pensamos lanzar algo más elaborado, un libro entero”, comentó Raquel, la autora nacida en Caraguatay que vive desde hace más de 45 años en Montecarlo. El año pasado participó por primera vez en un concurso de cuentos a instancias de la invitación de la dirección de Cultura de Montecarlo destinada a los talleristas, a quienes pidió que envíen un relato en el marco de los Juegos Culturales Evita 2022.
Entre las obras de teatro de Velázquez, La Olería ganó el Provincial de 2004 y obtuvo la Mención especial en el Regional de Teatro de Formosa en 2005.
Algunos de sus escritores preferidos son Olga Zamboni, Rosita Escalada Salvo, Raúl Novau y en la actualidad lee a Theodosio Barrios, escritor de Eldorado, uno de los propulsores de este clásico encuentro de las letras. Esta autora tiene siete obras escritas y puestas en escena a través de su grupo de Teatro independiente Pilincho Piernera fundado en 1989. “Por razones de tiempo de sus integrantes estamos proyectando Radio Teatro La Olería”. A través del programa Palabra que Camina, un Programa de extensión del taller literario se produce en el formato de radioteatro varias de sus obras, como Las aventuras de Mbariguy y Ñetihu.
Sobre sus formas de trabajo comenta que prefiere escribir “durante la quietud de la noche o cuando fluye, en cualquier hora; siempre tengo birome y papel cerca”. Siempre que puede va a las ferias del libro. En 2005, recuerda con orgullo, que recibió un saludo personal de Alejandro Dolina para todos los misioneros. Los escritores no son seres fuera del mundo que sólo están escribiendo, también tiene su Historia de vida.
Abocada habitualmente a la organización y dirección, como referente de las artes escénicas del interior (fue organizadora del Festival de Teatro X Mujer 2021) esta vez, para alentar la participyttación, como ejemplo, y de paso para que los trabajos seleccionados para presentarse en este tipo de eventos a nivel nacional como los Juegos Culturales Evita no queden estacionados en un cajón, María Raquel Velázquez comparte con todos su cuento Por el caminito.

Por el caminito

Una mañana agreste, íbamos conversando alegremente.
Cortamos camino por el montecito, fuimos por el caminito de tierra, angosto, tanto que las hojas de los yuyos casi siempre acariciaban los pies, si ibas con sandalias.
Un manto de niebla, al fondo, se iba despidiendo del día.
Se notaba en la tierra la humedad justa, el olor a savia era como néctar para el alma.
Casi mareado más allá, al borde del camino, un viejo y gigante árbol, pudriéndose, resistiendo a la muerte. Se nutren de él mil colores de bichitos hambrientos, histéricos por cumplir sus destinos.
Más arriba unos hongos color caqui que emanaban vida, parecían mirar nuestro pasar.
—Lindo tu vestido—, comentó doña Osvalda.
—Es sencillo— comenté, —el año pasado fue largo, lo usé en la recepción de mi hijo —agregué orgullosa.
—Te queda muy bien el color azul—, volvió a decir…
De pronto sentí como una brisa acariciaba mis piernas. Me sorprendió una extraña sensación, en todo el cuerpo. Me desconcertó…
Por un brevísimo momento. No sé… algo pasó.
Un fuerte olor el aire invadió, un poco más adelante, al costado algo brilla. Un hongo extraño, transparente, blanco en el medio, muy parecido a una flor exótica.
—¡Vamos rápido!— dijo doña Osvalda— mientras miraba nerviosa. —Ese es el Pombero(1) que te siguió— dijo
Un escalofrío mi espina dorsal recorrió.
—Son cosas de la tierra nuestra, no te asustes, ya pasó— dijo, y me abrazó.
Ya estamos en el pueblo, cada una por su lado, mientras yo pensaba: Cortar camino… ¡nunca más! ¡Porque el recuerdo quedó!
Fin

(1) El Pombero: es un duende popular del noreste argentino y del Paraguay. Se le suele dejar ofrendas como tabaco, miel o caña, a cambio de favores tales como hacer crecer los cultivos en abundancia, cuidar de los animales de corral, por ejemplo. Su función es la de cuidar del monte y los animales salvajes. Cuando se enoja se transforma en cualquier animal o planta y con engaños induce a la persona a internarse en el monte donde se pierde. Su presencia no siempre puede ser advertida, porque la capacidad de transformarse hace que vigile la conducta de la gente, sin mostrase.

SM – Misiones Plural